Descubriendo el spa
Me animé a visitar el spa de la ciudad por caliente y terminé con gratas sorpresas.
Comienzo presentándome, soy Sebastián, cuando me ocurrió lo que voy a relatar tenia 25 años. Soy moreno, mido 1.75 m, cuerpo en buena forma ya que siempre he hecho ejercicio, no estoy marcado pero si definido. Me considero bisexual y disfruto mucho del sexo y el morbo. Lo que voy a relatar es 100% real y me ha estado rondando la cabeza ya que fue un día tan caliente que hasta hoy me pone la verga durísima.
Bueno, ahora sí comencemos. Cierto día me encontraba muy caliente y sin alguien con quien bajar la calentura, suelo tener una o un amigo quien me ayude con eso, pero ese día no había nadie disponible. Ya tenía el conocimiento de que en la ciudad había un spa que tenía un vapor tipo cuarto oscuro y quería aprovechar la oportunidad para visitarlo.
En la entrada me recibió un tipo maduro al que llamaremos Carlos, entre 35 y 40 años, sin camisa y se notaba que iba mucho al gimnasio ya que tenía unos pectorales fuertes y brazos grandes. Me pregunta que si es mi primera vez, a lo que yo confirmo. Me dice que apenas van abriendo y ahorita estaba solo y la caldera del vapor apenas se estaba calentando pero que podía entrar a ver las instalaciones, que el me daría la “visita guiada”. Ya sabía yo cómo podía acabar eso. El lugar es chico pero tiene todo lo que cualquier spa de ambiente puede tener: cabinas, cuarto oscuro, vapor, sala porno, glory holes.
Carlos: Qué te trae por aquí?
Yo: Tenía ganas de conocer
Carlos: No te había visto, por eso supe que era tu primera vez.
Yo: Entonces, ya tienes ubicados a tus clientes.
Carlos: A la mayoría, si. (más adelante me enteré que si, son clientes habituales los suyos)
Mientras hablábamos me iba mostrando todas las salas y espacios, cuando entrábamos a un nuevo cuarto, ponía su mirada en mi paquete y yo lo noté, a lo que mi verga fue reaccionando.
Me mostró dónde iba a dejar mis cosas (Al pagar mi entrada me entregó una toalla y la llave de mi locker) y comencé a quitarme la ropa, pero el no se fue, hizo como que veía el estado de los lockers y diciendo que los tenía que mandar a barnizar, pero yo sabía que me estaba viendo. Yo traía puesto unos bóxers negros y ya tenían tremenda carpa por la situación, obvio el lo notó.
Carlos: Vaya que tenías ganas de venir!
Yo: Sí, estoy bien caliente.
Carlos: Yo te puedo ayudar en lo que llega más gente, pero te veo en la recepción.
Era el único atendiendo, debía estar ahí y después de la visita guiada había dejado desatendido el mostrador, así que se regresó. Me termine de quitar todo y me puse la toalla a la cintura.
Baje y el estaba detrás del mostrador, me dijo que pasara y me metió en un cuarto donde tenían las toallas y cajas de condones, lubricantes y otras cosas. Me quito la toalla y como becerro se pegó a mi entrepierna, yo solo me dejé, era un lugar nuevo y estaba teniendo atención especializada.
Estuvimos así durante 10 minutos, hasta que sonó la campana que avisaba cuando alguien pasaba por la puerta de entrada. Me dijo que no fuera a hacer ruido.
Cliente: Hola Carlos
Carlos: Hola, mira, la de siempre
Cliente: Gracias ahorita bajo para que me ayudes.
Carlos: Aquí te espero.
Regresa conmigo y me dice que es un cliente hetero casado que siempre llega cuando abre y aprovecha que no hay nadie y la calle está tranquila (así no lo ven entrar) para que lo desleche. Me dijo que lo iba a atender que lo disculpara, le dije que si podía ver cómo lo despachaba y me dijo que si.
Acto seguido, me dice que me meta en una de las cabinas, una que quedaba enfrente de la sala porno y por la que se podía ver el colchón disponible en esa sala con discreción desde el asiento de la cabina. A los 5 minutos baja el cliente, al que le pondremos Juan.
Juan: Estás solo aun?
Carlos: Si, llegaste a tiempo.
Juan: Qué bueno! Ya te extrañaba cabron.
La voz de Juan era sumamente grave y su pecho tan peludo como su barriga, y al descubrir su entrepierna, confirme que Juan era peludo y portaba sus pelos con orgullo de todas partes.
Carlos comenzó a mamarle la verga y Juan solo se limitaba a decirle lo grandioso que le hacía sentir su boca. Cambiaron de lugar y Carlos (en complicidad conmigo) posicionó a Juan para que pudiera ver su culo y como le follaba la boca haciendo chocar sus huevos contra su barbilla.
Desconozco si hice ruido o me asomé de más, sin embargo Juan me vio y se cohibió un poco, pero Carlos le dijo que no se preocupara, que era un nuevo amigo.
Juan: Seguro? No hay problema?
Carlos: No, tranquilo. Ven (haciendo la señal para que me acercara)
Yo me la había estado jalando, cuando llegue donde estaban los dos Carlos comenzó a intercambiar entre mi verga y la de Juan. Sin embargo, yo note un poco incómodo a Juan. Le dije que yo sabía cómo podía aliviar su tensión.
Me bajé a mamarle la verga a Juan, Carlos vio mi iniciativa y subió a la altura de la cara de Juan, al voltear arriba veo cómo los dos están comiéndose la boca y la verga de Juan se había puesto más dura, sabía que lo estaba disfrutando.
No duramos mucho, al rededor de 15 minutos, en ese intercambio de uno mamandole la verga a los dos que se comían la boca. Todos contra todos. Juan se vino primero y dijo que tenía que irse (después me enteré por Carlos que tenía que ir por su esposa al trabajo)
Juan se fue y Carlos se bajó a seguir manándomela. Yo le pregunté que si me lo podía coger, a lo que me respondió
Carlos: Si, pero regresemos al cuartito.
Regresamos al cuarto, terminé de quitarle su short, que hasta ahora había mantenido a las rodillas en caso de tener que correr a recibir más clientes. Tenía un culo maravilloso, fuerte y grande por el ejercicio, lampiño (en general todo el cuerpo de Carlos no tenía ni un solo vello) Abrí sus nalgas para ver un hoyito rosita y estaba a punto de pasar mi lengua por su culo, pero me detuvo
Carlos: No me gustan los besos negros.
Me decepcionó un poco, pero entendí y me limité a poner un poco de lubricante en su culo y en mi verga para comenzar a bombear. Debo decir que no hay nada que me guste más que coger maduros y mamados, y este Carlos era ambos. Yo estaba como loco, nuestros cuerpos chocaban haciendo el sonido típico de pieles chocando en el acto.
Sin embargo, fuimos interrumpidos por la campana. Ya había pasado unos 40 minutos desde mi llegada, y según Carlos ya era hora de que iban a comenzar a llegar más clientes. Me dijo que teníamos que parar, porque iba a estar atendiendo.
Yo: Lástima, tendré que venir en otra ocasión.
Carlos: Claro, tienes que llenarme de leche, papi.
Me puse la toalla a la cintura, esperé a que Carlos recibiera un grupo de tres hombres que llegaron y me salí del cuarto para pasar al vapor, que sabía ya estaría funcionando.
Para llegar al vapor, tenía que caminar por el area de lockers, por lo que pude echar un ojo al grupo de tres que recién comenzaba a despojarse de sus ropas. Era un chico de alrededor de 28 años, uno un poco mayor, rondando los 36, y el más maduro tenía canas en barba, bigote y pelo, por lo que asumí tendía como 55 años. El más joven y el viejo estaban hablando, y entendí que venían juntos. El otro estaba callado y trataba de no hacer contacto, por lo que supe que no venía con los otros dos.
Llegue al vapor, es un cuarto oscuro con apenas una ventana que ilumina muy poco la sala, me senté en la esquina de esta ventana así podía ver con la poca luz que entraba lo que pudiera ocurrir ahí. los tres personajes no tardaron más de 5 minutos en entrar, y como el “atractivo” de este lugar es el vapor, como es oscuro y espacioso, aquí se puede dar rienda suelta al morbo y lujuria.
El maduro (al que llamaremos Luis) y el joven (al que llamaremos Fer) se pusieron exactamente en frente de mi, se sentaron uno al lado del otro totalmente desnudos, traían consigo un six (en este lugar puedes entrar con tus bebidas y alimentos). El otro personaje (al que llamaremos Martín) se sentó enfrente de la puerta, por lo que hacíamos un triangulo dentro de la sala, cada quien en un lado de las cuatro paredes.
Luis y Fer, se notaba que de alguna manera estaban relacionados, comenzaron a hablar de actividades cotidianas, supuse que trabajan juntos ya que mencionaban cosas como “Lupita la de recursos”, “el wey de compras”, cosas de ese estilo. Para mis adentros pensé “Cuanto compañerismo en esa empresa” pues recordemos que estaban desnudos y la diferencia de edad era visible.
Me salí a comprar un agua, ya que ya había pasado como media hora adentro. El lugar ya tenía más personas pues ya comenzaba a sonar más ocupadas las salas. Fui con Carlos y le pedí una agua de litro fría.
Carlos: Como te va? Ya te diste al suegro y al yerno?
Yo: Perdón?
Carlos: Sí, esos que recibí cuando te fuiste son suegro y yerno. Vinieron un día pensando que era un spa hetero, venían de un partido de fútbol queriendo descansar los músculos en el vapor y cual fue su sorpresa cuando les dije que era un spa de ambiente. El yerno se quería ir, pero el suegro lo convenció de que se quedarán.
Yo: No, si los vi. Pero no me he acercado, y como sabes que son suegro y yerno?
Carlos: porque los escuché, estuvieron un rato en la sala porno y el mayor le decía que esa pose la hacía con su suegra o que si quería hacerle eso a su hija podía.
Yo: entonces tú te los cogiste?
Carlos: No, y vienen muy seguido, pero nunca me han invitado. Son bien celosos, siempre solo están ellos dos, no dejan que nadie se les acerque
Yo: Quieren mantenerlo en familia jaja, entonces no creo que algo ocurra.
Me dio mi agua y la anoto en mi cuenta. Regrese al vapor y ya se había ido Martín (el personaje que venía solo). Pero Luis y Fer seguían ahí, estaban acabándose la última lata cada uno, por lo que Fer ( el joven) dijo que saldría a buscar más. Salió y de inmediato Luis se acercó a donde estaba sentado.
Luis: Hola, cómo te llamas?
Yo: Sebastián, un gusto.
Luis: Yo soy Luis. Y por qué andas solo?
Yo: Es mi primera vez aquí, quería estar en el vapor un rato.
Luis: Yo pensé que te habías equivocado de spa como nosotros.
Yo: Perdón? (Haciéndome como que no sabía nada)
Luis: Si, no se ve que te gusten los hombres.
Yo: Ah lo dices por eso! A ti no te gustan? (Queriendo sacarle información)
Luis: Me gustan los espadazos, pero solo he cogido una vez hace mucho tiempo con um hombre. Lo que sí me encanta es mamar culo y que me lo mamen.
Me había quedado con ganas de mamar culo y, si bien, Luis no estaba tan bueno como Carlos, tenía su culo bien parado y también bien lampiño, porque aproveché para tocarlo.
Luis: No pero espera, es que vengo con mi yerno. (Ahí el me lo confesó)
Yo: Bueno, entonces pues en otra ocasión será.
Luis: No, a él también le llamaste la atención, esta experimentando y quiere mamar verga, nos ayudas?
al terminar de decir eso, se volvió a abrir la puerta del vapor, era Fer, el yerno, con un six en la mano.
Luis: Que bueno que llegas! Estaba hablando con Sebastian que le gustaría una chela, invitémosle una.
Por la poca luz que entraba de la ventana, pude ver su cara de asombro y, aunque no era notable, puedo suponer que se puso rojo. Y aún más cuando Luis le quito la toalla de la cintura que se había puesto al salir, y diciendo
Luis: Ya, así está mejor. Y ahora que estamos solos.
Luis no dejo que Fer se sentara o dejara las cervezas. En cuanto me dio la mía y le quito la toalla a Fer, se abalanzó a empezar a mamar su verga. Ya solo estábamos los tres en el vapor.
Luis: Ven Sebas
Me agarro de la mano y me para para tener las dos vergas a la misma altura. Estuvo intercambiando entre los dos por un rato.
Luis: pero si ya los presente, no se queden ahí parados, diviértanse, estamos solos.
Pude notar que Fer estaba tenso, nuestros brazos se tocaban piel con piel, y sentía cómo se erizaba cuando nos rozábamos las piernas o mi mano se ponía en su trasero. Me anime y comencé a chuparle los pezones, el solo dejó salir un gemido y al sentir que comenzaba a relajarse comencé a subir hasta su cuello, hasta terminar en su boca.
Luis: Sebas, que rico estas papi, quieres probar?
Luis se paró y se agarró su verga y la de su yerno. A lo cual, me arrodille y comencé con la de Luis, ya que pude notar que la de Fer se puso un poco flácida al tomarla en mi mano. El estaba nervioso, se podía sentir.
Yo: Puedo?
Quise preguntar antes de meter la verga de Fer a mi boca, y yo creo que fue lo mejor porque me dio oportunidad de ver cómo volteaba a ver a su suegro en busca de aprobación y al tener un si por parte de Luis, volteó conmigo a decirme que si.
No se si estos dos llevaban tiempo divirtiéndose solos y tener un tercero era primera vez para Fer, pero se ve que Luis tenía el control sobre los deseos del chico, o por lo menos sabía dónde tocar, porque al meterme la verga de Fer a la boca (que ya estaba engrosando y creciendo) y querer explorar un poco su culo, tuve una sorpresa al ver que dos dedos de Luis ya estaban bien adentro de Fer y este comenzó a gemir como loco.
Se escuchó gente a punto de entrar y Luis me pidió que paráramos, así que todos nos acomodamos en el asiento y entraron dos personas… el tercer personaje que había llegado co Luis y Fer (este Martín) y venia con un hombre corpulento (al que llamaremos Jorge), más o menos de la misma edad de Martín, o eso pude ver en los pocos segundos que le dio la luz, ya que se fueron a situar en la parte más oscura del cuarto.
Estuvimos como un minuto en silencio, hasta que Martín pronunció las primeras palabras
Martin: Ya te habías tardado, cabron
Jorge: Perdón cabron, tuve que ir a dejar a la niña con mi mamá. Y me dijo que me quedara a ayudarle con unas cosas
Martin: No hay pedo, pero que bueno que llegaste
Como eran las únicas personas hablando y el cuarto estaba vacío su conversación era fuerte y clara, entonces todos podíamos escuchar. Lo notaron, así que comenzaron a susurrar, pero por lo que pude alcanzar a escuchar del resto de la conversación Jorge estaba contando que había ido a la playa, que ambos estaban hablando de cuando fue la ultima vez que se vieron y que habían acordado de verse ahí mismo con otros dos amigos.
Despues, hubo un silencio que no duró más de 30 segundos, porque comenzó a sonar el típico sonido de una boca succionando una verga hasta el fondo, seguido de gemidos de Jorge diciendo cosas tipo “ay cabron, que rica boquita” o “ya me urgía”.
Luis, Fer y yo, que habíamos estado en silencio y sentados, al escuchar que el ellos estaban en lo suyo, nosotros retomamos lo nuestro.
ahora era turno de Fer , así que Luis y Yo nos quedamos de pie y Fer se arrodilló, se notaba que era inexperto, ya que comenzó conmigo pero metía mucho sus dientes o solo se limitaba a meter la cabeza de mi verga a su boca. Le dije que me lamiera los huevos, y así lo hizo. Sentí su lengua caliente y vaya, que lengua! Larga y sabia lo que hacía. Luis le dijo que ahora a él, y ni pronto ni perezoso, giro su cara a Luis y le hizo lo mismo.
Luis: (susurrándome al oído) no te dejas coger por los dos?
Yo: No, no soy pasivo (Si he sido, pero ni estaba limpio y ese día me apetecía coger y no ser cogido)
Luis: Ni modo, pero déjame mamarte el culo.
Yo: Simón
Luis paro a Fer y le dijo que se volteara. Me sorprendía la obediencia que le tenía, no preguntaba solo lo hacía de inmediato. De repente estábamos Fer y yo con las rodillas en la banca y mirando hacia la pared, hasta que siento un choque eléctrico cuando Luis me pone su lengua en mi hoyo.
Debo admitir que por las habilidades de Luis, este debió de haberle pasado toda su sabiduría a Fer, ya que los mismos movimientos de lengua que Fer me había hecho en los huevos, los estaba sintiendo ahora por Luis pero más intensos, no cabe duda que la experiencia puede más que la juventud.
El ambiente estaba a mil: nosotros tres estábamos intercambiando más o menos cada cinco minutos de posición, nos aseguramos que todos probarán todo, y los otros dos se escuchaba que Jorge estaba propinándole tremenda lamida de cazuela a Martín porque se escuchaba como gemía como putita.
Continuara…
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