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Gays, Incestos en Familia

Descubriendo mi perversión.

Un padre de familia con gustos degenerados..
Quiero iniciar este relato presentándome, por cuestiones de privacidad obvias me llamaré José, soy de México, tengo 31 años, tengo una esposa y un hijo de 9 llamado Tomás. Nunca le ha faltado nada a mi familia ya que gano bastante bien en mi trabajo y nuestros padres nos han apoyado bastante a ambos, hemos tenido una vida feliz y normal básicamente.

Antes solía ejercitarme regularmente, iba al gimnasio diario y tenía un cuerpo esbelto y bien marcado, pero desde que me case hace 3 años he agarrado una vida de señor, aún estoy esbelto y corpulento, ahora tengo cuerpo de oso
Mi hijo Tomás es mi pequeño angelito, somos bastante cercanos y lo amo demasiado, se parece más a mi que a mi esposa, es delgado, pequeño, delicado pero a la vez masculino y le gustan las cosas típicas de hombre.

Me animé a contar mi experiencia gracias a la cantidad de relatos que he leído, me siento identificado con varias de las historias aquí y sinceramente ya no me siento tan incomprendido.

Hace 9 meses estaba navegando por Twitter y en una publicación de pornografía gay (me considero bisexual) al entrar a los comentarios pude observar la invitación a un grupo de telegram con temática de incesto familiar gay, por mera curiosidad y morbo (no sexual) me descargué la app y entré al grupo con el link para ver si era cierto, si bien no eran videos reales, en ese grupo se subían demasiados videos entre dos adultos que interpretaban el rol de padre e hijo, a veces tío y sobrino o hasta abuelo y nieto, se compartían dibujos, imágenes hechas con IA, todo tipo de contenido acordé a la temática.

Me salí del grupo por el asco que sentí al imaginarme eso, claramente en ese tiempo en mi cabeza estaba mal el incesto, pero conforme pasaban los días esas imágenes y vídeos no salían de mi cabeza, al contrario, parecían excitarme por alguna razón así que al final terminé por entrar de nuevo al grupo buscando el mismo comentario en Twitter con el que entre la primera vez y comencé a disfrutar cada vez más ese tipo de contenido.

Un día hace como 6 meses un sujeto compartió la captura de un grupo de pornografía infantil en forma de promoción donde se alcanzaban a apreciar una enorme cantidad de videos con niños de protagonistas, al ver la imagen mi corazón se aceleró a mil y me sentía horrible por lo que había visto, apenas estaba terminando de acostumbrarme a la idea del incesto y de la nada vi esa imagen. Pero tal como paso con el grupo la primera vez que la vi, el morbo y curiosidad que sentía no me dejaban despejar mi mente y al cabo de un día estaba buscando en las imágenes del grupo la captura sin eliminar, la descargué para verla una y otra vez, una semana después otra persona subió otra captura de otra imagen parecida la cuál me ayudó a mantener la curiosidad.

Al mes siguiente enviaron el link con invitación a un grupo donde charlaban personas con experiencias de incesto reales, fui únicamente espectador, cuando mi esposa e hijo dormían entraba a ambos grupos a deleitarme con el contenido de ambos, habían señores que narraban como habían sido abusados por sus padres cuando eran niños y como ellos lo disfrutaban, otros contaban como tenían relaciones diario con sus pequeños hijos, al principio claro que una vez más el corazón se me aceleraba y sentía algo de asco y remordimiento por leerlo pero conforme pasaban los días disfrutaba leer esas experiencias.

Una noche entre al grupo con normalidad y para mí sorpresa estaba el link de invitación a otro grupo donde se intercambiaban videos de pornografía infantil, niños siendo penetrados por grandes hombres con deseos perversos. Esa noche me gano el remordimiento de estar haciendo algo malo y solo me dormí con los videos repitiéndose en mi cabeza, al día siguiente no podía dejar de pensar en esos pequeños agujeros siendo empalados por grandes vergas, no pude resistirme a la tentación y esa misma noche terminé masturbándome mientras veía los videos, incluso terminé teniendo varios favoritos, había uno de un niño siendo desnudado por su padre para terminar por mostrar su pequeño traserito a la cámara, algo en mi había cambiado y sentía enormes ganas de meter mi verga en esos pequeños culitos tiernos.

Así duré la mayor parte del tiempo, continúe con mi vida normal, pasaba tiempo con mi esposa e hijo, yendo a visitar a mis padres, a mis suegros, conviviendo con mis compañeros de trabajo deseando terminar el turno lo más rápido posible para llegar a casa en la noche y poder pasar un tiempo a solas con mis videos de pequeños actores porno.

Hace un mes terminé por crearme una cuenta de Twitter donde charlaba con otras personas que tenían los mismos gustos que yo pero no duraban ni siquiera dos días cuando sus cuentas eran restringidas por la app, me llegó a pasar lo mismo repetida veces, en una ocasión cuando conversaba con señor de mi misma edad me contó que era maestro de primaria y cuando los niños iban a jugar al patio solía pedirle a un niño diferente cada vez que se quedará para enseñarles a chupar una buena verga, y cuando llegaba a casa su hijo de nuevo lo esperaba en 4 para ser follado, antes de que su cuenta fuera restringida intercambiamos fotos y resultó que teníamos un físico similar, hasta la edad de nuestros hijos era la misma, cuando lo pensé de mejor manera, me imaginé a mi pequeño Tomás y a mi como en uno de esos videos con los que solía masturbarme, me quedé con las ganas de hacerlo muchas veces ya que no me atrevía de nuevo por este sentimiento de estar haciendo algo moralmente incorrecto, pero como siempre mi curiosidad y morbo ahora sí sexual terminaron por cargarme y me aprovecharía de que mi hijo era muy curioso y preguntón.

Hace 4 semanas que mi hijo salió de vacaciones, era un jueves por la mañana, 7:00 a.m. para ser exactos, mi esposa acababa de irse a trabajar, tenía un horario de 7:30 a 2:30 de la tarde. Yo salía a trabajar a las 3 y regresaba a las 12 de la noche y como Tomás estaba de vacaciones pues tendríamos más tiempo juntos, era su primer semana de descanso y cada día cuando se iba su mamá salía de su cuarto para acostarse conmigo en la cama.
En cuanto mi esposa salió me apresuré para quitarme el pantalón y quedarme en una trusa, sin taparme con las sábanas y haciéndome el dormido, mi hijo entró a la habitación y trato de despertarme llamándome repetidas veces, no le respondí así que se acercó y al notar mi bulto se quedó sentado observándolo, de repente lo tocaba y llegó hasta a olfatearlo, el corazón me latía a tope e incluso temblaba un poco por el nerviosismo. No llegué a intentar nada ese día pero desde esa vez me quitaría mi pantalón para dejar que mi hijo alimentara su curiosidad, durante los días también me iba preguntando cosas ya subidas de tono, en su escuela le estaban enseñando sobre los aparatos reproductor es y sus compañeros lo llegaban a confundir cuando le hablaban sobre sexo, yo como todo padre responsable me encargue de que no le quedará ninguna duda pero también le hablaba y contestaba acordé a su edad.

Era viernes, ya había pasado una semana desde que comencé a mostrarle el bulto a mi niño y ese día se atrevió a dar un paso más arriesgado, lentamente tratando de evitar despertarme bajo mi trusa hasta liberar mi pene gordo en estado flácido, me imagino que era su primera vez viendo un pene ya que apenas y me lo tocaba, yo por dentro estaba muriéndome por los nervios que sentía, abrí un poco los ojos y ver a mi pequeño Tomás tan cerca de mi miembro observándolo con curiosidad me excitó tanto que se me puso dura, se quedó asombrado un rato mirando hasta que comenzó a intentar masturbarme, con su tierna y corta mano rodeó todo mi pene de 19 centímetros, lo hacía muy torpemente pero se sentía lo suficientemente rico como para hacerme gemir levemente, no pude contenerme más e hice como si me despertara, rápidamente se quitó de mi entrepierna y puso un rostro serio como si esperara ser regañado, por el contrario hice como si me sorprendiera al ver mi pene ya erecto y le pregunté que si me estuvo tocando mientras dormía, con mucha pena en su rostro me dijo que si pero que ya no soportaba y quería tocarla, yo le dije que no había de que preocuparse ya que era normal entre padre e hijo tocar mutuamente sus cuerpos, era un acto de cariño y amor familiar que solo se podía hacer entre ellos y que podía tocarla si quiere.

Ya habiéndole dado luz verde a mi pequeño Tomás para tocar la verga de su papi le fui enseñando como masturbarme y tocar, al cabo de unos minutos ya había aprendido como hacerlo, estuve gozando por 20 minutos como mi adorado y hermoso hijo me la jalaba con sus pequeñas manos, me sentía bastante sucio y enfermo pero estaba demasiado caliente como para pensar con la cabeza de arriba, en un momento Tomás me dijo que tenía curiosidad de verme todo desnudo, ahí fue cuando no soporte más y me puse de pie apartando al niño con mis manos, me quité toda la ropa hasta quedar completamente desnudo frente a mi hijo, Tomás se quedó observando mi cuerpo con ojos de admiración más que de calentura, pude notar su pequeña erección y le dije que sería su turno de mostrarme su cuerpo, lo levanté en la cama para que estuviera a mi altura y muy suavemente le quite la ropa, recordando todas esas veces que lo metía a bañar conmigo, pero ahora era diferente, lo estaba desnudando para hacerlo mío.

Mi hijo no suele ser tímido pero en esos momentos de verdad mostraba mucha vergüenza, se veía muy tierno y hermoso estando apenado tapándose su pene erecto de unos 7 centímetros. Acosté a Tomás en la cama y para enseñarle más cosas comencé a hacerle sexo oral, su cuerpo temblaba cada vez que lo succionaba y me decía que le daba cosquillas, no duró mucho hasta que terminó por sacar un líquido y ahí le expliqué que había tenido su primera eyaculación, aún faltaba para que le saliera semen como tal pero ya estaba en proceso, le dije que si quería ver cómo el mío sacaba el mismo líquido, ya con un poco más de confianza sonrió y dijo que sí, «Ven hijo, chupa la verga de tu padre» fue lo que le dije antes de tenerlo succionando mi pene como si fuera un dulce, lejos de mostrar asco o alguna otra emoción se mostraba con ganas de estar pegado en mi entre pierna, tuve que ayudarle a chuparla ya que era un poco malo, pero aún así lo disfruté bastante, «Papi, me gusta mucho la tuya, sabe rico» decía mi niño.

Cuando sentía que estaba por correrme aparte a Tomás y lo puse boca abajo, le dije que le volvería a hacer cosquillas pero ahora en su traserito, cómo si ya supiera que hacer levantó su culito suave, blanco y lampiño para mí, ver ese huequito tan rosado y apretado me volvió loco y rápidamente me puse a chupar, le daba nalgadas, metía mi lengua dentro de su recto, le dejé su ano rosado escurriendo mi saliva mientras el gemía y se retorcía.

Saqué un lubricante que tenía en un cajón que era para relajar la zona anal, (ya me había cogido a mi esposa por ahí) le aplique una buena cantidad en su culito y también a mi verga que chorreaba gotas de semen, me dispuse a meterle los dedos para hacerlo aguantar mi verga y que no le doliera tanto, aproximadamente unos 10 minutos estuve jugando, metiendo mis dedos dentro de mi pequeño Tomás.
Le di la vuelta para poder observar su rostro mientras lo penetraba y poco a poco fui metiendo mi pene en el, le dolió bastante así que estuvimos un buen rato intentando, me pidió muchas veces que la sacará porque le dolía pero le dije que esto era lo que hacian los padres cuando querían mucho a sus hijos, era una forma de mostrar amor, y le dije que me ponía triste el saber que no le gustaban mis muestras de afecto, cambió un poco su rostro a uno de lástima y me dijo que si le gustaba, que siguiera metiéndola, muy felizmente le di las gracias ya que los hijos cuando se dejan penetrar están diciendole a sus papás que también los aman, me dijo que ya no le dolía tanto y que me amaba muchísimo, «Entonces si me dejas meter mi pene dentro de ti? Te amo mucho, hijo» «Si papá, hazlo, yo también te amo».

Después de esa charla ya no era tan difícil meter mi verga en el aunque seguía estando demasiado apretado, sabía que no duraría más de 20 minutos dentro, pero igual goce cada minuto, me movía lento y suave para no lastimarlo, cuando estaba por correrme me agaché para acercarme a mi pequeño niño y besarlo en sus labios, pase mi brazo por su espalda y la otra la puse en su cabeza, nuestros cuerpos estaban pegados y soltando un largo gemido solté toda mi leche dentro de mi hijo, Tomás estaba cansado y se le habían salido unas lágrimas, después de correrme me sentí horrible como si fuera la peor persona del mundo, me dispuse a bañarlo con agua tibia para limpiarlo, lo besé muchas veces y le dije palabras bonitas en dado caso de que estuviera triste, y en general desde ese día consiento mucho a Tomás ya que me siento mal por lo que le hice, aún sigo pensando en que estuvo mal haber tenido sexo con el y el remordimiento no me deja dormir, el sexo con mi esposa ya no ha sido el mismo, trato de dejarla satisfecha para que no sospeche nada pero por dentro solo puedo pensar en mi niño Tomás y en su carita infantil cuando lo estaba penetrando.

Espero que con el pasar de las semanas ese sentimiento de culpa se convierta en morbo otra vez ya que verdaderamente amo a mi hijo y quiero no solo cogérmelo, sino hacerle el amor, mi perspectiva había Tomás ya no es la misma, quiero volver a tenerlo en mi entrepierna chupando mi verga pero la culpa no me deja, el amigo con el que charle por Twitter es de la misma ciudad que nosotros, y de hecho conozco la escuela donde da clases, ya no hablamos pero trataré de ponerme en contacto con el para explicarle lo que hice, esperando un consejo de su parte.

Jamás había sentido nada por los niños y es tan raro que en tan corto tiempo me haya surgido este gusto, pero leyendo los relatos de otras personas ya no me siento tan culpable.

29 Lecturas/12 julio, 2025/0 Comentarios/por Bohasewiki
Etiquetas: anal, bisexual, gay, incesto, mayor, padre, sexo, vacaciones
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