Desde los 5 años los maduros se rendían a mis pies….
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ya estoy llegando a los 50 años de vida y hace poco que encontré esta página y me deleite de sus relatos y me sentí tentado a contarles mis vivencias desde que tenía 5 años; todas son verdaderas y espero que los disfruten. Primero quiero indicar quien soy, me llamo Daniel, soy de Chile; vengo de una familia cuya madre se separo antes que yo naciera, ella Enfermera de profesión que tenía un hijo de 3 años en ese entonces; Mi padre enviudo joven con dos hijas de 3 y 5 años en ese entonces, él era Ingeniero Comercial (gracias a Dios ambos aún viven). Se conocieron y al cabo de 2 años decidieron casarse y luego quisieron tener un hijo en común y ahí entro yo en juego. Como ya mi medios hermanos me llevaban varios años me crié con una personalidad muy fuerte y decidida, mis padres en especial mi madre me consentía en todo, y al final me daba cuenta que podía hacer lo que yo quería casi los dominaba a mis antojos. Ahora paso a contar mis experiencias sexuales a tan temprana edad….. para los veranos mis padres y mis hermanastros pasábamos las vacaciones en el campo donde mis abuelos maternos lejos de Santiago donde vivía, pero por trabajo y la escuela de mis hermanos ellos tenían que devolverse ya para mediados de febrero, como yo aún no cumplía 5 años me quedaba con mis abuelos un par de semanas mas y luego mi madre me iba a buscar. Como aún hacia mucho calor en el campo mi abuela me llevaba al río para que me bañara y disfrutara del agua mientras mi abuelo hacia algunas tareas típicas del campo, el río no quedaba lejos de la casa; pero el día previo a que mi madre llegara a buscarme mi abuela no pudo llevarme al río y tuvo que ser mi abuelo quien me llevara, como siempre yo me bañaba completamente desnudo y mi abuelo pendiente de que no tuviera ningún accidente, insistí que se bañara conmigo y desistió por no llevar traje de baño, insistí que lo hiciera desnudo como yo y al final lo convencí aunque con mucho temor lo hacía (él ya tenía 56 años) al verlo desnudo quede como hipnotizado y no podía evitar verlo a cada momento, cosa que el se dio cuenta y decidió mejor salirse del agua y luego de secarse vestirse, pero en mi mente quedo las ganas de tocarlo, acariciarlo y disfrutar su cuerpo peludo, pero ya no podría ser ya que al día siguiente regresaba a Santiago, pero decidido a que a la próxima eso sería una realidad. Esto pasó a los pocos meses después, a penas cumplí los 5 años le pedí a mi madre que me llevara donde mis abuelos (yo no iba aún a la escuela), ella no quería pues mi abuela no estaba en el campo por estar cuidando a un hermano de ella que estaba grave en una ciudad bien al sur del campo, cosa que yo ya sabía y por eso insistí hasta que accedió, ya que eso me daba la oportunidad de estar a solas con mi abuelo y disfrutar de su cuerpo como me lo propuse ese día en el río. Al llegar fui muy bien recibido y por trabajo y por cuidar a mis otros hermanos mi madre se devolvió al día siguiente. Era temporada de inicio de invierno y se oscurecía temprano, La primera noche dormí sólo en una pieza al lado de la de mi abuelo, con unas ganas de estar compartiendo su cama, pero no tenía la excusa para hacerlo, pero a la siguiente noche si la tuve, empezó a llover muy fuerte, nos acostamos temprano y empezó a caer truenos, relámpagos y aunque no le tengo miedo a ello fue la oportunidad perfecta, llegue a su pieza y le dije que tenía miedo y si podía dormir con él, accedió pensando que después que me quedara dormido me llevaría a mi cama, yo me hice el dormido e intentó hacerlo (llevarme a mi cama), pero me negué al final tuvo que acceder (ambos nos dábamos la espalda). Después de un momento noté que se quedó dormido pues empezó a roncar y decidí darme vuelta y abrazarlo, como vi que no hizo ningún gesto de rechazo empiezo a acariciarle el pecho peludo haciéndole creer que yo estaba dormido, luego bajo mis manos y empece a acariciarle su pene por encima de sus calzoncillos, e inmediatamente dejo de roncar, pensé que había despertado y me iba a correr la mano, pero no se movía y que la caricia que le hacia su pene empezaba a erectarse, como no vi ningún rechazo decido introducir mi mano dentro de sus calzoncillos y casi automáticamente se le erectó de una forma bestial, era mi primera vez que le tocaba el pene a alguien y me parecía algo increíble, minutos después el se da vuelta y me da la oportunidad en esa gran oscuridad tener la posibilidad de mamarle ese gran trozo de carne tan dura como un fierro como lo sentía en mis manos (debió medir unos 17 cm. pero muy grueso ya que mis manos no alcanzaba enlazarlo ni la mitad). Como veía que no hacía ningún gesto de rechazo le bajé los calzoncillos y me agache y empece a mamárselo, al principio note un sabor húmedo y salino (mezcla de líquido seminal y orina) pero era delicioso lo estuve haciendo por un buen rato cada vez mas fuerte y el único movimiento que hizo fue acomodarse para que yo estuviera mas cómodo haciéndolo, cosa que aproveche al máximo y sentía un gemido cada vez más intenso de su parte que me motivaba aún más, hasta que trato de sacarme la cabeza de su pene cosa que no permití y casi de inmediato siento como se orinaba dentro de mi boca, (eso pensé, pero era su leche de hombre maduro que yo estaba saboreando y que gran parte de el trague sin querer), otra parte ensucio mi pijama , que él limpio con suavidad. Después me di vuelta cosa que el hizo lo mismo, quedando espalda con espalda, pero al poco rato noto que se da vuelta y me abraza con mucha ternura a pesar de que era un hombre robusto (1,75 de estatura y unos 90 kg.); lo que siguió pasando con él y con mis otros grandes amores sexuales a esa edad muy temprana se los voy relatando prontamente.
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