Despedida de Soltero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leopoldodiga12.
El bullicio que hay dentro del apartamento penetra dentro de mis oidos causándome una jaqueca tremenda. Por mis venas ha dejado de circular sangre, la he remplazado por alcohol. Las botellas vacias de Ron, vodka y tequila reposan sobre la barra de la cocina y el último vaso de whisky se sirve.
-Ya no queda mas con que celebrar- dice Alejandro desde la cocina. -Tenemos que ir por mas.
Se han vuelto locos, en verdad que estos chicos no conocen límites, yo por mi parte mas bien parezco un muerto viviente con tantos tragos que me le he metido al organismo.
-Tengo una mejor idea- dice Damian. -Vamos a buscar unas chicas.
Valla, los demas compañeros le aplauden por la excelente idea que ha tenido.
-Iremos al "Ejecutive"- dice Daminan. -Seguro aun quedan chicas disponibles.
El ejecutive es un bar bastante peculiar, hay chicas bailando sobre un escenario, se desvisten para atraer clintes y al final
de la noche se van con ellos.
-No cuenten conmigo, en dos dias es mi boda y prefiero quedarme en casa- dice Jorge mientras apaga el equipo de sonido.
Los otros chicos no tardaron en llevarle la contra, era por él que se hizo la reunión, es su despedida de soltero. Los ruegos y las maneras interminables de pretextos para que los acompañara fueron insuficientes.
-No insistan amigos, vallan ustedes y desquiten todo ese "veneno" que traen dentro. Los puedo llevar en mi camioneta a donde ustedes gusten, yo me quedaré en casa- dice el festejado.
**
El semáforo cambia a verde y la maquina traga gasolina en exceso y en un par de segundos pasamaos del estado de reposo a las 70 MPH. Experimentamos un frenesí mientras escuchamos la cancion "radioactive".
-Cuidense mucho, no tomen mucho- bromea Jorge mientras los compañeros bajan de la camioneta.
-No me quedaré con ellos, ¿me podrías llevar a mi casa?- pregunto intentando obtener un si como respuesta. -ya estoy un poco cansado.
-Claro, no te preocupes, me queda de camino-
Llego a mi casa al fin, las ganas de orinar me sacan de un solo salto de su camioneta, subo a la banqueda y busco mis llaves con deseperación mientras Jorge espera en medio de la calle a que entre a casa. ¡Maldición! digo en mi mente y me regreso a la camioneta.
-¿Qué sucede? ¿todo bien?- pregunta desconcertado.
-He olvidado mis llaves en el apartamento-
Ahí vamos de regreso mientras el motor sediento de gasolina se la traga, los semaforos en rojo no son impedimento ahora, los pasa como si no existieran. Le veo a la cara y parece que se quedar dormido, le doy un golpe y reacciona. Experimento el miedo, si llevo vivo a mi casa será un milagro.
Subimos las escaleras del edificio hasta el tercer piso, es en verdad una penitencia. Abre la puerta y corro al sanitario para que no me ocurra una desgracia, de regreso paso por la cocina y ahí están mis llaves sobre la barra. Llego a la sala de estar y Jorge se a tirado sobre el sofá, parece muerto pero al escuchar su respiración me constato que solo duerme.
-Jorge, anda, despierta que tengo que llegar a casa- susurro moviendolo de un lado a otro. -Despierta que ya estarde.
Solo esto me faltaba, tener que lidiar con un borracho no es mi fuerte y menos cuando todo me da vueltas. Tendré que pedir un taxi. Cierro la puerta y levanto con dificultad a Jorge del sofá, practicmente su peso descansa sobre mi espalda, no parece entrar en si, con esfuerzo logro llegar a su habitación y lo arrojo sobre su cama. Me digo a apagar la luz y parece que él trata de decir algo.
-Jorge, soy Leo, ya me voy, cerraré la puerta al salir, no te preocupes- le digo sin obtener respuesta.
Me da lástima, si llega a moverse un poco caerá de la cama, me acerco e intento moverlo hacia el centro de la cama y al tirar de sus pies me embarro de no se que cosa. ¡Que asco!, corro al lava manos y rápido me aseo. Regreso y lo primero que hago es quitarle esas asquerosas botas, para que se las ha costurado a la pier, tiro de ellas y no ceden pero nada es imposible, asi que intento hasta que logro despojarlo de sus dos botas negras de piel.
-Gracias Ali- dice y apenas logro decifrar lo que intenta pronunciar. (Ali es el nombre de su futura esposa)
Me dirijo al interruptor para apagar la luz y salir de la habitación, cuando le hecho un vistazo y no puedo evitar contemplar la majestuosidad de hombre que tengo frente a mi, su camisa abierta hace exponer su pecho, lo he visto sin camisa y me he dado cuenta que es un orgulloso portador de unos pectorales bien trabajados. Humedezco el labio superior mientras la respiración se acelera poco a poco.
-Jorge, ¿estás despierto?- pregunto mientras me acerco al costado de su cama.
Lo veo de cerca y algo me inpide alejarme de él, su frente esta invadida por gotas de sudor, hace un calor insosportable y no veo por ningun lado el control remoto del minisplit. Me desago de los botos que aun impiden ver su abdomen, lo hago lentamente pensando en no despertarlo.
Es realmente hermoso, es todo un semental.
Trago saliba y no puedo, la boca se me ha secado solo por tener estos pensamientos que arden dentro de mi mente, le acaricio las tetillas rosadas y de inmediato se contraen, la rode en circulos con mi dedo ahora humedecido con mi saliba. Dentro de mi hay una lucha, mi sexo tiene una batalla para liberarse de mi pantalón, la ereccion que me está causando esta escena me ha puesto duro.
Acaricio su pecho solo con la punta de mis dedos hasta llegara a su pálido abdomen, ¡Dios mio! es tan hermoso, e imagino lo que tendrá día y noche su futuro esposa.
Le abro el pantalón y de inmediato logro ver sus calsoncillos, unos boxer blancos de algodón, me encanta, bajo con delicadeza el sierre del pantalon y por la abertura del boxer logro ver piel erógene, wow, la tempreatura se incrementa en mi cuerpo.
Siento arder.
No pierdo tiempo, la lujuria se ha apoderado de mi, no pienso con claridad, solo me limito a actuar y lo que hago me encanta. Deslizo hacia abaojo el elástico de su ropa interior y rapido aparecen sus castaños vellos púbicos, cortos y bien delimitados. paso mis dedos entre ellos como si fuera una peineta, llego hasta la base de su pene y lo dejo al descubierto. Un pene pálido y flacido reposa cobre mi mano, me acerco a olfatarlo y el aroma a hombre me recibe, es una delicia, y no puedo evitar lamerlo, le lamo una vez y otra enseguida, la saliva lo hace brillar al contacto con la luz, me encanta y de pronto parece que esta a punto de despertar, sus torpes saltos me lo cominican y rapidamente me lo introduzco en entre mis labios. ¡DAMN! y mil veces ¡DAMN! es cálido y un suculento trozo de carne masculina. Juego con él y soy testigo de como comienza a creccer dentro de mi, crece tan rápido que apenas me da tiempo de darme cuenta, y de pronto ya no es suficiente el espacio y dejo sali un poco de él. Lo saco por completo y lo admiro en todo su esplentor.
Ahora es alto, consistente un repleto de prominentes venas, es mejor de como lo imaginaba. El glande es enorme, descomunal, la punta del pene de color rosa que me pone mas excitado de lo que estoy y como si fuera una serpiente alimentándome, lo engullo hasta tenerlo completamnete dentro, experimento arcadas pero las ignoro, la lengua lo acaricia y de pronto Jorge gime una vez, y lo hace de nuevo, no me detengo, al contrario lo hago cuantas veces me sea posible mientras que el futuro esposo comienza a retorser su cuerpo.
-Leo, por favor para- advierte entre murmuros.
No le contesto con palabras, lo hago con acciones y creo ser muy claro, no paro y no pararé hasta ver como Jorge se va.
Lamo como un canino lame sus heridas, lo hago consecutivamente, sin parar u con unas ganas de dejarme impregnado de sus sabor.
-¡Me, me Corro!- dice Jorge en un mar de gemidos y cuerpos retorcidos mientros como un volcan expulsando la lava, él expulsa una inmensa cantidad de semen ardiente, lo hace en un par de chorros que llegan hasta la carganta por si solos, no me queda mas que tragar y lo hago con gusto. Presiono sus testpiculos como para no dejar nada para despues y Jorge se queja y quime de nuevo.
***
Sé que esto no hubiera pasado si él no quisiera, es algo que no se platica pero se tiene la convicción que ambos lo gozamos.
Hoy los veo desde la segunda banca de la iglesia, se le ve feliz y lleno de vida, pero aquella noche yo lo vi muerto y regresó a la vida.
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