Despertando al sexo siendo un niño
Admirando la bella anatomia de mi tio Carlos, el mas cariñoso de los hombres que pasaron por mi vida.
Sentado en una de las tantas plazas que hay en mi bella ciudad mientras espero a mi cita, observo a una familia integrada por el papá, la mamá y un pequeño de aproximadamente 8 años, no puedo dejar de notar ciertos modales muy femeninos en el niño ante la diversión de la madre y el descontento evidente del padre, en mi ciudad del norte donde los hombres si no son unos verdaderos machos entran en la categoría de maricones o afeminados, de allí la preocupación del padre de que su retoño no sea un macho pelo en pecho.
Esa escena me lleva a mi siguiente historia que tiene algo de ficción y algo de realidad….
Recuerdo los días de mi infancia en esa enorme casa en el barrio antiguo de mi ciudad al norte de México, era una casa antigua con paredes de adobe de dos pisos, con arcos en las paredes, pisos de barro y un hermoso patio central lleno de plantas, a pesar de que la casa era enorme y estaba ubicada en un lugar privilegiado mi familia no era rica ni mucho menos, mi madre me comentaba que los hermanos de mi abuela habían gastado el dinero de la familia en malos negocios y en parrandas, en esa casa habitaban mis abuelos maternos y mi bisabuela por parte de mi madre, en la casa no había derroches pero tampoco pasábamos hambres, mi madre era hija de un primer matrimonio de mi abuela, las hermanas de mi madre ya estaban casadas y hacían su vida aparte, así que en esa casa también estaban los hijos del segundo matrimonio de mi abuela, mi tío Carlos, mi tío Fidel y mi tía Herlinda, la casa era enorme y abarcaba todo el terreno, al frente tenia la entrada para la cochera y a un lado el acceso a la casa.
Mi bisabuela Angelina tenia unos hermosos ojos celestes ya que era de ascendencia francesa por lo que mi abuela tenia ojos verdes al igual que mi madre, yo herede el color de ojos de mi madre.
Los recuerdos se atropellan en mi mente y los trato de escribir en orden.
Recuerdo que a mi padre lo conocí hasta que cumplí cinco años, ya que el estaba trabajando en los Estados Unidos.
Por lo que la figura de un padre la tenia en mis dos tíos.
Un recuerdo que tengo muy presente es el estar vestido de niña y estar agarrado de la mano de otro niño, esto durante los juegos de mi tía Herlinda con sus amigas quienes exclamaban lo bonita que me veía vestida de niña, ya que en ese entonces se usaba que los niños trajeran el cabello largo y mi madre dejaba que mi cabello creciera hasta mis hombros, mi cabello era de un negro muy fuerte al igual que mis pestañas y mis cejas bien definidas, de mas esta decir que era un niño de facciones muy finas. Así que los juegos de mi tía consistían en vestirme de niña a escondidas de mis abuelos, nos hincaban en el suelo y a mi me colocaban un velo de novia y hacían el simulacro de una boda, recuerdo que gritaban beso, beso!
Por lo que nos acercaban a mi y al otro niño hasta que nuestros labios se juntaban, yo a esa edad no le encontraba nada malo ni sentía ninguna especie de atracción por el otro niño.
Si recuerdo que había cosas que me molestaban, y era la gente desconocida que me cargaba en la calle o me tocaba la cara diciendo que bonita niña y mi madre exclamando: es niño!
Yo no se si mi forma de ser se fue definiendo en base a los comentarios de la gente o a la sobreprotección de mi madre, que no me dejaba salir a jugar a la calle y me limitaba a ver por la ventana a los demás niños de la cuadra que corrían sudoroso bajo el sol del Norte.
Mi madre cuidaba a una señora por el rumbo elegante de mi ciudad, donde había casas que parecían palacios, casas con arquitectura modernista, de amplios accesos, ventanas de piso a techo y acabados de lujo como cantera o mármol, el trabajo de mi madre la obligaba a quedarse de lunes a sábado, por lo que yo me dormía en el cuarto de mi bisabuela para no estar solo en el cuarto que ocupábamos mi madre y yo en el segundo piso.
Siempre fui un niño mimado, todo el mundo tenia detalles lindos conmigo, mi abuela horneaba galletas de chocolate para que comiera en la merienda y mi bisabuela me hacia camisas de algodón con telas que ella compraba especialmente para mi, era su muñequito.
Como dije anteriormente a mi padre lo conocí hasta los cinco años por lo que la figura paterna yo la tenia en mis dos tíos, mi tío Carlos que era casi de la edad de mi mama y Fidel que era un año mas chico, mi tío Carlos era alto y con un cuerpo de atleta ya que el trabajaba de soldador y hacia mucho ejercicio, mi tío Fidel era un poco mas bajo pero con un cuerpo igual de fuerte, herencia de mi abuelo que a su edad rondaba el 1,90 de estatura y era robusto como un toro, con su cabello totalmente blanco y sus cejas negrísimas.
Siempre fui muy consentido por mis tíos que me tenían como su mascota y me sacaban a pasear con sus novias, evento que yo aprovechaba para pedir todo lo que quisiera, por lo que seguido me enfermaba del estomago.
Aun recuerdo ese día que mi bisabuela murió, el piso estaba mojado y resbalo golpeándose la cabeza, murió en el instante, eso trastoco mi vida y dio paso a lo que viviría años después.
Durante el funeral escuche a mi madre hablar con mi abuela para saber donde dormiría yo ya que como les comente yo dormía con mi bisabuela, mis mayores decidieron que yo dormiría en el cuarto de mis tíos, ellos no opusieron resistencia ya que era su adoración, recuerdo que el primer día que dormí sin la compañía de mi bisabuela fue cuando durante los rezos me dormí en un sillón, cuando desperté estaba en la cama de mi tío Carlos, desperté y me levante para ir a la cocina por un vaso de agua.
Mis abuelos estaban desayunando y me ofrecieron café y un pan de dulce, mi madre ya se había ido al trabajo.
A esa edad uno no comprende el significado de la muerte, solo se que la casa se sentía un poco triste sin mi bisabuela, los espejos estaban con una tela negra y durante días no hubo música en la casa.
¿Cuando empieza uno a reconocer la belleza de un cuerpo masculino?
Mientras mi cuerpo era la de un niño frágil, mis tíos eran de brazos fuertes y espaldas anchas, el sudor de mis tíos era fuerte y me picaba en la nariz, la voz era ronca y temía cuando me hablaban fuerte, cuando hacia travesuras y quebraba algo con la pelota.
Pero el enojo era momentáneo de inmediato me sonreían y me daban un dulce o una galleta, me cargaba en sus hombros y yo me sentía protegido.
En la noches de verano cuando el calor era sofocante mis tíos se despojaban de su ropa y lucían sus cuerpos en pleno vigor de los años juveniles, no recuerdo cuando me vi admirando esas anatomías, ver la hilera de vellos que se perdían en el elástico de sus calzoncillos blancos, y mi mirada se detenía en esos bultos de ensueño, cuando se acostaba mi tío y su paquete quedaba a milímetros de mis manos, cuando despertaba y su cara estaba muy cerca de la mía, podía sentir su respiración en mi nuca y no podía evitar estremecerme, volteaba a ver a mi tío que dormía profundamente, lo veía de perfil, pelo negro y ondulado, sus cejas negras y gruesas, su boca entreabierta, con mis diminutos dedos recorría el perfil de su nariz y tocaba sus labios, su pecho fuerte se movía siguiendo el compas de su respiración, acercaba mi mano a la suya y podía sentir sus manos duras y con callos, cuantas veces pude admirar sus erecciones, mentalmente compara su verga con la mía y la adivinaba grande y poderosa, la trusa blanca resaltaba en su cuerpo moreno quemado por el sol, sus piernas eran gruesas, fuertes y me llamaba la atención los pelos en los dedos de sus pies, muchas veces me sorprendí acariciando su cuerpo sintiendo esas diferencias, mi tío despertaba y solo me sonreía, me abrazaba y se volvía a dormir conmigo en sus brazos, allí estaba yo atrapado en esa masa de músculos pequeño y frágil pero protegido, yo me dejaba querer y muchas sensaciones pasaban por mi cuerpo infantil.
Ahora esperaba con ansias la hora de dormir, mi abuela me daba de cenar y después de ver un rato la tele me mandaba a dormir, yo renegaba diciendo que hasta que mis tíos se fueran a acostar no me iría a dormir ya que me daba miedo estar solo, mi tío me cargaba en sus brazos y me llevaba a su recamara, yo me acostaba y veía como mi tío se iba desvistiendo para mi, cuando desabrochaba la camisa del trabajo, abajo de esa camisa usaba una playera blanca interior que estaba un poco desgastada y se traslucían sus pezones morenos, después se sentaba en la cama y se despojaba de sus pesadas botas industriales, se desabrochaba el pantalón y se acostaba, yo me acercaba a el y el me rodeaba de los hombros, aspiraba el fuerte olor de hombre que ha trabajado todo el día, el me miraba y me cerraba un ojo, y me decía: te quiero bebe hermoso.
Esas palabras me hacían sentir especial.
Yo me dormía y no me daba cuenta a que horas se quitaba el pantalón solo se que en la mañana ya estaba en calzoncillos, a veces estaba boca abajo y podía admirar su trasero que era muy redondo, cuando estaba amaneciendo la luz del día invadía el cuarto y mi tío se veía hermoso, tosco pero de una belleza muy masculina.
Fueron muchas veces que desperté admirando a mi tío Carlos, o cuando salía de bañarse y se enrollaba una toalla en la cintura, cuando se perfumaba para su novia, y delante de mi se despojaba de su toalla y podía admirar su verga morena, sus huevos llenos de pelos, esa imagen esta muy grabada en mi mente, ver cuando buscaba sus calzoncillos y se los ponía dándome la espalda, acomodándose su miembro delante de mi, se ponía su loción para después de afeitar y con sus grandes manos tomaba mi cara entre sus manos y me daba ligeras palmadas en mis cachetes…
-Para que huela rico mi bebe-
¿Cuando fue que empece a ver con odio a sus novias?
Fue durante un paseo en la Alameda Mariano Escobedo, enfrente estaba un cine muy grande el Montoya, los domingos en la mañana pasaban películas infantiles, ese día vimos una película de un cómico mexicano llamado Capulina, recuerdo que siempre me sentaban en medio, pero ese día la novia de mi tío pidió sentarse en medio de los dos, durante la función pude darme cuenta que ella aprovechaba para acariciar a mi tío y darle besos sin importarle la película, yo estaba molesto pues me sentía ignorado. Cuando salimos del cine fuimos a comer a un restaurante y no quise comer, mi tío me rogaba que comiera algo pero yo estaba en mi plan de niño furioso.
-¿que tiene mi bebe, se siente mal?-
-¿te quieres ir para la casa?-
-¿quieres un helado?-
Entre mas me rogaba mi tío, mas importante me sentía, la novia de mi tío le decía que no me hiciera caso.
-Lo tienes muy consentido, a la próxima salimos solo los dos-
MI tío y yo acompañamos a su novia a la parada del camión y después nos fuimos a la casa.
-¿te sientes mal bebe?-
No le respondí y mi tío se limito a abrazarme, durante el trayecto de regreso me fui recostado en sus piernas.
A esa edad un niño es egoísta y yo sentía que mi tío Carlos me pertenecía, solo que no sabia para que o cual era el motivo de mis acciones.
Era verano y en la colonia empezó a sufrir recortes de agua, por lo que nos vimos en la necesidad de cuidar lo poco que juntábamos en la mañana antes del corte, así que por las noches cuando mi tío Carlos llegaba del trabajo nos bañábamos juntos para no desperdiciar agua, yo ya lo había visto desnudo muchas veces, pero ver como enjabonaba su cuerpo, como corría el agua por todos sus pliegues y esquinas donde el sol no llegaba era algo en verdad bellísimo.
Mi tío me ponía shampoo en el cabello y su verga quedaba a milímetros de mi cara, verla así desnuda y mojada me hipnotizaba, no se si mi tío se daba cuenta de los sentimientos que me provocaba, después el se ponía una toalla en su cintura y a mi me envolvía en otra toalla, me levantaba en sus brazos y me llevaba a su cama para que me vistiera.
Recuerdo que los domingos en la mañana mi tío se ponía su uniforme de futbol y salía a jugar temprano, llegaba a las 10 de la mañana con la ropa sucia, sudado y cubierto de polvo, esa imagen de verlo así salvaje y super masculino me hacia sentir cosas que aun no comprendía, pero que me gustaban sobre todo cuando me sonreía.
Un domingo llego con dos amigos a la casa, mi tío se despojo de su playera y únicamente andaba con un short negro y franjas amarillas a los lados, compraron cerveza y se pusieron a tomar en el patio, mi mama y mi abuela estaban en los preparativos de los alimentos del mediodía, el olor del ajo y el comino al momento de licuarlos y el olor de la cebolla en el aceite caliente invadían la casa, yo estaba en el pasillo del segundo piso viendo a mi tío y a sus amigos, uno era bajito y moreno, de cuerpo delgado pero marcado, el otro era de cabello muy corto, de cuerpo grueso, muy piernudo y nalgón, de risa fácil y constantemente se rascaba los huevos.
En la consola de la sala sonaba la música norteña de Los Tigres del Norte y Ramón Ayala.
Mi tío me vio y me hablo.
-Ven bebe-
No muy convencido baje y me acomode entre las piernas de mi tío.
-Que ojos tan bonitos tiene la niña- comento el amigo de mi tío, el moreno bajito.
-No es niña, es mi sobrino-
-Ha caray jajajajajaja pensé que era una niña-
Durante el rato que estuvieron en la casa, ese joven no me apartaba la mirada y eso me incomodaba, por lo que me fui a la cocina con mi abuela y mi madre, ya no quise salir al patio.
Mi tío y sus amigos empezaron a hacer los preparativos para una carne asada, compraron hielo, cerveza y botanas.
Mas tarde a esa reunión se integraron mi tío Fidel, mi tía Herlinda, mi abuela y mi madre quienes se sentaron en sus mecedoras y se limitaban a platicar entre ellas.
Recuerdo que el amigo de mi tío sin previo aviso me sentó en sus piernas, mi pierna rozaba su bulto y por ser una tela delgada podía sentir claramente la tibieza de su entrepierna, mi corazón empezó a latir aceleradamente y me retumbaba en mi cabeza, nunca me había sentido así al estar junto a alguien y sobre todo porque sentía su mano en mis nalgas, y pude sentir como el bulto del joven empezaba a ponerse duro, algo me decía que me quitara y algo me impedía alejarme de ese lugar, mis tíos ya se habían retirado al igual que mi abuela y mi madre, ya era de noche y de los 4 focos que había en el patio solo funcionaba uno.
Recuerdo muy bien que ese joven me acercaba hacia el y yo hacia por retirarme, mi tío se dio cuenta de eso y me hablo.
-Ya vete a tu cuarto bebe, yo voy mas tarde-
Al día siguiente era Lunes por lo que la reunión se acabo a las 8 de la noche.
Mas tarde llegó mi tío a la recamara, solo se despojo de sus tenis y se acostó a un lado mío, por sus movimientos me pude dar cuenta de que estaba borracho.
-¿te molesto mi amigo?-
-No- le respondi.
-¿te toco?-
-si-
-¿donde?-
-mis nalguitas-
-Chiquito, cuando alguien te este haciendo cosas malas dime de inmediato-
-tenia miedo-
-Nunca tengas miedo y nadie tiene que tocarte sin tu consentimiento….¿o te gusto?-
Me quede callado y mi tío se dio cuenta de mi nerviosismo.
-bebe, puedes decirme con confianza, ya sabes que yo te quiero mucho y siempre te voy a cuidar, pero dime…te pareció guapo mi amigo?-
-Si-
-Bebe, me voy a poner celoso-
-¿porque?-
-porque nunca me has dicho si te gusto y vi como te sentaste en las piernas de mi amigo-
No respondí y solo le di la espalda, estaba muy confundido, el amigo de mi tío era muy guapo, pero nunca me había visto en una situación así, había algo en su mirada que me incomodaba, porque era una mirada diferente, era una mirada llena de morbo y cargada de malos pensamiento, cuando veía sus ojos, sentía que me quería traspasar y ver en el fondo de mis pensamientos, era una mirada con interrogación. Yo solo era un niño y no tenia la capacidad para saber si eso era bueno o malo, tenia sentimientos encontrados, ese joven me ponía tenso, incomodo.
Solo recuerdo que a partir de ese día el trato de mi tío cambio, cuando venían sus amigos a la casa ya no me dejaba acercar a ese joven moreno y atractivo, después supe que ese joven se llamaba Pedro y tenia 20 años, la misma edad de mi tío Carlos, si mi tío veía que el se me acercaba, de inmediato me hablaba y no dejaba que Pedro me hablara.
-Oye compadre que bonito esta tu sobrinos-
-¿te gusta? Te lo regalo jajajajajajj- Respondió mi tío.
-Si me lo ando llevando- Le respondió Pedro a mi tío Carlos.
-¿Bebe, te quieres ir con Pedro?-
Yo me limitaba a mover mi cabeza diciendo que no.
-Nomas que si te lo llevas lo tienes que acostar contigo, porque a el no le gusta dormir solo- le dijo mi tío a Pedro.
-No me digas que se duerme contigo cabrón-
-Así es, mi bebe no se duerme si no estoy con el-
Pude notar en las palabras de mi tío un tono como diciendo que yo era de su propiedad, que no se me acercara, Pedro se quedo callado y solo se me quedo viendo, quizás tratando de adivinar que tipo de relación había entre mi tío y yo, me pude dar cuenta como Pedro se acomodo su verga y cuando levante la vista, me di cuenta que el me había visto, me sentí como cuando hacia una travesura y era descubierto, cuando voltee a ver a mi tío, también me se dio cuenta donde tenia mi mirada, en el bulto de Pedro.
Era obvio que su amado sobrino estaba descubriendo cosas…y el quería guiarme.
Tan pronto como mi tío llegaba a la cama, podía sentir como me abrazaba y podía sentir la respiración en mi nuca, la tibieza de su cuerpo y he de confesar que por un momento pensé en Pedro, con mis ojos cerrados imagine que en lugar de mi tío, era Pedro el que me abrazaba, una rara sensación me recorría por completo, una sensación que no podía describir, era una sensación de atracción y rechazo.
En ese momento me di cuenta que sentía algo especial por mi tío Carlos, porque si pensaba en Pedro estaba traicionando a mi tío Carlos, no se como paso, pero acerque mi boca a los labios de mi tío Carlos y lo bese despacio, con miedo que despertara y se fuera a enojar, mi tío al parecer estaba despierto o medio dormido porque me abrazo mas fuerte y me devolvió el beso.
-bebe- me dijo despacito, mi tío Fidel estaba en su cama, pero nos daba la espalda, el cuarto era grande y estaba obscuro, por el ventanal podía ver claramente como las luces de las casas centellaban y sobre la noche obscura, la silueta del cerro de la silla se recortaba claramente por la luz de la luna, mi tío tomo una de mis orejas en su boca y la chupaba dulcemente, después beso mi cuello, yo estaba tenso, temeroso.
-No tengas miedo bebe, sabes que eres mi adoración-
Mi tío fue besándome con dedicación y paciencia enseñándome a descubrir nuevas sensaciones en mi boca, introdujo su lengua en mi boca y sentí como si mil alfileres se clavaran en mi piel, podía sentir la dureza de su verga a través de la tela de sus calzoncillos, tímidamente fui bajando la mano y tome su verga, mi tío bajo su ropa interior y pude rodear con mi mano el grueso tronco de su verga, podía sentir la humedad de su glande, mi tío se sentó en la cama y sin perder tiempo y sin yo darme cuenta ya estaba mi cara ante su barra de carne, tenia los pelos recortados, con voz ronca me pidió que abriera la boca, así lo hice y fue metiendo su verga en mi boca, fue el instinto que me hizo chupar ese caramelo que se me ofrecía sin reserva, con habilidad mi tío me fue indicando el ritmo y profundidad que el deseaba, no se cuanto tiempo paso y de pronto mi tío emitió un gemido y se fue descargando en mi boca.
-Tomate todo- me dijo.
Su verga fue latiendo pausadamente en mi boca y en cada latido era expulsado un chorro de una sustancia espesa y tibia, con un ligero sabor salado, ese sabor se quedo impregnado en mi boca.
Mi tío tomo su playera y limpió su miembro que fue perdiendo su dureza, después con la misma prenda me limpio mi boca.
-Duérmete bebe-
Me abrazo de nuevo y así desnudo nos dormimos, a mi tierna edad ese evento desencadeno una serie de sentimientos, el sabor de su semen en mi boca me hacia desear hacerlo de nuevo, de tener la verga de mi tío Carlos en mi boca y chuparla mucho tiempo, de que ese instante fuera eterno.
Cuando desperté al día siguiente mi tío estaba acostado desnudo y con la verga apuntando al techo empujando la sabana formando una montaña, mi tío Fidel no estaba en su cama, destape a mi tío y pude admirar a plena luz la verga de mi tío, no era muy grande y no estaba circundado, la piel de la punta se abría tímidamente sin liberar el glande rosa, gruesas venas lo rodeaban y olía a pescado, imagino por la eyaculación de la noche anterior, acaricie su estomago sintiendo los vellos que empezaban alrededor de su ombligo y se prolongaban hasta su ingle y mas allá de sus piernas, a pesar de haberlo visto desnudo muchas veces en el baño, siempre dormía con sus característicos calzoncillos blancos que en el elástico decía: ZAGA con letras negras, esos calzoncillos blancos que siempre cubrían sus erecciones matutinas, pero ahora estaba ante mi su hermosa verga disponible para lo que yo quisiera.
Mi tío se despertó y me dijo que tenia ganas de orinar, se levanto así desnudo y fue al baño, desde mi lugar pude escuchar como descargaba la vejiga, escuche que abrió la llave del lavabo y después salió secándose con la toalla, su verga no perdía dureza y se balanceaba al caminar.
Mi tío se acosto a lo largo de la cama, y sin decir ninguna palabra me tomo del brazo y me acerco de nuevo a su verga, olía a jabón Nórdico, un jabón que venia en una caja negra de cartón, abrí mi boca y ya con la experiencia de la noche anterior y sin que mi tío me guiara le chupe y le mame esa hermosa verga que tenia el vigor de los 20 años, conforme avanzaban mis acciones sobre la verga, esta expulsaba liquido baboso y salado, mi tío tensaba sus piernas y abría los dedos de los pies, esperando la eminente descarga de semen, solo sentí su pesada mano en mi cabeza cuando de nuevo entre gemidos mi tío se descargo por segunda vez en mi boca.
-Bebe ponte tu ropa y ve a desayunar que tu abuela te ha de estar esperando-
Mas tarde mi tío se fue a su trabajo, el día tomo su curso normal, eran vacaciones escolares y no tenia nada que hacer mas que perder el tiempo viendo la televisión o jugar solo, a mi mente venia el recuerdo de lo que había ocurrido con mi tío y eso me aceleraba el corazón de una manera que me gustaba.
MI abuelo se la pasaba en su recamara escuchado música antigua y mi abuela se recostaba en la recamara esperando las 6 para hacer la cena.
Ese día 14 de Agosto de 1971 nunca lo olvidare.
Faltaban unos días para mi cumpleaños y mi tío me había dicho que tenia un regalo especial para mi, mamarle la verga por las noches ya se había hecho un habito cotidiano, mi tío esperaba a que mi tío Fidel se durmiera, y con suaves empujones de su verga en mis labios era su forma de despertarme, yo abría la boca y la recibía gustoso, chupándole la verga hasta que el se descargaba, y así sin palabras establecimos un pacto secreto, a nadie le extrañaba que anduviera todo el tiempo pegado a mi tío, ya que desde pequeño fuimos muy cercanos.
Ese día mi tío llego antes de tiempo, ya sabia los hábitos de mis abuelos, yo estaba jugando en el patio, el llego y con un gesto me pidió que no hablará, el se fue caminando por las escaleras hacia la recamara de nosotros, se sentó en la cama y tomando mi rostro entre sus manos deposito un beso en mis labios, podía sentir a través de su pantalón de mezclilla la dureza de su miembro.
-Te voy a dar tu regalo bebe-
De la bolsa de su pantalón saco un recipiente pequeño, lo puso en la cama, después se desabrocho el pantalón y se lo bajo hasta las rodillas, sobre la punta de su verga se notaba una mancha de humedad, el me puso hincado en la cama y me bajo el short junto con mis calzoncillos que tenían dibujos de barquitos, pude sentir como una sustancia gelatinosa era embarrado en mi culito, después la sensación de que algo me invadía, por instinto hice el esfuerzo de cerrarlo.
-No tengas miedo bebe, este día te voy a dar tu regalo-
-Pero mi cumpleaños es el sábado- le comente extrañado
-Si bebe, pero ese día no vamos a tener oportunidad-
Poco a poco mi tío fue dilatando mi culo, primero un dedo y después dos dedos entraban sin esfuerzo, vi como mi tío se puso atrás de mi y vi sus piernas gruesas y peludas, pude sentir como algo grueso y duro fue entrando en mi cuerpo, al principio sentí algo de dolor he hice el intento de quitarme, mi tío me sujeto fuertemente y pude sentir como ese intruso fue avanzando despacio y sin detenerse, tuve la sensación de cagar y me dio vergüenza de que se me fuera a salir la caca, per ese reflejo fue aprovechado por mi tío y me penetro hasta el fondo, alrededor de mi culo sentía como un hormigueo que me llegaba hasta los antebrazos y en la base de mi nuca, era algo que me lastimaba pero a la vez me parecía placentero, mi tío me fue penetrando suave y sin prisa, metiendo y sacando su miembro de mi culo, eso me hacia cerrar los ojos y sin darme cuenta estaba gimiendo disfrutando de esa mi primer cojida, a los casi siete años cumplidos mi tío me estaba cojiendo mientras mis abuelos tomaban la siesta en el piso de abajo.
Sin detenerse hasta eyacular en el fondo de mis tripas mi tío fue saliendo suavemente de mi, pude sentir como algo escurría por mis piernas, con miedo acerque mis dedos y me di cuenta de que era semen, mi tío fue por papel higiénico al baño, me limpio muy bien y me subió la ropa de nuevo.
-¿Te gusto mi regalo bebe?-
-Si tio, me gusto mucho- le respondió con las mejillas coloradas por la excitación.
-No le digas a nadie, es nuestro secreto, siempre que tengamos oportunidad lo haremos de nuevo y las veces que tu quieras-
Hojala hubiera sido así como mi tío me prometio, quizás mi tío nunca había tenido relaciones sexuales con una mujer y cuando conoció a una chica del barrio que tenia fama de ligera, fue cuestión de tiempo para que poco a poco se fuera alejando de mi a veces entre sueños podía sentir como me desnudaba y sin decirme nada me penetraba hasta descargarse en mi interior, pasaba noches sin venir a dormir a la casa, muchas mañanas desperté solo, y el llegaba ya avanzada la mañana y oliendo a alcohol, se encerraba en la recamara para que nadie lo molestara, yo extrañaba su verga, esos momentos en que me hacia suyo, cuando usaba mi cuerpecito infantil para quitarse las ganas.
Su cuerpo antes atlético fue perdiendo forma, su barriga se fue haciendo mas prominente, de repente se acordaba de que tenia a su putito en casa y me hacia señas para que lo acompañara a la recamara, pero yo me negaba, la conexión ya se había roto y lo sentía lejano, distinto y a pesar de que dormíamos juntos, a veces prefería dormir con mi tío Fidel o con mi tía Herlinda con tal de no dormir solo.
Mi tío Carlos ya ni siquiera me decía bebe, me hablaba por mi nombre.
Recuerdo muy especialmente ese verano del 71, fue el cumpleaños de mi Abuelo, hubo cerveza y carne asada, mi tío Carlos andaba de novio con una chica de mejor reputación, la distancia entre los dos era mas que evidente, ese día me encontré de nuevo con Pedro, esa vez no andaba con ropa deportiva que era como siempre lo veía, esa vez andaba muy vaquero, con un pantalón negro muy ajustado que mostraba unas piernas de jugador de futbol, una camisa de cuadros y hasta con sombrero, no pude dejar de verlo durante todo el día, de pronto me sentía atrapado viéndolo, yo andaba en la cocina buscando servilletas que me pidió mi abuela, cuando el fue por mas cerveza al refrigerador.
-Hola bebe-
Yo estaba arriba de una silla tratando de alcanzar las servilletas, cuando el las tomo y me las entrego, me sujeto del cuerpo y me ayudo a bajar de la silla, el contacto de sus manos me gusto y me acelero el corazón, de que un adulto me dedicara su atención.
Tome las servilletas y me aleje rapidamente.
La fiesta transcurrió con mucha cerveza y música norteña hasta muy noche.
Yo tenia sueño pero no me quería ir a dormir solo, MI tía Herlinda estaba con su grupo de amigas, y mis tíos cada uno con su novia.
Poco a poco la gente se fue despidiendo.
Ya era muy tarde y mi Abuela le comento a Pedro que se quedara a dormir ya que como no tenia carro los camiones ya no pasaban tan seguido, Mi tío Carlos se había ido con su novia a otra parte y mi tío Fidel andaba muy tomado y ya se había ido a acostar.
-Duérmase en la cama de Carlos es matrimonial y mi nieto no creo que se moleste si se acuesta en su cama, al nene no le gusta dormir solo-
Yo solo escuchaba pero no comprendía las cosas ya que estaba con mucho sueño, me fui a dormir y casi detrás de mi entro Pedro a la recamara.
Se sentó en la cama para quitarse las botas, vi como se despojo de su camisa y la aventó a una silla, su espalda se veía amplia y tenia muchos vellos al terminar la espalda y se perdía en su pantalón, así sin levantarse se quito el pantalón y solo se quedo vestido con una trusa tipo bikini color gris con rayas negras, la tela al ser muy elástica se amoldaba a su entrepierna por lo que el bulto de su verga y sus huevos gordos se contorneaba muy claramente, lo mas bello de ese cuerpo era su abdomen marcado así como su ombligo rodeado de pelos, el sabia muy bien que yo lo estaba observando y sus movimientos eran estudiados como exhibiéndose ante mi.
Recuerdo que se acosto de lado viéndome a la cara mientras se acariciaba su verga.
Yo estaba como hipnotizado sin poder apartar mi vista.
Ni siquiera puse resistencia cuando el tomo mi mano y la puso sobre su verga que ya empezaba a ponerse dura.
-Estoy enamorado de tus ojos- me dijo con una hermosa sonrisa que le ilumino el rostro.
Se acerco a mi y me beso muy suave, con delicadeza, no podía creer que en esa cama donde había dormido con mi tío Carlos, ahora estaba con otro hombre que me despertaba cosas, solo recuerdo que de pronto y sin saber como mi mano ya estaba adentro de su trusa gris sintiendo la tibieza de ese nuevo cuerpo que se me ofrecía, Pedro me fue guiando sin prisas, me fue deslizando hacia abajo hasta quedar mi cara frente a su verga morena que tenia una curvatura hacia el frente y casi topaba con su ombligo, era gruesa de la base y se iba haciendo delgada hacia la punta de la misma, por lo que podía meterme una buena parte de su verga en la boca, se la fui chupando con la experiencia que ya tenia gracias a mi tío Carlos.
Vi como humedeció un dedo en su boca y me lo fue metiendo en mi culto que ya no era virgen, muy despacio tratando de no hacer ruido se fue acomodando arriba de mi, pude sentir claramente como la verga de Pedro entraba en mi cuerpo, el peso de su cuerpo sobre el mío era algo muy sensual para mi, sentir la tibieza de su cuerpo semi desnudo no lo podría explicar, Pedro me estuvo cojiendo por un buen rato, siempre suave pero firme, sus quejidos los sentía muy cerca de mis orejas y me gustaba mucho, pude sentir claramente como acelero sus movimientos hasta que se descargo en mi interior.
Después todo fue silencio entre los dos, no recuerdo a que horas me quede dormido, solo se que al despertar el ya no estaba en mi cama, había madrugado para irse a su casa, no se si todo lo planeo para pasar la noche conmigo y quitarse las ganas de hacer el amor con un nene de siete años.
El siguiente hombre que entro a mi vida al menos por unos meses fue mi maestro de catecismo, era un joven guapísimo de nombre Javier, el debió darse cuenta de las miradas que le echaba, como me encantaba verlo con sus pantalones ajustados, tenia unas piernas muy bonitas y no se diga los brazos en esas ajustadas camisas, solo se que fue cuestión de días para que después de clases me quedara un rato a solas con el, y en ese breve tiempo era de mamada y metida de verga, siempre llegaba a casa con el culo rebosando de semen o la boca impregnada de su semen, me fui convirtiendo en un nene muy despierto en cuestión de hombres sabiendo cuando había la oportunidad de tener algo mas, descifrando esas miradas con el hombre que me gustara y tomando yo la iniciativa.
Mi tío Carlos y Pedro fueron los dos primeros hombres en mi vida, paso el tiempo y a Pedro lo seguí viendo cuando iba a casa de mis abuelos, pero ya no hubo nada entre los dos, yo nunca lo busque, mi tío Carlos se caso a los 23 años y dejo la casa paterna, Mis padres se divorciaron o mas bien mi papá ya no regreso, mi madre encontró un buen hombre y me dio su apellido, con el tiempo me fui convirtiendo en un joven mas abierto a la gente, aventuras nunca me faltaron ni tampoco amores, siempre vivi plenamente mi homosexualidad hasta el día de hoy.
¡Magnífico!
Excelente relato. Espero y haya una seguna parte.
No manches amigo linda historia y tu relato super buenisimo espero sigas contando mas porque estoy seguro que tienes mas para contar saludos amigo… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Muy bien contado, me gusto mucho.
Excelente !!!
Muy buen relato y muy bien escrito. Ojalá le sigas.