Después de 30 años.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace 30 años, llegaba yo a esta ciudad con un trabajo nuevo y un mundo de ilusiones, salir adelante. Ejercer mi profesión y, por sobre todas las cosas vivir.
Un día de aquellos años caminaba yo por el centro de la ciudad y se me cayó, no se la causa, un cristal del anteojo de sol que llevaba puesto; por suerte no se rompió y veo que a media cuadra había una óptica, me dirigí allí y al empleado, más o menos de mi edad, que me atendió le pedí si podía arreglarlo, lo hizo y mientras tanto charlamos de cosas sin sentido. Cómo me gustó. Alto, morocho, muy elegante, bien bronceadito. Pero bueno, no me animé a decir nada porque el no insinuó nada.
Pasó el tiempo, desde ese día siempre que paso frente a su óptica o nos encontramos por la calle nos saludamos. Le compró la óptica al patrón anterior, trabaja con su esposa en ese lugar, ya tiene un hijo que lo acompaña, pues estudió y es técnico óptico.
Yo ahora tengo 53 y han pasado por mi cola muchas vergas;grandes, normales y chicas y de haber convivido con gente buena, muy buena y no tan buena. Además por ser gerente de la empresa muy famosa donde trabajo debo cuidarme mucho.
En una página de avisos clasificados publiqué: "Si sos bien activo y querés estar con un pasivo maduro, comunicate". Recibí unos cuantos mail, pero este me llamó la atención, intercambiamos y me pareció alguien serio, de 55 años. Así fue que concretamos encontrarnos en mi casa, vivo solo. Y quién era? el dueño de la óptica.
Ambos nos asombramos pero comenzamos la franela enseguida porque tenía poco tiempo, cuando peló la pija es descomunalmente gruesa y bastante larga. Nos desvestimos, fuimos a la cama y fue una real batalla campal de besos, caricias, lamidas, lenguetazos desenfrenados y me hizo que se la chupe, adoré hacerlo. Luego me dio vuelta y me chupó el culo de una manera descomunal. Por último se me subió encima y empezó a empujar con su verga en mi culo, sólo lubricado por la mamada que le pequé me puso todo su pedazo y gozé como perra. Al rato cambiamos de posición, me puso con mis piernas sobre sus hombros y me dió un meta y saca descomunal. Por último se me subió encima y se pajeó un ratito y me llenó la cara, el cuello de leche. Qué rico!
De ahí en más tenemos los mejores encuentros sexuales, entre las 15 y las 16, dos veces por semana. El único horario en que coincidimos pero me coge como nadie.
Amo su verga y su manera de hacerme sentir una perra puta en celo. Casi no salí con nadie más. con semejante macho tengo para saciarme.
Esperé mucho, pero estoy recuperando el tiempo perdido. Nada mejor que a uno lo cojan!
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