Después de desvirgarme, fui la putita del capitán.
¡Dios! Apenas me cabía en la boca, eso que yo tenía unas buenas tragaderas. Abría la boca todo lo que podía, pero no era capaz de chuparle más que la cabeza de esta. .
Este relato es la historia que vivió Miguel García, un lector de mis relatos, el cual me escribió pidiendo si podía escribir sus recuerdos de cuando fue desvirgado, a sus recién cumplidos 20 añitos. Fue en Alicante donde estaba realizando el servicio militar, y fue su capitán quien lo desvirgó, convirtiéndolo luego en su putita.
Llevaba casi un mes siendo follado por mi capitán, después de haberme desvirgado en su cuarto de la compañía donde yo estaba realizando el servicio militar. Después de aquel día, volvió a darme por el culo varias veces más, además de ser su asistente, era su putita particular. Mi culito ya estaba acostumbrado a su gorda polla y no había semana que no me follara varias veces. A mí aquello me encantaba, tenía un macho que me daba verga, después de haberme desvirgado y iniciarme en el sexo gay.
Mi culito era totalmente de su exclusividad, me dejaba tan pero que tan abierto y satisfecho, que no necesitaba de otras pollas que me dieran por el culo. Hasta que un día, mi capitán me propuso realizar una orgía con varios amigos suyos. Sería en su casa, para lo que me daría todo el fin de semana libre, e iría a dormir a su piso, piso que tenía en Alicante.
Por supuesto que no hizo falta que insistiera mucho para convencerme, aunque yo tenía mis dudas y temores, pero si no aceptaba, sabía que mi vida en aquel cuartel iba a ser un infierno. Así que prefería claudicar y dejar que mi capitán hiciese de mí, lo que quisiera.
El viernes por la tarde, salí del cuartel rumbo al piso que el capitán tenía en Alicante. Ya sabía donde era el piso, pues ya había estado allí con mi capitán en un par de ocasiones. Iba nervioso y excitado a la vez, sabía que me esperaba el capitán junto a 2 amigos suyos.
Cada vez que me iba acercando más al piso donde me esperaban el capitán y sus amigos, un miedo iba recorriendo mi cuerpo, cada vez iba estresándome más y más. Cuando toqué al timbre para que me abrieran el portal del edificio, noté como las piernas me temblaban y un sudor frío, recorría todo mi cuerpo, pero aquello ya no tenía marcha atrás. Cuando me abrieron la puerta del portal, empujé la misma, entrando en el edificio.
Iba subiendo para el apartamento del capitán con aquellos nervios que cada vez me atenazaban más, a la vez que según me iba acercando, la excitación que sentía iba en aumento, ya estaba empalmado y mi culito temblaba, no sé si de emoción o de miedo. No conocía a los amigos del capitán, y aunque sentía algo de miedo, estaba intrigado por conocerlos.
Cuando llegué a la puerta del apartamento, esta ya estaba abierta, allí me estaba esperando mi capitán. Estaba con el torso desnudo, solo llevaba puesto un pantalón de deportes.
Pasa pasa, ya verás lo que te espera dentro. Pasé esperando a que el capitán cerrase la puerta, siendo llevado luego por el capitán hacia la sala donde estaban sus 2 amigos.
El capitán venía pegado a mí, con una mano sobándome el culito, a la vez que me decía lo mucho que lo iba a disfrutar. Ya verás maricón como vas a gozar esta noche, hoy tu culito se va a hartar de polla, te vamos a dejar bien preñado y abierto.
Nada más entrar en el salón, allí estaban de pie esperándonos sus 2 amigos. Ambos estaban desnudos, solamente llevaban puesto los calzoncillos, notándoseles unos tremendos bultos.
Dios, al momento mi cara se enrojeció al ver aquel cuadro. Ambos eran de la edad de mi capitán, uno era alto y fuerte, notándosele un paquete enorme, y el otro era más bajo y con una ligera barriguita, pero su paquete, aunque menos abultado, también me pareció enorme.
Sin más preámbulos, el capitán me ordenó que me desnudara, cosa que empecé hacer, viendo como aquellos hombres no me quitaban la vista de encima.
Estaba enrojecido y nervioso desnudándome, viendo como aquellos hombres junto a mi capitán terminaban por quitarse los calzoncillos, quedando en pelotas como Dios los trajo al mundo. Pude ver las herramientas que calzaban, viendo como el más alto y fuerte, tenía una polla enorme y gorda, colgándole unas enormes bolas, el otro, aunque algo más bajo, tenía una polla más corta, pero gordísima, joder era la más gruesa de las 3, eso que la de mi capitán era una polla bastante gorda.
Una vez me encontré desnudo por completo, poniéndome delante de ellos, el capitán me ordenó ponerme de rodillas. Cosa que obedecí al momento poniéndome cómo me ordenó, quedándome frente a aquellas vergas que me iban a follar aquella tarde noche por todos mis orificios. Me iban a preñar bien preñado y dejarme bien abierto y satisfecho de verga.
El primero en meterme la polla en la boca, fue mi capitán, que, sujetándome la cabeza, me ordenó abrir la boca, metiéndome de un empellón su gordo mástil.
Joder, ni tiempo me dio a saborear la polla de mi capitán, me la había metido hasta las amígdalas, noté como sus cojones pegaban en mi barbilla y su glande rozaba mi campanilla, haciéndome atragantar salivando por las comisuras de mis labios. Le puse las manos en el pubis, empujándolo para que me sacara la polla de la boca y pudiera respirar. Empecé a toser diciéndole que fuera despacio.
Ya maricón, ya, es que me tienes desesperado y no aguantaba más, me dijo metiendo de nuevo su polla en mi boca, pero ahora con más suavidad y dejando que yo fuese tragando poco a poco su gordo mástil.
Mientras mamaba la polla de mi capitán, los otros 2 maduros amigos de mi capitán se acercaban uno por cada costado, y mientras el capitán sujetándome con sus manos por la barbilla y nuca me introducía su polla en la boca, los otros 2 llevaban sus manos hacia mí. Uno llevó su mano a mi cabeza revolviéndome el pelo y acercaba su polla para que se la cogiera con mi mano y la acariciara; era la del más bajo de ellos, era la polla más corta, pero la más gorda de las 3, era una polla gordísima. Eché la mano a su entrepierna, empezándole a acariciar los gordos y suaves cojones, empezándole a descapullar la polla mientras le iba acariciando aquellas suaves bolas.
El otro maduro que era el más alto y fuerte de ellos, llevando su mano a mi espalda, empezó a acariciármela, para luego ir llevándola a mi pecho, apoderándose de mi pequeño e hinchado pezón, empezando a pellizcarlo y retorcerlo.
Como pude llevé mi mano a su entrepierna, empezándole a palpar aquel enorme falo, Estaba circuncidado, de los 3, era el más grande de todos, no era tan gordo como el del otro amigo, pero aquello se notaba enorme, aquello me iba a reventar el culo. Y joder encima tenía unas pelotas gigantescas, si contenían tanto semen como hinchadas y gordas se veían, me iba dejar bien repleto de leche aquel semental.
Mi capitán sacándome la polla de la boca, dejó el sitio al maduro más bajo para que le chupara aquella gordísima verga.
¡Dios! Apenas me cabía en la boca, eso que yo tenía unas buenas tragaderas. Abría la boca todo lo que podía, pero no era capaz de chuparle más que la cabeza de esta.
Mientras intentaba tragarme todo lo que podía aquel gordísimo mástil, mi capitán poniéndose en el suelo detrás mía, mojó con su boca 2 de sus dedos, llevándolos a la entrada de mi culo, empezando a abrirme el culo, metiéndome sus dedos en él.
Noté como mi esfínter se iba dilatando y cediendo, dejando paso a sus 2 dedos, hasta que estos terminaron por entrar por completo dentro de mí.
Estuvo abriendo y dilatando mi ano metiendo y sacando sus 2 dedos, hasta que, colocando la punta de su polla en la entrada a mi ano, dio una envestida mientras me sujetaba con sus manos por las caderas, ensartándome toda su polla dentro mía.
Abrí la boca y ojos, notando como la polla de mi capitán me abría el culo, introduciéndose hasta los mismísimos cojones.
¡Ohhh ooohhh ohhh! Gemí murmurando mientras tenía la gordísima polla del amigo en la boca, notando como mi capitán me ensartaba su mástil en lo más profundo de mis entrañas. Dios, notaba los cojones de mi capitán pegados a los míos, y como este manteniéndose pegado a mí, me abrazaba rodeándome con sus brazos por mi abdomen, mientras me gritaba lo maricón y puta que era.
¡Ufff maricón que pedazo de culo que tienes! Te voy a reventar este culito pedazo de maricón, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Gritaba introduciendo una y otra vez su polla dentro mía.
Solo se escuchaba gritar al capitán, y el golpeteo de su pelvis y pelotas chocar con mi culo, plof plof plof plof. Mientras mi cuerpo se bamboleaba a causa de sus envestidas, e iba tragando todo lo que podía la gorda polla de su amigo, y agarrado al enorme falo del otro maduro, el cual no dejaba de pellizcarme y retorcerme el pezón que ahora tenía súper hinchado, enrojecido y sensible.
Mientras mi capitán me daba por el culo, los 2 amigos se iban turnando para que les chupase la polla. Si la de uno era gordísima, la del otro era tan pero que tan enorme, que tampoco era capaz de tragarla por completo. Estaba alucinado de los enormes cojones que tenía el de la polla enorme y circuncidada, mientras mi capitán me daba por el culo y el más bajito me torturaba pellizcando el otro pezón, yo no dejaba de acariciar aquellas enormes pelotas del maduro que me introducía una y otra vez su enorme mástil en la boca, intentando que yo tragase por completo aquel enorme falo.
No dejaba de acariciar aquellas bolas, notando como mi pobre polla no dejaba de gotear semen, y mi culito se abría cada vez más con las fuertes envestidas que me daba mi capitán. Cerraba los ojos notando como aquellos 3 maduros me hacían suyo aquella tarde noche del viernes.
De repente mi capitán que estaba montándome a 4 patas sobre el suelo de la sala, empezó a galoparme más fuerte, mientras entre gruñidos, gritaba que se corría.
¡Ohhh maricón que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh me corro! Me corro, me corro maricón, gritaba clavándome una y otra vez la polla en el culo, empezando a eyacular regándome las entrañas con su esperma, dejándome preñado con su semen.
Una vez hubo soltado toda su leche dejándome preñado, su respiración se fue normalizando y su polla fue perdiendo rigidez, sacó su verga de mi culo, dejando este libre para que me enculara uno de sus amigos.
Joder maricón que pedazo de culo que tienes, me decía dándome 2 palmadas en él. Eres toda una puta, pero esta noche te vamos a reventar este culito tan bueno que tienes, pedazo de maricón.
Bueno ahora que se lo folle el siguiente, pero eso sí, hay que hacerlo con goma, que este culo solo lo follo yo a pelo. Así que ya sabéis, calzaros la verga y todo listo para vosotros, ya veréis que culito más rico se gasta el muy maricón.
Mientras yo no dejaba de chupar la enorme polla del más alto y fuerte de ellos, el que tenía la polla más corta y gorda, fue a por unos condones, y luego de dejar varios tirados en el suelo, empezó a ponerse uno, y una vez tubo su polla enfundada, colocándose detrás mía al igual que me había dado por el culo mi capitán, se arrimó a mí, llevó su mástil a mi ojete, y después de colocar la punta sobre mi esfínter, empezó a empujar sujetándome por las caderas.
¡Dios! Notaba como mi esfínter se iba abriendo y abriendo cada vez más, y aquella polla no terminaba de entrar en mi culo. Notaba mi esfínter dilatado al máximo y aquella gordísima polla no lo terminaba de traspasar. De pronto el maduro que me estaba empezando a sodomizar, sujetándome fuertemente por las caderas, dio un fuerte empellón, tragándome aquella gordísima verga de un solo golpe.
¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que me caían unas lágrimas por los ojos, al sentir como aquella gordísima polla me abría en canal, introduciéndose en mí.
Ya maricón, ya está, ya la tienes toda dentro. Buen culito tienes maricón, me decía dándome unos azotes en el culo, esperando a que mi culo terminara de dilatarse y fuese acostumbrándose al grosor de aquel intruso que acababa de invadir mi cuerpo, sodomizándome.
Recostado sobre mi espalda, a la vez que me retorcía y pellizcaba mis pezones que estaban hinchados y enrojecidos como fresas maduras, empezó a mover su pelvis, haciendo que se fuese deslizando aquella gordísima polla por mis entrañas, mientras yo chupaba la enorme polla y acariciaba las enormes pelotas del otro amigo de mi capitán, que aquella tarde noche del viernes, me estaban haciendo suyo. Aquella tarde noche, yo era la putita de aquellos 3 maduros.
Poco a poco fue incrementando la velocidad el que me estaba dando por el culo. Recostado sobre mi espalda, retorcía y pellizcaba mis pezones, culeándome cada vez más fuerte y a mayor ritmo, mientras me iba diciendo de todo.
¡Ohhh maricón que bueno estás! Que culito tienes cabronazo, te voy a dejar bien preñado y abierto, hijo de puta. Dios que gusto, maricón, ¡ohhh como me gusta este culito! Gritaba sin parar de culearme a toda velocidad, mientras yo con los ojos cerrados, disfrutaba de aquella follada, e intentando tragarme la enorme polla del maduro que me introducía su verga en la boca.
En varias ocasiones me había atragantado al haberme metido casi por completo aquella enorme polla en la boca. Notaba como mi boca no paraba de babear cayéndome las babas por la barbilla y comisura de mis labios, y de vez en cuando notaba los vellos púbicos rozarme la nariz, y las enormes pelotas golpearme la barbilla.
Notaba como la gorda polla que me daba por el culo, rozaba mi próstata, mantenía mi culo súper abierto, y sus cojones chocaban golpeando mi ano, haciéndome delirar de tanto gusto que estaba sintiendo.
De vez en cuando se escuchaba como su polla entraba en mí, pudiendo escuchar el sonido que hacía al entrar, chof, chof chof chof, y notaba como mi polla se bamboleaba soltando gotas de semen.
Aquellos cabrones iban a acabar conmigo. Me iban dejar el culo para el arrastre, y la mandíbula desencajada de tanto chupar las enormes vergas de aquellos 3 maduros. Ahora si que me podían considerar una auténtica puta, ahora era un maricón al servicio de mi capitán y sus vergones amigos.
Después de un buen rato de estarme dando por el culo el maduro más viejo y el que tenía la polla más gorda, noté como aceleraba las envestidas, clavaba sus dedos en mis caderas y empezaba a gritar que se corría.
¡Ohhh maricón! Me corro, me corro, gritaba dándome unas fuertes envestidas, haciéndome tragar por completo la enorme polla de su compañero.
Dios, me daba tan pero que tan fuerte por el culo, que me había tragado hasta los mismísimos cojones, la enorme verga que me tenía metida en la boca su compañero. Me sujeté fuertemente sobre sus piernas, y abriéndome en vómitos, empecé a soltar babas por la comisura de mis labios, nariz, y a llorarme los ojos. Me había hecho tragar aquella enorme polla llegándome a la tráquea, pensé que me ahogaba al notar como aquella enorme verga entraba por completo en mi boca, quedando mi nariz pegada a sus bellos púbicos y sus enormes pelotas debajo de mi barbilla.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Gritaba el que me daba por el culo eyaculando dentro del condón, manteniéndome fuertemente sujetado por mis caderas, clavándome sus dedos mientras terminaba de correrse, soltando todo su esperma, dentro del condón.
Una vez terminó de eyacular, dejando que su gorda polla terminase de soltar toda la leche que sus cojones contenían, sacó su verga de mi culo, y pegándome unas palmadas en mis glúteos, me decía lo bueno que estaba, el pedazo de culo que tenía, y lo maricón que era.
¡Ay maricón que pedazo de culo tienes! Decía golpeándome con sus manos los cachetes de mi culo. Como lo vamos a pasar esta noche, cabrón, te vamos a dejar bien preñado y abierto.
Yo sujetándome a las piernas del que faltaba por sodomizarme, trataba de recuperar la respiración, después de aquel atragantamiento de verga que había tenido. Notaba mi culito super abierto, después de haberse tragado y ser follado por aquella corta pero gordísima polla, el muy cabrón me había dejado bien abierto el ojete, si se les llega a ocurrir meterme en aquellos momentos los dedos en el ano, casi estoy seguro de que les abría cabido la mano completa.
Temblándome las piernas, miraba como el que faltaba por sodomizarme, se agachaba para recoger uno de aquellos condones que su amigo había dejado en el suelo de la sala donde me estaban follando. Mordiendo con los dientes la envoltura, sacó el condón, empezando a ponérselo mientras se iba acercando por detrás mía.
Yo miraba todo lo que iban haciendo, manteniéndome a 4 patas sobre el suelo de la sala. Mi capitán en pelota picada, sentado sobre el sofá, miraba como me follaban sus 2 compañeros. El más bajito ya me había follado, y ahora ataba el condón lleno de esperma, después de haberme dado por el culo. Y el que faltaba por follarme, se acercaba por detrás a mí, Ya se había puesto el condón, y se le veía una enorme y tiesa polla, que, junto a aquellos cojones, asustaba al ver aquella enorme herramienta.
Las piernas me temblaban, y el culo lo tenía dolorido y caliente después de las 2 folladas que me habían largado, sobre todo la última que me había dejado el ojete super abierto, después de haberme ensartado aquella gordísima polla.
Miraba para la verga que ahora me iba a taladrar el culo, y aunque todavía estaba excitado y caliente, sentía algo de miedo, no sabía si iba a poder aguantar aquella enorme verga, sobre todo después de haber sido follado ya 2 veces, en menos de 30 minutos.
Tranquilo maricón, no tiembles que ya verás como vas a disfrutar con la follada que te voy a dar, me decía acariciándome el culo mientras se arrodillaba detrás mía.
Cogiéndome por la cintura me pegó a él, notando como sus enormes pelotas se pegaban a mi culo, y su enorme y largo mástil lo ponía sobre mi espalda, mientras me decía que viera lo que me iba a meter en mi vicioso culo.
Mira maricón, mira todo lo que te voy a meter en este culito vicioso que tienes. Todo esto es para ti, te la voy a meter hasta los mismísimos cojones. Vas a gemir y chillar como una perra en celo.
Anda, túmbate en el suelo y ábrete de piernas que quiero follarte así echado sobre el suelo.
Tumbándome sobre el suelo como me había ordenado, notaba como un hormigueo recorría mi cuerpo al sentir al maduro abrirme de piernas, agarrarme con sus manos por la cintura pegando mi culito a sus genitales.
Así maricón, así. Anda levanta un poco el culito para que pueda meterte mejor la verga. Así, así, decía mientras yo levantaba un poco el culo, facilitándole la penetración.
Noté como colocaba la punta de su polla en la entrada de mi abierto y dilatado ojete, y poco a poco me iba introduciendo aquella larga y enorme verga en mi culito.
¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía notando como mi culito era invadido por aquella enorme tranca.
¿Te gusta maricón? Te gusta, ¿eh? Mira cómo gimes.
¡Ufff que gustito! Mira que mojadita tienes la pollita, la tienes toda pringada, maricón, me decía pasando sus manos por mi polla y genitales, mientras me arrimaba tirando por mi abdomen a la vez que me ensartaba la polla invadiendo mi cuerpo.
¡Dios! Aquella verga me llegaba a la boca del estómago. El muy hijo de puta tenía un vergón enorme. Me sentía totalmente invadido por aquella tranca.
Una vez me tuvo bien empalado, deslizando sus manos por mi abdomen, las fue llevando hasta mis hombros, y recostándose sobre mi espalda, empezó a darme por el culo. Primero fue moviendo su pelvis poco a poco, notando yo como aquella polla me iba taladrando el culo poco a poco, y como sus enormes pelotas chocaban una y otra vez con mi ano, haciendo que me abriera cada vez más de piernas.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Gritaba el maduro recostado sobre mi espalda a la vez que con su boca mordisqueaba mi oreja, mientras me culeaba, dándome por el culo allí tumbado siendo observado por mi capitán y el otro maduro.
Se podía escuchar los gritos que daba mientras me sodomizaba, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! El golpeteo de sus pelotas al chocar con mi ano, chof, chof chof chof, y los gemidos y lamentos que yo daba cada vez que su verga invadía mis entrañas, ¡ohhh! ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh!
Menuda follada que me estaba dando el muy hijo de puta. Yo no paraba de gimotear, notando como el maduro aquel me daba por el culo, y como mi polla no paraba de gotear semen.
Cuando empezó a culearme con mayor rapidez y darme envestidas más profundas, yo empezaba a gritar que me corría.
¡Ohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh! Gritaba yo explotando en un fuerte orgasmo que hizo que mi polla empezara a expulsar semen.
¡Dios! Había largado 4 largos trallazos de esperma, que me habían dejado medio ido.
Aún mi polla no había dejado de soltar semen, cuando el maduro gritaba que se corría.
¡Ohhh maricón me corro! Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba soltando todo su cargamento de leche en el condón.
Una vez hubo eyaculado y de su polla ya no salía nada, después de recuperar y normalizar la respiración, sacó su verga de mi abierto y dolorido culito, y dejándome allí tumbado mientras me recuperaba de la follada que me habían dado, se levantó, retiró el condón de su polla, yendo a tirarlo a la basura.
Luego de esta tremenda follada que me dieron y después de limpiarnos y vestirnos, bebimos unas cervezas y charlamos un buen rato, luego los amigos del capitán se marcharon y quedamos solos mi capitán y yo, ya que ambos íbamos a dormir ahí juntos, y donde volvería a ser follado por mi capitán.
Este relato es la historia que vivió Miguel García, uno de los lectores de mis relatos, el cual me escribió diciendo que le gustaba como escribía los relatos, y pidiendo si podía escribir sus recuerdos de cuando fue desvirgado.
Espero que les haya gustado, y además de excitarlos, los haya dejado bien calientes, como me ha dejado a mí, escribir esta bonita historia que vivió Miguel García a sus recién cumplidos 20 añitos.
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