Desvirgado a los seis 4

Pase de la inocencia a la realidad.
El segundo año de colegio llegó a su fin, con mis 7 añitos, mi culo recibió penes todo el año, » mi tío» todos los días y esos ocho alumnos de vez en cuando. Ahora iba a descansar durante tres meses, solo iba a pasarlo bien con mis amigos y mis primos en la playa. Para aclarar ciertas cosas, debo decir que mi mamá aún me ponía pañales, al llegar a casa del trabajo, me pasaba a buscar , me sacaba el uniforme y me ponía los pañales. A esas alturas, a mí me gustaba el aroma del talco cuándo me lo esparcía por mi culo y mi pene, y me ponía el calzon de goma, luego con el calzon de lana la sensación de agrado era total. Yo ya sabía controlar mi esfinter, solo que no se lo dije a mi mamá porque me gustaba tener los pañales puestos y sentir como se mojaban cuando me hacía pis, y cuando me hacía caca.

Bueno, esas son las consecuencias de ser penetrado a diario.

Comenzó un nuevo año y yo , con 8 años, creo que sentía reales ganas de tener sexo. Me levantaba pensando en llegar luego a la casa de » mi tío»para esperarlo en la cama desnudo, con mi culito preparado para recibir su maravilloso pene.

Sin ninguna variación, pasaron los años, y llegó mi cumpleaños número 12. El sábado que siguió al día de mi cumpleaños, «mi tío» hablo con mi mamá y le pidió permiso para llevarme al centro a enseñarme a jugar pool. Llegamos al centro, a un lugar en un entrepiso de un edificio más o menos viejo. Entramos y habían siete señores, más o menos de la edad de » mi tío», estaban jugando en pareja, con » mi tío» eran ocho. Me dijo que ma sentará para ver cómo jugaban. Al rato se acerca uno de ellos y le dice a » mi tío» si me puede dar un regalo de cumpleaños, y me llevo a una pieza al fondo, me dijo feliz cumpleaños y se sacó su pene, me dijo, tu ya sabes que hacer, entonces me agache, le tome su pene y comencé a chuparselo, ya empezaba a saborear de otra manera ese acto, realmente me gustaba sentir eso en mi boca, y me imaginaba lo que vendría después y lo deseaba mucho también. En ese momento me dice que me baje los pantalones, y como siempre tenía mis calzones de lana, me dice que me quedan muy bien pero que me los saque también, me pone en posición y me mete de un golpe su pene, me dolió, pero a la vez me gustó mucho. Me culeó un buen rato hasta que lanzo toda su leche adentro, luego que acabó lo dejo un rato adentro de mi culo, preguntándome si me había gustado, le dije que si, me encantó. Salimos de ahí y los otros seguían jugando, en eso otro de ellos le dice a » mi tío» que también me quiere dar un regalo, y otra vez vamos a la pieza, de nuevo empiezo a chuparlo sin que me lo pidiera, me saco toda la ropa y dejo que me meta su pene, me culeó rico también, duro menos que el anterior pero me gustó. Yo lo único que quería era que los otros señores también me culearan, y así fue, al final me culearon los ocho, porque » mi tío» también lo hizo.

A esa altura de mi corta vida , ya tenía claro que ser penetrado, por quién sea, era lo único que me interesaba. Además, como fetiche, me gustaba, y me gusta mucho, que me vean con pañales y calzones de lana.

Para terminar quiero decir que mi actividad sexual fue intensa, siempre entregandome cuando había una oportunidad, y muchas veces lo hacía con más de uno a la vez. Cómo echo de menos esa época, cuando, con solo una mirada , sabía que me iban a culear.

Eso era lo que quería contar, me habría gustado dar más detalles pero no los quise aburrir.