Desvirgado a los seis ll
De ahora en adelante todo iba a ser distinto.
Luego de esa primera penetración, a pesar de haber sentido algo rico, no me sentía contento de llegar a esa casa, porque, sabía que iba a estar con el y que me iba a doler. Así pasaron los días, recuerden que de lunes a viernes tenía que quedarme ahí. Llegó un nuevo lunes y se repitió la historia, solo que está vez no me dolió tanto como los otros días, como que el descanso del fin de semana me relajo un poco, también sentí que el me trató con más suavidad y me dió más amor.
Haciendo un paréntesis, quiero hacer una reflexión. He leído muchos relatos en los cuales los niños, como yo en ese momento, de seis años, tienen reacciones eróticas que no tienen relación con su edad. Yo, teniendo seis años , siendo penetrado por un adulto, jamás dije algo, siempre me callaba, aguantando el momento, sin tener idea que no era una situación normal, entregando mi cuerpo sin lujuria ni erotismo, si el me preguntaba si me gustaba, yo decía si, porque en realidad se sentía rico, pero de ahí a decir » si, metemelo rico, o acaba dentro de mi» , no creo que un niño de esa edad diga esas cosas, porque un niño de seis años todavía no está preparado para el sexo.
Luego de acabar adentro mío, lo saca con suavidad y nos dormimos por unos instantes, como todos los días, luego al despertar, me dice que me quiere enseñar otra cosa, que también me va a gustar. Va al baño y vuelve con su pico limpio, me dice, » quiero que lo beses y te lo metas en la boca» , me acerque, lo bese , abrí mi boca y me lo metí. Me enseñó a chuparlo, con calma, con harto amor, luego de un rato, siento que se me llena la boca con un líquido muy amargo, no me gustó para nada, pero me dijo que me lo tragara todo. Me acordé de la leche de magnesia que me daba mi mamá todas las noches, asquerosa. Pero con el tiempo uno se acostumbra a todo y me acostumbré a recibir su leche en mi boca luego de recibirla en mi culo.
De más está decir que jamás le conté a mi mamá, y no porque el me lo pidiera, sino porque me imagino que en el fondo yo sabía que no tenía que hacerlo.
Ya llevábamos una semana haciéndolo, y empezaron a aparecer las consecuencias. Cómo les conté al principio, yo aún usaba pañales, si, a los seis años aún usaba pañales.
Cómo todos los días, cuando mi mamá llegaba del trabajo, me pasaba a buscar y nos íbamos a la casa, ahí,me sacaba la ropa y me ponía los pañales con los calzones de goma, slips , calzones de lana, y el pijama. Hasta ese día, yo amanecía solo mojado, pero al día siguiente amanecí mojado y además cagado, mi mamá se sorprendió pero no le dió importancia, al contrario, fue comprensiva, muy comprensiva porque de ahí en adelante todas las mañanas tenía que limpiarme y bañarme.
Ese año siguió tal cual, todos los días igual, llegó el fin de año y las vacaciones de verano, lo que significaba que ya no iba a tener sexo con «mi tío» y a mi eso me dió un poco de pena porque me gustaba mucho que me culeara todos los días, lo tenía asumido.
Hasta aquí dejaré este relato por ahora, otro día seguiré.
comos igue