Desvirgado por el padre y tío de su amigo V.
Así fue como, Nando, un joven adolescente después de ser desvirgado y follado por el padre y tío de su mejor amigo, se convierte en la putita de ambos sementales. .
En la mañana de aquel día que recién comenzaba estaba a punto de conocer mi nueva vida, que poco sospechaba yo de cómo a partir de aquel día, iba a cambiar mi vida. La verdad es que todo empezó a cambiar desde el día anterior en que fui desvirgado y follado hasta la extenuación por el padre y tío de mi mejor amigo. Esta mañana estaba a punto de empezar a descubrir mi nueva vida. Vida que poco a poco iba a ir descubriendo. Ya había empezado aquella mañana a ser la putita de Oscar, el padre de mi mejor amigo, detalle que, por supuesto yo ni me había parado a pensar realmente, solo sabía que había dormido en la cama de los padres de mi mejor amigo y que su padre me había dado una tremenda follada aquella mañana. Follada con la que me había preñado por segunda vez y me había dejado el culo bien pero que bien abierto. Luego de follarme salvajemente y de haberme dado una buena ducha y haber desayunado junto a el padre y tío de mi mejor amigo, ahora estaba a punto de conocer donde iba a ser el putito y amante, de aquellos 2 perversos sementales que estaban empezando a cambiar mi joven e inexperta vida.
Por lo pronto enseguida iba a empezar a conocer lo perverso y morboso que era su tío, Mario, no solo iba a conocer el apartamento donde me iban a follar cuando quisieran, aquella mañana iba a conocer el picadero donde iba a ser la putita de aquellos 2 sementales, y donde el perverso y morboso de su tío, me iba a convertir en su objeto sexual.
¡Ay que inocente, maravillosa e inexperta juventud!
Mario, me había dicho que primero íbamos a ir a conocer el apartamento, que dejara allí la bicicleta y mochila que solía usar cada vez que venía a casa de Iker, que luego ya me traería de nuevo para que recogiera mis cosas y fuera para casa de mis padres.
Ahora vamos a conocer tu nueva casa. Esta va a ser tu casa a partir de ahora, va a ser nuestro picadero donde vamos a disfrutar y gozar, de este lindo y sabroso culito, me decía Mario, sobándome el culo cuando entraba en su vehículo para ir a conocer el apartamento donde iba a empezar a cambiar mi joven e inexperta vida.
Nada más entrar en el vehículo, ya todo mi cuerpo se estremeció. Todavía me dolía algo el culo, pero fue sentir la mano de Mario sobarme el cuerpo y los cachetes del culo, y empezar mi cuerpo a estremecerse. La piel se me había erizado y la carne puesto de gallina, recorriéndome por todo el cuerpo una corriente que me hacía encoger el estómago, pareciendo que tuviera mariposas revoloteándome el mismo. Cada vez que me tocaba tanto el padre de Iker como su tío, Mario, era la sensación que me recorría por todo mi cuerpo, no sabía el motivo, pero aquello era lo que sentía cada vez que tocaban mi cuerpo con sus manos.
No nos había llevado mucho llegar hasta el apartamento, alrededor de unos 25 minutos. Era un enorme y nuevo edificio, estaba en una zona de nueva construcción. La verdad es que al ver el edificio quedé algo sorprendido, se veía una zona nueva y bonita, por supuesto el edificio me gustaba, pero cuando realmente vi el apartamento, aún me gustó mucho más.
Entramos directamente al garaje del edificio y luego de dejar el vehículo en su aparcamiento, cogimos el ascensor que nos llevó a la planta donde tenía el apartamento, el tío de Iker, Mario.
Se trataba de la planta 24, al parecer era la última y allí había 2 puertas y al parecer las 2 eran del mismo apartamento, era enorme. Y lo mejor era la terraza que tenía y las vistas de esta.
Allí no solo se podría tomar el sol teniendo una fenomenal vista de la ciudad, si no que además podrías estar totalmente desnudo, pues allí nadie podría verte, era el edificio más alto de la zona y toda la planta pertenecía al apartamento.
Este también fue el primer detalle que me hizo saber Mario. Ven, mira que vista tenemos, aquí podemos estar completamente desnudos y hacer lo que queramos, que nadie nos va a ver, ¿qué te parece? ¿no te excita la idea de estar aquí desnudo, siendo follado y poder contemplar la ciudad mientras estás siendo follado?
¿Eh… que dices mi putita? Me decía, Mario, empezando a sobarme el culo.
Bufff, yo no contestaba nada, solo miraba asombrado todo aquello sintiendo como todo mi cuerpo se estremecía. No dejaba de pensar en todo lo que Mario me iba diciendo y como su mano me iba acariciando y magreando todo el cuerpo. Cada vez me notaba más encendido. Notaba como mi estómago se encogía y como la cara se me empezaba a enrojecer, cada vez sentía más calor en mi cuerpo.
Mientras contemplaba la ciudad desde aquella terraza, supe que aquella mañana iba a estrenar aquel apartamento, no sé por qué, pero supe que el tío de mi mejor amigo, Mario, aquella mañana iba a volver a darme por el culo y sabía que iba a hacerlo en aquella terraza pudiendo contemplar la ciudad mientras me follaba, haciéndome nuevamente suyo, preñándome con su leche.
Y así fue como aquella mañana todo comenzó, sin haber terminado de ver el resto del apartamento, allí mismo donde estábamos, en la terraza contemplando las vistas que se podían apreciar de la ciudad, Mario, empezó a desnudarme.
Sin dejar de manosear y meter mano, empezó a aflojarme el cinturón, siguió luego desabotonándome el pantalón el cual luego de empujarlo hacia abajo, dejó que fuese cayendo mientras tiraba de mi camiseta hacia arriba, sacándomela por la cabeza, quedando con el torso completamente desnudo.
Mario tiró la camiseta al suelo a la vez que iba rodeándome con sus brazos por la espalda. Se pegó a mí, llevando su boca a mi cuello empezó a mordisquearme mientras con sus manos acariciaba mi pecho y abdomen, mmm, como me gustas maricón, cada vez que te veo, mi cuerpo se enciende y me pones a mil. Mira como se excita tu cuerpo cada vez que lo toco, me decía llevando sus manos a mis cada vez más excitados e hinchados pezones. Mira que duritos se ponen tus pequeños pezoncitos.
¿Te gusta eh…?
¿Te gusta que tu macho te acaricie, eh mi putita? Me susurraba mordisqueándome el cuello a la vez que acariciaba y pellizcaba mis ya duros he hinchados pezones.
Yo gemía y me retorcía restregando mi culo a él, tratando de quitar las zapatillas que llevaba puestas, deseaba que me despojara de toda mi ropa y que allí mismo me hiciera nuevamente suyo. El cuerpo me ardía y el estómago se me encogía, notaba como aquella sensación de hormigueo recorría todas mis entrañas. Aquello era más fuerte que yo, cada vez que notaba el cuerpo de Mario pegado al mío, todo mi cuerpo se incendiaba, ardía en deseos de ser poseído y me derretía como un helado al sol.
El al verme como me restregaba e intentaba sacarme las zapatillas, fue bajando sus manos hacia mi vientre y mientras metía sus manos por el elástico de mi bóxer, me iba susurrando:
Ya mi putita, ya, no tengas prisa que tenemos mucho tiempo. Ya se que lo estás deseando, pero no tengas prisa que todo llegará, tu solo goza y disfruta de las vistas que tenemos, me decía bajándome el bóxer con sus manos.
Dios, yo ya estaba que moría de ganas, ya había conseguido sacarme las zapatillas de deporte que llevaba puestas, y ahora él bajaba con sus manos mi bóxer, haciendo que este cayera junto a mi pantalón, a mis pies.
Ya me tenía completamente desnudo sobre aquella terraza, haciéndome gemir y restregarme a él, como si fuese una gatita en celo.
Fóllame, le pedía restregándome a él. Quiero que me folles le pedía, girando la cabeza mientras le mordía los labios desesperado por que me diera por el culo y me hiciera suyo.
Sí mi putita, no tengas prisa que claro que tu macho te va a follar, voy a hacer que te retuerzas y chilles de gusto, ya se que lo estás deseando, pero no tengas prisa, mi linda putita. Me decía sujetándome la cabeza con sus 2 manos mientras me comía la boca a besos. Mordía y chupaba mis enrojecidos labios, metiéndome luego su lengua en la boca saboreándome toda la cavidad bucal.
Mientras él me comía la boca a besos, yo nervioso y desesperado, iba aflojándole el cinturón. Ardía en deseos por desnudarlo, quería verlo desnudo y que me hiciera suyo, necesitaba su polla dentro mía, quería sentirlo dentro mía.
Cuando ya por fin conseguí aflojarle el cinturón, él al ver mi nerviosismo, no me hizo esperar más, empezó rápidamente a bajarse los pantalones, y luego de quitarse los zapatos, sacó su pantalón junto al bóxer rojo que llevaba puesto y en un plis plas, se deshizo de su camisa, quedando totalmente desnudo como estaba yo.
Sin poder aguantarme más y sin que él me lo pidiera, nervioso y desesperado me agaché delante del, llevando mi boca a aquella enorme y gorda polla que tanto estaba deseando. Cogí la polla con mis manos y sin esperar más, abrí mi boca empezando a tragarme aquella barra de carne que tanto estaba deseando.
Sujetaba con mi mano la polla a la vez que con la otra acariciaba aquellas enormes bolas, abriendo todo lo que podía la boca, chupando y mamando la verga que moría por tener nuevamente dentro mía.
Necesitaba ser follado, tenía que aplacar aquel hormigueo que me estaba royendo las entrañas.
Mario, al ver mi desesperación y con que ansias me había abalanzado sobre su polla, sujetándome la cabeza con sus manos, acariciaba mi cara mientras me decía:
Te gusta la polla, maricón…
Te gusta la pollita, eh…
No te preocupes que es toda para ti.
Ya sabía yo que a ti te gustaba la polla, sabía que la estabas deseando y morías por ella, tu cuerpo la necesita, ¿verdad mi linda putita? Me decía acariciándome la cara a la vez que impulsaba su pelvis tratando de que me tragara toda aquella enorme y gorda polla.
Las babas me caían por la barbilla y los ojos no paraban de lagrimar, era demasiada verga para aquella adolescente boquita, pero yo seguía tratando de mamar y chupar todo lo que podía, sabía que era demasiado gruesa, quería lubricarla bien para que luego entrara por mi culo con mayor facilidad.
Cada vez que la punta tocaba mi campanilla, yo me abría en vómitos, soltando más babas. Descansaba y cogía aire y sin dejar de acariciarle los huevos, volvía a meterme aquella gorda y enorme tranca en la boca.
Cuando, Mario el tío de mi mejor amigo, vio que ya me tenía bien caliente y desesperado por recibir aquella gorda polla por mi adolescente culito, me hizo levantar, me giró haciéndome poner sobre la barandilla, pudiendo apreciar el paisaje que se podía contemplar de la ciudad desde aquella terraza.
Apoyando las manos sobre la barandilla a la vez que contemplaba las espectaculares vistas de la ciudad, quedé dándole la espalda y culo a Mario. Este haciéndome que abriera las piernas a la vez que me recostaba sobre la barandilla quedándome medio inclinado, llevó una de sus manos a mi culo, empezando a palpar la entrada de mi caliente hoyito. Pasó la otra mano por mis genitales y empalmada polla, y mientras la acariciaba, iba introduciéndome un dedo por el ano, haciendo que mi esfínter se fuese abriendo.
Así, así, relájate y mira el paisaje que tienes, contempla la ciudad mientras yo te follo este lindo y caliente culito. Así maricón así, deja que mis dedos vayan dilatando tu culito.
Mira que bien se abre y mira como se traga los dedos este culito que tienes, así, así deja que te vaya preparando, me susurraba pegado a mi espalda a la vez que mordía mi nuca y oreja.
Anda chupa y lame bien los deditos que vamos a lubricarte un poquito con tu saliva, me decía llevando una de sus manos a mi boca.
Abrí la boca dejando que entrasen 2 de sus dedos, empezando a chuparlos, dejándolos pringados con mis babas y saliva.
Así, así chúpalos bien, me decía llevándolos luego a la entrada de mi ano, donde los pasó como si fuesen un pincel, lubricando mi entrada, metiéndolos luego ambos por mi culo, haciendo que me estremeciera cuando estos entraban por mi caliente culito.
Así, así, deja que se abra y vaya dilatando,
Me decía mordisqueándome la oreja y nuca, a la vez que iba abriendo sus dedos como si fuesen unas pinzas, haciendo que el esfínter se fuese abriendo y dilatando cada vez más.
Yo ronroneaba como si fuese una gatita en celo, estremeciéndome con cada mordisco que me daba en la nuca y cuello, notando como aquellos dedos hurgaban mis entrañas, haciendo que mi esfínter se fuese abriendo y dilatando cada vez más.
Ya estaba que me retorcía de gusto, cuando sin poder aguantar más, le pedí que me follara.
¡Fóllame!
¡fóllame! Le pedía retorciéndome de gusto a la vez que empujaba mi culo para que sus dedos entrasen más en mí.
Viendo que ya me tenía a puntito de caramelo, Mario, el tío de mi mejor amigo, sacando sus dedos, se pegó más a mí, colocó la punta de su polla en la entrada de mi caliente ano, y a la vez que me sujetaba por las caderas, empezó a empujar su polla a la vez que con sus manos tiraba de mis caderas hacía él, haciendo que su polla fuese abriendo mi culo a la vez que se iba introduciendo por él.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba yo gimoteando escandalosamente, notando como aquella enorme y gorda polla, se iba abriendo paso poco a poco a la vez que se iba introduciendo por mi culo.
Ya maricón ya, ya está, ya la tienes toda dentro, me decía impulsando su pelvis a la vez que me sujetaba fuertemente por las caderas, manteniéndome pegado a él, mientras mi culo se iba dilatando y acostumbrando al grosor de aquella polla que lo estaba profanando.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba yo, notando como el tío de mi mejor amigo, me tenía empalado por su verga en la terraza de aquel apartamento, pudiendo contemplar la ciudad, mientras me daba por el culo.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba el tío de mi mejor amigo, mientras empezaba a darme por el culo.
Así, así maricón, así, deja que te folle. Mira la ciudad, mira que vistas tienes, anda deja que vean como disfrutas mientras yo te doy por el culo, así, que vean como estás disfrutando, me decía culeándome salvajemente sobre la barandilla de aquella terraza.
Yo que deliraba de tanto gusto que estaba sintiendo, chillaba y gimoteaba a la vez que me abría todo lo que podía de piernas, inclinándome mientras me recostaba sobre la barandilla, viendo como pasaban los vehículos y como la gente paseaba por las aceras de aquella parte de la ciudad, mientras estaba siendo follado por el tío de mi mejor amigo, en la terraza de su apartamento.
Notaba como el pubis de Mario, golpeaba una y otra vez mi culo con cada envestida que me daba cada vez que su polla se introducía por mi culo, llegándome hasta los intestinos y como se escuchaba el golpeteo de su pubis contra mi culo, plof, plof plof plof plof, plof, plof plof plof plof, a la vez que Mario gritaba:
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto!
Mientras me follaba salvajemente.
Así llevábamos un buen rato, cuando Mario me anunciaba que ya se iba a correr.
¡Ohhh maricón ya, ya me corro! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, gritaba empezando a soltar varios trallazos de leche, eyaculando dentro de mi culito.
Yo que ahora me aferraba fuertemente sobre la barandilla de la terraza, notaba como Mario clavaba sus dedos sobre mis escuálidas y estrechitas caderas, apurando las envestidas que me daba, hasta que sentí como su gorda verga empezaba a palpitar y esta empezaba a soltar varios trallazos de esperma, dejándome preñado con su semen. Se había corrido como un toro de Miura, dejándome en lo más profundo de mis entrañas su semilla.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Jadeaba Mario mientras su polla iba soltando los últimos chorros de semen dentro de mi culo, a la vez que iba recuperando la respiración.
A mí, las piernas me temblaban y la polla no dejaba de soltar pequeñas gotas de semen, era un goteo constante, que hacían que tuviera toda la polla pringada.
Una vez Mario, retiró su polla de mi culo, viendo como yo quedaba recostado sobre la barandilla y totalmente abierto de piernas y estas no paraban de temblarme, comprobando que yo todavía no me había corrido y que seguía con la polla totalmente tiesa y soltando pequeños hilos de semen, se dio cuenta de lo caliente y abierto que yo estaba. Cosa que el muy morboso y perverso, aprovecho.
Empezó a pasar sus manos por mi espalda acariciándome, fue poco a poco bajando por mi culo y piernas, y luego manteniéndome así abierto de piernas como estaba, empezó a subir con su mano hasta llevar esta a la entrada de mi culo y mientras con una mano acariciaba mis huevos, iba introduciendo los dedos de la otra por mi abierto y dilatado agujero.
De una vez introdujo por mi abierto culito, 3 de sus dedos sin que le costara esfuerzo alguno, viendo lo abierto y fácil que entraban sus 3 dedos, empezó a esparcir y pringar su mano con el semen con el que me había preñado. Una vez tuvo su mano toda pringada de esperma, volvió a empezar a introducirme sus dedos por el culo, ahora ya no eran 3, si no que me había empezado a introducir 4, viendo que estos entraban con relativa facilidad, se dispuso a empezar a meterme la mano. Juntó los 5 dedos dejando el pulgar sobre la palma y en medio de los otros 4 dedos, empezando poco a poco a ir introduciéndolos por mi abierto culo.
Yo que ya me había dado cuenta de lo que trataba de hacerme el tío de mi mejor amigo, me quedé quieto tratando de relajarme todo lo que podía, estaba caliente y excitado a tope, las piernas no paraban de temblarme, pero estaba algo nervioso. Sentía como poco a poco Mario iba metiendo su mano, y como este me acariciaba los genitales con la otra mano, mientras poco a poco iba tratando de meterme la mano por el culo, tenía obsesión por aquello, desde que el primer día consiguió fistearme el culo, se había obsesionado y al verme tan abierto y dilatado, no lo dudó, iba a volver a fistearme el ano, tenía que acostumbrarme. Lo malo es que no se hubiera dado cuenta antes, y haber preparado una cámara para poder grabarlo. Tenía tantas ganas de darme por el culo, que no se había dado cuenta antes de eso. Otra vez debería tener todo preparado, pero ahora no iba a perder la oportunidad de fistearme de nuevo. Había que preparar y acostumbrar mi culito a que se tragara su mano por completo.
Y al fin consiguió lo que pretendía, después de varios intentos, al final había conseguido que la mano me entrara por completo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillé al notar como su mano entraba por completo dentro de mi adolescente culito, el muy perverso había conseguido introducirme su mano por el culo, notaba como esta se iba deslizando poco a poco y como sus dedos se movían en mi interior.
Dios, había costado que entrara la parte más ancha que era donde se juntaba el dedo pulgar, pero una vez hubo entrado este, la mano se coló dentro de mi culo como perico por su casa. Mario al conseguir que entrase, empezó poco a poco a ir introduciéndola más a fondo, quería ver cuanto de su brazo conseguía meterme por el culo. Joder ya me tenía introducido hasta la muñeca y todavía insistía en seguir introduciéndome la mano.
Para para, le pedía, pero él insistía y trataba de tranquilizarme. Me acariciaba los genitales con la otra mano, viendo como yo no paraba de temblar y como gimoteaba sin poder parar.
Cuando vio que ya costaba seguir introduciendo la mano, volvió a quitarla, Dios que alivio sentí, pero el muy perverso, volvió a metérmela. Dios ahora sí que no pude aguantar más y empecé a correrme abundantemente.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, gritaba yo empezando a temblar mientras explotaba en un espectacular orgasmo. Todo mi cuerpo temblaba y no podía parar de gritar, notaba su mano dentro de mi culo y como de mi polla salían chorros y chorros de semen.
Si no llego a tener metida la mano de Mario dentro de mi culo, me hubiera caído espatarrado en el suelo de aquella terraza.
Mientras yo eyaculaba recostado sobre la barandilla de aquella terraza, teniendo la mano de Mario metida por el culo, incrustada en mis entrañas, Mario el tío de mi mejor amigo, se pegaba a mí, viendo como mi cuerpo temblaba explotando en un increíble orgasmo.
Así maricón así, mira como te corres de gusto, me decía tratando de meter su mano todo lo que podía. Al ver como todo mi cuerpo temblaba y se estremecía, se pegó a mí, y mientras tenía una mano metida en mi culo, llevó la otra a mis hinchados pezones, empezando a pellizcarlos y retorcerlos mientras buscaba con su boca la mía.
Así, así, suelta la lechita, me susurraba mientras chupaba y mordía mis labios.
Dios, yo no podía más, aquello me había llevado al clímax del placer, ni siquiera me aguantaba de pie. Menos mal que Mario me tenía sujetado y abrazado a él mientras yo me aferraba a la barandilla.
Una vez terminé de eyacular y de mi polla no salía nada, Mario, fue sacando su mano de mi abierto culo, pudiéndome yo dar la vuelta y abrazarme fuertemente a él. Mi cuerpo temblaba como una vara de mimbre, las piernas parecían de gelatina, no era capaz de mantenerlas firmes, notaba el culo abierto a más no poder y mi polla colgaba toda pringada, mientras el tío de mi mejor amigo me comía la boca a besos, manteniéndome abrazado a él.
Así mi putita, así, me susurraba comiéndome a besos mientras yo me iba recuperando poco a poco de aquella salvaje follada que acababa de darme.
Cuando vio que ya no temblaba tanto, así abrazado como me tenía, me fue llevando con él. Nos metimos dentro del apartamento donde fue llevándome hacia la ducha. Era un baño enorme, lo mismo que la ducha, allí cabíamos perfectamente 4 personas.
Una vez estuvimos dentro de la ducha, abrió el grifo y una vez empezó a salir el agua calentita, empezó a ducharme como si fuese el objeto más preciado de su vida. En jabonó y acarició todo mi adolescente y escuálido cuerpo, dejándolo limpio y relajado.
Luego de salir de la ducha totalmente relajado y limpio, así desnudos como estábamos, fue enseñándome todo el apartamento, era espectacular, pero al ver la enorme cama, una King size, de 2 metros por 2, mi cuerpo se volvió a estremecer, era como si mi cuerpo supiera que, en aquella enorme cama, lo fueran a hacer gozar, como acababan de hacerlo. Y no, no se equivocaba, muy pronto iba a estar retorciéndose y chillando de placer sobre aquella enorme cama.
Quiero dar gracias a todos los lectores, también pedirles a los que se contactan conmigo o dejan sus opiniones sobre el relato, que además de agradecerles sus comentarios, que procuro tenerlos en cuenta, solo les pido paciencia y que tengan en cuenta que yo no soy ningún escritor, soy simple y llanamente un atrevido lector que se le ha dado por escribir sus aventuras sexuales, aireándolas públicamente. Así que, aunque trato de hacerlo lo mejor posible, se que cometo muchos fallos, algunos hasta me avergüenzo cuando los veo publicados, eso que trato de corregirlos antes de dar a publicar, pero… joder no sé como se me escapan. He llegado a escribir vellos púbicos con b, o bien con v además de otras que me dan vergüenza, y mira que paso el corrector y leo y releo el texto, pero aún así… se escapan. Se que algunos dirán, pero joder, si saltan a la vista, sí, sí, ya lo sé, pero que queréis se ve que no Juno un pijo, y cuando todo lo confías al corrector, joder que patadas se cometen.
Algunos lectores, muy poquitos, saben algo más de mi vida y conocen los motivos, para aquellos curiosos que quieran saberlo, solo los remito a que lean, y por favor no se asusten de las faltas de ortografía que se me escaparon, al relato de, Venancio el viejo tendero, ahí podrán entenderme un poquito más, pues describo un poquito de cómo es mi vida actualmente.
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