Detenido en una alcabala
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El autobús se detuvo a la señal del oficial de la guardia nacional, cuando la ventana por donde yo miraba pasó frente a él nuestras miradas se encontraron, el subió al autobús y recorrió el pasillo de la unidad, y al pasar por mi asiento nuevamente me observó de manera particular. Era un tipo no muy alto, con pinta de gocho, ojos verdes y de buena contextura física, muy amablemente solicitó que todos los hombres entregaran sus cedulas de identidad, todos procedimos a obedecerle, y el fue reuniendo las cedulas en el orden que se las entregaban, cuando llegó mi turno, al entregársela, rozó mis dedos entre los suyos y la colocó de primera, al bajar de la unidad y dirigirse al puesto de control vi como la metía en el bolsillo de su camisa, me sentí inquieto, había escuchado tantos cuentos de extorsión y cosas así por parte de los militares.
Adentro del carro la gente comenzó a murmurar, unos a favor otros en contra, unos diez minutos después el regresó y preguntó por mi nombre. Yo me levanté y me pidió que lo acompañara, lo seguí hasta la oficina y me indicó esperar en una oficina donde no había nadie. Luego otro oficial llegó y me informó que el sistema había arrojado que yo estaba siendo solicitado, que fuera a la unidad de transporte y sacara mi equipaje pues debía quedarme. Sentí que me subieron y me bajaron de una, no protesté ni dije nada, simplemente caminé detrás del hombre y me entregaron mi equipaje, que consistía en un bolso de mano. Nuevamente regresé a la oficina y allí sí, solicité que me informaran que era lo que estaba pasando.
El guardia que me había quitado la cedula, entró a la oficina, se sentó frente a mí y mirándome fijamente me dijo que había ocurrido un error, que habían introducido mal mi numero de cedula y que yo no tenía ningún problema legal. Estalle en cólera le dije que como era posible que hubiera pasado eso, que me habían dejado varado y ese era el único carro que viajaba para mi pueblo. El me pidió disculpas y me dijo que una unidad me trasladaría hasta mi casa, que por favor los disculpara.
Minutos después un oficial me indicó que en la entrada estaban esperándome para trasladarme a mi casa, Salí a la calle y frente al sitio estaba un vehículo particular con los vidrios ahumados, el joven me hizo señas que ese era el auto, al abrir la puerta, sorpresa, el guardia que había hecho el procedimiento estaba al volante, me embarqué de mala gana. El arrancó el auto indicándome colocarme el cinturón de seguridad, obedecí y por unos 20 minutos el silenció reinó entre nosotros.
Guardia: De verdad te pido disculpas, no fue mi intención que esto pasara.
Yo: No se preocupe, por lo menos no me dejaron votado en la vía.
Guardia: Bueno, entonces mucho gusto…. Y me dijo su nombre. Yo respondí el mío, pero no dije mas nada y nuevamente el silencio fue nuestro acompañante.
Así permanecimos en silencio de repente el frenó el auto y lo detuvo a la orilla de la carretera.
Guardia: Mira te voy a decir la verdad, te vi cuando mandé a detener el autobús, me gustó como me miraste y armé todo esto para conocerte.
Me quedé en el sitio, el me tomó por la barbilla acercó mi rostro al suyo y me estampó el beso, al principio suave, luego aumentó la intensidad hasta que su lengua prácticamente le hizo el amor a mi boca. Me derretí, vaya que era bueno aquel hombre.
Guardia: Por aquí cerca hay un hotelito, quieres ir?, simplemente asentí sin responder. Y veinte minutos después entraba a una habitación sencilla pero confortable.
Yo: puedo desnudarte? Me hacía mucho morbo desnudarlo de su traje de campaña.
Guardia: Claro, Solo déjame quitarme esto, se quitó el arma y la coloco encima de la mesita de noche. Me acercó hacia él y me besó nuevamente pero esta vez fue mejor el beso, mordió mis labios, besó mi cuello, y me ordenó desnudarlo.
Le desabotoné la camisa lentamente y se la quité, luego la franela que llevaba debajo, su pecho era semi velludo, lamí sus tetillas luego las chupé y mordisquee, me arrodillé y le desabroché la correa y el pantalón, le quité las botas y las medias, y besé los dedos de sus pies, cosa que me encanta hacer y que a le gustó por la manera como suspiró, le quité unas ligas de las botas del pantalón y de un solo golpe quité pantalón y bóxer blanco. Lo dejé completamente desnudo y no se veía nada mal, su pene estaba medio erecto me lo metí a la boca mientras acaricié sus nalgas, el no protestó, disfrutó mi caricia.
De inmediato su huevo adquirió una erección dura, su pene mediría unos diecisiete centímetros y algo grueso, mamé como nunca, lentamente por momentos e intensamente, aquello le encantó.
Guardia: Levántate y desnúdate, quiero verte. Al tiempo que se sentaba al borde de la cama.
Obedecí de una, me quité los zapatos y medias, luego el sweater que traía para el frio, me quité la franela, el me observaba en silencio, por cierto que no dije que soy moreno, mas alto que el, delgado pero definido, di la vuelta y bajé mis pantalones lentamente, los quité y bajé mi bóxer doblándome hacia adelante para dejarlo admirar mi culo. Había otro detalle mi pene era más grande que el suyo, esperaba que esto no fuera problema.
Guardia: Voltéate,
Obedecí, el sonrió, observándome de pie a cabeza. Y me haló acercándome, de una se metió mi pene a la boca y me hizo un sexo oral riquísimo, comenzó recorriendo mi huevo y bolas con la lengua, luego lo besó todo, y después lo metió en su boca haciéndolo desaparecer aun a pesar del tamaño. Me volteó obligándome a colocar una pierna sobre la cama y me dio la mamada de culo más rica de mi vida, me lubricó de manera tal con la lengua y después me penetró con la misma, haciéndome ver estrellas. Definitivamente debía compensar aquello, lo obligué a costarse y comencé a mamar, solo con la punta de mi lengua humedecida, en segundos había recuperado su dureza, el me pidió que fuera más fuerte y yo se lo mamé como si fuera a desprendérselo, le obligué a subir las piernas y pasé varias veces la lengua por la raja de su culo, y aunque no se negó, noté que no disfrutaba tanto, así que regresé a su hermoso tronco.
El se colocó un condón acostado boca arriba y yo me encarame frente a él colocándome su pene listo para la penetración, el se sentó y nuestros alientos se mezclaron, al tercer intento medio pene estaba dentro de mí, el guiaba mis movimientos, y no sacaba su lengua de mi boca, me obligó a girarme quedando de espaldas me volteó colocándome en cuatro patas y me castigó el culo yo gemí de puro placer, me obligó a acostarme de lado quedando detrás de mí y continuó con su acometida, yo me sentía estallar, y cuando el sintió que su pene iba a explotar me acostó completamente boca abajo y sin sacarlo se sentó sobre mis nalgas sacándolo casi todo y metiéndolo de un solo golpe, el eyaculó dejándose caer sobre mi acostándose completamente encima mia y la fricción de su cuerpo me hizo acabar sobre las sabanas, haciendo que mi culo se contrajera como una boca hambrienta sedienta de mas, así permanecimos varios minutos, el chupaba el lóbulo de mi oreja, nos levantamos nos dimos un baño y salimos del hotel.
Debo decir que a partir de ese momento nació una relación bastante seria entre nosotros desde hace varios años, luego les dejaré la segunda parte, donde le contaré cuando incluimos un tercero. Gracias por leer mi relato
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