• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (11 votos)
Cargando...
Gays, Incestos en Familia, Masturbacion Masculina

Diablillo Insaciable

Elián Falopoulos es un chico de 16 años como cualquier otro… Todo un pajillero empedernido..
Era una tarde como cualquier otra en la casa de los Falopoulos. El joven Elián se hallaba en su pieza en plena paja. A sus 16 años era algo a lo que era adicto. Diariamente no fallaba una de sus jaladas, y la mayoría de las veces eran dos o tres al día, si no es que más. Sentado frente a su escritorio, sin camiseta y con los interiores tipo ‘slip’ bajados a medio muslo, jalaba ávidamente con la mano derecha su verga erecta, bien firme y con el glande descubierto a tope, al tiempo que con la izquierda apretaba uno de sus rosados pezones, aumentado su excitación; mientras veía en la laptop uno de los tantos videos de su ídolo “Potro-Loco”. Este personaje no era más que un hombre que se grababa masturbando o teniendo sexo con aparentes jovencitos y compartía los videos por ‘OnlyFans’. A modo de insignia, el misterioso sujeto siempre usaba una máscara negra con detalles azules, que cubría gran parte de su rostro, dejando visible sólo su boca y parte de su mandíbula cuadrada cubierta con barba, y un arnés de cuero con los mismos colores, cruzado en sus fornido y velludo torso. Pero lo más impresionante de Potro-Loco era lo que originaba su apodo, ya que su miembro masculino se podría decir que era casi el de un caballo, midiendo fácilmente los 30cm, de pura maciza carne viril, muy gruesa y peluda como el resto de su musculoso cuerpo.

Elián dedicaba toda su mesada a pagar con gusto aquella suscripción y así poder pasar todos los días, horas viendo y volviendo a ver aquellos videos que le provocaban una inusual e incontrolable calentura sexual.

– Vamos nenito, querías tanto mi enorme verga en tu culo, ¿no? –Decía aquel macho a través de la pantalla de la laptop, en lo que sujetaba al delgado y efebo chico por su angosta cintura, y lo empujaba hacia abajo, para que éste se sentara en toda su impresionante hombría– Apenas llevas la punta y ya estás estrujando la cara.

– ¡¡AGH!! ¡Es demasiado grande! ¡Ay, duele mucho! –Gimoteaba el pálido chico mientras de espaldas a la cámara se sentaba a la fuerza y poco a poco en aquel oscuro y recio falo.

– Claro que duele, putito… –Respondía el enmascarado con voz profunda y en tono algo burlón– Y eso que sólo llevas la mitad. Todo el que coge con Potro-Loco va a sentir dolor…

El jovencito que presenciaba aquella escena, sudaba de lo caliente que estaba, se mordía el labio inferior y usaba el excesivo líquido seminal que brotaba de su glande como lubricante, para aumentar la velocidad de sus pajas. Elián pensaba en lo mucho que deseaba a ese rudo macho, mientras murmuraba: «¡Diablos, que marica más llorón! Sí yo pudiera estar con Potro- Loco cabalgaría su vergota como nunca, me la metería entera.»

– Respira profundo y te empujaré dos tercios de mi verga dentro de tu apretadito culo. –Continuó el hombre, al tiempo que con sus grandes manos aferraba al crío que quería zafarse de aquel brutal enganche fálico.

– ¡¡NO!! ¡Por favor ya no más! ¡¡AGH!! –Suplicaba la victima voluntaria dentro del video.

– Lo hago por tu propio bien. Tienes que aprender a aparearte con un macho como yo, y saber que el dolor es necesario para satisfacer a Potro-Loco.

La cámara apuntaba directo a esa enorme y equina verga entrando salvajemente en el redondo culito del chico. Elián podía ver las venas marcadas subir del pegue de la ingle por todo el grueso tronco y perderse dentro del enrojecido esfínter. Los enormes y velludos huevos del hombre parecían bolas de tenis y el adolescente pajero sólo podía imaginar lo cargados de esperma que debían estar. Llenos de semen que él deseaba saborear más que nada en el mundo y poder tenerlo también dentro de su hambriento ano juvenil.

– ¡¡AAGHH!! ¡Para! ¡Para, por favor! –Pedía casi llorando el joven dentro de la laptop.

– ¡Eso es, putito! Ya tienes casi dos tercios de mi vergota dentro… –Le informaba el sádico macho, mientras con movimientos de su pelvis empujaba hacia arriba su herramienta de apareamiento y con sus fornidos brazos bajaba más a su joven víctima– ¿Quieres que te clave todo el resto?

– ¡¡NOOOO!!

Y con esa última súplica, Elián no pudo contenerse más y comenzó a soltar su carga seminal. Chorro tras chorro embadurnó su pechito y abdomen marcados, en lo que contenía su grito orgásmico; puesto que no estaba solo en casa. Él mismo se sorprendió de la cantidad de semen que eyaculó esa vez, ya que era la tercera de ese día.

 

En ese momento era casi de noche, y justo en lo que él cerraba la tapa de su laptop y tomaba la camiseta de la silla para medio limpiar el pegajoso residuo de su paja más reciente, escuchó a sus espaldas como se abría la puerta de su habitación y le hablaban:

– Hijo, ya va a estar la ce… –Pero su padre no pudo continuar, pues la sorpresa de hallar a su hijo con el culo al descubierto lo sorprendió. Y para colmo, no puedo evitar el quedarse viendo involuntariamente las blancas y redondeadas nalgas de su vástago de 16 años.

Elián rápidamente se subió el ceñido interior sobre su semierecta verga, la cual se dibujaba de costado perfectamente, y luego se giró para contestarle a su progenitor:

– Eh…está bien, papá. En un rato voy. –Dijo algo avergonzado y cubriéndose con ambas manos su entrepierna– Pero primero me iré a dar un baño.

– Sí, está bien hijo. –Le respondió dándose cuenta de que había entrado en mal momento, carraspeó su garganta y trató de continuar de manera natural– Sólo no te demores mucho en la ducha con el agua caliente.

– No lo haré, papá. –Y el chico aliviado vio salir a su padre.

Para Alesandro Falopoulos, un joven padre de 37 años, el descubrir que su hijo se masturbaba no era algo inusual. De hecho, él sabía perfectamente que su hijo adolescente era un fanático de la paja desde temprana edad; incluso de antes de desarrollar y convertirse en el hombrecito que es ahora. Pero lo que sí le resultó extraño fue el hecho de sentir como su propio miembro se había empezado a despertar bajo la calzoneta, y con la puerta cerrada detrás de él, se dijo a sí mismo: «Vamos Alesandro, no quieras morbosear el culo de tu hijo.»

Momentos después, ya dentro de la ducha, Elián restregaba su cuerpo, al mismo tiempo que se relajaba con la reconfortante sensación del agua caliente sobre su tersa piel. En su mente aún tenía la imagen del hombre de sus sueños, empalando casi por completo a aquel chico a quien envidiaba. A decir verdad, Elián envidiaba a todos los jovencitos que Potro-Loco follaba. Él estaba obsesionado con ese macho, con su enorme y peluda verga, y con la idea de poder ser penetrado por éste. Mientras enjabonaba su ingle, haciendo espuma con sus pelos púbicos, fantaseaba con cómo sería el poder bañarse con aquel semental, arrodillarse y mamar su descomunal falo de caballo; lo que por supuesto lo estaba volviendo a excitar y poner más caliente que la misma agua de la regadera.

¡¡TOC!! ¡¡TOC!!

– ¡Hijo, ¿ya te falta poco?! –Le gritó su padre del otro lado de la puerta.

– ¡Sí, ya casi termino papá! –Respondió Elián con su verga empezando a endurecerse en sus manos enjabonadas– ¡Pero si necesitas el baño puedes entrar! ¡No me molesta!

La casa no era tan amplia, por lo que ambos compartían el baño. Además, ellos vivían solos y se llevaban muy bien; se tenían cierto nivel de confianza y camaradería entre varones. Entonces, sin decir más nada, Alesandro entró y caminó rumbo al inodoro, levantó la tapadera y bajando levemente su calzoneta dejó salir su flácido miembro masculino, para segundos después soltar un poderoso chorro de orina bien amarilla.

– ¡Uff! Menos mal, ya no aguantaba. –Le comentó su padre mientras meaba– Creo que tomé demasiadas cervezas.

Alesandro fugazmente miró hacia un costado, en dirección a la ducha, y a través de la trasparente puerta de vidrio contempló el desnudo cuerpo de su hijo de espaldas, en especial aquel prieto y respingado traserito.

– Está bien, papá. No me molesta. –Y continuó enjabonándose el pecho y las axilas; sin siquiera imaginar que por la mente de su padre pasaban pensamientos como: «¡Qué culito más lindo tiene mi hijo, apuesto a que aprieta mucho… ¡Santo cielo, Alesandro! ¡Basta, no puedes ser tan pervertido! ¡Dios, estás pensando en tu propio hijo!»

Curiosamente, en lo que su padre no veía, Elián se giró para espiar a su papá mear. Nunca antes lo había hecho, y no supo porque comenzó en ese instante; pero lo que puedo observar atravesando el vidrio lo sorprendió muchísimo. El instrumento viril de su padre era muy grande y grueso, aun estando en estando relajado, y le colgaba mucho y hasta parecía pesado en lo que su papá lo sujetaba de la base peluda y dejaba salir aquel exagerado chorro de orina como manguera. Ahora era el adolescente quien tenía pensamientos lujuriosos por la hombría de su progenitor: «¡Demonios! ¡Creo que papá la tiene enorme! …No me lo puedo creer y apuesto a que cuando se le pone dura ha de ser todavía más impresionante…»

El vapor del agua caliente no le dejó ver a detalle como hubiera querido, pero si vio como su padre sacudía las últimas gotas, haciendo hasta tambalear sus poderosas bolas, y luego se guardó todos aquellos genitales adultos.

– Bueno hijo, ya termina de una vez y vamos a cenar. –Le ordenó con voz severa en lo que salía del baño sin mirar atrás. Y eso fue una suerte para Elián, puesto que ya tenía una erección a tope, con su verga apunando al techo.

– Sí, papá…

El chico estaba confundido, ya que nunca antes se había excitado por su propio padre; pero ahora tenía esa vívida imagen gravada en su cabeza. Lo cierto es que Alesandro es un hombre de buen ver, muy varonil y con un cuerpo resultado del ejercicio y uso constante de las pesas que tiene en su pieza. Eso es algo que Elián siempre ha admirado de su padre, su buena condición física; lo que lo ha motivado a él también a empezar a ejercitarse. Es por ello que su físico, a pesar de ser delgado, está muy bien marcado. El chico tiene una buena definición en su pechito, así como en hombros y bíceps, y ya se le comienzan a dibujar los primeros cuadritos del abdomen. Lo que sí es diferente entre el crío y su padre, es que Elián es algo lampiño; únicamente tiene pelos en las piernas, axilas, pubis y algo en el ano. En cambio, su papá es un hombre de evidente ascendencia griega y por eso es de cejas gruesas, barba tupida, pelo en pecho y vellos rizados por todo el resto de su fornido cuerpo.

Sin darse cuenta, el pajillero ya estaba en su cuarta jalada fálica del día. Masturbaba muy rápido y fuerte su verga, la cual también es de buen tamaño, en especial para sólo tener 16 años; mientras imaginaba como sería la herramienta erecta de su papá, de la cual él había nacido y heredado la suya propia. Elián demoró poco en esa cuarta sesión, su glande aún seguía sensible de la anterior y ese nuevo morbo fue muy intenso; por lo que pronto soltó una nueva descarga de semen por todo el piso de la ducha y en la puerta de vidrio empañada por el vapor.

 

Después de comer, los hombres Falopoulos veían la televisión en la sala, una en cada extremo del corto sillón; por lo que era difícil no rozarse con los hombros, codos y muslos. Al ser ya de noche, ambos sólo llevaban puestos sus habituales interiores. Alesandro con un ajustado bóxer blanco con elástico negro y Elián con uno tipo ‘slip’ muy corto, el de esa noche era gris claro y no disimulaba mucho. El chico tenía el control remoto y como acababan de terminar de ver una película de ‘streaming’, decidió cambiar al cable y estar pasando los canales uno tras otro.

– ¡Puedes dejar algo de una vez! –Protestó su papá con media botella de cerveza en mano– Me tienes ya mareado con tanto pasar y pasar.

– Bueno, está bien. ¡Qué delicado eres papá! –Le respondió con tono de broma.

Y justo en el canal que el chico se detuvo, la película que se trasmitía mostraba una escena bastante explícita y sugerente entre una pareja, al punto que la mujer ya tenía hasta las tetas al aire. Ambos se incomodaron un poco. Alesandro sentía como los abundantes pelos negros de sus sobacos se comenzaban a mojar por la transpiración; por lo que carraspeó un poco y le dio otro buen trago a su cerveza. Elián estaba en las mismas, sentía que la sala se ponía caliente, hasta podía sentir el calor corporal de su padre llegar hasta donde él y hacerlo sudar también. «Vamos Elián, no te vayas a excitar con esto… ¿Pero y si papá también se calienta? Quizás pueda vérsela dura bajo el bóxer… ¡Seguro es grandísima y muy gorda! Capaz hasta revienta el elástico…» Pensó el hormonal adolescente, en lo que de reojo trataba de espiar si la entrepierna de su progenitor mostraba señal alguna de movimiento. Por su parte, Alesandro también batallaba dentro de su cabeza: «¡Oh no! Espero no excitarme. Todavía no me saco la idea del culito de mi hijo… ¡Dios! Y con esa trusita tan diminuta que lleva… ¡Maldición! ¡Debo de ser el peor papá del mundo!»

– ¡Qué buen par de tetas, ¿no hijo?! –Dijo para distraerse, y le dio el último sorbo a la cerveza, al mismo tiempo que subía el otro brazo y lo colocaba tras el cojín que tenía en el cuello.

– Eh…sí papá…muy… ¡Muy buenas! –Y en ese momento Elián alcanzó a sentir el fuerte humor del sudor de su padre, que emanaba de la velluda axila que tenía a la par, a pocos centímetros de su cara. Aquel aroma masculino era tan intenso que el chico casi podía saborearlo en su paladar. Aquella testosterona paternal le estaba produciendo una inevitable erección. Milímetro a milímetro el joven de 16 años comenzó a sentir como su verga crecía y se endurecía; por lo que de golpe se levantó del sofá.

– Bueno−tengo sueño papá−me voy a dormir. –Habló tan rápido Elián que su padre apenas y le pudo comprender.

– Está bien, hijo. De hecho, ya es tarde y mañana tienes colegio. –Alcanzó a contestarle a su vástago, mientras éste sin voltearse se marchaba de la sala rumbo a su habitación. Con eso Alesandro volvió a echar un vistazo al culo de su muchacho y con la mano que había estado sosteniendo la botella, ahora estrujaba su vergota ya casi erecta por completo, levantando una notoria carpa debajo de ese estirado bóxer– ¡Rayos, no sé qué me pasa hoy! El culito de mi hijo me pone como un maldito fierro…

Ya en su pieza, el confundido adolescente decidió no pensar más en ese nuevo morbo que lo acosaba y prefirió acostarse y forzar el poder dormir. Dio vueltas y vueltas en la cama, lanzando las sábanas a un lado por el calor. Calor que él no sabía si era en toda la habitación o sólo provenía de su adolorida entrepierna. Su verga continuaba muy dura, palpitando por si sola bajo el ‘slip’, a la vez que sentía punzadas en sus huevos, como si estos protestaran por estar nuevamente cargados y a punto de reventar. Entonces, el pajillero empedernido hizo lo que mejor sabe hacer. Se bajó el interior hasta las rodillas y acostado boca arriba sobre su cama inició la quinta jalada. Pensaba en Potro-Loco, en ese macho de arnés y máscara de cuero negro con bordes azules; en aquel cuerpo musculoso, definido y adornado por vellos viriles; y pensaba en aquel monumental falo, por el cual se había hecho incontables pajas. Imaginaba que podía engullir toda esa verga tan larga y recubierta de venas, y como sería el tener toda esa verga tan cabezona y gruesa dentro de su culo, hasta el fondo. Con esa visión soltó un suspiro y varios chorros más de su espeso y blanquecino semen, volviendo a ensuciar su pecho y abdomen. Al acabar de eyacular no se limpió, simplemente se guardó su herramienta de masturbación y se giró en el colchón, y al cabo de unos minutos logró dormirse, pero no por mucho.

 

Al pasar un par de horas, Elián se despertó de súbito y calado en su sudor. Se incorporó un poco y vio como una nueva erección se salía por el elástico superior del ‘slip’, acostada contra su vientre y escurriendo líquido seminal dentro de su ombligo. «¡Diablos! ¡No puedo creer que sigo caliente! Ni después de cinco corridas se me baja…No sé ni de donde saco tanta leche, ¡Rayos!» Murmuró el inagotable adolescente. En eso sintió que su vejiga protestaba; por lo que esperó unos minutos contemplando el techo oscuro de su habitación, dándole tiempo a su verga a flacidecer un poco, lo justo para acomodarla dentro del interior y levantarse para ir a descargar al baño.

Al regresar notó una tenue luz provenir de la sala. Curioso, se encaminó para ver que producía esa azulada luz. Antes de entrar en la sala, escuchó voces como si vinieran de lejos:

– Dime nenito, ¿crees que puedas con toda mi vergota en ese culito tuyo tan pequeño? –Habló una voz de hombre que ya era muy familiar para Elián.

– ¡Sí, señor! ¡La quiero toda, por favor! –Contestó una voz joven, casi aniñada y en todo suplicante.

– ¡Así me gusta! Pero primero ponte de rodillas y empieza a mamar, putito…

Cuando el chico alcanzó a entrar en la sala, vio proyectado en el televisor un video de no otro que Potro-Loco, uno que él conocía bien, puesto que lo había visto innumerables veces. Su macho encapuchado favorito estaba de pie, con su enorme verga en mano y siendo mamado de rodillas por un jovencito pelirrojo; quien con ojos llorosos trataba de tragar un tercio de aquel falo de caballo, pero no podía y daba tremendas arcadas.

Al voltearse y mirar al sofá, el atónito de Elián encontró a su padre dormido, roncando plácidamente y alumbrado únicamente por la pantalla del televisor; donde se proyectaba aquella deliciosa escena entre un macho inigualable y su nene. «¡¿No puede ser?! ¡Papá mira también los videos de Potro-Loco!» pensó en su sorpresa.

– ¡Mmmghh! ¡Mmmghh! ¡Es tan grande y gorda! No me cabe en la boca… –Decía el pelirrojo hincado, mientras sujetaba con ambas manos aquel descomunal miembro masculino y se lo restregaba por la pecosa cara, y lo volvía a lamer y chupar una y otra vez como si fuera adicto al mismo.

– ¡Oh…sí, así! ¡Cómela bien putito…así me gusta! Tal vez tú sí seas el primero que pueda con toda mi verga…

Elián continuaba consternado por ese descubrimiento, que sentía seca la boca. Y en eso divisó que el bóxer blanco de su padre contenía una inconfundible y estrepitosa erección. «Papá la tiene parada mientras duerme… Será que esta es mi oportunidad de vérsela…y tocársela… ¡¿Pero en qué estoy penando?! ¡Es mi Papá!» Entones alejó la vista de su progenitor y al ver la pantalla notó algo, algo muy obvio pero que siempre había pasado por alto. Su padre era igual de musculoso y velludo que Potro-Loco. Ambas complexiones son casi idénticas e incluso los dos usan una tupida barba; pero las voces no son iguales, la del macho enmascarado es carrasposa. «Puede ser que cambie un poco la voz para no sonar igual… ¡¿Pero qué tonterías estoy pensando?! Papá jamás podría ser Potro-Loco…Aunque y si sus vergas son iguales…»

Tembloroso, el chico encendió la luz y se quedó inmóvil, esperando a que el hombre se despertara; pero por suerte eso no ocurrió, así que prosiguió. Tomó el control y puso en pausa el video, justo en una toma donde la cámara hacía un ‘close-up’ en la monumental verga. Luego, sigiloso como un ninja, él se acercó a su padre recostado en el sofá y se arrodilló en medio de sus abiertas piernas exageradamente peludas. Comenzó a sentirse más nervioso y sudoroso, escuchaba claramente como su corazón latía a cien revoluciones por segundo. Elián tragó en seco, respiró profundo y con manos trémulas empezó a deslizar hacia abajo el ajustado bóxer de su papá. La prenda poco a poco fue descendiendo por la pelvis, hasta que ya no había suficiente tela para contener aquella verga; la cual brincó libre y se sacudió estrepitosamente contra el tupido pubis y velludo estomago de su padre. El atrevido adolescente se inmovilizó al instante, esperando que en esa ocasión su papá si despertara, pero una vez más eso no pasó. Finalmente había ocurrido, el hijo ahora tenía a pocos centímetros de su rostro el erecto miembro de su padre; mismo que le dio la vida 16 años atrás, y ahora se erguía muy duro, suspendido firme en el cálido aire de la sala, sujetado por Elián con ambas manos por la recia y venosa base, la cual se sentía caliente en sus palmas. «¡Por un demonio! ¡Papá sí que la tiene enorme!»

Entonces el joven inició el proceso comparativo entre aquellas entrepiernas, casi de una forma científica y muy minuciosa. De hecho, Elián no necesitaba ver la pantalla, la forma y color de la vergota de Potro-Loco estaban grabados en su mente. La conocía de memoria con las miles de horas que se pasaba viendo y volviendo a ver aquellos videos, mientras se hacía también miles de pajas y corridas en su nombre. «La forma de sus pelos púbicos y como suben a su ombligo son iguales… Papá la tiene también tan grande y gruesa como él… Sus venas brotadas, son las mismas, las reconocería donde fuera… Y los huevos, son gigantes, oscuros y tan velludos como los de él también…» Analizaba para sí mismo Elián, en lo que exploraba y examinaba con sus manos toda la entrepierna de su progenitor dormido. Frotaba la izquierda por aquel frondoso pubis, sintiendo los ásperos pelos entre sus dedos, al tiempo que con la derecha sujetaba las pesadas bolas paternales, las que apenas y le cabían en la palma. «Estoy seguro, papá es Potro-Loco, no me cabe duda… ¡No puedo creerlo!» Y ahora con las dos manos volvía a sujetar aquel descomunal falo paterno, relamiéndose los labios el deseo de poder probarlo.

El ahora valeroso adolescente no pudo resistirse más y se metió a la boca el glande de su papá, mejor dicho, el glande de la vergota de su ídolo y macho de ensueño, Potro-Loco. El crío estaba ya tan excitado que sus nervios se habían endurecido casi tanto como su propio miembro masculino, en lo que sin pensar mamaba el falo de su propio padre. Ya se había engullido más de la punta, y la hacía entrar y salir de su boca con sonidos de chupón. Por su parte, aquella verga paternal desconocía quien le daba placer, no importaba que fuera el hijo producto de una de sus eyaculaciones, sólo importaba el placentero roce de aquellos carnoso labios y paladar con cada chupada; así como las lamidas de aquella hábil lengua, la cual saboreaba el delicioso jugo seminal que emanaba del hinchado glande con cada succión, cada vez más desenfrenada.

Mmmm… Mmmm… ¡Mmmm! Mmmm!

Poco a poco Alesandro fue despertando, desorientado por la luz de la sala, la pantalla congelada del televisor y aquella fantástica sensación en su verga. Cuando bajó más la mirada y halló a su hijo hincado haciéndole un oral increíble; por supuesto que su primera reacción fue asombro, seguida por incredulidad. Pensó que estaría soñando; aunque pronto supo que era verdad, que aquello estaba pasando, su propio hijo se la estaba mamando.

– ¡Hijo, ¿qué estás haciendo?!

– Mmmm… Mmmm… Oh, ya estás despierto papi… –Respondió el crío sacándose la hombría de su padre de la boca, pero sin dejar de masturbar la larga y gorda base con las dos manos, y darle lengüetazos al glande; mientras le hablaba con una sonrisa pícara dibujada en su linda carita– Ya sé que eres Potro-Loco, papi.

– ¿Qué… ¡¿De qué hablas?! –Continuó consternado el hombre, pues no podía creer lo que veía y sentía. Y vaya que lo sentía. Su cuerpo rápidamente comenzaba a transpirar, a la vez que él no podía evitar soltar uno que otro jadeo masculino, provocado por lo que su hijo le estaba haciendo con las manos, boca y lengua.

– Tranquilo papi, lo sé todo…Mmmm…Yo te sigo, ya sabes, en tu ‘OnlyFans’…Mmmm…como Potro-Loco… –Elián estaba tan feliz que no podía parar de hablar, ni dejar de masturbar y saborear aquel enorme falo– He visto todos tus videos…Mmmm…Y sé lo mucho que te gusta coger nenitos…Mmmm…Papi, ahora yo puedo ser uno de ellos…Mmmm…Quiero ser uno de tus putitos, por favor Potro-Loco…

– ¡Hijo, eres un diablillo! –Contestó el paterno macho, ya empezando a dejarse llevar por ese nuevo, maravilloso e incestuoso morbo.

Después de oír a su papá llamarlo “Diablillo”, el joven se concentró en sus succiones; ahora más intensas, casi como si quisiera demostrarle a su padre lo bueno que era mamando su vergota y lo feliz que estaba de hacerlo.

– ¡Aaahhh…! Espera hijo, no…no deberíamos hacer esto…Ooohhh… –Logró decir Alesandro entre jadeos y suspiros; al mismo tiempo que observaba a su hijo con la carita enterrada en su peluda y olorosa entrepierna, chupando a gusto uno a uno sus enormes y sudorosos huevos.

– Mmmm… ¿Por qué no, papi? ¿No te gusta lo que hago? ¿No lo hago tan bien como los otros nenitos que coges…?

– No es eso hijo…Ooohhh… ¡Lo haces increíble, mejor que todos ellos! –Y en ese momento vio cómo su hijo se sacaba sus macizas bolas peludas de la boca y comenzaba a lamerle la venosa base de la verga, subiendo por todo el tronco hasta el jugoso glande, dejándolo todo tan ensalivado que hilos trasparentes unían su falo con el sonrosado rostro de su lujurioso vástago– Es sólo que…está mal…soy tu papá y tú mi… ¡Aaahhh…!

– ¿Pero y eso qué importa, papi? Mmmm…Mi sueño siempre ha sido poder estar con Potro-Loco y ese eres tú, papá. Mmmm…Lo que lo hace aún mejor…Mmmm… –Y se metió de lleno todo lo que pudo del enorme falo de su progenitor– ¡Mmmm! ¡Mmmm! ¡Hazme tuyo papi, por favor…!

Con eso, el hombre no pudo más y se dejó envolver por completo de ese morbo producido por su propio hijo adolescente, su único varón de 16 años. Entonces Alesandro se incorporó un poco y, tomando a Elián con ambas manos por detrás de la cabeza, lo levantó del piso lo suficiente para alcanzar su cara y hermosos labios rosas; los cuales besó con una pasión desmedida. Pronto sus bocas y lenguas estaban entrelazadas en un beso tan caliente, que sus cuerpos sudaban a chorros; haciendo que los vellos corporales del hombre se adhirieran a su marcada musculatura y que la piel tersa del chico brillara, haciendo más notoria su juvenil definición física.

– Te amo, hijo… –Dijo el padre cuando separaron sus bocas. Esa fue la primera vez que Alesandro le decía esas palaras a su hijo, desde que éste había dejado de ser un niño, para hacerse ya todo un hombrecito.

– ¡Yo también te amo, papá! –Y el chico le sonrió de oreja a oreja– Papi… ¿Será que puedo jugar con Potro-Loco? Es decir, ¿podrías vestirte como él? ¡Por favor, papi!

– En verdad que eres un diablillo, hijo.

Con eso, Alesandro se levantó y caminó desnudo hacia su habitación, dejando atrás al ansioso chico; el cual aprovechó el momento para quitarse sus interiores y también quedar del todo desnudo, mientras se jalaba su dura verga sentado en el sillón, anticipando el momento en que pronto podría cumplir su máxima fantasía.

En la pieza, el hombre abrió una de las gavetas de su cómoda y, esculcando debajo de las corbatas, sacó las prendas fetichistas que buscaba. «Tiene razón, que importa que seamos padre e hijo… Además, él me lo pide casi suplicando…y a decir verdad yo también lo deseo mucho… Uff…Ese culito prieto…» Y con esos pervertidos pensamientos, el convencido papá se puso el arnés y la máscara, dejando atrás cualquier cargo de conciencia paternal y se transformó en el macho rudo y salvaje al que él mismo llama Potro-Loco.

De regreso en la sala, Elián quedó boquiabierto al ver a su padre en cueros, tanto por estar desnudo, así como por llevar aquellas prendas de cuero que tanto morbo le causaban.

– ¿Estás listo, nenito? –Habló el macho con aquella voz carrasposa y profunda, con la que hizo que la piel de su hijo se erizara y que de su enrojecido glande botara un espeso borbotón de jugo seminal al piso.

Aquel fornido, velludo y dotado hombre ciertamente era una visión de ensueño. Alesandro traía los músculos tensados y con las venas brotadas desde sus brazos, por los abultados bíceps, hasta los hombros y cuello. Su pecho peludo, con el arnés cruzado, se veía impresionante, y no hay palabras para aquella hombría en todo su esplendor. Quedo corto al decir que aquellos grandes huevos colgaban pesados casi a medio muslo y el miembro viril se erguía sólido y grueso como una asta, igualmente escurriendo jugos seminales por el tronco hasta empapar los vellos de aquellas colosales bolas. «¡Soy tan afortunado! ¡Papá en verdad es Potro-Loco!»

– Oh…Potro-Loco, sí que tu verga es inmensa… ¡La tienes como la de un caballo!

– Así es putito. –Y con una mano la sujetó por el pegue peludo, haciéndola sacudir de arriba abajo como un letal mazo de carne y venas– ¡¿Qué esperas para seguir comiéndotela?!

Elián casi se lanzó del sofá al suelo, quedando otra vez de rodillas ante su padre y su poderoso falo. Lo tomó con las dos manos y al mismo tiempo que lo masturbaba por la base nervuda, volvió a mamar todo lo que pudo. En esa posición, el progenitor y el hijo emulaban la escena congelada en la pantalla del televisor; sólo que ellos sí estaban en movimiento. Alesandro ya era Potro-Loco; por lo que sujetó la cabecita de su vástago con ambas manos y comenzó a follárselo por la boca, introduciendo hasta la mitad de su arma semental hasta la garganta de su crío.

– ¡Eso es, hijo! ¡Cómete bien mi vergota! –Decía mientras una y otra vez le sacaba y metía su gran y gruesa verga por la boca y faringe; en lo que claramente era una inclemente cogida oral– ¡Oh…sí, así! ¡Qué bien estruja tu garganta mi vergota, hijo… ¡Ooohhh…!

Las embestidas bucales del macho eran brutales, sin contemplaciones y sin preocuparse por las arcadas que tenía el joven; quien trataba todo lo posible por dejarse atravesar por completo de su salvaje padre. Elián no quería decepcionar a Potro-Loco, a la vez que deseaba enorgullecer a su papá; sin mencionar que ese tipo de violencia sexual era lo que más le excitaba de su ídolo, por el que él se pajeaba a diario y sin falta. Además, la verga del adolescente estaba nuevamente al límite, tan tiesa y caliente que el chico tenía que jalársela una sexta vez; mientras trataba de engullir toda la carne viril que su progenitor le daba e intentaba respirar en el proceso.

– ¡Eso hijo! ¡Pajéate bien! ¡Así me gusta! –Empezó a decir el hombre al descubrir lo caliente que también estaba su muchacho, sin dejar de azotarle el rostro con sus frenéticos movimientos de pelvis– ¡Demuéstrame cuento te gusta que te use así, putito!

¡Mmmghh! ¡Nnnghh! ¡Agh! –Era todo lo que podía vociferar Elián, ahogado con aquella enorme verga paternal y en lo que también se jalaba frenéticamente la suya– ¡Nnnghh! ¡Agh! ¡Mmmghh!

– ¡Oh Dios…qué delicia! ¡No…no podré aguantar más…! ¡¡AAAHH!!

Normalmente Alesandro dura muchísimo antes de correrse; pero esa nueva experiencia incestuosa no tenía comparación con ninguna de las numerosas actividades sexuales que él había tenido durante todos sus 37 años. El hecho de que fuera su propio hijo lo había llevado muy rápido al borde del placer y ahora se hallaba soltando su primera descarga seminal directo en el esófago de su vástago. A Elián aquello le sorprendió mucho, puesto que no se lo esperaba; pero sintió cierto alivio ya que el macho había cesado con las embestidas orales. Ahora el chico sólo se concentraba en respirar por la nariz, mientras aún tenía medio falo paterno en la garganta, sintiendo como éste palpitaba con la expulsión de cada disparo eyaculatorio. El hombre a media corrida sacó su verga y agarrándosela empezó a estrujarla en una paja rápida, para así exprimir más de su semen; el cual salió en nuevos chorros que cayeron en la sudorosa y colorada cara de Elián. Éste los recibió todos con la boquita abierta y la lengua por fuera, pudiendo finalmente saborear el esperma que le dio la vida misma.

– Mmmm… ¡Qué rico sabe tu leche de macho, papi…! Mmmm… –Se deleitaba el chico, relamiéndose aquel tibio y amarillento semen. Hasta lo juntaba con sus dedos y lo chupaba encantado, limpiándose al mismo tiempo que no desperdiciaba nada de lo que su papá le había dado.

– ¡Hijo, me encanta lo diablillo que eres!

– Salí a ti papi. Lo heredé de Potro-Loco. –Y le sonrió con cierta inocencia infantil y una picardía estimulante.

Entonces Alesandro, usando sus musculosos y velludos brazos, suspendió fácilmente a su hijo para volverlo a besar con lascivia. Luego lo llevó al sillón y lo colocó en cuatro, como un perrito. Elián había visto todos los videos del ‘OnlyFans’ de su padre, así que sabía perfectamente lo que pasaría ahora; por lo que comenzó a menear su culito redondo para excitar al macho todavía más.

– ¿Te gusta mi culito, Potro-Loco? ¿O prefieres el de tus otros nenitos…?

El macho no respondió, se hincó con el trasero de su hijo frente a su rostro y, separando aquellas duras nalgas con sus toscas manos, descubrió ese hermoso anito rosado, adornado por unos pocos pelitos que le provocaron más deseo al padre. Sin decir ni una palabra, el hombre empezó a lamer aquel sudado perineo, al tiempo que se impregnaba con ese aroma adolescente que hacía que su vergota iniciara una nueva erección. Sin darse cuenta Alesandro ya estaba lamiendo y chupando el culo de su muchacho de una forma desmedida. Era como si se lo quisiera devorar entero. Él nunca antes había comido un culito tan sabroso como el de su propio hijo.

– ¡Slurp~! ¡Por supuesto que me gusta! –Contestó finalmente entre succiones anales y penetraciones de lengua, a la vez que le estrujaba esas ricas nalgas– Y el tuyo es el mejor de todos, hijo. ¡Slurp~!

– Ah…papi… ¡Oh…se siente tan bien…!

– Sí hijo, ¡Slurp~! Papá no sólo tiene una enorme verga, también tiene una lengua muy larga y carnosa para saborearte hasta el recto… ¡Slurp~! Slurp~!

En una de esas, el hombre agarró por detrás las bolas colgantes de su crío, como si quisiera examinarlas con su mano izquierda, y acto seguido sujetó con la derecha el firme miembro masculino que le había heredado.

– Tienes muy buena verga, hijo… Creo que esto también lo sacaste de Potro-Loco. –Y se puso a pajear el falo de su hijo, jalándolo hacia atrás, entre sus muslos; puesto que el hombre seguía comiéndole el culito al chico. Momentos después, Alesandro con su boca bajó del esfínter, por aquellos peluditos huevos y terminó dándole un par de chupadas al glande de Elián; quien inmediatamente soltó un fuerte suspiro de placer:

– ¡Ooohhh…papi, ¡qué rico!

El joven volvía a sudar mucho, soltando jadeos cada vez que su padre decidía chuparle la verga, al mismo tiempo que con la izquierda ahora le introducía un dedo por el ano; el cual se dilataba con una velocidad vertiginosa.

– Dime putito, ¿quieres que Poto-Loco te coja?

– ¡Ay sí! ¡Por favor cógeme, papi! –Contestó el vástago en tono suplicante, mientras suspiraba por las ocasionales chupadas paternales y los dos dedos ya dentro de su ano, hurgándole todo el hambriento recto.

Fue tanto aquello, que el pobre de Elián no pudo más y sin aviso soltó un par de eyaculaciones en la boca y barba de su papá, la sexta de ese día. Aquellos disparos eran una dulce mezcla de chorros de jugo seminal y restos de esperma contenidos en las inagotables bolas de ese adolescente lujurioso de 16 años.

Tragándose la repentina corrida de su hijo, el macho sólo se levantó y se colocó de pie, siempre detrás de su nuevo nenito, quedando a la altura justa y con su enorme verga erecta reposando sobre las nalgas de su hijo.

– ¿Sientes esto, hijo? Tienes a Potro-Loco con el vergón duro a reventar.

– ¡Ay sí, papi! ¡Y lo quiero! ¡Lo quiero todo, por favor! –Le respondió al fornido macho que más deseaba en el mundo; a la vez que sentía esa descomunal virilidad sobre su trasero, tan pesada y ardiente sobre su tersa piel blanca, así como sus redondas nalgas experimentaban el roce de todos los abundantes vellos rizados negros de los huevos e ingle de su papá.

– Espero hijo que tú sí seas el primero que pueda con toda mi verga. –Dijo en lo que ahora colocaba su gran glande directo contra el anito del crío– Respira profundo. La punta siempre es lo más difícil.

Elián sólo asentó con la cabeza, a la vez que sentía como la cabezota del falo de su padre empezaba a entrar por su ano. Sintió un leve tirón y como ese caliente y sólido cuerpo extraño estaba avanzando en su interior.

– ¡Eso es, hijo! Ya tienes toda la punta adentro. –Señaló al momento en que dejó de empujársela– Ahora a ver si puedes con la mitad. Aguántala y demuéstrame que puedes. Lléname de orgullo…

Y con un movimiento decidido y tosco de su pelvis, el macho clavó más de su instrumento inseminador en las entrañas de su propio hijo. Aquello no sólo era increíblemente morboso para el macho, sino que muy placentero; pues él había ganado la apuesta consigo mismo, cuando antes pensó que el culo de su crío apretaba riquísimo. El anito rosa del chico estaba bien dilatado, que dejaba pasar fácilmente aquella maciza y venosa carne viril, al mismo tiempo que las paredes de su recto parecían moldearse y acoplarse a la forma exacta de aquel tremendo miembro masculino paternal.

– ¡Aaghh! –Soltó Elián, pero rápidamente tensó la mandíbula y apretó los dientes; ya que él no quería que su papá se detuviera si sabía que aquello le estaba causando dolor.

– ¿Te duele mucho, hijo?

– ¡No! –Contestó al instante y prosiguió– Debo de aprender a aparearme con un macho como tú, papá. Sé que el dolor es necesario para satisfacer a Potro-Loco y yo soy tu machito papi, ¡así que sigue, por favor!

Oír a su hijo responderle así, con el mismo morbo que él publica en sus videos, lo volvió loco tal y como su apodo sexual. Entonces, Alesandro prosiguió con la penetración y de hecho ahora él aprovechaba para suavemente sacársela hasta el glande y lentamente volvérsela a meter a la misma altura, para acostumbrarlo; pero poco a poco fue aumentando la intensidad, así como también la cantidad que le iba introduciendo a su joven crío.

– ¡Oh…hijo! Recibes mi vergota tan bien… ¡Uff! Estás tan apretado y calentito por dentro… ¡Ooohhh…!

– ¡¿Sólo la mitad?! ¡La quiero toda dentro de mí, Potro-Loco! ¡Dámela toda!

Eso puso a Potro-Loco como caballo desbocado, que sin miramientos ensartó dos tercios de tu falo en el colon de su ambicioso hijo adolescente.

– ¡Eso hijo, así me gusta! Demuéstrame que eres el machito-puto de papá. –Y empezó a embestirlo con más brío y rudeza, que el chico sobre el sofá a cuatro se meneaba adelante y atrás con cada arremetida paternal.

– ¡Ay qué rico, papi! ¡Agh! ¡Más profundo! ¡Agh…sí! ¡Insemíname como el caballo que eres!

El padre y el hijo sudaban y apestaban a macho en aquella sala, mientras cogían a todo vapor. El hombre ya no se preocupaba si lastimaba o no a su vástago, ya daba riendas sueltas a sus instintos sementales, que empujó más y más de su descomunal hombría dura dentro de las entrañas del adolescente; quien lo reciba todo sin queja, simplemente gimiendo descontrolado, y con sus huevos revotando y su tiesa verga azotándose contra su plano abdomen con cada una de esas embestidas salvajes.

– ¡No puedo creerlo! ¡Ya tienes toda la vergota de papá adentro, hijo! –Indicó Alesandro al sentir sorprendido como había podido meter todos sus gruesos y casi 30cm en el interior de aquellos intestinos.

Finalmente, alguien había podido soportar todas las devastadoras dimensiones de su virilidad, y no fue otro que su heredero. Elián también se percató, pues aquella lanza de carne y venas empalada completamente en sus entrañas era imposible de no notar. Además, él podía sentir el roce de los abundantes y tupidos pelos púbicos de su padre contra sus respingadas nalgas. «Puedo sentir toda la enorme verga de papá dentro de mí. ¡Es realmente gigante! Me duele…pero…pero también siento rico…me gusta… ¡Me gusta mucho!»

– ¡Agh! ¡Ay papi…! ¡Agh…sí, cógeme! ¡Cógeme duro, papi! –Le suplicaba entre gimoteos el chico a su macho paterno, al mismo tiempo que éste aprovechaba para sacársela hasta la mitad y luego deslizarla toda con fuerza, nuevamente hasta el fondo de su muchacho.

 

Padre e hijo ya se encontraban en pleno coito incestuoso, completamente entregados a ese nuevo y morboso placer. Alesandro transpiraba muchísimo en lo que cogía de perrito a su crío. La máscara lo sofocaba más, al igual que el arnés de cuero cruzado en su fornido torso velludo; pero él ahora era Potro-Loco, lo que enloquecía más a Elián, quien entre gemidos le pedía a su papá lo follara con más fuerza y rudeza. El hombre sentía que se acercaba al límite, pues nunca antes había estado tan profundo; así que decidió cambiar de posición.

Ahora el macho se hallaba sentado en el sofá y con sus ásperas manos en la cintura de su hijo, lo ayudaba a que éste se deslizara por todo su fibroso y firme falo.

– Oh…Dios… Te entra toda de lo más natural, hijo… Es como si naciste para aguantar toda la vergota de tu padre. –Habló en el mismo instante en que su vástago quedó ensartado en su verga entera.

Elián ahora estaba sentado en el regazo de su padre, con todo su miembro masculino dentro, sintiendo el sudor de aquel torso paterno y el roce de todos esos abundantes pelos negros en su espalda y nalgas.

– Mira hijo, puedes ver hasta donde mi vergón empuja dentro de tu pancita –Continuó el macho, señalando con el dedo el plano vientre de su atlético hijo, excepto donde se abultaba la clara forma de su gran glande bajo la piel.

– ¡Demonios! ¡Es cierto papá! –Se sorprendió el muchacho al ver aquello. Aunque, a decir verdad, él podía sentir toda la exorbitante hombría de su padre hasta el estómago.

Pronto volvieron las cogidas paternales, pues Alesandro empujaba con sus caderas su virilidad cada vez más profundo dentro del chico; a la vez que Elián subía y bajaba su culito muy rápido por toda esa gruesa y sólida carne de caballo, cada vez más cómodo y por ello más frenéticamente con cada sentón. En esa posición sus rostros se encontraban seguido, intercambiando miradas de deseo y conectando sus bocas y lenguas en lujuriosos besos. El chico de 16 años se aferraba como podía, para poder impulsarse cada vez más salvajemente, follándose casi él solito; mientras el sexy hombre aprovechaba y lo tocaba todo, sus suaves muslos con poco vello, su formado pechito lampiño o le estrujaba los rosados pezones paraditos.

– ¡Oh…papi…! ¡Se siente tan rico…!  ¡Estoy a punto de…Ooohhh…!

– ¡Así es, hijo…! Papá también está cerca… ¿Dónde quieres que Potro-Loco te de la leche, putito?

– ¡Adentro de mí, papi! ¡Por favor lléname de tu leche de macho como a todos tus otros nenitos!

– ¡Ah, hijo… Eres un diablillo…! –Y sincronizados, los dos comenzaron a aumentar la intensidad de la follada, que el cabalgante adolescente agarró su bamboleante verga erecta y empezó a pajeársela– ¡Entonces papá te va a llenar todo el culito con su leche…Aaahhh…!

– ¡Papi me vengo… ¡¡AAAHH!! –Gritando, Elián inició su sorprendente séptima corrida de ese día, arrojándose numerosos chorros de espeso semen blanco sobre su vientre y pecho sudorosos.

– ¡Yo también hijo…Ooohhh…! ¡Tú culo me estruja la verga por dentro… ¡¡AAAHH!! –Aquello era verdad, con el orgasmo, el ano y recto del chico tenían espasmos que succionaban más la verga del macho, hasta ordeñarlo.

La corrida de Alesandro no se hizo esperar y fue cuantiosa dentro de su vástago, cumpliendo la promesa de llenarlo por dentro. Chorro a chorro inundó el colon de su crío; pero fue tanto, que su exagerada esperma empezó a escurrir fuera del culito, deslizando por sus peludas y pesadas bolas hasta manchar el sillón de la sala. Acto seguido, el padre ayudó a su hijo a desmontar su férreo falo y a acomodarse a su par en el sofá. Los dos estaban calados en traspiración de macho, apestando a sexo, sudor y semen, pero sonriendo a la vez que resoplaban y recobraban el aliento después del orgasmo más intenso de sus vidas.

– Hijo, estuviste increíble. Papá está muy orgulloso de cómo pudiste con toda mi vergota.

– Gracias papá. En verdad no puedo creer lo enorme que la tienes, es tan grande y gruesa… –Y el chico con ambas manos manoseaba el miembro paterno que le daba tanto placer y morbo– ¡Diablos! ¡Y sigue todavía dura!

– Es tu culpa, hijo. Tú me pones así de caliente… –Dijo sonriendo y viendo como su muchacho estaba boquiabierto, tocando su miembro masculino con auténtico asombro. Le deslizaba hacia abajo el prepucio venoso, descubriendo así el enrojecido glande y luego lo volvía a recubrir, haciendo que de este brotaran espesos borbotones de esperma trasparente– Creo que mi vergón tiene ganas de más y aún siento lleno los huevos.

– ¡¡WOW!! –Y el chico sujetó con una de sus manos las bolas de su padre, sintiéndolas duras y calientes– ¿Te ha pasado esto antes, papá? Digo, ¿con alguno de los nenes que coges en tus videos?

– No. A decir verdad hijo, no, nunca me había pasado antes. –Y tomándolo por la barbilla sin pelitos, le robó un apasionado beso; que al separarse los conectó con un hilillo de saliva– Por cierto, hijo tienes que cancelar la suscripción y dejar de gastar mi dinero en mí mismo… ¡Ja, Ja, Ja!

Y eso hizo encender un bombillo en la cabeza de Elián; quien sin decir nada se levantó, así como estaba, desnudo, embarrado en semen y con la verga semierecta bamboleando entre sus piernas, y salió presuroso de la sala. Al cabo de unos pocos minutos regresó con un antifaz rojo, que cubría el área de sus ojos y parte de la frente, y en esta parte de la máscara es que sobresalían unos pequeños cuernos del mismo color.

– Mira papá, ahora puedo salir contigo en los videos.

– ¿De qué hablas, hijo? –Preguntó confundido al ver a su hijo con ese antifaz de diablo.

– ¡Seremos Potro-Loco y “Diablillo Insaciable”! –Y flexionó ambos bíceps, mostrando de pie frente a su padre todo su potencial y virilidad, misma que ya estaba otra vez erecta.

– ¡Ja, Ja, Ja! Hijo, eres único. –Le contestó a la vez que lo tomaba en sus fuertes brazos y lo acercaba a él nuevamente en el sillón para besarlo.

– ¡Te amo, papá! –Le dijo Elián al soltarse sus lenguas y separarse sus labios.

– Yo también te amo mucho, hijo. ¿Qué te parece si ahora traigo la cámara y grabamos nuestro primer video juntos? –Y sujetó con una de sus manos su impresionante erección, mostrándole a su hijo aquel nervudo y venoso falo, casi musculoso– Recuerda que Potro-Loco todavía sigue muy duro.

– Con esa verga tan enorme y huevos tan llenos papi, creo que tendré que volver a mamártela y luego tendrás que volvérmela a meter toda e inyectarme más de tu leche de macho… Je, Je, Je…

– ¿Empezamos?

―Fin.

Nauj69

87 Lecturas/28 junio, 2025/0 Comentarios/por Nauj69
Etiquetas: baño, colegio, hijo, mayor, orgasmo, padre, semen, sexo
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Mis vecinos part 3
En la casa de mi bisabuela… parte 1
Despertando con mi papi
Historias de mi vida
descubriendo mis gustos
El incesto en la vida de mi hija mi vida parte 7
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.119)
  • Dominación Hombres (3.391)
  • Dominación Mujeres (2.607)
  • Fantasías / Parodias (2.657)
  • Fetichismo (2.301)
  • Gays (20.625)
  • Heterosexual (7.303)
  • Incestos en Familia (16.554)
  • Infidelidad (4.081)
  • Intercambios / Trios (2.787)
  • Lesbiana (1.078)
  • Masturbacion Femenina (756)
  • Masturbacion Masculina (1.581)
  • Orgias (1.765)
  • Sado Bondage Hombre (413)
  • Sado Bondage Mujer (150)
  • Sexo con Madur@s (3.687)
  • Sexo Virtual (227)
  • Travestis / Transexuales (2.245)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.201)
  • Zoofilia Hombre (2.054)
  • Zoofilia Mujer (1.608)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba