Diario: Cap. 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por toño180806.
Bueno, primero, me presento. Me llamo Toño, tengo 18 años y vivo en la Cd. de México. Este relato es de mi primera cogida (que fue con uno de mis mejores amigos).
Estábamos en clase y era el día en que nos cambiaban de lugar. Las bancas eran de esas que el trasero queda casi saliéndose por detrás. Un amigo mío que se llamaba Rodrigo quedó atrás de mí. Nuestros lugares eran los únicos 2 de hasta atrás, así que nadie nos prestaba mucha atención.
Yo siempre sentía cómo posaba su rodilla justo en medio de mis nalguitas. Pasaron cerca de 3 días y yo no le decía nada porque de alguna manera me gustaba, lo cual, a su vez, me asustaba, ya que eso indicaba que yo era maricón, y no quería serlo porque, por esos tiempos, quería ser una persona normal. Mientras la maestra explicaba el tercer día, se acercó a mi cuello y lo empezó a besar. Intenté hablar y él dijo:
-Bien que te gusta, cierra el pico.
Bajó un poco el cuello de mi camisa para seguirme besando. Para ese entonces, sus brazos ya me habían rodeado y sus manos ahora se metían por la parte delantera de mis jeans. Yo volteé y él aprovechó y me besó en los labios. Estuvimos así por toda la explicación hasta que empezamos a oír que todos hablaban.
-¿Qué pasó? -le pregunté al que estaba delante de mí.
-Tienes que ponerte de acuerdo con alguien para hacer un trabajo.
Desde ahí supe quién sería mi pareja. Nos dejaron un trabajo que ahora no recuerdo y le llamé a mi mamá diciéndole que iría a casa de Rodrigo.
Llegamos a su casa. Sus papás no estaban; sólo su hermano Alex. Fuimos a su cuarto y cerramos la puerta.
Iniciamos trabajando en su escritorio, como si nada hubiera pasado en la escuela. Luego nos besamos. Todo en mí me decía que era muy peligroso, que en algún punto de mi homosexualidad, ya fuera ahí o tiempo después, alguien me descubriría; pero también había algo que me decía que me arriesgara. La puerta se abrió y nos separamos.
-Me voy a dormir ya. Hoy tuve un día pesado. No me molesten por nada del mundo ¿quieren?
Se fue y nos quedamos Rodrigo y yo unos momentos observándonos. Luego nos reímos y él me atrajo hacia sí para seguirlo besando. Nos paramos de las sillas y me abrazó sin dejar nunca de besarme. Me quitó la camisa y me comenzó a besar el pecho. Luego me bajó los pantalones, se hincó y tocó el bulto de mi pene. Me sentí tan caliente que lo paré (a Rodrigo), lo abracé, nos tiré en la cama, y me quité el pantalón y el calzón. Él también se quitó la camisa y el pantalón; lo que vi me dejó sin palabras: Rodrigo traía una tanga color rosa. Quise decir algo, pero Rodrigo se me abalanzó para besarme. Luego bajó a mi pene y se lo llevó a la boca, su lengua salía de vez en cuando aún más para lamer mis huevos. Yo gemía de placer diciendo cosas como: "Ah, Rodrigo, amigo! Seis años y no habíamos hecho nada de esto. ¿Por qué no me dijiste que eras maricón? Ah, sí Rodrigo, aaah, sí, ah, ah". Gemí muy fuerte, como una puta profesional, cuando comenzó a salirme leche, cosa que nunca había pasado; cuando me masturbaba sólo sentía placer. Le eyaculé en la mano y el lamió mi leche. Lo que no se lamió se lo limpió con la sábana. Luego me dijo:
-Te toca a ti, papi.
Me besó apasionadamente, se hincó con sus dos piernas a cada uno de mis lados y me acercó su tesorito. Era cerca de 2cm. más grande que el mío. Toqué con la lengua la cabecita y le dije:
-No puedo Ro.
-Vamos, sí puedes.
-¿Sabe mal?
-Sabe exquisito. Sólo piensa en un día caluroso de verano y que ésto -dijo agitando su pene frente a mí- es tu paleta. Sólo ten cuidado con los dientes. La paleta también tiene relleno que luego debes tragar…
No me dejó replicar nada. Me metió su polla en la boca y comenzó a agitarse con suavidad, como queriéndome hacer un estriptis.
-Ah, sí Toño. Yo sabía que eras bueno. Lame putito, lame. -Después de un rato comenzó a gemir aún más fuerte y a decir-: Ah Toño. De todos has sido tú el mejor. Muévelo papi. ¡Ay Toño! Sigue, síguelo haciendo. Más fuerte, creo que voy a… aaaaagh.
De su pene salieron dos disparos con mucha leche. Hice lo que el me dijo y lo tragué. Ahora no quería parar, todo se sentía muy bien. Me encantaba tener su tronco carnoso en mi boquita de puta y hacerlo gemir sin control. Luego dijo:
-Toño… yo sé que aún eres nuevo pero… quiero cogerte.
-¿Cogerme?
-Sí, de ese modo, puedes sentirte igual que una chiquita. Anda, será divertido. Mira… -me tomó de la barbilla y dijo-: no quiero lastimarte, esa no es para nada mi intención. Si sientes dolor, dime, que yo me detendré. Ahora pon una pierna en cada uno de mis hombros.
Lo hice. Él se acercó. Yo no veía lo que él hacía y un dolor horrible me hizo gritar:
-¡Rodrigo! ¿Qué me hiciste? Me lastimas. Dijiste que te detendrías, detente.
-Toño, por favor. Quiero ésto. Te deseo mucho.
-¿Qué me haces?
-Te estoy penetrando, Toño, ¿no pones atención en clase?
-¿Eso duele tanto?
-Sí. Tranquilo… sólo respira. Relájate. Siente cómo me muevo dentro de ti y disfrútalo. Toño yo… te amo.
No le contesté porque al instante comenzó a moverse como bestia. Se inclinó hacia mí para darme otro beso y seguir moviéndose. Cada movimiento me gustaba más y dolía menos. Sentía su pene en mí y comencé a gemir con gran volumen; el roce que mi pene tenía en su panza también me excitaba. Él me masturbaba a la vez que me penetraba. Después de unos 30 minutos comencé a cansarme de gemir y el cuarto se sumió en el silencio. El ruido que hacía su polla mojada contra mis nalgas, a la vez que sus huevos se agitaban, me encantaba. Eyaculó en mí y apreté la pompas involuntariamente para absorber la mayor cantidad de semen que podía.
Nos quedamos dormidos, con los labios aún pegados y su polla en mi ano.
Despertamos dos horas después. Se hacía tarde y yo tenía que volver a casa. Me prestó una toalla para limpiarme el culo, me vestí y salí de su habitación.
Casi al llegar a la puerta me detuvo una mano muy fuerte. Me jalaron del brazo, haciéndome dar la vuelta.
Era Alex.
-Lo vi todo. Con que maricón ¿eh? Ven conmigo, vamos a mi cuarto. Descuida, ya le llamé a tu mamá pidiéndole permiso para que no llegues hoy a casa…
Si les gustó la historia de Rodrigo y yo, comenten para que suba el capítulo 2 de mi diario sexual.
Mi correo es: gayatodo@hotmail.com
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