Diario de mi Infancia: Incesto con mi primo Harry* (Parte II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por DCoeur94.
*Nombres no reales
¡Hola a todos! Nuevamente estoy aquí compartiendo con Uds., la continuación de mi primer relato publicado Diario de mi Infancia: Incesto y mi primera vez, no había tenido la posibilidad de subirlo antes desde Agosto retomé clases en la U y me absorbe demasiado; aquí les dejo el link para quienes no han tenido chance de leerlo:
http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-20223.html
Tras aquella grandiosa primera vez y recordando esa inolvidable escena de él: “Tan candente y excitante, ese tremendo hombre totalmente desnudo, contrayendo su abdomen, gimiendo de placer, agarrando con vigor su gran polla y brotando de ella todo esa cantidad de semen”, hubo tiempo y lugar para un encuentro más.
Aun ignorante de lo que (yo) hacía, él una vez más supo endulzarme el oído para tenerme en su cama. Fue una noche lluviosa, de truenos y relámpagos, él y yo estábamos solos en su casa y en un momento dado la luz se había ido; me llevó a su cuarto en la penumbra donde el sonido de la lluvia al caer y los relampagueantes rayos que se dibujaban en el cielo se prestaban para disipar cualquier indicio de lo que él y yo estábamos por hacer.
Previo a ello, noté que en el cielorraso en un lugar bastante propicio e insólito para esconder algo, guardaba un librillo, por las imágenes que a media distancia pude notar que era acerca de posiciones sexuales; en ese entonces y a mi edad, no sabía que le llamaban Kama-Sutra. Ese día al parecer estaba dispuesto a experimentar nuevas formas de llegar al éxtasis total.
Reviviendo esa imagen de su bella figura, empezó a desvestirse, vestía esta vez una camisilla y una pantalotetica corta y medio ajustada que revelaban ese tremendo trozo de carne de casi 20cm endureciéndose y con ganas de romper el pantalón; se quitó la camisilla, en la oscuridad poco lo podía detallar pero tan solo de hacer reminiscencia de la anterior vez, era justo y suficiente; prontamente se sacó la pantaloneta y su interior, consiguió igual desvestirme a mí.
Yo estaba sobre la cama, y me dijo que me colocara en cuatro, y ensalivó uno de sus dedos que fue a parar a mi culo, lo posicionó en toda la entrada de mi ano y empezó a darme dedo para dilatarme, nuevamente sentí mis piernas temblar, uff era magnifico sentir como me estimulaba, se sentía riquísimo y pronto estaba gimiendo de placer, me introducía su dedo poquito a poco y con suavidad cual si fuese penetrándome, ¡Que delicia! … Me lo metía y lo sacaba aumentando de ritmo, me sentía en la gloria sentía mi pequeño pene endurecerse y mis testículos aprisionándome, era algo extraño para mí pero a la vez me gustaba sentirlo.
Dejó de hacerlo, y me volteó, empezó a masturbarse y con su gran verga golpeaba mis mejillas, eso le gustaba mucho. Me tomó de la barbilla y metió su trozo ya muy templado y lubricado en mi boca y empecé a chupárselo, agarraba sus testículos con una mano y con la otra sostenía su verga desde la base para mantenerla dura; gemía de placer y se contraía, era muy excitante ver esas abdominales en esa situación (aunque en ese momento no podía divisarlas bien), se inclinó buscando mi trasero, con una de sus manos se abría paso entre mis nalgas y uno de sus dedos llegó a mi ano, empezó a darme dedo nuevamente, el percibía que me detenía al sentir su dedo dentro de mí, más sin embargo, el me hacía seguir chupándosela. Pronto se acostó sobre la cama boca arriba, me dijo que me ubicara sobre él en la posición en que estaba, mi cara quedaba enfrente de su verga y mi culo sobre su pecho casi, en esa posición se la seguía chupando bien rico mientras él abría apasionadamente mis nalgas y metiéndome su dedo en el ano (Un pseudo-69, el primero que experimenté), me encantaba estar así, pegado a su verga, encima de él, sintiendo su agitada respiración y él la mía; luego me colocó de lado y se quedó sentado, puso una de sus manos sobre mi cabeza y me hizo tragarme todo su trozo de carne hasta el fondo varias veces, las lágrimas se me salían de las arcadas que ello me producía, él estaba full arrecho (excitado) y eso lo hacía sentirse muchísimo más satisfecho. Su verga estaba muy dura, e hinchada, se levantó y me haló salvajemente para acostarme boca arriba, me abrió de piernas y me las llevó sobre su cintura, mientras su verga se direccionaba a mi culo.
Empezó a hacer movimientos hacia arriba y hacia abajo frotando su verga entre mis nalgas y luego se la agarró y la colocó gusto en la entrada de mi ano y ahí comenzó a penetrarme con gran fiereza, la entrada del glande me dolió muchísimo, estaba aún muy cerrado y sentí como ese trozo me volvía a romper el culo, quería gritar pero el metió sus dedos en mi boca para ahogar mis quejidos, y seguía metiéndome su verga más y más…
Yo: Uhmmm… Ah ah!
Harry: Te gusta eh? Hmmm… Siente como mi verga te llena el culo!
Yo: Ahhhh despaciooo… ¡Me está doliendo!
Harry: Ohhhh Dios siiiiiiiiiiiiiii, ¡Que rico! ¿Te duele papi?
Harry: Tranquilo que te haré más despacio y verás cómo te quedará gustando luego…
Era inmensa toda su dotación, sentía mi culo a reventar y cómo iba perforándome el ano, pensé que algo dentro de mí se quería estallar. Consiguió estar dentro mío completamente y seguía moviéndose; ya bien dentro, la sacaba y me la metía suavesito con tal de que no sintiese tanto dolor y de que mi ano se acostumbrara a semejante proporción.
Una vez me sintió algo cómodo con su verga dentro de mí fue aumentando de ritmo, sentía mi temperatura corporal incrementar y ambos gemíamos de placer, sentía todas las fuerzas de ese macho vigoroso en cada entrada y salida, era exquisito!!!
Intentaba agarrarlo de las cinturas para que no se detuviera, me encantaba experimentar como todo ese trozo de verga se movía dentro de mí, era algo indescriptiblemente fascinante, me sentía flotando en las nubes, no quería que ese momento acabara, estaba en la gloria, en el clímax perfecto. Mis orgasmos y los suyos se hacían cada vez más notorios, el sonido de su testículos chocando con mis nalgas era grandioso, que más podría decir, estaba disfrutando todo eso al máximo y al igual él estaba loco, complacido y embelesado comiéndose mi culo, era adicto él y no quería sacar su verga de allí, en parte intentaba zafarme de él pero a la vez no quería que parara, me movía hacia arriba y el me seguía con tal de no sacármela, estaba estimulando perfectamente mi punto G, Diosssssssss ¿Era real sentir tanto placer?. Lo sentí caer sobre mí, nuestros cuerpos sudaban aun cuando la noche era fresca, era riquísimo sentir el saladito de su piel; me tomó entre sus brazos y yo también lo abracé, acariciándole la espalda y aprisionándole cuando sentía toda su verga dentro mío, susurrando mis gemidos en su oído y tomándolo con pasión del cabello, ¡Que satisfacción!… Así casi fusionados nuestros cuerpos, pegaditos y apretándonos, sentíamos nuestros corazones palpitantes al máximo, sentía su respiración agitada y caliente en mi cuello y luego sus gemidos también en mi oído diciéndome:
– Que ricooooooo papi!!! Me encanta tu culito apretadito. ¡Me tienes loquito!
Sentí como su trozo de verga se agrandó mucho más, se endureció muchísimo y su mayor orgasmo estaba por venir ya no podía contenerse más, sentía sus contracciones sobre mí, uff era delicioso, pronto sacó su verga de mi culo y tan rápido como pudo empezó a masturbarse, no fue mucho lo que se la tuvo que halar cuando sus chorros calientitos y espesos de semen empezaron a salir, cayendo sobre mi entrepierna; nuevamente esa imagen de él como la primera vez llegó a mí. Una vez que derramó todo su semen sobre mí, finalizó sobando su verga aún muy dura en mi culo y me penetraba a medias de nuevo para culminar el gran acto sexual que habíamos consumado, ya semiflácida me daba gustito haciéndome la brochita con su verga en mi ano… Era una sensación deliciosa, sentí nuevamente como esa electricidad que recorría mi cuerpo, no sé cómo describirlo de otra forma pero era algo así por el estilo. Sin duda alguna llegué a sentirme extraño, ya no lo veía con los mismos ojos, no lo veía tan sólo como mi primo, en mi florecía un sentimiento o afecto diferente, lo sentía mío y ya me acostumbraba a todo lo que hacíamos.
Así fueron dándose más encuentros entre Harry y yo, haciéndolo cada vez en diferentes posiciones; transcurrieron casi dos años en los que anduvimos así, en los que yo fui su pareja sexual, su primera vez, quien lo hizo hombre y quien lo dotó de toda la experiencia con la que hasta en ese entonces ya contaba. Muy vagos recuerdos, a decir verdad, inexactos aún tengo presentes pero de los más notables encuentros que tuvimos, hubo uno en el que hicimos de todo, en el patio de noche a la luz de la luna, en su cuarto y en el baño, esa vez en la que mi prima Mariana casi nos descubre en pleno acto, de las últimas veces que estuvimos juntos y que gratamente les detallaré como la 3ra y última parte de la historia con mi primo Harry, que titularé: Diario de mi Infancia: ¡Harry… Casi nos pillan!, La Despedida.
Si éste relato les ha gustado, espero que los siguientes, por venir les sean más apetecibles para leer, porque lo bueno por contar apenas comienza. Les agradezco de corazón cada uno de sus comentarios, los cuales tendré muy en cuenta cada vez con el fin de satisfacer plenamente las lecturas que hagan de mis historias. De antemano me disculpo por la carencia de diálogos, de pequeño solía ser demasiado muy tímido :3 … ¡Espero ansiosamente compartirles más de mi vida!
Un caluroso saludo desde la Costa Colombiana. 😀
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