Diario de un pervertido.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PervertidoMadrid.
Me llamo Jose, soy de Madrid, y voy a hablaros de mis perversiones a lo largo de muchas historietas.
Desde pequeño he sido muy sexual, soy de esos chicos que de siempre han tenido el sexo muy presente como aspiración en la vida, aunque lo ocultaba mucho. En la infancia algo hacía con un chico del barrio, pero nada más. Fue cuando empecé a correrme cuando ya me desaté, y empecé a hacer de todo.
Esto ocurrió cuando yo tenía 12 años, iba a sexto de primaria (había repetido). En el colegi había un niño más pequeño, de unos ocho años, que era muy travieso. Toqueteaba a las niñas y se sacaba la pollita en cualquier situación. Muy nervioso y pesado. La casualidad hizo que le sentaran al lado mio en el comedor. Y me tocaba sin disimulo el rabo. Yo me quejaba y le apartaba la mano, pero me encantaba. El niño era todo lo que yo quería ser pero no me atrevía.
En el recreo de después de la comida, que duraba una hora, le seguí al baño. Estaba bebiendo agua cuando le cogí de la camiseta por detrás y le puse contra la pared, dejandole cara a cara conmigo.
-¿Te parece normal que vayas por ahí tocando a la gente?-Le dije bastante violentamente, acercándome a el para hablar bajito y que no nos oyeran. -No debes hacer eso o te la puedes cargar.
El niño estaba bastante asustado, y la valentía y chulería que siempre mostraba se habían esfumado. Le agarré de su pollita por encima de los pantalones de chandal, preguntándole si a él le gustaría que le hiciera eso un desconocido. El me dijo que no con la cabeza asustado. Le metí en uno de los retretes y cerré la puerta. Le agarré la mano y la puse en mi paquete, ya bastante duro. Era la primera vez que me la tocaban cuando ya me corría, estaba frenético, cegado por el vicio.
-¿No es lo que te gusta? Ahora vas a tocar bien.
Me bajé los pantalones y calzoncillos y le dejo que vea mi polla. Unos 10cm duros y con ganas de urgar en todo agujero. Le volví a agarrar de la mano para que me la cogiera bien fuerte, siempre me la he pelado con mucha fuerza y velocidad, machandomela literalmente. Con su mano agarrada me empecé a hacer una paja, mientras le lamía el cuello y le sujetaba, ni se quejaba ni parecía gustarle, simplemente estaba ahí parado. Le dije que siguiera el solo y así lo hizo, continuando la paja sin necesidad de que le sujetara la mano. Aproveché para magrearle bien el culo, no me cría lo que estaba pasando. Le bajé los pantalones, le dí la vuelta, y hundí mi cabeza en su culito, lamiendole todo, los gluteos, el ano. El chico seguía totalmente en silencio, y eso me excitaba muchísimo, como si fuese un muñeco. Le puse el rabo entre las nalgas y le cogi del pelo para acercar mi boca a su oreja.
-¿Esto es lo que querias, verdad, puta?
No podía más, me la agarre y me la pelé hasta correrme, las pocas gotas que eché cayeron en mis dedos, dedos que fueron a la boca del chico directos. Lo lamió todo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!