Diecinueveava vez con mi macho cubano de la verga de 25 cm y muy gruesa
Mi cubano vergón me hizo acabar manos libres, mientras me penetraba frente al espejo.
Diecinueveava vez con mi macho cubano de la verga de 25 cm y muy gruesa
Llegué temprano a Cúcuta, seguramente mi hombre estaría dormido a esa hora, así que compré unas papas y unos buñuelos y me los llevé para el hotel para desayunar, junto con un jugo de frutas. Quería estar lista por completo cuando lo llamara, ya le había avisado el día anterior que iba a ir, así que cuando se despertara seguramente vendría corriendo a mis brazos a cogerse a su femboy favorito, sé que le encanta darme verga porque cuando me ve bien maquillado y sexy, vistiendo lencería, peluca y tacones, se le pone esa vergota como si se fuera a partir, como una piedra, no me cabe en la boca de lo dura y gruesa que es, una delicia de verdad. Me dirigí al hotel, tomé una habitación con aire acondicionado, muy bonita y cómoda para lo que se venía. Me bañé y me lavé exhaustivamente, hacía mucho calor afuera pero dentro de la habitación estaba fresco el ambiente, muy apropiado para un buen encuentro sexual. Me afeité bien todo el cuerpo, volví a retocarme la cara para no tener cañones fastidiando cuando me fuera a maquillar y procedí a hidratarme el rostro, dejé que se secara y me apliqué Primer, cuando estuvo seco aplique una buena capa de base del color de mi piel, me coloqué unas pestañas postizas largas y hermosas que me quedaron divinas, sombra morada en los ojos con reflejos blancos en el centro, encrespé las pestañas con rímel y quedaron espectaculares y luego apliqué polvo humectante y un buen labial rojo pasión que me encantaba para mamar la vergota de mi hombre. Me puse la peluca nueva rubia que había comprado, la malla enteriza que encargué de color negro y que resultó ser blanca, pero igual era un gran cambio para que mi macho me viera diferente. ¡Me calcé mis tacones plateados brillantes, altos, de punta fina y quedé espectacular! Toda una puta lista para que su amante se la cogiera bien rico. Me acosté en la cama totalmente lista para mi hombre, al que había llamado un rato antes y me dijo que ya venía en camino. Procedí a esperarlo con ansias y con el corazón latiéndome a mil por hora de la ansiedad de saber lo que me esperaba cuando llegara mi negro hermoso. ¡No veía la hora de comerme esa vergota de nuevo!
Dejé la puerta sin seguro para no tener que levantarme a abrir y al ratico sonaron toquidos en la puerta, sabía que era él, sólo dije: ¡Adelante! Y se abrió la puerta y entró mi hombre muy bien vestido, con ropa deportiva pero muy elegante, con una sonrisa de oreja a oreja y cuando me detalló bien exclamó: qué linda estás y estando parado en medio de la habitación, aun vestido, me le acerqué y lo abracé, lo besé suavemente y me fui agachando poco a poco, le aflojé el cinturón, bajé sus pantalones y casi que no logro sacar de su escondite su vergota medio flácida aun pero enorme e imponente aun así sin parar. La agarré entre mis manos bien pintadas las uñas y el contraste era fantástico, mi manos blancas y con las uñas pintadas sobre su vergota gruesa y morena, se veía genial y excitante.
Me lo metía a la boca mientras lo masturbaba suavemente y en cuestión de segundos se puso durísimo y empezó a botar líquido preseminal que yo absorbía golosa y con gusto, me encantaba el sabor a hombre de mi macho hermoso. Él me agarró la cabeza con las manos y procedió a empujar su vergota muy profundo en mi boca, follándomela enérgicamente y haciéndome producir arcadas y me ahogaba pero me encantaba que me hiciera eso, me sentía dominada y a su merced. Realmente estaba muy excitada y con ganas de sentir esa vergota tan enorme y tan bien parada en mi culito ansioso de macho. Busqué el lubricante que traía en base a agua y lo esparcí generosamente por toda su cabezota morada y hermosa, por todo el tronco de mi amante y luego me eché bastante lubricante en mi culito y me dispuse a cabalgarlo, haciendo equilibrio en la cama con mis tacones puntudos y me puse a horcajadas sobre mi negro hermoso, tomé su vergota con una mano y con la otra me sostenía para no caerme y me lo fui introduciendo poco a poco pero no entraba, estaba muy cerrado mi culito y era muy gruesa esa verga.
Entonces mejor me paré y le dije que me cogiera frente al espejo, así lo hicimos y él se levantó con su poderosa herramienta colgando enhiesta entre sus piernas, desafiante, con ganas de enterrarla en mi culito, se acomodó detrás de mí que me puse de pie pero con la espalda encorvada y las piernas medio dobladas para quedar a la altura de su verga y facilitar la penetración y mi negro agarró esa colosal vergota que se gasta, muy parada y dura, larga, dios mío bendito, que delicia de miembro viril! Lo puso a la entrada de mi culito ansioso y lo fue introduciendo poco a poco, suavecito iba entrando la cosa más rica de este mundo, pero hacía días que Ronny no me cogía y tenía cerrado mi culito estrecho, por lo que no quería entrar, pero él quería penetrarme a como fuera lugar y empujó fuerte y duro y me lo metió casi todo de un solo golpe, yo sólo alcancé a gritar de dolor: ay, me duele, está muy grande! Y no había lubricado bien, lo sacó y me eché más lubricante en mi culito y de nuevo lo puso frente a mi agujerito del amor y me lo fue metiendo despacio, mientras su vergota me abría toda mi cavidad anal y me hacía sentir plena de carne de macho en mi interior y me hizo gemir de gusto cuando me lo metió hasta el fondo y me tocaba la próstata y me llenaba por completo.
Así en esa posición y ya con todo su enorme miembro dentro de mí, empezó a bombear muy rico mi negro hermoso, moviendo sus caderas de una manera muy sensual y deliciosa y sacando y metiendo su enorme vergota dentro de mí, estaba tan deliciosa esa verga que de mi verguita alborotada empezaron a brotar chorros y más chorros de mis líquidos preseminales que caían sensualmente al piso y desde la cámara que había puesto en el piso se veía un espectáculo alucinante, esa vergota taladrándome el culo y mi verguita chorreando semen y líquidos pegajosos al compás de los movimientos de sus caderas y su vergota dentro de mí.
Yo me sentía desfallecer de placer, hacía tiempo que no sentía tanto gusto con una verga metida dentro del culo y menos con una tan gruesa y larga, eso me llegaba hasta lo más profundo de mis intestinos y para acabar de ajustar me estaba ordeñando la próstata y yo estaba que me desmayaba pero del placer tan intenso que estaba sintiendo y ese hombre dándome verga sin detenerse ni un instante, se veía que lo estaba disfrutando también porque empezó a quejarse más fuerte y a decir que se iba a venir, yo le dije: sí papi, dame tu leche, dámela! Mientras me masturbaba con desesperación y con solo unos movimientos me desparramé todita con esa vergota dentro del culo me hizo llegar al orgasmo de una manera salvaje y bestial y más cuando empiezo a sentir su leche calientita dentro de mí y sus gritos de placer, ahhh, ahhh, me vengo, me vengo y yo diciéndole, yo también, papi, que rico, qué delicia de cogida me has dado, de las mejores de mi vida, ahhhh y llené todo el piso de mi semen espeso y abundante y Ronny me llenó el culo con su leche calienta y espesa, lo máximo del placer!, espero poder seguir repitiendo estos encuentros por muchísimo tiempo más, lo disfruto mucho y sé que mi hombre también. Si quieres ver fotos y videos de este y de otros candentes encuentros que he tenido con Ronny, puedes buscarme en manyvids con el nombre de whiteyandbbc76, te espero!



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