Discoteca gay
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Aser120.
Yo era un joven de 19 años blanquito, delgado, lampiño, media 175, tenía buen culo y era heterosexual.
Todo empezó un día cuando en mi ciudad se abre un gran discoteca gay, desde ese día la ciudad se empieza a llenar de gente gay, sobre todo de noche, la discoteca era famosa en todo el país.
Por esa razón un día mis amigos (Alan y Jorge) y yo decidimos ir de fiesta a la discoteca a pesar de ser heterosexual.
Cuando entramos en ese gran local vimos que tenia dos grandes plantas con una pista de baile cada una, y con diversas barras donde podías tomar bebidas y cócteles, los camareros eran todos jóvenes guapos y musculados y solo vestían un pequeño slip rosado.
Una vez dentro vimos que había todo tipo de hombres en la discoteca desde afeminados hasta hombres grandes y musculados.
Decidimos ir a la barra a tomar algo, pedimos unos cócteles que nos recomendó el camarero debido a que estaban en oferta, mientras el camarero nos hacía esos cócteles dulces y coloridos me fijé que casi todos allí o iban semi desnudos o llevaban ropa llamativa y colorida, allí desentona amos con nuestras ropas que eran muy comunes.
Estuvimos un rato en la barra cuando Alan y Jorge decidieron ir a bailar porque habían visto a unas chicas y se habían terminado el cóctel, yo me quedé sentado en la barra terminandome mi cóctel.
Ahí fue cuando todo empezó a cambiar, de repente se me acercó un hombre de unos 30 que solo llevaba un slip negro que dejaba a la vista un gran bulto en su entrepierna pierna, el hombre era grande con músculos definidos y estaba cubierto por una capa de vellos gruesos y rizados, también tenía una frondosa barba.
El hombre se me acercó y empezó a acariciarme el hombro, yo le dije que era heterosexual y que parase, el hombre me dijo que un heterosexual no podía tener ese culo y estar bebiendo ese cóctel tan colorido que no me hacía parecer muy macho, yo le dije que sí que era hetero y un buen macho, pero me dijo que no tenía un aspecto muy de macho, y que el podría hacerme ser un buen macho de pelo en pecho, yo me quedé pensando en lo que me decía porque es verdad que mi apariencia no era muy de macho, pero la idea de tener vello corporal no me gustaba nada, como me quedé en silencio el hombre parece que me interpretó mal y me dijo que concedería mi deseo de ser un buen machito físicamente pero que por dentro seguiría siendo igual, le dije que yo no quería nada, pero me respondió que ya era tarde que me volvería su machito y de repente el hombre me pegó una especie de sello en la camiseta en todo el pecho yo al ver esto me fui a casa avisando por mensaje a mis motos de que me iba.
Cuando ya llegué a casa mientras me cambiaba de ropa me quite la camiseta y vi que el sello estaba también pegado en mi pecho, cuando de repente el sello empezó a emitir destellos de luz, una luz multicolor, y de repente empezó a salirme pelo en el pecho y con cada destello de luz el vello se iba extendiendo por mi cuerpo y haciendo donde más duro y rizado, mientras que mis músculos crecían y se definían, mientras esto ocurría en mi cuerpo, con cada destello de luz ciertas imágenes see venían a la cabeza en forma de ráfagas rápidas y efímeras, eran distintas imágenes en la que aparecían hombres desnudos, penes, culos pomposos y ropa llamativa.
Al final un gran haz de luz lleno toda mi habitación cegandome, cuando volví a abrir los ojos me vi desnudo frente al espejo con los músculos definidos y grandes y una gran cantidad de vello corporal rizado y fuerte que les cubría, también vi un gran y pomposo culo que sobresalía por mi espalda.
Al ver esto me alarme porque no me gustaba nada todo el vello que me había salido, aunque ahora tenía una apariencia más masculina que nunca, por eso decidí ponerme otra vez la ropa y volver a la discoteca a hablar con el hombre, cuando me estaba poniendo la ropa la camiseta ya no me valía dejaba mi abdomen al aire y los calzoncillos no me les pude poner, por eso solo me puse la camiseta y el pantalón corto que me quedaba super justo y marcaba mi culo muchísimo.
Cuando entre en el local por segunda vez la cosa cambió debido a que todo el mundo se quedaba mirandome y algunos me tocaban el culo, cosa que generaba algo raro en mi.
Cuando al final encuentro al hombre que me había hecho eso, entonces empecé a chillar le enfadado que que me había hecho, el hombre mirandome fijamente me dijo que mi deseo se había concedido y rápidamente se lanzó y me pegó un morreo, yo en ese momento me dispuse a golpearle para que se quitase, pero ese beso estaba empezando a gustarme, como nuestros labios chocaban y nuestras barbas se enlazaban, seguí besándolo con pasión delante de toda la gente de la discoteca, hasta que el hombre decidió invitarme a su casa, yo acepté debido a la excitación que tenía en ese momento.
Cuando entramos en su casa fuimos directos a su dormitorio, donde yo me quedé inmóvil de los nervios del momento debido a que todo esto era algo nuevo, entonces el hombre volvió a besarme apasionadamente mientras me desnudaba, hasta que mi cuerpo atlético y peludo quedo descubierto frente a él, el se quitó el slip de un golpe y rápidamente me tiro a la cama mientras seguía besándome, poco a poco sus manos fueron acariciando mi nuevo gran cuerpo hasta que sus manos llegaron a mi gran y apretado culo y empezaron a acariciarlo y tocarlo, eso provocó una gran excitación en mí, seguimos besándonos y tocándonos hasta que el hombre empezó a empujar mi cabeza hacia su gran y erecto pene, yo sin pensarlo y guiado por el instinto empecé a lamer y a meterme ese gran pene con sensualidad en la boca aprovechando cada cm de carne y recorriéndolo con mi lengua, mientras el soltaba bufidos de placer y buscaba algo en su mesilla de noche.
Cuando ya había saboreado el precum de ese precioso pene, el hombre me ordeno ponerme a 4 patas encima de la cama, yo rápidamente me puse a 4 patas quedando mi culo apomparle al descubierto y contorneada los espalda para apomparlo más,ya una vez en posición el hombre con una fusta en la mano y detrás de mi hizo que la fusta recorriese de forma sensual mis piernas hasta llegar a mi gran culo, donde una vez allí me azoto con ella con fuerza, a mi eso no me gusto mucho así que me quejé y le pedí que parase, pero el me volvió a dar y me dijo que ahora no tendría voz, tenía que decir todo lo que el me dictase, yo me negué varias veces pero con cada negación el me azotaba más fuerte hasta que yo lo acepte asintiendo, después el hombre empezó a lamer mi gran culo, notaba como su lengua recorría mi interior y como su barba rozaba contra mis nalgas, con cada movimiento de su lengua yo soltaba un gemido y decia: oh si porfavor hazme ser un hombre, siguiendo las directrices que me había dado, entonces el hombre pago de lamer y de repente note como me penetró con su gran pene de golpe, eso hizo sentir en mi un gran dolor que se convirtió rápidamente en un tremendo placer que me hacía gemir cada vez más fuerte, mientras me penetraba el hombre hacerlo su cuerpo al mio quedando nuestras cabezas cerca y empezó a susurrarme: venga dime qué eres un buen puro y que te encanta ser penetrado, te gusta tener una apariencia muy masculina, pero no puedes resistirte ante un buen hombre y quieres ser penetrado por ellos, yo entre gemido y gemido empecé a repetir esas frases con pasión y en bucle.
El empezó a acelerar los movimientos pelvicos y cada vez su pene se movía más rápido dentro de mi haciendome gozar y gemir cada vez más alto, cuando de repente el hombre soltó un gran bufido y se corrió dentro de mi, yo al notar ese liquido caliente de mí me corrí también.
Después del sexo me sentí más puto que nunca y las frases que me obligaba decir se habían implantado en mi cerebro de forma automática, el hombre antes de irme me dio una ropa más de mi talla y se despidió.
A partir de ahí mis deseos por ser penetrado aumentaron muchísimo en mi día a día.
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