Diversión con mis tíos
Mi padre me corre de la casa pero en casa de mi abuela me la paso muy bien en compañía de mis 2 tíos.
Después de que mi padre furioso me echará de casa cuando se enteró que su único hijo de 19 años era homosexual busqué refugio en casa de mi abuela Carmela.
Mi abuela era sumamente inflexible, severa y con un carácter que el mismísimo diablo aplaudiría, aunque creo que ella desde entonces sospechaba la razón por la que le pedí asilo y que obviamente reprobaba la causa, supongo que prefería tolerar a su nieto que se desvío del camino de dios antes que dar de que hablar con sus amistades, incluso creo que vio mi estancia en su techo como una oportunidad para curarme y librarme del pecado con su mano firme.
Tenía el consuelo de que mi tío Concepción, que me doblaba la edad aun vivía en esa casa y que otro tío: Francisco, que tenía 44 años estaba quedándose donde mi abuela hace ya un par de meses porque se había divorciado y quedado casi en la calle. Así que no estaría solo en esa vida tan insipida que me esperaba en casa de mi abuela.
En esa casa había muchísimas reglas y bastante absurdas, como llegar a casa antes de las 11 de la noche, orar todos los días mínimo media hora antes de la cena en un pequeño cuarto que habilitó como una especie de capilla con muebles especiales para incarse y esas cosas, tenía que estar presente en la hora del desayuno, comida y cena. Estaba prohibido reirse en voz muy alta, gritar, escuchar música, ver o hacer cualquier cosa a un volumen ligeramente elevado, usar dispositivos tecnológicos en presencia de mi abuela era considerado una falta de respeto, para tomar alcohol (nunca lo suficiente para tener resaca al día siguiente a la hora del desayuno) tenias que salir a la terraza y la hora de ir a dormir era siempre antes de la media noche y por último pero sumamente imperativo: ir a misa de 10 de la mañana cada domingo. Ella era muy rigida, conservadora al igual que mi padre 2 año mayor que mi tio Francisco.
La verdad es que mis tíos ya tenían ciertas libertades por su edad y cooperación en la casa, además estaban en edad de buscar hacer una familia o en caso de mi tío Francisco, volverse a casar; les permitía de vez en cuando llegar tarde a casa y mi tío Mayor al ser muy sensato, nada rebelde y trabajador podía evitar la tortura de la oracion diaria, cosa que mi Tío Concepción y yo por nuestra reputación no.
Mi tío Concepción era de estatura media casi alta, rondaba los 1.77 metros de altura, con una cara masculina, era muy bien parecido, el más guapo de sus hermanos me atrevo a decir, vanidoso, iba a menudo al gym por lo que su cuerpo con volumen sin tonificar cubierto por las apretadas camisas y polos que solía usar en las que se resaltaba sus pectorales (a veces sus pezones) y sus brazos con venas marcadas que quedaban ajustados en las mangas me robaba el aliento. Además de que era coqueto, tenía labia, carisma y mucha confianza en si mismo que lo hacía irresistible y era imposible no fantasear con como un hombre así de viril, con fama de rompecorazones empedernido (y en momentos insufrible porque era perfectamente consciente de su atractivo) podía ser todo un animal al momento de tomar a su objetivo para hacer con este lo que quisiese.
Por otra parte estaba mi tío Francisco, el mayor de todos los hijos, pasando los 1.80 y pico de estatura, una cara un tanto cansada con rasgos de calma y simpleza que contrastaba con su enorme tamaño, ya que era bastante glotón y alto. Su cuerpo era el de un oso solo que sin demasiado vello corporal además sus canas ya más notorias y marcas en la piel le daban un aire de madurez, de un señor calmado que siempre tenía algo que decir y aportar, me explotaba la cabeza y me perdía pensando en que mi tío tenía el cuerpo para poder someter a cualquiera en el acto con demasiada facilidad pero daba la impresión de que era manso en la cama.
Yo por mi parte era básicamente un twink, apenas alcanzaba los 1.68 metros, muy delgado, recién empezaba a hacer ejercicio cuando me echaron de casa así que apenas estaba agarrando un poco de forma y mi cara era todavía la de un adolescente con inocencia (falsa) que quedaba bastante bien con mis modos un tanto delicados que a momentos se volvían de rebeldía ante la cuadrada mente de mi padre y ahora de mi abuela bajo la que tenía que vivir.
Supongo que cuando mi abuela accedió a recibirme en su casa pensó que ya con 6 hijos criados tendría las agallas para ponerle alto a todo lo que yo fuese a hacer que fuera en contra de su moral. Creo que por su mente nunca pasó que podría ocurrir algo como lo que pasó.
La casa era amplia y decorada anticuadamente al gusto de mi abuela Carmela, contaba con un patio grande, 4 recamaras: la principal era de mi abuela que daba a la calle con un pequeño balcón y las otras 3, que años atrás eran ocupadas por los 4 hijos y 2 hijas que tuvieron mis abuelos, actualmente estaban 2 de ellas ocupadas cada una por uno de mis tíos y me instalé en la de en medio que era la que quedaba libre, cada una tenía un balcón que se unía con el de alado formando uno más amplio con vista al patio verde y extenso y un pequeño baño pero la mía era la única que tenía regadera, creo que acordaron dejar el cuarto con baño disponible para evitar líos.
Al inicio era todo muy aburrido, estaba a punto de entrar a la universidad pero con lo que pasó ya no sabía si iba poder continuar estudiando, dedicaba mis tardes a leer un poco, o escuchar música pues sin wi-fi no había mucho por hacer, solo esperar que mi Tío Concepción llegara de su trabajo de medio tiempo para que con su platica y energía fresca eliminara mi aburrimiento para después mi abuela nos hiciera orar justo antes de que llegara mi tío Francisco para cenar juntos, después mi abuela se sentaba en la imperturbable sala a ver las noticias, a veces nos sentábamos con ella un rato antes de dormir, en ocasiones jugueteaba con mi tío Concepción, claro que cada que podía me deleitaba viendo su cuerpo, sobre todo cuando por calor el sudor de su cuerpo unia su camisa ajustada a su piel y otras veces observaba a mi tío Francisco, me gustaba esforzarme para lograr ver pedazos de su enorme cuerpo por los orificios que hacía su camisa cuando se hechaba en el sillón, me calmaba y excitaba ver cómo respiraba siempre con calma haciendo que su cuerpo se moviera lentamente de arriba a abajo. Ambos tenían una manía, ambos se acariciaban el pecho en momentos y después ponían la mano cerca de su bulto, era algo inconsciente pero vaya que me dejaba perplejo cada que lo hacían, nunca había convivido mucho con ellos, menos con mi tío Concepción, mi padre lo consideró siempre un malviviente que había que mantener alejado de su hijo.
Cuando nos aburriamos mi tío Concepción y yo íbamos al balcón para que él fumara un cigarrillo y luego se metía a bañar. Me complacía que se bañara antes que yo, así me tocaba verlo en boxer entrar al baño y salir en toalla con su cuerpo empapado mientras se dirigía a su habitación. Seguido me metía a bañar yo y al salir tenía la dicha de poder ver a mi tío Francisco cuando esperaba su turno de bañarse con su bata que a veces se abría un poco dejándome una muy oscura vista en el interior que no permitía apreciar mucho de él.
Era gracioso porque mi tío Francisco entre semana llegaba tarde a la casa pero los fines de semana se quedaba mientras mi tío Concepción hacia lo opuesto, era los fines de semana cuando llegaba después de la media noche. Cuando ambos se iban a trabajar en las mañanas tenía acceso a sus habitaciones, la de mi tío mayor estaba impecable, con olor a limpiador y mi tío menor era más desordenado y su cuarto tenia un olor a hombre, no a suciedad pero al entrar podías percibir la testosterona en el ambiente, a veces me gustaba husmear entre sus cosas… Ver los condones escondidos de Mi tío Concepción, las cosas de uso personal de mi tío Francisco perfectamente ordenadas.
La verdad empezaba a acostumbrarme a la rutina que estaba llevando, en medio de todo era mejor estar tranquilo que estar en guerra con mi padre, lo único que lamentaba era que no podía tener libertad para ir a antros y lugares en los cuales podía tener encuentros con otros hombres.
En algunas mañanas sacaba provecho de que mi abuela se iba a la iglesia y mis tíos tíos al trabajo para masturbarme aunque no era lo mismo que ser cogido por un hombre.
Al inicio era lo mejor del día pero luego empecé a aburrirme y llevando mi mente más allá, por primera vez me hice una paja pensando en mis tíos, primero pensando en Concepción y una segunda vez el mismo día en mi tío Francisco, conforme fui tomando confianza buscaba cosas que elevarán mi excitación aun más, empecé a jalarmela en los cuartos de mis tíos, al inicio solo estar en su espacio era suficiente pero de nuevo volvía a parecerme monótono, y cruce cada vez más límites poniéndome algún boxer o trusa usada que encontraba en el baño, eso me hizo reconocer (más allá del tamaño de las prendas) el olor del pene, testículos y flujo de cada uno, otras veces me tocaba oliendo algunas de sus almohadas o camisas que tenían olor a sus perfumes y un par de ocasiones viendo unas de sus fotos, teniendo en mente como eran sus cuerpos, como se verían totalmente desnudos, su forma de tener sexo, los sonidos que emitirán y la forma y tamaño de sus penes para correrme sobre ellas y limpiarlas para no dejar rastro ni olor.
Después de eso me costaba estar cerca de ellos y no calentarme, se me venían a la mente visiones de ellos. Un viernes uno de mis tíos salió de noche dejándome solo con mi Tío Francisco. Hicimos la misma rutina solo que esta vez deje que el se bañara antes que yo, no lo vi entrar en bata esta vez ya que fui por agua y cuando supe que mi abuela ya estaba en su habitación que estaba considerablemente retirada aproveché, me desnudé casi por completo y le di la espalda a la puerta del baño por la que saldría mi tío, cuando lo hizo me deshice de mi ropa interior fingiendo que no me había percatado de su presencia, cuando me giré de inmediato regreso al baño y lo más rápido que pude tomé mi toalla y me la puse en la cintura sin apretarla, corrí sin hacer ruido a la puerta del baño y en cuanto puso un pie fuera del baño avancé como si estuviera a punto de entrar quedando muy cerca uno del otro.
Estaba arriesgando al hacer esto, mi abuela podía sacarme de su casa al menor comentario que hiciera mi tío respecto a lo que estaba pasando pero si la falta de sexo que tenia mi tío era tanta como la mia de hombre, él por divorciado y yo por encerrado; podian suceder cosas bastante agradables para ambos.
-Ay jajajajja perdón tío, me estaba poniendo la toalla y como vi la puerta abierta pensé que ya podía entrar, no quería incomodarlo- Le dije nervioso
-No te preocupes, hijo, fui yo quien no salió rápido- Sus palabras me calmaron y me percaté de que esta vez no estaba en su bata, estaba al igual que yo solo con una toalla en la cintura.
-Jajajaja no, no pasa nada tío, estamos en confianza jajajjajaja- Reí, al inicio nervioso y falso pero cuando por compromiso me siguió el juego empezamos a reírnos más genuinamente y eso provocó que mi toalla cayera al suelo.
En ese momento en el que sentí cómo caía y mis geniales quedaban expuestos mi sangre se bajó por completo a mis pies, vi en cámara lenta a mi tío poner cara de susto cuando ocurrió, instintivamente lleve mis manos a mi cara y sinceramente avergonzado le pedí perdón sin apartar mis manos del rostro.
-No, no, hijo, de verdad no te preocupes- Dijo calmado y descubrí mi cara, pude ver a mi tío viendo mi intimidad con nada de desagrado y de inmediato el apartó un poco la vista, miró al suelo mientras yo ponía mis manos para cubrirme, él se agachó y desde abajo me miró a los ojos mientras se levantaba con mi toalla en su mano, me extendió la toalla que levantó y me la alcanzaba. En una secuencia muy rápida, de tan solo 5 segundos que se sintió mucho mas larga: quité la mano de ahí abajo descubriendo de nuevo mi pene el cual volvió a ver, agarré su mano aparentando ronar la toalla pero no la agarré y ahora fue la suya la que se aflojó por agacharse hace un momento y cayó al suelo. Con nuestras manos tocandose y ahora ambos con los penes al aire no había nada que impidiera que vieramos al mismo tiempo el miembro del otro, lo ví pasar saliva con dificultad, me agaché para tomar la toalla del suelo. Desde abajo lo miré a los ojos levantandome lentamente pasando mi cara muy cerca de su intimidad sin llegar a tocarla; volvimos a mirarnos los penes y despues a los ojos mientras nos poniamos en la cintura la toalla que hace unos instantes estaba envolviendo la desnudez total del otro. Tomé una bocanada de aire, sentía que el corazón me iba a explotar, en ese momento quería quitarnos la toalla y tener sexo ahí mismo.
-Será mejor que entre de una vez- Dije con nervios reales pero pudor fingido.
-Claro, hijo, adelante-
-Permiso- Agregué pasando a lado de el por el marco de la puerta quedando de frente y muy cerca uno del otro, de estar a la misma altura hubiéramos estado a nada de un beso.
Entré al baño y cerré la puerta. Al salir él ya se había acostado, y en vista de que mi tío Concepción no llegaba hice lo mismo.
La verdad estaba caliente,
-Quiza si me hubiera atrevido ahorita estaría más que entretenido con mi tío, o mínimo le hubiera tocado o hasta chupado su paquete… a menos que haya malinterpretado todo y en lugar de excitado hubiera estado incómodo- Me decía mientras trataba de contenerme para no acabar masturbandome.
De pronto escuché un sonido inconfundible, era constante y veloz, era el de una paja, ese vaivén del prepucio con el preseminal lubricando la cabeza del pene, el choque de la muñeca con la parte superior de la pierna y el roce del pulgar con el vello pubico. Mi tío Francisco se estaba masturbando. Me quedé unos segundos pensando en que hacer, ahora menos podría dormir por la calentura de saberlo excitado pero era demasiado peligroso intentar algo todavía… cerré mis ojos, vacíe mi mente y salí de mi cuarto sin hacer el menor ruido, toqué la puerta del cuarto de mi tío y de inmediato paró su mano y escuché las cobijas moverse.
-Adelante- Dijo tratando de disimular su evidente ventilación.
Abrí la puerta con timidez, con una cara de inocencia y preocupación, con un short que me resaltaba mis atributos delanteros y traseros pero que era sumamente fácil de quitar.
-Perdon, tío ¿Lo desperté?- Pregunté expresando pena mientras me acercaba a su cama hasta llegar a la orilla.
-No, Hijo, aun no dormía… ¿Qué pasó?- Dijo sentándose en el centro de la cama, dejándome ver su torso sin ropa que era casi imposible de ver de no ser por la poca luz que entraba desde el balcón.
-Es solo que quería disculparme por lo de hace rato, no me gustaría que hubiera mal entendidos- Mencioné sentándome frente a él.
-De verdad no te preocupes, no hay nada que aclarar, es más… no ha pasado nada- dijo acariciándome el brazo y el hombro sonriendo-
-Es que, creo que… todo fue, demasiado rápido… no sabía que pensar- Agregué mientras ponía mi mano en su pierna, específicamente en su ingle. Pude sentir cómo se tensó haciendo que su verga un poco erecta, que no había notado por la oscuridad pero era consientede ella, se moviera haciéndome imposible no mirar.
Ambos miramos a su entre pierna y luego nos miramos el uno al otro.
-Tienes razón, todo pasó… demasiado rápido- Continuó acariciando mi cuello a la par que yo acercaba mi mano a su bulto que estaba cada vez más duro.
-No sé que está pasando, tío. Pero me está gustando- Le dije llevando mi mano rápido a su tronco, lo apreté por encima de la cobija haciendo que inhalara fuertemente.
-No deberíamos estar haciendo esto… eres mi sobrino y si tu abuela nos…-
-Shhhhh, le interrumpí, me saqué toda mi ropa y escupí en mi mano y tomando su miembro, esta vez ya por debajo de la cobija y acercando mi boca a la suya lo suficiente para poder oler nuestro aliento empecé a masajear con mi ya lubricada mano.
Sin soltar mi nuevo juguete sexual me senté en sus piernas extendidas, con nuestros penes casi tocandose y nuestros cuerpos y caras muy cerca una de la otra, liberé su virilidad de mi agarre y empecé a moverme de arriba a abajo sujetandome de su brazo manteniendo nuestras bocas muy cerca, me movía de adelante a atras generando un roce placentero con nuestros penes.
-Deberiamos parar, esto no es correcto, aun estamos a tiempo-
-Pero si apenas viene la mejor parte- Dije tomando ambos miembros en mi mano apretandolos sacando una gota de líquido preseminal de nuestros pitos que palpitaban al mismo tiempo.
Se tensó muchisimo inhalando mucho aire por la boca pero relajó su cuerpo cuando empecé a masturbarnos por varios minutos hasta que pasó lo que debía pasar.
-Ay, hijo… esto no está bien… pero que rico se siente, llevo meses sin nada y ya casi me voy a venir-
-Que bueno que te guste creo que yo también voy a acabar- empecé a hacer más presión y hacerlo más rápido, también empezamos a mover nuestras pelvis de arriba abajo para sumar movimiento hasta que nuestras silenciadas pero agitadas respiraciones nos hicieron saber que era cuestión de segundos.
Le pedí que el siguiera con la paja pues mi mano se cansaba y así lo hizo por unos pocos segundos ya que su mano calida tocando mi pene me calentó y finamente eyaculé, mi fruto cayó en la mano y en la cabeza del pene de mi tío quien no aguanto eso y se corrió como una fuente, abundante por sus meses sin sexo y con mucha presión sumando su semen al mío.
Esperé a que su cuerpo se relajara despues de las convulsiones que tuvo al correrse, tomé su mano y pude ver su cara de confusion transformarse en una de morbo cuando me metí lentamente sus dedos llenos de nuestro semen a la boca dejando su mano limpia. Iba a hacerlo besarme para probar sus labios y de paso pasarle nuestra mezcla de jugos y tener el morbo de verlo beber de mi semen pero escuchamos la puerta de la casa abrirse y salí corriendo de su cuarto hacia el mío para meterme a la cama y hacerme el dormido, pues si entraba mi tío Concepción al cuarto para ir al baño y no me veía no sabría que decirle.
Me puse un boxer bastante flojo que encontré entre la oscuridad y pude cobijarme y ponerme en posición de dormido justo cuando mi tío que estaba evidentemente enfiestado por su caminar torpe, entró a mi recamara para ir al baño y después salir intentando no chocar con los muebles y después pude oírlo acostarse y quedar dormido en cuestión de segundos.
Yo ya con una meneada y con mi porción de leche me acomodé y me dispuse a dormir con mi sabor y el de mi tío Francisco deleitando mi paladar.
Al dia siguiente mucho menos necesitado de intimidad pero un poco inquieto por como fuera a reaccionar mi tío ahora que habia aliviado su falta de contacto humano. Me temia que con la cabeza más clara porque horas antes lo ayude a descargar sus pasiones contenidas por la ausencia de una mujer en su vida me delatara con mi padre, abuela o mi tío Concepción porque si por llegar a saberme con un hombre me merecía el exilio no me quería imaginar que merecía por ser un hombre que se metió a la cama de un hombre de su familia y en la casa de su abuela quien dormia a mestros de donde se cometio esa aberración.
A partir de esa noche mi tío Francisco apenas y estaba en la casa, pasé del lunes al viernes viéndolo solo en el desayuno y la cena, y bueno en las noches cuando tenía que entrar a mi cuarto para ducharse, pero ahora tanto al entrar como salir lo hacía completamente vestido. Y ahora vivía con el detalle de que él parecía fingir que no estaba ahí en la casa, como si yo no existiera.
El sabado por la noche en la misma situacion de la semana pasada (mi abuela dormida y mi tío Concepción de fiesta) traté de acercarme un poco a mi tío cuando antes de dormir nos cruzamos en el balcón de nuestros cuartos, al verme se giró y se dirigió al interior de su habitación pero lo retuve
-Tío, espere un momento- dije haciendo que se detuviera y por primera vez en la semana no actuará como si yo fuera un fantasma -Lo último que buscaba era que las cosas se hicieran incómodas
-Déjalo así, no es necesario hablar de… lo que sea… no pasó nada-
-Pero…
-De verdad, entiende, prefiero no hablarlo, es mejor hacer que nunca sucedió, dejame tranquilo
-Entiendo… pero, si vamos a olvidarlo al menos me gustaría que fuera como antes, sin que haya incomodidades
-De acuerdo, me parece bien, todo volverá a ser como antes pero jamas volverá a pasar… -Se detuvo por un momento y pensó lo que estuvo a punto de decir como si no mencionarlo borrara lo que ocurrio- nada que no deba pasar entre tu y yo
-Muy bien, me alegra que lo hayamos aclarado- Dije extendiendo mi mano, él dudó por un segundo pero luego estrechó nuestras manos
-Creo que deberíamos dormir, mañana iremos a la iglesia
-Sí, buenas noches
-Buenas noches
Nos fuimos a dormir, no me gustó que dijera que no se repetiría lo de hace unas noches pero al menos ya no habría tensión en mis días y nada estaba escrito, cualquier cosa podría pasar viviendo en el mismo techo sin tener con quien más saciarnos.
Gracias a los que votaron y comentaron el relato anterior, continuaré escribiendo en medida del apoyo que reciba y el tiempo que tenga, sus comentarios de verdad me motivan mucho a seguir… este relato fue un poco corto pero claramente es el primer capitulo de varios que aun no sé cómo desarrollaré asique acepto sugerencias y comentarios (suelo tardar unos dias en escribir pero si le va bien haré esfuerzo por publicar una parte diario). Gracias de nuevo por leer y espero les haya gustado y sobre todo calentado.
Orgasmos para todxs
MÁS, SACA MÁS PARTES POR FAVOR.
Que exquisita historia, ya can como tres leídas en un mismo día.