Don Aldo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por marcostiento.
Don Aldo
por marcostiento
Esta historia sucedió cuando tenía 9 años casi 10, ya iban a ser 6 o 7 meses que teníamos sexo con mi tío.
Un día se nos informa en la escuela que teníamos, ir por unos 15 días a las 2 de la tarde para ensayar por el acto de independencia.
Bueno para no hacerlo largo yo le comente a mi madre, y por supuesto mi tío se ofreció a "buscarme" tres días a la semana (lunes, martes y miércoles) hasta que finalice el ensayo.
Un día miércoles (oportunamente un miércoles), nos enteramos al llegar a las 2 de la tarde que la maestra de música dio parte de enferma, y que como no tendríamos ensayo nos retiremos a nuestra casa.
Yo, junto a un grupo de compañeros nos quedamos a jugar en el patio de la escuela.
Habían pasado casi dos horas y media cuando mis compañeros decidieron irse, y como yo tenía que esperar a mi tío, me quede.
Así que para hacer tiempo hasta las 5 de la tarde, me cruce al kiosco de Don Aldo para comprar caramelos.
Don Aldo era por ese tiempo un hombre delgado de un metro setenta unos 40 o 45 años de edad, con tez blanca con cabellos dorados, brazos velludos y unos ojos claro que resaltaban con su barbuda cara.
Continuo, me estaba por ir a la escuela, cuando don Aldo me dice si le dipodia ayudar a poner unas cajas en un estante, me contó que la escalera esta medio rota y que no aguantaría su peso.
Yo acepte, una vez adentro pude ver la escalera de madera atada con alambre y sin los tres primeros peldaños.
Don Aldo apoyo la escalera y tomándome por la cintura me levanto hasta el cuarto peldaño, para después comenzar a pasarme las cajas.
Estaba en eso cuando la escalera (bastante insegura) se deslizo hacia atrás.
Don Aldo, que estaba debajo y detrás de mí rápidamente apoyo sus manos en mi cola para evitar que me caiga, a lo que yo instintivamente tense mis nalgas.
Al finalizar Don Aldo me invita una gaseosa y me dice con voz preocupada, Mira, disculpa no era mi intención tocarte, fue sin querer.
A lo que e respondí, No hay problema (debo admitir que me había gustado).
Don Aldo con la cara roja de vergüenza respondió Disculpa fue sin querer.
Está bien, no se aflija me gusto, dije mientras escuchaba la bocina del auto, sin perder tiempo puse el envase en el mostrador para después ir corriendo hasta el auto.
Al día siguiente, llegue 15 minutos antes para el ensayo, fue entonces que vi a don Aldo, parado en la puerta con el kiosco cerrado.
Lo miro y le saludo con la mano, don Aldo me responde y estirando su brazo me llama.
Cruzo la calle y acercándome a él pregunte curioso ¿SI? ¿Qué desea? Don Aldo mirándome a los ojos exclamo, Ven, pasa quiero hablar con voz.
Entre al kiosco y sentándome en un banco pregunte ¿de qué quiere hablarme? Don Aldo cerró la puerta, prendió la luz y sin dejar de mirarme pregunto ¿Ayer te gusto que te tocara? Mire el piso y con voz suave respondí ¿Por qué me pregunta? Ayer, antes de irte dijiste que te gusto, exclamo arrodillándose frente a mí.
SI, respondí sin levantar la mirada del piso.
¿Y quién te toca? Pregunto poniendo una de sus manos en mi pierna.
Los chicos de séptimo, respondí mintiendo.
Y vos lo tocas? volvió a preguntar, con voz suave.
SI AVECES, dije poniéndome de pie.
No, no te vayas, exclamo parándose también.
Sin decir nada, sus temblorosas manos se posaron en mis hombros.
AYY, QUE HACE DON ALDO, pregunte con falsa inocencia.
Nada, es que anoche pensé en pedirte algo, comento nervioso.
AH, ¿QUE ES?, pregunte curioso.
Nada, ¿solo te quiero saber si puedo tocarte?, comento bajando sus manos por mis brazos.
Sonreí y con voz vergonzosa respondí, BUENO.
Las manos de don Aldo, tomando confianza, se posaron en mi cintura, acerco su cuerpo y metiendo sus dedos por debajo de mi pantalón de física, llego a mis nalgas.
MMM, MMM, gemí al sentir sus calientes manos acariciar mis glúteos.
Te gusta? pregunto al tiempo que uno de sus dedos se deslizaba por la raja de mis nalgas.
SI, dije con los ojos cerrados.
Acaríciame vos también cometo el kiosquero, mientras me rozaba la entrada de mi ano.
Tímidamente levante mi mano derecha y posándola sobre su cinto me paralice, dude, (tenía miedo, empecé a temblar, hacía tiempo que estaba entrado en carnes, y me gustaba, pero hasta ese momento no pensé hacerlo con nadie más que con mi tío).
Lentamente una mezcla de curiosidad y deseo, fue ganando mi mente.
Fue entonces que escuche la voz de don Aldo que decía Te ayudo? No respondí.
Sus manos dejaron mis nalgas, y después de desprenderse el pantalón, tomo mi mano derecha y metiéndola por debajo de sus ropas la llevo hasta su sexo.
Con la yema de mis infantiles dedos comencé a explorar su tronco.
Don Aldo que estaba acariciando mis hombros, exclamo, Me lo bajo? NNO SE, dije sin sacar mi mano de su sexo, suspiro y bajándose los pantalones y los calzoncillos desnudo su sexo.
Con ojos grandes mire su pene, que sobresalía entre una maraña de vellos rubios.
Si bien, en mi corta edad, había visto el miembro del soldado y el de mi tío; este era diferente, su sexo con un grosor de 6 cm, por 17 cm de largo, no era recto sino curvado, hacia abajo, como una banana, con su gran glande de color rosado que parecía un hongo, y dos blancos testículos que colgaban de su base.
Sin dejar de mirarlo acaricie su falo con ambas manos, una gota de su transparente liquido pre seminal, se escapo de su glande.
Si quieres podes bésalo, comento Don Aldo.
Sin decir nada me puse de rodillas y abriendo tímidamente mis labios introduje su pija en mi boca.
Ah que rico exclamo el kiosquero entre gemidos, para después comentar, Pásale la lengua como si fuera una paleta.
Saque la lengua y recorriendo de principio a fin, de arriba abajo, de izquierda a derecha lamí su pene.
Ponte de pie, quiero que me saques la camisa, dijo después de un tiempo.
Me pare con dedos tímidos desprendí botones, para dejar su velludo pecho a descubierto.
Ya había visto el pecho velludo de mi tío, pero, el de Don Aldo era más velludo.
Qué pasa? pregunto curioso.
NADA, ES TIENE MUCHO PELO DON ALDO, dije sorprendido.
El sonrió y sacándose la camisa dijo, Decime solo Aldo, ¿sí?.
BBUENO, respondí, mientras veía como se desnudaba por completo.
Con ojos grandes observe su cuerpo, sus vellos claros brillaban con la luz del negocio, fue entonces que pregunto, Te gusta lo que ves?.
Si dije moviendo mi cabeza.
Aldo se acerco y poniendo sus manos en mi cuerpo comenzó a sacarme toda la ropa.
Me encontraba desnudo, el hombre mirando obscenamente mi lampiño cuerpo exclamo con voz emocionada, Que hermoso, no tienes un solo vello.
Me sonroje, y sin decir nada mire al piso.
¿Que pasa? Estas bien?, pregunto Aldo arrodillándose frente mío.
SI, dije levantando la cabeza.
Me miro a los ojos, y poniendo sus manos en mi cintura apoyo su frente en mi pecho.
Sus manos, que habían dejado mi cintura, llegaron a mis nalgas, al tiempo que su lengua escapándose de su boca comenzaba a lamer mis tetillas.
AYY, ME HACES COSQUILLAS, dije casi riendo, al sentir el roce de su barba.
El hombre, sin hacerme caso, bajo por mi pecho, hasta mis caderas.
Se arrodillo, su húmedo apéndice bordeo mi pelvis, y ubicándose en la parte naciente de mi cola, comenzó a subir lentamente.
MMM, MMMM, gemí, al sentir como su lengua subía por el medio de mi espalda hasta mi nuca.
Su lengua bajo por mi hombro izquierdo, para después levantar mi brazo y empezar a lamer mi axila.
AYYY, ALDO, exclame entre risitas.
Te gusto? pregunto mientras su dedo acariciaba mi esfínter.
SI, dije mientras el empeine de mi pie derecho rozaba sus blancos testículos.
El kiosquero se puso de pie, y sacando unas sabanas celestes de bajo del mostrador, comento, Ven vamos al baño.
BUENO dije siguiéndolo, una vez adentro cerró la puerta y después de tender las sabanas en el piso me pidió que me acostara.
Sin decir nada me tire boca arriba.
Aldo sonrió y recostándose a mi lado, beso mi cuello para después comenzar a chuparme las tetillas.
MMM, MMM, AYYY, AYYY, exclame al sentirlas desaparecer en su boca, mientras su mano bajaba por mi ingle hasta mis piernas, que abrieron al suave rose de sus dedos.
Aldo dejo mis tetillas, para comenzar a besar mis labios, mientras uno de sus dedos que se había escabullido por mis nalgas, comenzaba a presionar mi ano.
AYY, AYYY, ME DUELE, dije cuando intento meterlo.
Uy, disculpa exclamo y saliendo del baño regreso con un sachet de champú, lo abrió con los dientes y después de dejar caer su contenido en mi ombligo, lo desparramo con la palma de su mano.
Lentamente bajo por mi ingle, y pasando por mi sexo llego a mis nalgas, para posar uno de sus dedos en mi ano.
Tranquilo, no te asustes, solo disfrútalo, dijo presionándolo sobre mi esfínter.
AHHH, AHHH, exclame al sentir como mi esfínter rendido por la presión, dejaba paso a su dedo.
Te duele? pregunto mirándome a los ojos.
NNN, NOOO, dije con voz entrecortada.
Sonrió y sin decir nada comenzó a meterlo y sacarlo lentamente.
MMMM, AYYY, MMMM, decía mientras comenzaba a disfrutar de su dedo clavado en mi ser.
Te gusta, verdad? comento mientras lo hacía más rápido.
No respondí, solo levante mis caderas, Aldo que se había dado cuenta que lo disfrutaba, acelero sus movimientos, haciendo estremecer mi cuerpo, mis manos apretaron las sabanas y abriendo mis labios exclame SIIII, AHHH, SIIII, SIIIII.
Goza, goza, dijo el kiosquero mientras ponía sus labios sobre mis pezoncitos.
AHHH, AHHH, exclamaba sin dejar de apretar las sabanas.
Ponte boca abajo, me pidió sacándome su dedo.
Obedecí en silencio, rápidamente el hombre se recostó sobre mí, cubriéndome con su velludo cuerpo, y posando su falo en medio de mis nalgas comenzó a moverse lentamente, dejándome sentir como su miembro subía y bajaba por la raja de mis nalgas.
Levanta el culito, me pidió dulcemente.
Sin decir nada levante mis caderas, fue entonces que después de bajar y subir dos veces, introdujo lentamente su duro glande en mi ano.
AHH, AHHH, gemí mientras empinaba más mis infantiles nalgas.
Ya, ya está adentro exclamo, para comenzar a moverse lentamente.
AYYY, AAALLDDOOO, AYYY, AHHHH, empecé a gemir con voz casi imperceptible.
Te gusta? pregunto el hombre sin dejar de moverse.
No respondí, no se porque, y si me gustaba, me gustaba (y me gusta) sentir su duro falo en mi esfínter, solo un gemido de placer se escapaba de mis labios, al sentir como su pija entraba y salía de mi ser.
Ay amor como me excita tus gemidos, dijo Aldo mientras sin apuro me clavaba mas su sexo hasta meterlo por completo.
MMMM, AHHH, AYYY, AYYY, gemí al sentir sus rubios vellos en mis nalgas.
¿Te gusta?, pregunto acercando sus labios a mi oído, al tiempo que aceleraba sus estocadas.
Baje mis nalgas hasta apoyar mi estomago en el piso y flexionando mi pierna derecha sobre la sabana respondí, AYY, SIIII MUUCHOO.
Aldo suspiro, y besando mi nuca comenzó a moverse más rápido.
Ya te habían culiado, ¿no? comento sin dejar de moverse.
AYYY, SIII, AYYY, exclame con voz entrecortada.
Ponte boca arriba dijo Aldo, sacando su pija.
Me di vuelta, el kiosquero que estaba arrodillado frente mío, tomo mis tobillos y apoyando las plantas de mis pies en su velludo pecho, inclino su torso y posando su sexo en mi ser me introdujo profundamente su banana en mi esfínter.
AHHH, AYYY, AHHH, dije al sentirla nuevamente adentro, para comenzar con sus rápidas estocadas.
AYYY, AHHH, MMMAAASS, MMAASS RAAPPIIIDDOO, le pedía con voz afeminada, mientras sentía como me llenaba su semen.
El hombre se quedo quieto, saco su pija y después de limpiarse la transpiración de su frente, se recostó a mi lado, para luego comentar, Resultaste ser bien putita, Sonreí, y poniendo mi mano sobre su verga exclame SI, MUCHO.
Me la quieres chupar? pregunto.
No respondí, baje mi cuerpo y cercando mis labios metí su glande en mi boca, pudiendo sentir el gusto de mi ano.
Lentamente su pálida pija, fue creciendo hasta llenar mi boca.
Ven siéntate aquí, comento Aldo, mientras tocaba su falo.
Me puse de pie y doblando mis rodillas me senté sobre el, introduciéndome su sexo en mi infantil ano.
Incline mi cuerpo y apoyando mis manos en sus hombros recline mi torso sobre el suyo.
Aldo, después de envolverme con sus brazos acelero sus movimientos.
AHHH, AHHHH, MMM, MMM, AAALLLDDOOO, AYYYY, AYYYYY, comencé a gemir al sentir como su pija entraba y salía de mi esfínter.
Ponte en cuatro mi amor, me pidió Aldo.
Obedecí en silencio, mi amante acaricio mis nalgas, y posando su pija en mi ano la introdujo de una estocada.
MMM, AHHH, AYYY, exclame al sentirla nuevamente adentro.
Goza, goza putita, dijo Aldo moviéndose rápidamente.
AYYY, AYY, SSIII, SSIIII, comencé a gemir como una puta en celo.
Te gusta mucho la pija ¿verdad? comento el hombre.
SIII, SIII, MAASS, MAAASS, SSII dije mientras empujaba mi cintura hacia atrás.
Ay, me voy, me voy dijo Aldo mientras derramaba su semen en lo más profundo de mis intestinos.
Aldo se quedo quieto, saco su pija para después dejarse caer a mi lado rendido.
Descansamos un rato, para después finamente cambiarnos, salí del kiosco y con mi colita llena de semen de otro hombre emprendí el regreso a casa.
Bueno espero que les haya gustado (tanto como a mi).
Sobra decir que después de ese encuentro tenia una basta provisión de golosinas.
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