Don Juan el señor de las makinitas
Hola a todos. Espero estén bien. Quien no disfrutó de ir a las maquinitas y no solo a jugar si no a tener algunas aventurillas cómo me pasó a mi. Está relación que tuve me pasó cuando tenía once años ya les contaré .
Hola a todos como les dije. Está experiencia me pasó cuando tenía once años eran los 80s’ en un negocio de makinitas en la colonia donde vivía. El señor que atendía tenía como unos treinta años muy amable y buena honda. Se llamaba Juan pero le decíamos Don Juan por respeto. Todas las tardes solía ir a jugar un rato después de entrenar y jugar un rato. El negocio era algo grande y con poca luz para que las makis se vieran bien. Cómo era fin de semana el lugar estaba lleno. Asi que. Buscamos alguna Maki para jugar yo me fui a otra Maki para ver y entonces. Llegó Don Juan hasta donde estaba yo y se puso atrás de mi. Entonces siento como Don Juan pone su mano en mi culo. Al sentir su mano no hago nada me dejo tocar y disfrutar de sus caricias. El al ver que no me molesto me agarra de mis caderas y pega su entrepierna en mi culo. De pronto le llaman para comprarle fichas que. Era lo que se usaba en ese entonces. Después regresa conmigo y me sigue tocando mi cuerpo. Yo disfrutaba mucho de niño ser manoseado. Sentir como los adultos me acarician mis nalgas, mis pechos, mis piernas. Nacer con cuerpo de hembra fue lo mejor que me pudo haber pasado. Cómo lo mencioné antes. El local estaba oscuro y como traía puesto mi schort de futbol podía meter su mano dentro de mi schort sin ningún problema y meter sus dedos en mi culo hasta mi hoyito. Me empezaba a dedear. Sentir sus dedos entrando en mi me excitaba mucho. Sobretodo porque el lugar estaba lleno y podían vernos. Así lo disfrutaba mucho. Mis pequeños gemidos se mezclaban con el ruido del local. Don Juan ya me había dicho que me quería cojer. Ya me traía ganas. Y yo también quería que me cojiera pero. No sé presentaba la oportunidad hasta que una mañana de semana santa un viernes. Mis padres habían salido y llegarían hasta tarde así que. Me fui a las makinitas. Llegué al local vestía una playera y un schort apretadito y muy cortito normal en aquella época. El lugar estaba semi vacío solo algunos chicos que estaban jugando. Llegué y Don Juan me sonríe yo también le sonrío. Le compro una ficha pero el me regala más y me dice «para que te quedes más tiempo bebé» yo le doy las gracias y me busco una Maki para jugar. A veces Don Juan pasaba por mi lado y me acariciaba mis nalgas y mis pechos y como nadie nos veía. También se sacaba su larga y cabezona verga y me dice «mira Jorgito lo que quiero meter en ese culote que tienes amor» poniendo su hombría en mi espalda y nalgas por encima de mi schort. También me agarraba mis pechos cuya aureola gruesa se notaba en mi playera. Poco a poco el local se quedó solo solo quedamos Don Juan y yo. Entonces el me dice «chiquito voy a cerrar te quieres quedar a echarme una mano para ayudarme?» Yo acepto y cierra el local. Nos metemos a un cuarto que sirve como bodega y apenas entró y Don Juan me abraza al tiempo que sus manos agarran mis nalgas diciéndome»hooo que rico estás que culote tienes » yo solo me callo y me dejó llevar por sus palabras y caricias. Me besa al tiempo que me quita mi schort yo me quito mi playera y el me chupa mis pechos. El me quería cojer y yo quería que me cojiera. No había nada que esconder. Se quita su pantalón y su verga larga y cabezona babeando precum invita a llevármela a mi boca. La cual chupo con gusto. El se quita su camisa el agarra mi cabeza y me empuja toda su hombría dandome embestidas en mi boca hasta que se inunda de esa miel blanca espesa y salada la cual me trago. Escucho el haaa de don Juan dandome esa descarga de leche. Después me abraza y besa me dice al oído «Jorgito te acuerdas que te dije que te quería cojer? Pues ahorita te voy a cojer» yo le digo que me puede cojer que me gustó cómo sabe su verga. Don Juan acomoda unas cobijas viejas que tenia por ahí y me dice «ven chiquito. Ponte de perrito te voy a meter mi verga en ese culote de mujer que tienes» yo me acomodo en su entrepierna y el me agarra mis nalgas les pasa su lengua por toda la redondes de mis nalgas. Pasa su lengua por la anchura de mis piernas. Después me pega unas nalgadas y las masajea como si hiciera pan. Separa mis montañas de carne y mete su lengua dentro de mi raja. Apenas su lengua toca la entrada de mi hoyito. Siento un estremecimiento que lanzo un gemido. Me toma de la anchura de mis nalgas y pasa su mano por mi vientre y con la otra mano pone su verga en mi raja yo separo mis nalgas para que el pueda entrar en mi. La cabeza de su verga toca mi hoyito y empieza a empujar hacia dentro yo empujo hacia afuera y así. Empujón tras empujón su hombría entra en mi. Mientras mis manos se aferran a la cobija Don Juan me dice «haaa Jorgito tu interior está caliente y apretadito» el. Completamente encima de mi pero sin aplaztarme me embiste suave. La base de su verga pega con mis nalgas. Me agarra mis pechos y sus embestidas son cada vez más fuertes. Mis gemidos se mezclan con los de Don Juan que me dice «haaa chiquito te traía tantas ganas que. Voy a llenar ese culote de mujer con mi leche» Yo le digo » si Don Juan quiero probar su leche » a mi me excitaba que me dijeran cosas como esas de niño lo disfrutaba mucho. La bodeguita llena de nuestros gemidos y el sonido del clap clap de su pelvis pegando en mis nalgas. Sus embestidas se hacían más fuertes hasta que mi interior se llenaba de la miel de mi macho en turno. Me sacaba su verga y su se la limpiaba con mi lengua. Se la chupaba hasta que se le ponía dura y volvía a montarme otra vez. Don Juan durante varias semanas me estuvo acosando. Sus palabras sus tocamientos a mi me excitaba eso. Eso para mí era como un romance de esa manera. Varios hombres me cojieron tener unas enormes nalgas y piernas gruesas hicieron entender mi naturaleza. Ellos lo disfrutaban yo también. Don Juan no paraba de cojerme. De vaciarse dentro de mi. Era una buena persona podía confiar en el. Cuando me decía «quiero cojerte bebé» yo le decía que si. A veces en las mañanas y otras en las noches. Solía cojerme de perrito su pose favorita pero también de lado. Me gustaba besarme y jugar con mi lengua. Me entrega hasta la última gota de su miel blanca. Terminaba de cojerme y descansa vamos un rato. Después me hiba a mi casa. Está fue una historia real como las demás que luego iré contando espero les haya gustado
Gracias besos 😘
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