DON VICENTE, PAQUITO Y EL CURA DE LA IGLESIA
Hola me llamo Antonio soy sacerdote y hace un año que fui designado a una pequeña parroquia de un pueblito del interior de la ciudad de México, tengo una verga que me mide 20 cm y que al caso para muchos este dato estaría demás, tengo 35 años.
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
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Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
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Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
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Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
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Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
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Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
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Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
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Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
Al segundo domingo de haber iniciado como sacerdote y haberme presentado a mis feligreses me llamo la atención un chaval que andaba con una señora mayor que debía ser su abuela, el niño era realmente muy lindo de esos que parecen un angelito, era de cara redonda con una barbillita con hoyuelo, su piel era de un color canela brillante, ojos chinitos, boca y nariz delicadas y muy bien hechas como si el mismo Miguel Ángel se hubiese inspirado en él, su cabello era liso y negro azabache, con un corte moderno ondeado hacia el lado derecho que casi le tapa el ojo y afeitadito por los lados, su cuerpo era delgado pero fibrocito de esos niños que se curten el cuerpo cargando leña y trabajando en cosas de adultos, realmente el niño llamaba la atención entre todos, además su gesto callado y muy maduro lo hacía resaltar del montón de chavales brincones, tendría unos once años. Así lo veía siempre en la misa en la misma primera fila de la mano de su abuela con su camisita blanca manga corta abierta y dentro una remerita un tanto usada de color vino, unos pantalones color caqui también un poco desgastados y sus alpargatas se veía que eran bastante humildes.
Así pasaron las semanas y me fui encariñando con Paco que así se llamaba el niño, tanto que lo extrañaba cuando por alguna razón no iba y solamente veía a su abuela, una mañana salí hacia la casa de Don Vicente un granjero cuidador de vacas y toros porque me habían dicho que sus vacas daban la mejor leche y cuando llegue a la entrada le llame dentro de la casa con grandes ventanales me respondió una voz gruesa y viril diciéndome con todo el autóctono acento campesino que pasara adelante y así lo hice abrí la cerca de alambre que dividía el camino de tierra del patio delantero de la casona de Don Vicente y entré, siguiendo las instrucciones de aquella potente voz llegue a su cuarto encontrándome a un hombre de cuerpo grande y grueso curtido por el trabajo rudimentario del campo, sus facciones eran duras con una mandíbula cuadrada prominente, sus cabellos canos daban un tono grisáceo a la luz solar que comenzaba a entrar por la inmensa ventana adornadas con cortinas con motivos floreados algo rudimentarios, estaba acostado todavía en una cama enorme envuelto en sabanas grises descoloridas como amarillentas llevaba puesta una sudadera sin mangas lo que él llamaba franelilla blanca un poco curtida quizás por el sudor de las noches acaloradas, su pecho era fuerte y se podía observar los blancos pelos ensortijados saliendo de su sudadera, su ancha mandíbula estaba surcada por una sombra de varaba ya blanca por la edad Don Vicente contaba con 60 años bien llevados, arropado con las tenues sabanas la pierna derecha sobresalía desnuda dejando ver una pierna peluda, fuerte y venuda con una pantorrilla gruesa y dura como si de un levantador de pesas se tratara, sus pies eran grandes y cada dedo poseía una anatomía viril propia de un macho, levanto su brazo izquierdo y lo paso por detrás de la cabeza, era un brazo fuerte, grueso, musculoso, que terminaba en una axila portentosa envuelta en un nido de pelos todavía oscuros, me dijo que me sentara, su ronca voz me saco de mis cavilaciones y volví en mi…
Antonio: Como esta Don Vicente me dijeron que usted tiene la mejor leche de por acá ¿ porque voy a necesitar dos litros…
Don Vicente : A usted mismo lo ha dicho padrecito la mía es la mejor…¡
En ese momento entro alguien que nunca me hubiese esperado, cuando lo vi ilumino mis ojos, era el chaval lindo que siempre iba a la misa, no pude contenerme ante la sorpresa y termine saludándolo, preguntándole que qué hacia allí, si era familia de Don Vicente o algo, el niño que llevaba puesto un short corto y roto de jean, una remerita amarilla vieja y sus infaltables alpargatas, paso hacia donde estaba Don Vicente sentándose al lado derecho de aquel macho y coloco su mano izquierda sobre la fuerte y peluda rodilla del viejo en son de pertenencia de el a Don Vicente, la situación me pareció un poco rara pero nuevamente salí de mis cavilaciones cuando Paco me respondió…
Paco: Don Vicente es como mi abuelo, yo lo ayudo en los trabajos de la granja y a ordeñar de vez en cuando padrecito…¡
Antonio: Vale, vale… entiendo claro lo haces también para ganarte la vida honradamente, que bueno…¡
Don Vicente : Si padrecito y no sabe usted como ordeña el chamaquito este… Ándale Paquito búscale al padrecito sus litros de leche…¡ Eso va por la casa padrecito…¡
Paco: Si Don Vicente…¡
Paco salió y a la vuelta de unos minutos venía con un cuenco de leche, me despedí y salí, dejando a Don Vicente y a Paco en el cuarto, cuando llevaba ya casi tres cuadras me di cuenta que el cuenco que me había dado Paquito tenía capacidad para un litro y yo le había pedido dos así que tuve que devolverme, al llegar abrí la cerca de alambre y me dirijo a la habitación de Don Vicente casi llegando escucho ruidos como gemidos y una voz ronca balbuceando algo.
Cuando me asome al cuarto quede boqui abierto con lo que vi, el niño se había despojado de sus jeans rotos y estaba montado arriba del regazo de Don Vicente cabalgando como si el viejo fuera un caballo mientras apoyaba sus juveniles manos encima del pecho peludo del viejo, las fuertes y peludas piernas de Don Vicente se mantenían abiertas y tensas en cada clavada que le daba al pequeño de once años, mientras el guebo chorreante de baba blanca de aquel sexagenario de dimensiones considerables tal vez de unos 21 o 22 cm entraba y salía del ano obviamente ya no virgen de Paco, en cada empujón eran las peludas bolas del viejo las que golpeaban las fibrosas y redondas nalgas del niño, Paco meneaba la cabeza como poseído y sus cabellos ondeaban en el aire con cada follada que le propinaba aquel macho mientras Don Vicente deliraba de placer subyugante al estarse cogiendo al niño más bonito de la comarca…
Don Vicente: Esto era lo querías chamaquito montarte arriba de tu toro no…? Haaaaaa…¡ hoooooo…¡ que rico culito como se traga el morcón de su toro…¡
Paco: Si Don Vicente deme más, no pare por favor mmmmmm….¡ haaaaaaaa….¡ acuérdese de la leche y el queso para mi abuelita… haaaaaaaaaaaaaaaaa………….¡
Don Vicente: Tranquilo menorcito eso está asegurado para la vieja, ahora te voy a seguir dando tu ración de guebo para que te comas toda mi leche…¡
Paco: ¡………Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa………………….¡
No lo podía creer aquel viejo se estaba comiendo al nene más lindo que había visto en mi vida, estaba apoderándose de su dulzura de su inocencia, la boca de Paco también denotaba bastante viscosidad por lo que presuponía que antes de llegar y encontrarlos, el niño ya le había propinado tremenda mamada de guebo al viejo, me llene de celos pero me contuve, la escena me había puesto cachondo a pesar de todo.
Don Vicente coloco al chaval como cucharita y le levanto la pierna dejando ver su hoyito completamente dilatado y de un color oscuro rojizo por la fricción de llevar tanto guebo, además de eso le metió en la boca a Paquito el calzoncillo blanco con tonos amarillentos ya vetustos que llevaba puesto, antes de eso el niño pregunto…
Paco: Me va a seguir cogiendo Don Vicente…?
Don Vicente : Claro nene el queso y la leche pa tu abuela no es gratis…¡ Tienes que dar culito por eso…¡
Diciéndole esto a Paco apunto su guebo a la roja entrada del pequeño y se lo dejo ir hasta las bolas, el pequeño lanzo un gemido de dolor que fue asfixiado por el calzoncillo que tenía metido en la boca, Don Vicente se lo siguió tirando media hora más, al llegar al clímax el viejo zorro se incorporó de rodillas en la cama y agarrando al chaval por la cabeza le saco el interior que tenia de él, acerco su grueso palo a la tierna boca del nene y le inundo su cavidad bucal con chorros interminables de espesa lefa, la cual el chaval iba tragando de a poco para no ahogarse.
Salí de allí apresurado con el corazón casi roto sintiendo que ese niño tan bello me había traicionado con aquel fornido hombre.
Una semana después de aquel suceso, Doña Arsenia, la abuela del Paco me pide que si lo puedo colocar como monaguillo a lo que acepte porque todavía sentía afecto por él, me dijo que necesitaba que intercediera por ella para que otorgaran cierta especie de ayuda económica por ser ellos muy pobres y que a cambio su nieto prestaría los servicios en la iglesia, acepte con la condición de que Paco debía ser muy obediente.
Ese día en la misa dominical Paco se presentó le dije lo que tenía que hacer lo cual lo cumplió a cabalidad, al terminar la misa fue mi momento, lleve a Paco a solas adentro de la sacristía lo tome por la carita sus tiernos ojos me invitaban al deseo, le dije lo bien que se había portado durante la homilía y sin más me acerque y lo bese en la boca, al principio quiso poner un poco de resistencia pero a la final cedió y fue ahí cuando comencé a hurgar su boca con mi lengua, ahora ese nene lindo era mío.
Lo tome y lo lleve hacia un pequeño cuarto provisional que tenía mientras conseguía algo mejor, allí le subí el traje de monaguillo y le dije que se quitara los pantalones yo me quite la sotana quedando con una camisa negra manga corta y pantalón del mismo color, realmente Paco tenía un cuerpito magnifico y deseable parecía un hombre pequeño lo puse sobre mi cama en cuatro patas, me baje los pantalones, estaba decidido a cogérmelo…
Paco: Que me va a hacer padrecito…?
Antonio: Tu abuelita me pidió que la ayudara con una ayuda económica, pero eso o es gratis nene ni para un hombre de Dios…¡
Paco: A si padrecito así como me hace Don Vicente…¿ está bien como usted mande padrecito….. cójame…¡
No le di importancia al preguntarle nada porque ya sabía con creces lo que hacía Don Vicente con él, dicho esto le coloque un poco de aceite de ungir en el culo le acerque mi blanco y peludo guebo a la oscura y palpitante entrada anal y se lo deje ir hasta la mitad, soltó un pequeño gritico pero se quedó quieto al rato comencé el mete y saca, yo estaba en la gloria mi corazón estaba a mil sabiendo que el niño más bello de esa comarca me estaba regalando su tierno y ya no tan inocente culo…
Antonio : Haaaaaaaaaaaaaaaa…¡ que rico culo tienes nene……hooooooooooo….¡ esta tibio y cerradito nuevamente…Hooooooooooo…………..¡ te gusta que te dé por detrás, haaaaaaaaaaa….¡ te gusta que te cojan…..¡ te gustan los machos…..haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……………¡
Sonido: Flap, Flap, Flap, Flap, Flap, Flap…………………………………………..¡
Paco : Haaaaaaaaaaaa…siii………..haaaaaaaaaaaaa…¡ haaaaaaaaaa…¡ deme más padrecitooooo…¡
El momento era muy morboso afuera estaba la abuela de Paco esperándolo mientras yo me lo cogía adentro de la sacristía, luego lo cambie de posición lo hice que apoyara un pie sobre una de las sillas luego le levante la otra pierna quedando su culo en el aire volví a apuntar mi guebo a su ano y volví a zampárselo esta vez hasta las bolas, mientras me lo cogía lo miraba y el a mi sintiendo el placer de ser uno en ese momento, volví a besarlo casi me comía su boca del deseo que tenía, en ese instante se apodero de mí una tembladera de éxtasis, de extremo deseo, había llegado al momento culminante donde tres o cuatros chorros de leche preñaban los intestinos del pequeño Paco, nos limpiamos y salimos.
La abuela salió a recibir al pequeño preguntándome como se había portado…
Antonio : Excelentemente Doña Arsenia tiene un tiene un nieto privilegiado, en estos días hablare con el arzobispo para lo que me ha pedido. Cuente con ello para dentro de uno o dos meses más o menos …¡
Doña Arsenia: Ho¡ gracias padre Antonio Paco siempre seguirá retribuyéndole así como con Don Vicente yo sé que las cosas no son gratis, hasta el próximo domingo…¡
Antonio: Vaya con Dios hermana, y tu reza mucho Paquito…¡
Así desde hace un mes me estoy tirando al chaval después de misa su abuela lo espera afuera mientras yo me lo cojo en la sacristía cosa que me llena de mucho morbo.
Puede que tenga segunda parte…………………
El relato esta repetido muchas veces, Amigo tu relato esta muy bueno y seguro seguíras contando mas saludos amigo.
Pueblo chico, infierno grande. Espero la continuación (cuidado con las repeticiones)
QUIERO UN PADRECITO ASI, CLARO YANO TENGO 11 PERO PUEDE Q LO DESLECHE Y RICO JE JE, SE REPITIO MUCHAS VECES TU RELATO AMIGO, ESTA BUENISIMO EXCITANTE, PERO CON DOS ESTABA BIEN JE JE JE, SALUDOS Y ESPERO LA SEGUNDA PARTE, PA DESLECHARME TAMBIEN….
Saludos pido disculpas por lo repetido del relato pero es un poco complicado cuando ya lo tienes copirlo y pegarlo por aca
Me encantó el relato espero poder leer otra continuación