DONACIANO… LARGA, BLANCA, DURA, VENUDA Y JUGOSA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Steve le comento que había roto con su novia y que estaba algo melancólico, Donaciano lo tranquilizo y le invito de su coñac preferido. El joven se fue calmando y animando con la plática y la bebida. En un momento dado, Steve le pregunto a Donaciano sobre sus preferencias, al momento se avergonzó de su pregunta y quiso retirarse, pero Donaciano lo calmo y le pidió que se quedara que le iba a contar algo de su vida. Al momento que platicaba algunas de sus experiencias se fue calentando. Pareció que el muchacho también se éxito porque se levanto nervioso y dijo que iba al baño. Donaciano desinhibido por el licor y la excitación camino detrás de el.
Lo vio de espaldas y se acerco poniéndose a su lado simulando que también iba a orinar, escucho el ruido del enorme chorro de orina que aventaba Steve. “Que alivio…” dijo en ingles el muchacho que volteo descaradamente a ver de frente a Dona subiéndose el ziper pero dejando ver la tremenda herramienta que se cargaba. Dona se puso nervioso y dejo que se retirara; se retardo un tiempo prudente pensando que el muchacho se iba a ir del local. Cuando volvió a la mesa todavía estaba ahí y se había servido ora copa y le servía otra a su patrón.
Cuando Dona se sentó el muchacho le soltó la pregunta directa: “¿La quiere ver Sr. Donaciano?”, fingiendo sorpresa sin decir palabra asintió moviendo la cabeza.
Steve se puso de pie, se desabrocho el cinturón bajándose el pantalón a la mitad, no traía ropa interior. Dejo caer lo que traía entre las piernas… Donaciano solo miraba entre nervioso y caliente.
La tremenda carnota cayó en la mesa, larguísima, muy gruesa; blanca con la cabeza de un tono rosado pálido, enormes venas verdeazuladas la surcaban en toda su extensión. Era un cabezota que parecía un capullo que coronaba el enorme y grueso tubo de carne. La gran uretra donde cabía casi un dedo ya escurría líquido cristalino sobre la mesa. Donaciano se abalanzó sobre ella sin tocarla con las manos, se inclino y empezó a lamer el liquido de la mesa, fue siguiéndolo hasta llegar a la uretra que lamio gustoso, metia la lengua en el orificio, apenas pudo abarcar la gran cabezota con sus labios, luego paso a recorrer la vergota en toda su extensión. Mientras lo hacia, sintió las manos de Steve acariciar sus nalgas y su pene sobre la ropa para luego ir despojándolo de sus ropas. En un momento los dos se encontraban totalmente desnudos. Donaciano con sus 1.70 m d estatura y su cuerpo delgado parecía un niño ante aquel coloso blanco de pelo castaño con el cuerpo musculoso y con el velludo pecho a pesar de sus apenas 19 años.
Donaciano lo observo embelesado, el muchacho se mantuvo inmóvil momentáneamente; lo acaricio de arriba abajo recorriéndolo con su lengua, restregándose en el vello del muchacho que mantenía una tremenda erección desafiando la gravedad por el tamaño de aquel maravilloso pene blanco. Lo mamo, lo mordió, lo lamio, lo jalo, lo humedeció en cada cm de su extensión; gozo cada vena verdeazul. Nunca había tenido una verga blanca, creía que no podía haber una como aquella, del tamaño de las negras pero muy bella y estilizada… “Una verga perfecta”, pensaba Donaciano.
-Métemela papito hermoso…-musito Donaciano quedamente. Steve sin decir palabra, jadeando despacio lo levanto del piso fácilmente y lo acostó en la mesa.
Donaciano se arqueo muy caliente con la verga bien parada; el muchacho lo recorrió con la lengua, que era muy larga, desde el cuello hasta detenerse en su mediano pene que lo tomo todo con la boca. Dona se sintió en el cielo y más cuando le abrió las piernas y las levanto para darle una riquísima mamada en el ano, metiendo la caliente y puntiaguda lengua en el ano del patrón. Dona ya no aguantaba, estaba a punto de terminar con la pura lengua del muchacho y casi le suplico:
-Anda papacito… poséeme con tu hermosa vergota.
Steve se enderezo, abrió aun mas las piernas de Dona; con los enormes dedos pulgar e indicie separo las pequeñas pero redondas y carnudas nalgas de Dona colocando el sabroso, caliente y enorme capullo del hermoso pene que se cargaba.
Solo se escuchaban las respiraciones y jadeos entrecortados; Donaciano observaba la hermosa y excitada cara del muchacho, gimió cuando sintió la carne caliente que amenazaba entrar en su ano. Se movió en forma circular para recibir aquel monumento al placer.
-Ahhhh… papi que rica tu verga… divina papaíto mmmm… ahhhhh deliciosaa, ahhh, ahhh- gemía cuando la cabeza entro en su ano que apretó la bella cabezota del tolete de Steve. Sorpresivamente el muchacho le dio un tremendo empujon hacia adentro sumiéndole casi la mitad y sacándosela de golpe; el ano de Dona quedo abierto y escurriendo, las piernas le temblaron, el dolor y el placer se combinaron. Se impuso la excitación y el placer en Donaciano que pidió más…
-Papito métemela otra vez, no me quites tu deliciosa verga… anda papi- mientras decía esto, el mismo abría sus nalgas exponiendo su hoyo goloso y muy abierto.
Steve se inclino y humedeció el ano de Dona, le obsequio otro lengüetazos que hicieron que casi se vaciara, el pequeño pene aventó chorritos de semen espeso que el muchacho tomo con los labios y con la lengua lo volvió untar en el hoyo que se abría y se cerraba esperando la penetración completa.
Steve volvió a ponerse en posición, levanto las piernas de Dona hasta sus hombros, acomodo la cabeza en la entrada metiéndola y arrancando un gemido de placer. Donaciano no aguantaba más, moviendo el trasero en forma circular empujo hacia adelante metiéndose el solo hasta la mitad de la bella verga y apretándola en toda su extensión. El muchacho también estaba muy caliente sentía que su verga iba a explotar en cualquier momento, tomo a su patrón de las caderas y comenzó a penetrarlo lentamente pero firme. Donaciano abrió la boca desmesuradamente, sacaba la lengua y la movía de un lado para otro, los ojos en blanco extasiado, sentía cada cm, cada pulgada que iba entrando, orgasmo tras orgasmo, chorrito de semen tras chorrito de semen… La verga le entro toda, hasta sentir el abundante vello castaño de Steve en sus nalgas. Steve empezó a dar metidas y sacadas cortas muy profundas, Donaciano sentía como su punto g era tallado por la cabezota. Se sentía trabado, repleto por aquella vergota rica, caliente, larga, gruesa, venuda… jugosa, esperaba que en cualquier momento soltara el juguito que tanto le gustaba sentir en sus entrañas y tomarlo, el ya había tenido incontables orgasmos.
El muchacho empezó a resoplar y a acelerar los movimientos de mete y saca; en un momento Steve ya no aguanto más, saco todo el vergonon del ano de Dona que se quedo muy abierto y escurriendo, grito:
-Papiiiiiii… dame tu lechita… papiii… que cogida tan rica me estás dando- Steve respondió a la calentura del momento con repetidas arremetidas hasta el fondo:
-Me vengo patrón.. ahhhhggg- a cada metidon que daba, era un chorro de semen caliente y espeso que dejaba en el fondo del profundo ano de Donaciano, que a cada descarga que recibía daba un apretón con su esfínter como exprimiendo aquel hermosísimo y potente instrumento de goce y de placer inenarrable.
Casi al unísono los dos suspiraron y quedaron inmóviles, Donaciano con su venida completa sobre su vientre y Steve con su vergota todavía muy dura y palpitando llenando el caliente y goloso ano de su patrón. Duraron unos instantes jadeando despacio, Steve fue el primero que se separo, sacando el tremendo tolete todavía erecto y escurriendo semen al igual que el abierto hoyo de Donaciano.
-Papi…-se escucho la voz de Donaciano en un susurro, enronquecido por la sabrosísima cogida que le habían dado, su ano palpitando y escurriendo gran cantidad de semen era las evidencia- déjame ver tu pene, quiero ver como quedo.
-Ten tu vergota que te hizo tan feliz… si tu quieres será tu verga para siempre- dijo Steve al tiempo que le acercaba el chorreante pene a la boca abierta de Donaciano que lo recibió succionándolo, lo empezó a mamar de nuevo y el divino pene comenzó a endurecerse de nuevo y a crecer en todo su esplendor… lo que siguió fue espectacular: Steve se arqueo y comenzó a coger la boca de su patrón que trataba de abrirla lo más que se pudiera, lo mamo como el sabia, con la boca cerrada abarcando toda la cabezota y moviendo la lengua por dentro, sin sacarse la verga de la boca recibió las embestidas del potente muchacho y otra larga venida de ocho abundantes chorros de leche agridulce que inundaron su boca y garganta, casi atragantándolo pero la bebió completa, al final se escaparon algunos chorritos por la comisura que las atrapo con la lengua y las tomo gustoso, goloso.
Dejo la verga otra vez limpia, hermosa, grande, muy larga, gruesa, venuda y jugosa con las enormes bolotas colgando, parecía que todavía tenían más semen.
-Gracias mi niño… por la mejor cogida de mi vida, espero que sea el principio de una larga relación- Mientras decía esto, los dos se comenzaron a vestir, se despidieron alegremente quedando de verse al día siguiente.
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