DONACIANO Y EL MULATO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como aquel día en que llego a uno de sus restaurantes un paisano suyo llamado Sebastiano.
Era un joven de 30 años que llego de su pueblo natal buscando trabajo, Dponaciano lo recibió con gusto y mas cuando el joven le explico que iba de parte de un anciano muy querido por el.
La platica se animo ciando empezaron a platicar de como estaba la gente del pueblo. La platica la terminaron en el departamento de Donaciano que le ofrecía al muchacho su clásica copa de coñac.
El muchacho se desinhibió rápidamente, hasta sus oídos había llegado la fama del ya famoso Chef. Donaciano también se desinhibió, le dirigía miradas descaradas al enorme bulto que se cargaba el muchacho que ya sin nada de pena se paro frente al amistosos y maduro señor que le miraba con ojos brillantes.
Donaciano sentado en el sofá observo como se fue desabrochando el cinturón y como se iba desnudando el muchacho que se agacho para quitarse el pantalón, cuando se incorporo la enorme vergota salto hacia el frente.
Donaciano miro aquella hermosa verga, en realidad era bella, de mas de 30 cm como le gustaban a Donaciano, una enorme pero bonita cabezota bien formada con una gran uretra que ya chorreaba de caliente.
Donaciano se hinco y tomo la verga entre sus dos manos, la miro embelesado, con la punta de la lengua tomo el liquido que escurría. Lo saboreo y le pareció muy dulce, intento metersela pero soñó cupo la punta de la cabeza. La lamió en toda su extensión. Era de un color marrón claro con la cabeza de color rosa pálido. Mientras la mamaba, empezó a combinar sus líquidos seminales con los de Sebastiano y se los unto en el ano que ya se abría y se cerraba excitado.
No espero demasiado, cuando se dio cuenta que el muchacho iba a eyacular le mordió la cabeza para evitarlo.
Se incorporo y le dijo al muchacho que se recostara.
-Papi, dejame coger tu hermosa verga. Quiero que me veas de frente y sientas como voy a ir apretando tu verga cada pulgada que me entre… me la voy a meter toda… papito.
Se sento sobre el joven sin dejar de mirarlo le dijo que sostuviera la verga para irse sentando.
El muchacho lo miro, sintió como el ano de Donaciano se abría golosos para recibir su carnota dura como una piedra pero suave como la seda y muy caliente.
Donaciano se fue sentando devorando cada pedazo de carne, sintió como la cabezota fue rebasando cada esfinter arrancando chorritos de semen de su mediana verga que caían en el vientre del muchacho que lo tomaba entre sus dedos para llevarlo después a su boca.
Dona se exito al momento, se sumió la verga hasta sentir los vellos y las bolotas del muchacho en sus nalgas. Puso los ojos en blanco y tuvo un largo y delicioso orgasmo acompañado con la expulsión de un espeso chorro de semen que Sebastiano tomo de nuevo.
El ímpetu de joven surgió, muy excitado tomo a Donaciano de las pequeñas pero redondas y carnudas nalgas de Donaciano. Lo abrió y empezó a poseerlo a veces suavemente y otras salvajemente. Donaciano se sentía en el cielo, las bolotas rebotaban en sus nalgas y el tremendo vergon le entraba hasta el fondo casi hasta el estomago. No duraron mucho tiempo, Donaciano empezó a gritar extasiado: "Papiiiiii… me vengo papitoooooooo…. dame tu leche papiiiiiiii"…
El Joven lo aprisiono fuertemente y dio la estocada final, lo atrajo contra su vientre hundiendo aquella sabrosa espada de placer hasta el fondo de las entrañas de Donaciano y aventó su deliciosa, caliente, espesa y abundante descarga.
Donaciano se estremeció, todo su cuerpo temblaba, sus ojos se pusieron en blanco, su boca se abrió desmesuradamente… el mismo se levanto sacándose casi toda la vergota y se fue sentando otra vez despacio… su ano se abría y cerraba sin control exprimiendo el bello pene de Sebastiano….
Fue una venida espectacular: Sebastiano vació todo su semen en el interior de Donaciano y este aventó todo lo que el quedaba en el vientre del muchacho.
Donaciano se desplomo en el amplio y velludo pecho del muchacho que lo abrazo con ternura recostándolo a su lado, los dos se quedaron profundamente dormidos: Sebastiano con la enorme verga exprimida y Donaciano con el ano muy abierto, escurriendo semen y muy satisfecho.
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