DONACIANO Y LA SERVIDUMBRE.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La jamona española se estaba desnudando enfrente del jardinero, los dos murmuraban entre sí. El señor no separaba la vista de la mujer que en un momento quedo totalmente desnuda con los pechos bamboleándose y mirando al señor con los enormes pezones que parecían fresas; el jardinero se abalanzó sobre aquellos pedazotes de carne blanca. La española no perdió el tiempo, se fue directa a la entrepierna del maduro señor, parecía que no era la primera vez que se encontraban.
El jardinero se separó de la mujer, se despojó de la camisa y se bajó el pantalón rápidamente, el cuerpo que tenia no era para su edad, el trabajo que hacía en la casa lo mantenía con las carnes firmes, el amplio pecho y el vientre cubiertos de vello blanco hasta abajo… “Ohhhh my good…” pensó Donaciano, no podía creer lo que veía. La enorme vergota cayó hacia abajo por lo pesado, la tenía muy grande y muy gorda, llena de venas; morena y con una cabezota feroz y color rosado escurriendo liquido pre eyaculatorio. La mujer se separó para verlo y tomó el rico pene entre sus dos regordetas manos, la sobó a todo lo largo hincándose y abriendo la boca desmesuradamente para morder la cabezota. El fantástico tolete se fue poniendo más duro y haciéndose más grueso, estaba a punto de reventar y aventar su descarga.
La mujer parecía experta en el arte de mamar y de coger; le dijo al hombre que se recostara y sostuviera el pene… así lo hizo, “el pene se ve divino…” pensaba Donaciano que se acariciaba el pene para abrir y cerrar su ano que ya estaba caliente solo de ver aquel fabuloso instrumento de gozar. La señora se monto en el jardinero y movió las nalgotas encima de la tremenda vergota, el señor estaba caliente y la tomó de las amplias caderas. Parecía que la mujer quería hacerlo lentamente pero el jardinero empezó a hacer movimiento hacia arriba desesperado. La mujer tomo la cabeza y la engullo por la vagina que escurría de caliente, le entró de golpe y lanzo un grito arañándole el pecho. Esto, en vez de detener al viejo lo excito mas y abriéndole las nalgas con las nervudas manos le dejo caer casi toda la verga haciendo bruscos movimientos de mete y saca… la mujer bufaba de dolor y de un inmenso placer, de repente se envaro y puso los ojos blancos abriendo la boca y con una sonrisa en los labios se desplomo a un lado de la cama como desmayada pero muy feliz, al instante se quedo dormida.
El hombre intento despertarla pero no pudo, se puso de pie y mirando la abierta vagina que seguía escurriendo se empezó a masturbar, Donaciano se desnudo rápidamente no podía dejar de ver aquella vergota grande, venuda, cabezona y lustrosa que el hombre jalaba con las dos manos, era inmensamente gruesa. Ya desnudo, giro el picaporte, la puerta estaba abierta y Donaciano entro poniéndose enfrente del señor que verdaderamente sorprendido no sabía que hacer al ver a su patrón totalmente desnudo y jalándose la mediana verga. Donaciano lo atajo rápido:
-Espere, no se preocupe, yo le ayudare…- le dijo acercándose e hincándose para tomar el mojado pene que despedía olores a sexo rudo y caliente.
Sin dejarlo hablar siquiera siguió convenciéndolo:
-Te voy hacer terminar papi, anda, dame la leche que tienes en estos riquísimos huevotes_ completo metiéndose apenas la gran cabeza en la boca, dándole la mamada que tanto calentaba a sus amantes; abarcaba la cabeza con la boca y por dentro movía la lengua y la metía en la uretra. El señor no aguanto mucho, sintió que el semen ya se iba salir del enorme saco que guardaba en sus ricas bolotas. Casi gimiendo le dijo:
-Señor… por favor… déjeme poseerlo…-murmuro tímidamente.
Donaciano no se negó, empezó a combinar saliva con el líquido pre eyaculatorio que salía a chorros del sabroso camote y empezó a untarlos en su ojete que ya se abría excitado entre sus dedos; se puso en cuatro a la orilla de la cama y cerrando los ojos suplico:
-Anda papito, dame tu sabrosa vergota, se gentil porque eres grande papi… dámela despacio hasta el fondo…
Donaciano se inclino un poco cerrando los ojos y mostrando su ano al caliente y potente viejo…
Esperaba que lo poseyera rápido pero lo que sintió fue riquísimo: sintió como con las calludas manos le acaricio las nalgas y se las abrió para mamarle el ano, metió su larga y áspera lengua en el cerrado orificio que empezó a abrirse y relajarse para tragarse aquel delicioso manjar.
-Ya papi, quiero sentirte…-no terminaba cuando el viejo le acomodo la cabeza en la entrada, la sintió muy caliente. Hizo movimientos circulares y empujo para atrás. La cabezota entro toda, rica, sabrosa, suavecita, húmeda… el señor jugueteo un rato y Donaciano respondió: era un mete y saca despacito que hizo chorrear a Donaciano.
-Dámela papacito…. Toda- el Señor le abrió la nalgas y empujo, suave, despacio pero firme y seguro. Donaciano sintió la verga tan dura como una piedra pero al mismo tiempo suave y cálida.
Se la sumió hasta el fondo, a cada pulgada que entraba Donaciano apretaba la vergota con el ano cerrándolo de manera intencional, el señor cuando llego al fondo de las entrañas de Donaciano sintió que iba a terminar pero escucho a Donaciano gemir…
-Coge, papi, cógeme fuerte…
Empezó la Danza de sexo, mete y saca feroz las bolas chocaban con las nalgas de Donaciano. Los dos gritaban y bufaban locamente, los dos se detuvieron un momento… le saco casi toda la verga para darle la ultime estocada, hasta el fondo para soltarle un sinnúmero de chorros que también hicieron venir a Donaciano.
Al terminar quedaron los dos exhaustos recostados en la cama. La flácida pero gorda verga del viejo escurriendo todavía semen muy blanco y espeso… muy dulce pensó Donaciano que lo empezó a mamar otra vez, Donaciano quería otra cogida: “Cógeme de nuevo papi, pero esta vez quiero tomar tu semen que es muy espeso, blanco y muy dulce… así me gusta”.
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