Dos hermanos heteros para mi solito I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por darren02.
Esta historia es de hace unos 7 años, tenía en ese entonces yo 17 años y vivía en un pueblito en Colombia.
Soy blanco y siempre he tenido un buen culo y con los años he llegado a comerme vergas muy grandes y me encanta sentirme sometido por hombres bien masculinos.
Me llamo Dani.
En mi barrio había muchos de esos heteros que vuelven loco a cualquier pasivo, siempre jugando futbol en las calles sin camisetas mostrando sus cuerpos marcados, tostados por el sol, y sudados.
Yo moría por probar alguna de esas vergas que brincaban bajo esas pantalonetas cada vez que corrían detrás del balón.
Frente a mi casa vivían los “reyes del barrio”, eran dos hermanos.
Uno tenía 20 (Marco) y el otro tenía 18 (Luis) y ambos eran fornidos y muy machos.
Ellos tenían la costumbre de orinar en plena calle antes de irse a dormir, a eso de las 12 de la noche.
Y la mejor parte era que la ventana de mi cuarto daba a la calle, así que todas las noches me escondía detrás de la cortina para observar como esos machos se sacaban esas vergas y meaban ahí sin ningún pudor.
Era mi rutina.
Cierta noche, como siempre, esperé que fueran las 12 para mirar por mi ventana y ahí estaba el mayor, mirando justo a mi ventana con su verga en la mano y haciéndome señas para que saliera.
Con la excusa de sacar a mi perro, salí de casa y crucé la calle y ahí estaban Marco y Luis, sentados en la terraza de su casa mirando como paseaba al perro, cuando me acerqué más a ellos, Luis dijo
L: – Tengo ganas de mear
Y sin más se sacó la verga y empezó a mear ahí frente a mi.
Me miraba directo a los ojos y yo no podía evitar mirar descaradamente esa verga que aún dormida se veía bastante gorda.
L: Qué tanto miras? Te gusta o qué?
Yo: jajaja no nada.
Solo estoy esperando que el perro orine.
Y entonces fue Marco quién habló
M: Yo soy el que me voy a mear al perro ese.
Yo: Tendrás mucha verga para atreverte a hacer eso
M: Pues tu mira y dime si tengo o no!
Y se bajó la pantaloneta y sale esa verga que ya estaba bastante dura.
No pude hacer menos que abrir mis ojos.
ERA INMENSA.
Él notó mi asombro y me dijo.
M: Ve, lleva ese perro a tu casa y vente un rato para acá y te quedas hablando con nosotros hasta que nos de sueño.
Yo muy obediente y ya hambriento de esas vergas, fui y llevé al perro y me regresé a su casa.
Yo no sabía cómo romper el hielo para volver a ver sus vergas así que dije la típica:
Yo: Marco, ¿me das agua? Tengo sed.
M: Si claro, entra a la casa.
Cual fue mi sorpresa que al entrar, ambos entraron y me llevaron a la cocina.
Marco me dio agua y mientras bebía, sentí como Luis me agarra la mano y la lleva justo a su verga.
Ya no era la verga dormida de hace rato, ahora estaba muy dura, muy muy dura.
Me mordí los labios cuando me dijo:
L: te crees muy listo espiándonos por la ventana, pero siempre te vemos escondido y hoy vas a comerte lo que siempre quieres ver.
Continuará.
Este es mi primer relatos, por favor diganme si les gusta.
Este relatos está basado en hechos reales vividos con mis vecinos.
De las mejores experiencias que he vivido en mi vida sexual!
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