Dos Hermanos y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por KoryWoltz.
Esa noche mi corazón palpitaba muy rápido.
Cada vez que recordaba a Alan embistiéndome, penetrándome, tomando mi virginidad cada vez que entraba en mí, sentía una erección creciendo entre mis piernas, aun después de sentirme exhausto.
Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Alan besando a Javi mientras yo estaba en medio de los dos venía a mi cabeza.
No podía quitarme de la mente como sus labios se juntaban, como mantenían los ojos cerrados, como se acariciaban sin dejar de cogerme, sin dejar de darme a lamer su erección.
Pero sobre todas esas cosas, en sentimiento que más me embargaba era el hecho de haber compartido un momento así con dos hermanos.
Era algo tan prohibido y tan morboso como lo era de satisfactorio y delicioso.
En mi interior tenía el semen de dos chicos que compartían la misma sangre.
Habían usado mi cuerpo para satisfacerse.
Me habían hecho suyo a pesar de compartir lazos familiares, y lo más extraño de todo eso es que no podía importarme menos, es más, deseaba poder compartir el mismo tiempo que ellos compartían a solas para poder ver que tan lejos podía llegar, que tantas cosas podíamos hacer, que fantasías podríamos cumplir.
Me imaginé entonces ser hermano de Alan y Javi: tres putitos, tan calientes, que no podían pasar una sola noche sin recibir el semen del otro.
Me imaginaba escondiéndonos de nuestros padres en el ático, o en la cochera para besarnos, para hacernos una mamada.
Me prendía tanto imaginarme siendo penetrado por cualquiera de los dos, contra la puerta de la habitación mientras nuestros padres estaban afuera.
Javi o Alan tendrían que taparme la boca mientras me penetraban para evitar que gimiera, mientras su erección entraba y salía de mi cuerpo.
Me imaginaba viniéndome en mi ropa interior sintiendo como cualquiera de los hermanos me susurraba al oído todas esas cosas que me haría cuando nuestros padres se fueran a cenar.
Entonces sentiría, como lo había hecho esa misma tarde, su semen entrar en mí como un chorro tibio, inundar todo mi interior, y luego salir, despacio, recorriendo mi pierna y deslizándose por mis muslos y mis piernas.
Entonces saldríamos de la habitación y yo ya no podría pensar en otra cosa más que en desear que se nuestros padres se fueran para poder gemir a viva voz mientras mi hermano me hacía suyo.
Sacudí la cabeza.
Me perdía en esos pensamientos de una manera muy profunda.
No era que me molestaran en lo absoluto, pero eran casi las cuatro de la mañana y tenía que pararme en unas horas para ir a la escuela, donde vería nuevamente a Alan y sólo Dios sabía lo que iba a pasar entonces.
Al final logré quedarme dormido.
***
-¿Entonces nunca habías sido pasivo?
-Nunca había tenido sexo en mi vida.
Ayer fue la primera vez.
-Sí, Javi me dijo que te sentías apretado, y que fue delicioso cogerte.
Yo lo comprobé de primera mano -dijo Alan pasando su lengua por los rosados labios-.
No sé que me gustó más, si cogerte por delante o por detrás.
-No sigas hablando… me provocarás otra erección.
-Me podría ocupar de ella.
Además, tú no me has cogido aún.
Serías el primero que me coge luego de mi hermano.
Sólo he sentido su erección en mí interior.
-¿Lo hacen muy seguido? -pregunté con el corazón palpitando rápidamente de nuevo.
-Casi todos los días.
Nuestros dos padres trabajan y eso nos deja mucho tiempo libre.
Pero me gusta así.
De verdad pienso que soy adicto a que me coja.
Lo hace tan rico…
-¿Tú nunca lo has cogido a él?
-No, lo hemos intentado un par de veces, pero cuando lo veo: tan alto, fuerte, masculino, no me interesa mucho ser activo.
Sobre todo porque yo soy lo opuesto: pequeño, delgado, más femenino.
Entonces prefiero que él me dirija, además que me prende muchísimo cuando está en un papel dominante.
Ayer estaba muy tranquilo, pero hay días en los que me toma del cabello y literal me destroza, me dice apodos, me hace ver quien manda… esos días son mis favoritos.
-Me encanta tu hermano.
Y también tú.
Anoche no podía dejar de sentir cuan abierto me habían dejado y de cuanto me había gustado estar en medio de los dos.
-Uf, y espera a que encontremos la caja donde tenemos todas las cosas… interesantes.
Ahí verás que mi hermano tiene muchas fantasías.
-¿Cómo cuales?
-Bueno, tenemos un dildo que vibra.
Le gusta ponérmelo, pero no creas que lo hace rápidamente, ¡Para nada! Se toma su tiempo.
La vez que más recuerdo me tomó de las manos y me amarró al pilar de la cama que teníamos en la casa anterior.
Me puso una de esas bolas de goma que se ponen en la boca para que no hagas ruido y me bajó la ropa interior, muy lentamente.
Tomó el dildo, que mide unos veinticinco centímetros y lo lubricó lamiéndolo, como si le estuviera dando sexo oral.
Me le metió poco a poco, apagado.
Se tardó unos veinte minutos en insertarlo por completo en mi interior y ahí lo prendió, primero en la velocidad mínima, pero conforme yo iba gimiendo y gimiendo más, fue aumentando la velocidad.
Después de una hora, una hora y media lo puso al máximo.
Yo como estaba amarrado no podía masturbarme y él no tocaba mi erección para nada.
Era una desesperación enorme, pero el placer era mayor.
De verdad no podía pensar en otra cosa más que en que me cogiera de una vez y que se viniera en mí, que me hiciera suyo, que me embistiera como un toro, me hiciera olvidar mi nombre y sólo poder gemir el suyo, llamarlo mi dueño, mi amo.
Llevábamos unas tres horas así, cuando entonces con el pre semen que tenía yo en la punta de mi erección, empezó a masajear mis pezones.
Tomaba pre semen y lo untaba en cada pezón hasta que quedaron empapados.
Cada pellizco me prendía más, sobre todo porque sentía como tenía el dildo hasta el fondo de mi cuerpo.
Era un placer doble.
Luego, cuando de mis pezones ya escurría el pre semen, él se acercó y comenzó a lamerlos, a morderlos delicadamente, a succionarlos.
Mientras lo hacía gemía tan delicioso, que yo no podía aguantar más.
Una brisa hubiera bastado para que me viniera, pero él continúo así por lo que a mi me pareció una eternidad.
Ahí me di cuenta de cuanto placer pueden darte los pezones si sabes tocarlos.
Al final él se vino antes que yo.
Se acercó a mi cara y me llenó de semen.
Todo escurrió por mi frente, mis mejillas, y mi boca y como tenía la bola de goma sólo pude sentir como se introducía a mi lengua y me llenaba la garganta.
El sabor y sentirme tan… humillado, por decirle de alguna forma hizo que me viniera sin manos.
El choro fue enorme que se junto con el de mi hermano en mi cara.
Ha sido de los mejores orgasmos que he tenido en mi puta vida.
Yo me quedé impactado, con una erección enorme en mis pantalones y mi sandwich a medio comer.
De verdad sentía una ansiedad y unas ganas por poder vivir algo así que en mi mente no cabía ningún otro pensamiento más que llegar a casa de Alan y Javi y repetir lo sucedido la noche anterior y llegar más lejos esta vez.
-Por cierto, mi hermano me dijo algo ayer, pero no sé si deba decirte -continúo Alan antes de darle un trago al jugo de manzana que tenía en una mano.
-¡Por favor dímelo!
-No lo sé… me dijo que no te dijera, que te podrías sacar de onda.
Además, ¿qué gano yo?
-Por favor dime, prometo no decir nada, Javi no se enterará.
Te daré lo que sea.
-Es que hablar de todo esto me ha puesto caliente -dijo con una sonrisa maliciosa-, me gustaría que alguien se pusiera en cuatro y me rogara por un poco de leche.
-Créeme que si no hubiera gente aquí, estaría en cuatro en este mismo momento.
-No hay gente en el salón de idiomas.
Lo pensé un momento.
Ya lo habíamos hecho en los baños, aunque solo había sido sexo oral y esa vez que se frotó contra mi erección.
Nunca habíamos cogido como tal.
Si un profesor nos descubría, nos meteríamos en serios problemas.
Pero la curiosidad mató al gato.
-Hecho, pero primero tienes que decirme qué te dijo tu hermano.
-Hecho -asintió él, con una cara de diablillo-.
Pues mira, como puedes ver, mi hermano tiene muchas fantasías.
Entre ellas estaba hacer un trío y ahora que lo hicimos, las posibilidades son muchas más y una que me había dicho hace tiempo y que me recordó anoche fue la de usar un dildo doble, ya sabes, los que son muy largos y ambos bordes terminan con la cabeza de un pene, ¿no? Pues bueno, anoche me dijo que le gustaría vernos a ti y a mi, usar uno de esos mientras nos besamos.
Estar completamente desnudos en la cama y como dos jotitas meternos cada extremo del dildo y besarnos mientras nos penetramos más y más con cada movimiento.
-Eso… suena… deli…
-Espera, hay más.
Yo para ese momento ya estaba en el cielo.
-¿Qué más?
-Quiere grabarlo, o más bien, transmitirlo en internet.
Conoce varios sitios donde puedes subir un video mientras un montón de gente te ve en vivo.
La gente comenta que le parece y está seguro que sería un puto éxito.
Además me dijo que le gustaría que los que lo ven, dijeran que quieren que hagamos.
Por ejemplo, si un comentario dice “hagan un 69”, lo hacemos, o si piden que nos pongamos de perrito mientras movemos más el dildo, nos cambiamos de posición, según él eso vuelve loca a la gente de esos sitios.
Al final tú y yo nos pondríamos en cuatro en el borde de la cama, nos besaríamos mientras él nos coge a los dos, intercalando, una embestida y una embestida.
¡Seríamos sus putitas, literalmente! Y luego nos pondríamos de rodillas para que se viniera en nuestra cara y pudiéramos compartir el semen en un beso.
Todo eso igual, trasmitido -dio un nuevo sorbo a su jugo y continuó-.
Obviamente es una idea apenas, y no sabe si te interesaría algo así.
Está un poco subido de tono, pero cuando Javi tiene una idea, siempre es buena y siempre llegas a los mejores orgasmos.
No dejé que terminara su almuerzo y lo jalé de la mano por el patio de la escuela hacia el salón de idiomas que estaba en el segundo piso, al cual corrí.
No podía aguantar más, estaba seguro que si no me cogía en ese momento Alan, me vendría yo solo en mis pantalones.
Cerré la puerta detrás de nosotros, por suerte no tenía ventanas.
Eché el pestillo y en cuanto lo hice me bajé los pantalones a la altura de las rodillas, me puse en cuatro sobre el suelo y gemí:
-Por favor, cógeme Alan, de verdad necesito tu verga en mí.
Hazme tuyo ya, ya, de verdad quiero sentir a un chico como tú hacerme suyo en este momento.
Te lo ruego, no puedo esperar más, necesito tu leche en mi, por favor, por favor.
-Bueno, un trato es un trato -dijo él y, ansiosamente, se quitó el pantalón del uniforme por completo.
Entonces se hico en sobre una rodilla y comenzó a lamerme para lubricarme.
Yo gemí cuando sentí su lengua tibia entre mis piernas y comencé a sentir nuevamente mi corazón palpitar como loco.
Cuando estuve suficientemente lubricado, dirigió su erección hacia mí.
Yo seguía abierto por la acción de la noche anterior, así que no tardó mucho en meterme la erección entera.
Sentía sus pocos y cortos vellos sobre mi trasero, acariciándolo mientras entraba y salía lentamente, para luego aumentar la velocidad.
Yo escuchaba como sus muslos chocaban con los míos, sentía sus manos fuertes tomarme de la cintura y acercarme a sí, como si quisiera meterme cada milímetro de su erección.
Ambos gemíamos en voz baja, pero entonces escuchamos la campana que indicaba el final del almuerzo.
Alan comenzó a cogerme mucho más rápido y violento.
-Me voy a venir en ti -dijo.
Era obvio que yo no era tan fuerte y masculino como su hermano porque en ese momento él era el dominante y yo su sumiso obediente-.
Quiero que te quedes con el semen dentro todo el día, sin importar que suceda.
-Sí, papi -dije, sintiendo que estaba en otra dimensión.
En en último arranque de velocidad, Alan se vino en mi.
Sentí cada disparo llenar mi interior, entrar en mí hasta el fondo, recordándome y haciéndome ver quien era quien mandaba, quien era el hombre.
-¿Qué es eso? -me preguntó, entre jadeos, cuando vio el suelo.
-Me vine sin manos -dije yo aun tratando de recuperarme.
Lo vi vestirse mientras yo trataba de ubicar donde diablos estaba, como me llamaba y que año era.
Su cuerpo color tabaco, su cabello largo, sus ojos brillantes.
Era un puto dios griego ese chico y yo tenía su semen dentro, junto con el de su hermano.
Y las cosas apenas estaban empezando.
Comenten o manden por mensaje que le pareció el relato, que les gustaría que pasara y si se vinieron al leerlo.
A los comentarios más hornies quizás les envié contenido especial 😉
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!