Dulces recuerdos Parte 4
Un vaquero nos sorprende jugando a Chuyito y a mí en el arroyo y se nos une….
Va la cuarta entrega de estos recuerdos. Es incómodo que te sorprendan, pero excitante a la vez…
Cuando Chuyito tenía cerca de 7 años, comencé a puntearlo un poco. Meses antes, accidentalmente, él me había penetrado pues tenía un penecito grande para su edad y duraba buen rato erecto.
Así que durante las vacaciones de verano era muy común que me lo prestarsn para acompañarme por las vacaciones y durante el día ocasionalmente me acompañaba a algún arroyo cercano a bañarnos y juguetear un poco.
Ese día lo llevé en bicicleta a un arroyo distante unos 4 km de mi pueblo con el pretexto de ir a sacar camarones de río, pero como el agua estaba turbia no pudimos atrapar ningún camarón.
Decidimos entonces desnudarnos para meternos a bañar un poco en un charco no muy hondo qué tenía en el centro una piedra de donde nos arrojábamos al agua entre risas y gritos.
Era hermoso ver cómo al subirse a la piedra sus nalguitas se abrían para dejarme ver su lindo agujerito. Le propuse ponerse en cuatro sobre la piedra y yo estando en el agua, comencé a comerme su anito infantil que tantas veces había disfrutado y regado con mi semen.
Le dí vuelta y ahora besé, acaricié, lamí y chupé su penecito y testículos con mucho deleite. Le pedí aventarse de la piedra y él saltó y lo recibieron mis brazos y mi erecto pene. Lo abracé a mí y él me rodeó con sus braceros al cuello y sus piernitas entrelazadas en mi cintura permitiendo así que mi pene quedara justo en su culito y comenzara a frotárselo con.mi glande.
–Amorcito, el agua no me deja sobarte rico tu colita…¿Y si salimos un ratito del agua? Le propuse.
–Está bien, tío…
Lo cargué y llevé a la orilla y nos escondimos tras unos arbustos pues cerca del charco estaba un sendero por el que bajaban las personas a pié y a caballo para cruzarlo y no deseábamos ser sorprendidos en una situación así.
Lo subí en unas raíces para chupar su penecito, huevitos y culito de nuevo. Y luego le pedí me lamiera y chupara un rato mi pene, cosa que ansioso hizo pues le encantabame corriera en su boquita.
Tenía, sin embargo, que agacharse mucho y entonces, levantando su linda cara y sus ojitos verdes me dijo:
–Tío, ¿y si mejor se sube usted en las raíces? Es que me agacho mucho para mamar su pito y me duele mi espalda…
–Claro que sí, Chuyito…
Intercambiamos posiciones y comenzó de nuevo a jugar con su lengua en mi pene, a darle besos, y a meterse en su boquita Lo que le cabía.
Cuando más entretenidos estábamos alguien tosió a mi espalda y a manera de saludo me dijo:
–¡Buen día, amigo! ¡Qué lindo juegan usted y su niño!
Nosotros palidecimos al oír su voz, Chuyito se sacó mi pene de su boquita, se asustó y quiso llorar, e instintivamente se cubrió sus genitales con sus mmanos.
–Pasaba por aquí y escuché sus voces. Los vi cuando usted se subió a las raíces y me acerqué en silencio—continuó el hombre, de mediana edad–¿Qué es suyo el niño, amigo, su primo, sobrino, hermanito, o vecinito? ¡Está lindo el chamaco, y ya vi lo bien que mama la verga!
–Es mi sobrino…¡por favor, no vaya a contar a nadie que nos vió haciendo esto!
–Tranquilo, no pasa nada, compa, yo sé bien lo rico que se siente que un morrito te mame la verga. Tengo tres sobrinillos a los que seguido pongo a que me deslechen.
–¿Entonces no va a contarle a nadie lo que estábamos haciendo?
–Claro que no, para eso son los amigos, pero quiero algo a cambio…
–¿Qué cosa?
–Mmmmh, pues, que me preste a su chamaquito para que también me saque la leche a mí…¿Qué dicen, aceptan?
–No sé…Chuyito, ya oíste al señor…¿Te animas a mamarme su pito a cambio de que nos guarde el secreto?
–Sí, tío, Sí usted quiere sí… dijo apenado y agachando su cabeza.
Entonces el hombre, que dijo llamarse Pedro y tener 26 años, se acercó a Chuyito, acarició su cabeza y le dijo:
–Pero que no te de vergüenza, niño. ¡Mira nomás qué lindo estás!¡Güerito precioso, qué bonitas nalguitas tienes, qué hermoso cuerpecito!
–Gracias, señor…dijo Chuyito, sonriendo tímidamente…
–¿Quieres que te presente a mi amiguito?
Y sin esperar respuesta, se bajó pantalones y truzas y mostró una verga morcillona que causó que Chuyito abriera sus ojos cual platos al ver lo grande que era. ¡Mis 17 cm no eran nada comparados con ese ejemplar de un tamaño cercano a los 21 cm y muy gruesa y cabezona!
–¡Señor, tiene muy grande su pito! ¡No me va a caber en la boca!¡Mejor no, tío!
–Sí te va a caber, chaparrito…anda, tócala con tus manitas para que acabe de despertar…
Con temor, Chuy se acercó a Pedro, y con temblor en sus manos tomó aquél miembro y empezó a masturbarnos. La verga de ese hombre reaccionó y alcanzó en breve su máximo tamaño.
–Pero no seas tímido, niño, anda, dale besitos…así, mira qué lindo niño, se nota que lo ha enseñado muy bien, amigo…Mmmh, que rica boquita y qué labios tan suavecitos…mmmh…a ver, ahora saca tu lengüita y pasala por toda mi verga, como si fuera un helado, anda….¡uyyyy, qué rico se siente! ¡Amigo, qué barbaro! ¡Su sobrinito es una joya! Así, así, ¡uyyyy, qué lenguita tan traviesas tienes, niñito!
Al ver semejante espectáculo y notar qué mi sobrino comenzaba a sonreír y sentirse halagado pir las palabras de Pedro, mi pene comenzó a erectarse…
–Uyyyy, nene, mira nomás, ya calentamos a tu tío. A ver, abre tu boquita para meterte mi pito, hasta donde te quepa, anda…
Mi sobrino abrió grande su boca y engulló en ella el glande de aquel hombre, con un poco de esfuerzo.
–Amigo, no se quede parado, únase a la fiesta, venga, ¿Verdad que también se la puedes mamar a él, Chuy?
–Siiii, siiii se..ñor…
Entonces me acerqué a ellos y puse mi pene cerca de su boca.
Fue muy excitante ver a mi pequeño sobrinito alternar su boca entre nuestros penes pues mientras a uno se la chupaba, con su otra manita masturbaba al otro.
As continuamos por cerca de veinte o má minutos, hasta que Pedro dijo:
–¡No aguanto más! ¡Abre grande tu boca, niño, que ahí te va mi leche!
Y sacó su pene de la boca y se masturbó un poco hasta que su semen salió expulsado y llenó la boca de mi sobrino que a duras penas pudo pasárselo.
–¡¡!Ufffff, que barbaro, niño!!! Lo haces muy bien, de verdad…me hiciste deslecharme como no lo ha hecho ninguno de mis sobrinos.
Le pidió a mi sobrino lamerbmiy bien su pene hasta que no quedara rastro de su semen en él, lo acarició y felicitó de nuevo, se vistió y le dio un billete de mediano valor como premio pir lo rico que la chupaba, se despidió de nosotros y siguió su camino.
–¡Chuy, perdóname, por mi culpa mira lo que te puso a hacer!
Él se abrazó a mí y lloró un poco mientras yo lo acariciaba y consolaba.
–Tío, a mí me gustó hacerlo y además me dio este billete.
–Sí, amorcito, pero me siento muy mal por eso…¿Me perdonas?
–Sí, tiíto…
Y tiernamente,sonrió y me besó brevemente, se separó de mí y corrió a chacotear en el agua.
Lavé muy bien su cuerpecito y después le pregunté si me ayudaría a acabar pues aun no me deslechaba yo.
Sonriendo con picardía y de forma traviesa me respondió:
–Sí, tío…¿Con qué quiere que lo desleche? ¿Con esto, (abriendo su boca y metiendo en ella uno de sus deditos) o con esto? Parando su colita y moviéndose un poco)
como sigue
Esta serie va mejorando cada vez más. A ver si aparece Pedro con su sobrinitos después.