Eduardo y el nene de la sirvienta
Una historia, dos versiones.
Dile a tu mamá que me vas a ayudar a subir las sillas que están en el sótano.
Esto se lo decía a Manuel, Manuelito como le decimos en casa, es un niño morenito y de corta estatura para su edad: 8 años, ya que la gente del Sur del país es de baja estatura, ademas su mamá que trabajaba en el aseo en la casa era muy bajita y delgada de cuerpo, cualquiera que la viera pensaría que tiene 15 años, así que el nene se veía como un niño de 5 años, pero con el pensamiento de un niño de su edad.
El niño estaba en la casa acompañando a su madre por las vacaciones, quien pidió permiso de tenerlo con ella.
Y si llevaba a Manuelito al sótano era para aprovechar y que me chupara la verga, esto lo venia haciendo desde unas semana atrás.
Les relatare como empezó todo.
Me llamo Eduardo, y estoy estudiando una licenciatura en una escuela privada de Monterrey, ademas me gusta mucho el deporte por lo que tengo muy buen cuerpo y soy muy sociable, tengo tres meses que termine con mi novia y actualmente estoy disponible, pero no estoy buscando nada serio.
Como les decía al principio del relato, Manuelito es un niño muy bonito, con unos ojos muy expresivos y me di cuenta de que le gusta la verga, esto lo supe un día que estaba acostado en mi cama, acostumbro dormir desnudo, ya que la recamara solo la ocupo yo, la otra recamara es para mis dos hermanas menores y la principal para mis padres, vivimos en un fraccionamiento privado de clase alta, ya que mi padre es un exitoso empresario.
Pues bueno como les decía, ese día estaba yo dormido en mi cama cuando Manuelito entro a mi cuarto ya que su madre lo mando a decirme que bajara a desayunar.
Entre sueños escuche que alguien decía mi nombre, cuando desperté lo vi a un lado de mi cama y sin poder quitarme la vista de mi verga que la tenia bien parada y exageradamente dura, por instinto tome la sabana para taparme ya que me sentí incomodo ante la presencia del pequeño, busque el bóxer que estaba en el suelo y tapándome con la sabana me lo puse, pero el bóxer era de una tela muy elástica y se podía apreciar mi erección a mil metros de distancia.
-dice su mamá que bajes a desayunar- esto me lo decía sin despegar la mirada de mi bulto.
Yo ya había visto al niño otras veces y siempre lo saludaba muy amable pero hasta ahí, nunca había hablado con el, y pensé que quizás era solo curiosidad infantil al ver una verga adulta y no le di más importancia.
Pero al día siguiente paso exactamente lo mismo, allí estaba Manuelito a un lado de mi cama esperando a que yo despertara, solo que esa vez no tenia la verga parada ya que antes de dormirme me la jale para botar la leche acumulada, aun dormida mi verga es de buen tamaño y claramente vi que el peque no le quitaba la vista de encima, no se que me paso en ese instante, si fue morbo o que pedo, pero esta ves no me tape con la sabana, si el niño quería verme la verga, le iba a dar gusto.
-Hola Manuelito, buenos dias-
Me levante así desnudo y fui al closet a buscar unos calzoncillos que mi ex-novia me había regalado y que eran de un corte atrevido casi tanga brasileña y me marcaba un paquete escandaloso.
Anduve por la habitación exhibiéndome ante el peque quien no me apartaba la vista, no había la menor duda el peque era putito, ese pensamiento hizo que la verga me diera un brinco, jamas había tenido nada que ver con otro hombre y mucho menos con un niño, pero el estar semidesnudo con un peque en mi cuarto me producía un morbo enorme.
Busque un short para ponérmelo y le pedí al peque que me ayudara a ponérmelo, coloque ambas piernas dentro de la prenda y lo subí hasta las rodillas.
-¿me ayuda a subirme el short?-
El nene rápidamente tomo la prenda para subirlo, su cara estaba a milímetros de mi verga que ya estaba semi erecta, el elástico del short se atoraba debajo de mis gordos huevotes y me divertía ver como hacia esfuerzos por subir la prenda.
-Acomódame la verga para que pueda subir-
-¿como le hago?- me pregunto el peque.
-sácame la verga y ponla de lado para que puedas subir el short-
El nene sin demorarse libero mi verga y la acomodo a lo largo, después me acomodo los calzoncillos, me pude dar cuenta de un ligero temblor en sus manos, el peque estaba nervioso y me di cuenta de lo suaves que eran sus manos, unas manos morenitas y medio gorditas, el niño estaba medio cacheton, su pelo era lacio y de un reluciente color negro, ese día el peque andaba con un short azul y una playera blanca por lo que me pude dar cuenta de que tenia unas nalguitas muy redonditas.
Ya había escuchado comentarios entre mis amigos que hay hombres que desde niños saben que les gustan otros niños, y me acorde de un compañero de la primaria que se llamaba Miguel, un día ese niño vino a jugar a mi casa, y mi mamá me dijo el niño hablaba y se comportaba como una niña, solo fue un comentario ya que mis padres son de mente abierta.
Pero Manuelito no se veía femenino ni nada por el estilo, se podría decir que era un niño como cualquiera.
Mis padres son gente muy sencilla por lo que el niño andaba por toda la casa sin problema, inclusive una vez lo vi paseando por la privada en la bicicleta que estaba abandonada en la cochera de la casa que era de cuando yo era niño.
El día que tuve oportunidad de darme cuenta hasta donde podía llegar con el peque fue cuando mi madre iba a ser las compras de la despensa para la semana, se fue en su camioneta y me dijo que iría con Tere, la mamá de Manuelito, la señora se quizo llevar al niño pero este se negó y dijo que mejor se quería quedar en la casa para pasearse con la bicicleta.
Mi madre le dijo que lo dejara al cabo yo estaba en la casa y lo estaría cuidando.
Manuelito tomo la bicicleta y se fue a pasear, yo entre a la casa y me fui a mi recamara, a ver una serie de Netflix.
Era obvio que el peque no quería ir con su madre al mandado para quedarse a solas conmigo, porque a los 5 minutos estaba parado en la puerta de mi recamara, yo estaba acostado vestido únicamente con un short deportivo.
-¿que estas viendo?- me pregunto el peque.
-Una serie de misterio- le respondi.
Sin decir nada, el peque se metió a mi recamara y se quedo parado a un lado de la cama.
-Puedes acostarte conmigo, solo quitate los tenis-
El peque de un brinco se subió a la cama y se acomodo muy pegadito a mi cuerpo, en una escena de asesinato el nene se pego aun mas a mi cuerpo.
Yo estaba nervioso también, sentía mi corazón muy acelerado pensando si me atrevería a hacer algo con el pequeño, me decidí a dar ese paso, total si yo estaba equivocado el nene se saldría de mi cuarto y asunto arreglado.
Fui deslizando mi mano por mi abdomen y poco a poco puse mi mano sobre mi bulto tocándome muy descarado, la mirada de Manuelito estaba atento a mi mano que sobaba mi verga.
-¿quieres tocarla?-
El peque por toda respuesta metió la mano directamente debajo de mis calzoncillos rodeando mi verga, Orale que chido pensé, y yo pensando que quizás estaba equivocado.
-Tu verga es mas grande que la de mi primo y mas gruesa-
-¿cual primo?-
-Mi primo Pancho, el me enseño a jalársela y a tomarme su leche-
-¿Entonces ya se la chupaste?-
-Si, muchas veces, cuando mi mama se vino a la ciudad yo me quede con mi abuelita, mi primo vive cerca del rancho de mis abuelos-
-Que edad tiene tu primo?-
-Tiene 14 años y la tiene mas chica que tu-
-¿y te gusto su leche?-
-Pues las primeras veces me daba asco, después ya me fue gustando-
-¿A que edad empezaste ha hacer eso con tu primo?
-tenia 6 años- me respondió el peque, el solo imaginarlo tan pequeño y mamando me provocaba un morbo enorme.
-¿tu mamá sabe lo que haces con tu primo?
-Mi abuelita se dio cuenta una vez que le estaba mamando lo verga a mi primo, nos regaño a los dos y nos dijo que no hiciéramos cochinadas en la casa, que nos fuéramos al monte y que le iba a decir a nuestros papás, por eso mi mamá me trajo con ella en estas vacaciones-
-¿Entonces te gusta mamar verga?-
-Si me gusta, pero solo se la he mamado a mi primo, ¿quieres que te la mame?-
Saque mi verga y sin que le dijera nada el peque se lanzo a mamarla, por la forma en que lo hacia, me di cuenta que ya estaba muy entrenado el cabroncito y que en verdad tenia ganas de verga.
Manuelito chupaba el glande de mi verga mientras con la otra mano me acariciaba los huevotes cargados de leche, hasta ese momento me di cuenta de que no era un abuso de mi parte, el nene ya tenia un gusto por la verga.
Lo tome de su cabeza y lo forcé a mamarla lo mas profundo que se pudiera masturbándome con su boca, el peque hacia esfuerzos por sacarse la gorda verga que lo ahogaba, pero yo era mas fuerte y así lo tuve por un rato hasta que me descargue en su garganta, no lo solté hasta que salió la ultima gota.
Claramente me di cuenta de que tenia un putito en casa y tenia que aprovecharlo.
-Te salió muchísima leche, casi me ahogo-
-Si disculpame, ya tenia días que no me la jalaba- le comente.
-¿Que mas cosas haces con tu primo, ya te la metió por el culo?-
-Si, pero me duele mucho y no me gusta- me respondió el peque.
-Te dolió porque tu primo no sabe cojer-
Mire mi reloj y apenas había pasado media hora, mi madre cuando salía de compras fácilmente se tardaba dos horas, tenia hora y media para hacer con Manuelito lo que quisiera, siempre he sido muy caliente y con mis novias me gusta hacerles el sexo anal, unas aceptan y otras no, el caso es convencerlas de que si se hace bien puede ser muy placentero para ambos.
Abrí un cajón de mi closet y saque un sobre de lubricante.
El solo hecho de pensar que me iba a cojer al nene me tenia ya con la verga casi como piedra de lo dura, ademas a mi edad fácilmente puedo cojer dos o tres veces seguidas.
Sin perder tiempo, subí al nene a la cama y lo desnude, lo acosté sobre una almohada dejando su pequeño culito expuesto, sus nalguitas eran suaves y esponjadas, deje caer un chorro de lubricante y lo fui introduciendo con mi dedo al mismo tiempo que lo dilataba, era cierto ese culito ya no era virgen, mi dedo se fue a la mitad sin batallar, suavemente metí un segundo dedo y el culito poco a poco fue cediendo, Manuelito solo se limitaba a pujar suavecito, lo puse en cuatro patas en la cama y apunte mi verga a ese culito, era delicioso ver como mi verga se iba metiendo despacio y como los anillos interiores lo apresaban.
-hayyyy…me duele- exclamo el nene putito.
-Tranquilo ya entro la mitad-
Era verdad, mi verga estaba ya a la mitad, de un suave empujón mi verga se deslizo completamente y mis pelos se juntaron con las suaves nalguitas de Manuelito, quien hacia esfuerzos por levantarse, lo tome de los tobillos y lo jale hacia atrás de esa forma se fue acostando en la cama y yo quede encima de el, y empece un suave mete y saca sin detenerme,
Manuelito empezó a gemir como una putita sometida por su macho, así estuve un buen rato hasta que eyacule hasta el fondo de sus tripas una buena cantidad de semen.
-No mames que rico culo tienes- le dije al nene
-Estas muy pesado- me dijo
Me fui levantando poco a poco y se la fui sacando, mi semen depositado se fue saliendo de su culito.
Fui por papel higiénico y lo limpie muy bien tratando de no dejar rastro de mi leche, lo vestí de nuevo y le dije que se fuera a jugar de nuevo con la bicicleta.
Al dia siguiente por la mañana ya estaba el nene en mi recamara, yo solo me quite la sabana que me cubría y mostrarle como había amanecido mi verga, dura como piedra.
Manuelito se subió a la cama y se prendió como un bebe al biberón chupando y mamando mi verga, yo solo me limite a poner los brazos detrás de mi cabeza viendo como mi verga desaparecía en esa boca golosa, con un suave gemido eyacule en la boca del peque.
-Ya tienes la leche para tu desayuno, solo te falta el cereal- le dije mientras observaba como se tragaba mi semen, esto se repitió casi todos los días por la mañana.
El nene era insaciable y muy tremendo, siempre buscaba la manera de estarme sobando la verga a travez del pantalón, yo bajaba el cierre y el metía su manita morena hasta sacarla y darme una rápida mamada, si venia alguien solo hacíamos como que estábamos jugando.
Creo que la relación que había entre Manuelito y yo no paso desapercibida para su mamá y lo notaba en su mirada, pero no era mi culpa de que su niño fuera un putito deseoso de verga.
Ademas yo no tenia tiempo para andar buscando novia y el culito de Manuelito se adaptaba a mi verga de manera deliciosa, me gustaba como rebotaban sus nalguitas en mis huevos, el canijo se la comía toda sin hacer gestos, ya estaba bien dilatado y por su tamaño eran muchas las posiciones en que lo ponía.
Lo mas morboso ocurrió un día que limpiando el sótano encontré un disfraz de Angelito de cuando tenia mas o menos su edad.
-Mira Manuelito, ponte este disfraz para jugar a que yo era el diablo, escondete y si te encuentro hago contigo lo que yo quiera.
El nene se puso su disfraz de angelito y se fue a esconder detrás de unas llantas usadas que estaban en el sótano, yo me fui quitando la ropa al mismo tiempo que me jalaba la verga, desde mi lugar podía ver sus alitas blancas de ángel.
-Te encontré!- exclame al verlo agachado detrás de las llantas.
-puedo hacer lo que quiera contigo, abre tu boca!-
Manuelito abrió su boca y se la metí hasta la mitad, le tape la nariz para que abriera mas la boca y forzaba su boca ahogando al angelito de verga.
-Yo soy el diablo que se coje a los angelitos como tu-
le levante el disfraz y me di cuenta de que andaba desnudo para que me lo cojiera, coloque tres llantas una arriba de la otra, lo empine y se la deje ir, Manuelito solo apretaba su boca para no hacer ruido, mi verga entraba y salía sin control en ese tierno culito hasta vaciarme en sus entrañas. Fue una de las mejores cojidas que le di a ese peque.
Desgraciadamente su mamá se tuvo que regresar a su pueblo llevándose a Manuelito con ella, pero esos dos meses que estuvo en casa, era casi a diario que me la chupaba o me lo cojia al cabroncito, ese nene era insaciable y de un culito muy tragón, ya se la dejaba ir hasta el fondo y sin lubricante, me lo coji muchas veces en la lavandería, en el sótano y en cualquier lugar de la casa siempre cuidando de no ser descubierto con mi verga en su boca o en su culo, imagino que su mama ya imaginaba lo que pasaba cuando en las tardes se metía a mi recamara, estaba disfrutando de su culo o su boca y prefirió cambiar de casa, pero bueno si no era yo seria otro, ese niño ya traía lo puto en la sangre, claro que lo extrañe, pero tengo la dirección de su casa, no se quizás lo busque para continuar disfrutando de su culito.
La otra versión
Cuando mi mamá me dijo que me iría con ella a la casa donde trabajaba, me enoje porque ya no vería a mi primo Pancho, ya que desde que yo tenia seis años y por medio de juegos me hizo chuparle su verga, reconozco que al principio me molestaba, pero la sensación de tener su verga en mi boca sintiendo la tibieza de su piel poco a poco me fue gustando, al grado que después era yo mismo el que lo buscaba para seguir jugando, nos quedábamos de ver en el río que cruzaba cerca del rancho de mis abuelos, eran vacaciones y tenia todo el tiempo del mundo, ademas de mi primo me gustaba un amigo de el, pero con el nunca llegue a nada a pesar de que lo veía desnudo cuando se bañaba en el río junto con nosotros. Mi primo no solo me hizo mamarle la verga, varias veces me penetro aunque a mi no me gustaba mucho ya que era muy rudo y me lastimaba al grado de que varias veces manche mi ropa interior con sangre.
Quizás eso fue lo que le hizo levantar sospechas a mi abuelita y un día nos sorprendió haciendo cosas en la parte trasera de la casa, cerca del corral de las gallinas, mi abuela nos regaño y le dio la queja a la mamá de mi primo.
Mi mamá tomo la decisión de llevarme con ella a su trabajo, ya que ella trabajaba en una casa muy grande y solo descansaba los jueves, pero como estaba lejos de nuestra casa, la veía muy de vez en cuando.
Cuando llegamos me presento con los dueños, eran unas personas muy amables, también conocí a los hijos de ese matrimonio, dos niñas como de doce años y un joven muy guapo de 19 años, la casa me parecía muy bonita y muy grande, pero lo que mas me gustaba era cuando veía al joven que después supe que se llamaba Eduardo, al principio solo me saludaba con una sonrisa y a mi me encantaba verlo haciendo ejercicio en su cuarto, muchas veces me escondí en su cuarto para ver como se cambiaba de ropa, de inmediato me di cuenta que estaba mejor dotado que mi primo Pancho, ademas de que estaba mas alto y con un cuerpo mas adulto, me encantaba oler su ropa sudada, me estaba enamorando de ese joven y me imaginaba que le mamaba la verga, a mi corta edad sabia que eso es lo que mas le gusta a los hombres ya que veía las caras que hacia mi primo siempre que eyaculaba en mi boca, cuando descargaba su leche.
Recuerdo que un día su mamá me dijo que fuera a despertarlo ya que no bajaba a desayunar.
Abrí muy despacio la puerta de su recamara y allí acostado en su cama estaba Eduardo completamente desnudo y con su enorme verga apuntando hacia arriba, me fui acercando tratando de no hacer ruido, ya viéndola de cerca era casi del tamaño de mi brazo y muy gorda, con unos huevos grandes y peludos, y sobre todo me gustaba su cuerpo.
Cuando Eduardo se despertó y me vio a un lado de su cama de inmediato se cubrió, pero ya era tarde su verga se me quedo grabada, me fui corriendo de su recamara.
Ya estaba acostumbrado a la verga de mi primo Pancho y extrañaba su verga, pero no le iba a decir a ese joven que si le mamaba la verga, mi madre me había regañado por lo que le contó mi abuela y me dijo que solo los hombres mañosos hacían esas cosas con otros hombres que yo era un niño y que ya no lo hiciera, pero en cuanto veía a ese joven mis ojos se iban a su bragueta o cuando usaba short me encantaba ver como se le marcaba su verga, no había duda, a mis 8 años ya era un niño con hambre de verga.
Al día siguiente de que lo vi desnudo, volví a entrar a su recamara y de nuevo estaba desnudo pero no tenia la verga parada, esta vez se despertó y así desnudo se levanto ante mis ojos, era el hombre mas guapo que yo había visto en mi corta vida y sentía una atracción muy fuerte por el.
Ese día que mi madre acompaño a la dueña de la casa a comprar la despensa de la semana me negué a acompañarla, yo quería quedarme a solas con ese joven.
Cuando fui a su recamara lo encontré acostado vestido únicamente con un pequeño short, muy amablemente me dijo que si me quería acostar con el a ver la tele lo hiciera.
Yo no podía dejar de ver su bulto que estaba debajo de su mano, lo que estaba en la televisión no me importaba, yo quería ver ese bulto que crecía cada vez mas.
Cuando el me dijo que si le quería agarrar la verga no lo pensé dos veces y metí mi mano debajo de sus calzoncillos y se la agarre, estaba mas grande y gorda que la de mi primo Pancho.
Me pregunto si ya se la había chupado a alguien y le conté que solo a un primo pero que su verga estaba mas grande que la de mi primo, eso parecio gustarle porque me pregunto si quería mamarsela.
Rápidamente le baje el short y metí su gorda verga en mi boca, olía muy rico, como a perfume caro, su verga tenia un sabor distinto, como mas fuerte, cerré mis ojos y me concentre a darle una super mamada, solo escuchaba los gemidos del joven cada vez que hacia lo posible por meterme lo mas que pudiera, de pronto sentí su mano en mi cabeza forzandome a bajar lo mas posible y su verga chocaba en mi garganta, así me tuvo un buen rato hasta que se descargo en mi boca, era una gran cantidad de leche tibia, era casi como un litro de leche que fue a dar a mi estomago y una parte quedo regado en sus piernas.
Yo pensé que seria todo pero el joven me pregunto su ya me la habían metido en mi culito, le comente que muy pocas veces, que mi primo me había lastimado y no me gustaba.
El me comento que con el seria diferente, me bajo mi ropa y puso un liquido cristalino en mi trasero, fue metiendo un dedo y este resbalaba sin molestarme, me acosto encima de una almohada y sin mas me penetro despacio y sin detenerse hasta estar completamente adentro de mi su verga la sentía hasta mi boca, poco a poco me fue acostando en la cama y el quedo arriba de mi, así me estuvo cojiendo hasta que sentí como se hacia mas gorda su verga y descargaba su semen en mis intestinos.
Después de esa primera vez hubo muchas mas, si yo siempre andaba detrás de mi primo Pancho, aquí era al revés el joven siempre buscaba la oportunidad de cojerme o descargarse en mi boca, por las mañanas me decía que si no se la mamaba no estaba a gusto y era una bonita manera de empezar el día, y claro que a mi no me molestaba, me cojio en todos los lugares de la casa, siempre a escondidas para que mi madre no se diera cuenta de lo puto que yo era.
Lamentablemente mi madre se dio cuenta al ver que muchas veces estaba encerrado con el joven en su recamara, y así de pronto renuncio a ese trabajo y nos fuimos a otra casa, solo que en esta casa donde estamos ahora, el dueño siempre me acaricia cuando ella no me ve y ya van varias veces que por accidente me enseña su verga que por cierto es mas grande y gorda que la de Eduardo.
buen relato muy excitante
Muy bueno el relato y lo bonito es que te enseñaron a buenas edad a mamar la verga tu primo si te metió la verga pero no supo hacerlo bien ya cuando conociste a Eduardo si te metió la vergs todos tu culito bien lubricado y así no te dolió y si te comiste toda la verga de Eduardo yo me cogí a tres nenes de 7 y 8 años delicioso es tenerlos bien clavados con la verga
Uy! Delicia cuenta tu relato 😉
Hola Pedro puedes contar tus relatos seria genial. Contactarme y hablaremos.
DELICIOSO cuenta como te los cogistes
Excelente relato
Uff tremendo relato muy exitante y esquisito espero que cuentes más sobre este putito