Eduardos coleccionables
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
EDUARDO I
El click se hizo en el Banco un dìa lunes, èl estaba de cajero y hubo un error en el procedimiento.
Su gerente lo envió al domicilio del cliente, o sea yo.
Le había dado trabajo encontrar mi casa y eran las 7 de la noche.
Se presentò, me dijo que su nombre era Eduardo.
Me explicó el motivo de su visita y lo hice pasar.
Le di los datos de nueva cuenta y notè que tenía un super paquete, mi pene reaccionó y èl se dio cuenta.
Pelo quebrado, tez morena clara, unos labios carnosos.
Se puso de pie y `no inventes, un super trasero era el suyp.
La plática pasó a la insinuación, dejó su carpeta y se aprestò a besarme.
Me dejè guiar por èl.
Besa de maravilla, con pasión, de enamorado.
Me besò el cuello, quitó mi camisa y besó el pecho.
Mi pene estaba a reventar y èl lo sintió, con su pierna.
Lo tomò con todo y pantalòn, eso me dio confianza para meter mi mano dentro de su pantalòn.
También estaba al ful, Su verga era pequeña, pero gruesa, sentía los bellos entre mis dedos, ¿còmo era que se veìa tan buen paquete? sus huevos, grandes, un gusto agarrarlos.
Seguimos besándonos con pasión y nos fuimos quitando la ropa, Un cuerpo grueso, músculos marcados, y esos huevos, uf.
No resistì la tentaciòn mamè su verga, corta, gruesa, cabezona.
Me tomaba por los cabellos y gemìa como loco.
Mientras mamaba esa verga y sus lindos huevos, alcancè sus nalgas, duras, redondas, grandes, imaginè el culo que estaba en medio de ellas.
Un tiròn de sus músculos y un lìquido caliente me avisò que se había venido.
Yo pensé que eso sería todo, pero me dijo que había màs leche y que al eyacular no se le bajaba la erección.
De todos modos, lo puse de espalda en la cama y subí sus piernas, su culo era precioso, con bellos pero rosado y apetitoso.
Sus grandes huevos colgaban hacia su culo asì que combinè una buena mamada de culo y de verga.
Eduardo solo tomaba las sàbanas y las oprimìa, estaba gozando.
Besar ese trasero y culo fue una cosa impresionante, me encantan los hombres de nalgas grandes.
No resistì, me vine también, No le dije nada.
Su verga estaba erecta, le pedí que me cogiera, lo hizo como nunca.
Esa verga estaba corta pero muy buena.
Me cogió y me besaba al mismo tiempo, sus pectorales me encantaron, sus brazos màs.
En cada empujòn gozábamos, le pedí que se viniera dentro, así lo hizo.
Le pedí su culo, y lo puso en mi verga, sabìa montar muy bien.
Se había puesto de espalda, le alcanzba a ver ese trasero que me calentò desde el inicio, Me vine dentro de èl, su culo escurrió mi semen.
Me volvió a abrazar, se despidió dejando su número telefónico escrito en una tarjeta.
EDUARDO II
el jueves de la misma semana era el cumpleaños de un amigo, nos dimos cita en su casa.
Otro amigo de èl llegó, baja estatura pantalòn de mezclilla azul, camisa azul, después me di cuenta que también su bóxer era azul.
Un pitufito, pensé yo: Azul y chiquito.
No era muy guapo, pero sì muy varonil.
Poniéndole atención, cuando volteò, el pantalón se le metìa entre las nalgas y que brutal, un trasero super bueno.
La camisa la llevaba desfajada y se le atoraba en la cintura y dejaba ver muy bien ese trasero.
No podía ver su paquete.
Hubo turno de apuestas con ropa, le tocò quitarse la camisa y nada impresionanante, el pantalon le calzaba muy bien, pero su paquete era pequeño.
El juego siguió, las copas también, allì me enterè se qque se llamaba Eduardo.
Cenamos, y me tocò estar junto a èl.
Hicimos plàtica y me dijo que estaba adolorido y cansado por el futbol, las copas le ponían un poco torpe el habla.
Me preguntò si había traído auto y le dije que sì, me pidió que lo llevara a su casa.
Nos despedimos de todos y tuve que hacer trampa, le dije que no llevaba mi licencia de manejo, que pasaba rápido a mi casa que estaba de camino a la suya.
Cuando llegamos, la cerveza había hecho efecto y me pidió pasar al baño le dije que sì.
Al salir del baño ya no escuchè ruidos, se había quedado dormido en la cama.
Lo acomodè para que estuviera cómodo, èl entre sueños se quitò la camisa.
Seguro que pensarìa haber llegado a su cuarto, le quitè los zapatos, le aflojè el cinturón.
Me acostè a un lado suyo en bóxer.
No podía dormir con ese pedazo de macho allì.
La luz entraba por la ventana, lo abracè y èl me correspondió.
nos pusimos frente a frente y èl puso so pierna sobre la mìa.
Lo empecé a besar, levantò su cara exponiendo su cuello.
Lo besè.
Después quise besarlo en la boca, pero se girò,ok, seguí por su pecho Se había cansado de su brazo y de reacomodò, puso una de sus manos sobre sus genitales, yo puse mi mano sobre la suya, de allì pude tocar sus huevos, no se opuso, poco a poco deslicè mi mano sobre su abdomen y la metì, sentí sus bellos, de opuso un poco, pero no la retirè, alcancè su verga, estaba dormida, quitè el zipper, bajè el pantalòn un poco, luego todo, tambien su bóxer, se veìan unos huevos pequeños porque usaba un bóxer muy ajustado, me puse a chuparlos, y la verga reaccionò.
Era pequeña.
Lo puse boca abajo y que precioso trasero, nalgas duras, redondas, piernas gruesas y firmes, empecé a besar, a morder, estaban tan firmes que me daban ganas de comerlas.
Recogiò su rodilla y su culo quedó expuesto, saque`su verguitay asomaba su cabeza, lamìa desde la punta, por lo huevos y al culo, no sè cuanto lo hice, pero hubo un momento en que sentí en el pecho algo hùmedo y caliente, era su semen se había venido,
Nos acomodamos de flanco, su verga se durmió.
Mas después sentí algo duro que se movìa entre mis nalgas, era la verga de Eduardo, se acomodò de perrito y me cogió, no dolió tanto, pues no era muy gruesa, pero si que los disfrutò, el sonido de sus huevos contra mis nalgas me exitaba mucho, se vino dentro de mì.
El no se había dado cuenta de que me había venido mientras me cogía.
Nos volvimos a abrazr y besar, nos dormimos y sonò su alarma, las clases, griyò, salio pronto.
Yo me quedè a recoger un poco el cuarto, entro al trabajo a las nueve, debajo de la cama encontrè un bóxer azul era de Eduardo, tenía un holor muy especial, waw, me regalè una masturbada recordando el trasero que ese bóxer contenía.
EDUARDO III
El sábado fue dia de amigos y recibì una llamada de Eduardo, un abogado, hace años que no nos veìamos, LLegò a casa, Guau, en traje es galán, sin ropa un semental,,, pero eso te lo cuento màs adelante.
Solo te digo que con èl, los otros dos quedan superados en todo.
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