Educando a un pervertido singular. capitulo 2: PROBANDO EL TERRENO (Exhib, No sexo)
Esta es una historia vieja sobre como un niño de 10 años puede saber mas que alguien mayor. Esta historia no es mía, no he podido encontrarla en otro sitio así que vine a compartirla aunque este incompleta..
Sigo conduciendo por la carretera y justo como el mentirólogo predijo, perdón, el meteorólogo, la lluvia comenzó a caer, no es exactamente lluvia, pero estaría en la escala de «me mojo» entre te empapas los hombros y te mojas los calzones, Mateo sigue viendo por la ventana, el paisaje rupestre seguramente le trae algún recuerdo, sigue un poco tenso pero ahora ha dejado sus sandalias de cuero en el suelo del vehículo y ha doblado sus piernas bajo sus posaderas blancas y deliciosas, sigue halándose los delgados dedos, sus uñas limpias y bien cortadas, como le he enseñado, de vez en cuando me mira y cuando le miro, sonríe, una sonrisa pícara pero al mismo tiempo una sonrisa que demuestra que confía en mi, que sabe hacia dónde vamos, lo que iremos a hacer, lo que espero de él y lo que él sacará de todo esto.
No falta mucho para llegar, mi mente divaga en el parque acuático hace dos meses, me hace sentir algo calientito en el pecho y algo mucho mas caliente entre las piernas.
Una vez salimos de los vestidores, nos topamos con varios adolescentes que se dirigían a cambiarse, nosotros nos encaminamos a los toboganes mas próximos, era la primera vez que ambos estábamos allí, yo era nuevo en la ciudad y él no había obviamente sido atendido lo suficiente para haber tenido la oportunidad, luego de dos veces en el primer tobogán, la adrenalina tomó control y del introvertido chiquillo fue floreciendo una bestia insaciable por la emoción, sus risas eran música para mis oídos, nos deslizábamos juntos y oírlo gritar en el tubo encerrado del tobogán de agua era todo un premio, sus risotadas y gritos me hacían olvidar por momentos mi lujuria y simplemente disfrutamos mucho, corríamos de un tobogán a otro y fue cuando lo noté, su calzoneta de baño blanca se había tornado casi transparente y una vez visto eso, mi mente dejo de disfrutar y comenzó a babear, a lujuriar a fantasear, ¿les dije que tiene una cola de fábula? bueno, pues tiene una nalgas paradas, redonditas, blancas y en su cuerpo delgado sobresalen como una cuerda con nudo, pero verlas cuando casi no las ves, verlas cuando sólo una fina capa de tela las cubre es casi como verlas así al aire libre, el parque no se había llenado, solo eran unas cuantas familias, una excursión de alguna escuela primaria y unos cuantos adolescentes que sin supervisión supuse se habían escapado de la escuela.
Siendo el parque en cuestión bastante grande, cada grupo parecía tener su propio grado de privacidad, los guardavidas, la mitad de ellos con las caras sumidas en sus teléfonos o platicando entre ellos, poco hacían o cumplían el trabajo para cual ese día les pagaban, lo cual jugaba a beneficio tanto mío como de los adolescentes que veía de vez en cuando agruparse alrededor de una mochila negra y de la cual tomaban «agua» con miradas de reojo a su alrededor, uno de ellos nos descubrió viéndolos y solo nos sonrió guiñándonos un ojo, Mateo pareció comprender ya que me volvió a ver con una sonrisa y me arrastró a otro de los toboganes, lo cual fue un placer, su pantaloneta era prácticamente transparente de atrás, y metiéndose entre esos dos melones la vista era formidable, su espalda mojada, brillante a la luz de un día no muy soleado no muy nublado, su cabello castaño oscuro semi largo pegado a su delgado cuello, en su pantaloneta por la parte de adelante no se notaba mucho de nada, un pequeño bulto que quizá por lo helado del agua no daba muchas esperanzas, luego vino a mi mente, tampoco vi mucho cuando quedó desnudo frente a mi en los vestidores, para 10 años, Mateo parecía un poco escaso de adelante, claro, con semejante barbaridad atrás, ¿pues supongo que no podemos tener todo de todo no?
Conforme pasábamos los minutos y las horas mis manos recorrían su cuerpo entre risas y gritos, aprovechando sentarnos juntos en los toboganes mis manos lo sujetaban por los hombros, por la cintura, le abrazaba por el pecho y le pegaba al mío, el solo me miraba de vez en cuando al sentirse alguna que otra vez demasiado cerca y me echaba sonrisas nerviosas, pero la mayor parte del tiempo eran las risas y los gritos los que lo hacían distraerse de cualquier incomodidad o vergüenza que pudiera sentir, en general, estábamos pasando una mañana formidable, yo mismo hacía muchísimo tiempo no me divertía de esta manera, por momentos me sentía mas joven, con mas energía y mas dispuesto a sufrir los disturbios de la adrenalina en cada tobogán.
Pero como todo en esta vida, nada dura mucho tiempo o lo necesario, así que un poco después de la 1 de la tarde el estómago comenzó a hacerse notar por medio de ruidos que nos sacaron risas a ambos.
-Ups, lo siento pero creo que se me acabó la gasolina – le dije mientras el reía -¿ Qué quieres comer? – le pregunté
-Cualquier cosa!- me dijo con una voz ahora mas sonora como mas en confianza, cómo detesto esa respuesta, en serio!
-Ok, entonces te arranco una de esas nalgotas y la ponemos a azar para comer rico, ¿Qué te parece?
– Esto le saco una carcajada mientras se volteaba y trataba de verse sus propias posaderas -¿cuál me vas a arrancar, ésta o la otra? – me respondió mientras se tocaba la derecha y luego la izquierda, luego se me queda mirando sonriendo esperando una respuesta
– Pues es una difícil situación ya que las dos están gorditas y se ven sabrosas
– jajajajajajaja ¿si se ven sabrosas?
– Al menos medibles y supongo que se podrán
masticar bien, han de ser suaves y jugosas
– Suaves si las tocas, duras si las aprietas… – iba a decir más pero se quedo como cortado, como dándose cuenta que había probablemente hablado de más, cruzado una línea que según él no habría de haberse cruzado, para tranquilizarlo le di dos palmaditas, una en cada nalga, luego revolviéndole el cabello mojado le dije – Vente, aunque se vean sabrosas, no creo que nos dejen ser caníbales aquí, mejor ¿Qué te parecen una hamburguesa y papas fritas?- sonrió de nuevo y esta vez solo asintió mientras me cogía de nuevo la mano y nos dirigíamos a los vestideros a traer mi billetera y luego a a zona de comida del lugar. Había palmeado ese trasero 3 veces hoy y ninguna de ellas había recibido ni una mala mirada o mirada de desaprobación, parece que voy por buen camino pensé, jamás sospeche que tan buen camino sería.
En los vestideros, habían solo un par de personas un adolescente y un hombre mayor, ambos nos miraron cuando entramos y parecían a la expectativa de nuestros movimientos, el adolescente estaba de pie, desnudo cubriéndose sus partes nobles con una toalla y el señor de unos 50 y tantos años sentado en la banca frente a sus casilleros con su pantaloneta de baño ya puesta, ambos iban llegando al parque, y me pareció gracioso que el adolescente, de unos 14 o 15 años se tornara de unos 5 o 6 tonos de rojo una vez nos vio entrar, lo que me hizo suponer que o estaban haciendo algo o pensaban hacer algo, yo ya tenía en quien pensar, sino, hubiera hecho por quedarme a ver, Mateo también lo noto y como niño curioso, no les apartaba la vista, cuando salimos del vestidero me apretó la mano y cuando le volví a ver sonreía esa muy singular sonrisa pícara que le vi antes, escuchando su estómago gruñir, nos reímos y nos apresuramos a la zona de comidas, luego de ver los exagerados precios de las cosas, no que ande corto de dinero, pero vamos 4 veces el precio de lo que pagarías afuera si es como demasiado, comimos, yo a largos bocados y disfrutando el sabor que dicho sea de paso no estaba nada mal, y Mateo con pequeños mordiscos llenándose media cara con Kétchup y Mayonesa, aunque su paso era lento, su voracidad era constante, una vez dispuesta la bandeja y lavadas las manos y la cara de Mateo, buscamos adonde irnos a sentar.
– ¿ Te ha gustado ésta mañana?
– Ha sido la mejor del mundo! – su sonrisa era grande y sincera pero sus ojitos se miraban soñolientos, supongo que la adrenalina comenzaba a disiparse y los gritos y las risas mas el ejercicio de tanta grada estaba pasando la factura, la comida no colaboraba tampoco, sentados en las camas de patio como estábamos y bajo la sombrilla le acomodé la suya de forma que estuviera horizontal, se acostó boca abajo y cruzando los brazos para apoyar su cabeza comenzó a quedarse dormido. La vista era increíble, su cuerpo blanco y delgado, la lineal de su espalda, los hombros, los dos hoyuelos justo antes del comienzo de esos montes que tiene por trasero, y aunque su pantaloneta de baño se comenzaba a secar, aun se le podía distinguir partes de piel bajo esa tela húmeda, luego unas piernas fuertes y bien torneada y sus hermosos pies que comenzaban ya a parecer pasas de tanto tiempo en el agua, maldije por no haber traído mis lentes oscuros, porque no podría estar todo el tiempo viéndole, sería muy obvio, estábamos frente e la piscina de olas y había una que otra familia cerca.
Al parecer también quede dormido un rato porque lo siguiente de lo que tuve sentido fueron unas manos pequeñas y suaves tocándome el hombro, estando medio sentado al abrir los ojos me encontré con los abismos esmeralda que Mateo tiene por ojos y note cuan grandes son sus pestañas, pareciera que usara delineador cuando están húmedas – ¿Me puedo sentar contigo? No tenemos las toallas aquí y tengo un poco de frio – me pidió mirándome como con vergüenza.
– Seguro, deja abro las piernas y te apoyas en mi- Se sentó entre mis piernas y apoyo su espalda en mi pecho su cabeza me llegaba al mentón, su olor era intoxicante, llenando mis fosas nasales y mandándome al cielo, el cruzo sus brazos sobre sus hombros como con el vestidero antes, yo le abracé por detrás enlazando mis manos en su estómago, mientras yo no pude volver a conciliar la siesta por temor a que mi erección lo asustara, el volvió a dormirse, unos cinco minutos después, se giraba a quedar de lado, con su cara en mi pecho, sus manos en mi barriga y sus piernas ahora recogidas entre las mías, dormía como dicen por allí, sueño de santos, pacífico y descuidado, yo sentía mi erección contra su pierna pero también había una mezcla de ternura en todo esto.
este es el capitulo dos de la historia, por si quieren hablar y contar experiencias telegram: @Arcana1298
esto es riquisimo! porfa sube mass