Educando a un pervertido singular. capitulo 3: LAS VERDADERAS EMOCIONES DEL PARQUE (M/b Exhib, riesgo de ser descuebierto, Masturbación)

Esta es una historia vieja sobre como un niño de 10 años puede saber mas que alguien mayor. Esta historia no es mía, no he podido encontrarla en otro sitio así que vine a compartirla aunque este incompleta….
Cuando Mateo despertó de su siesta eran como las 2 de la tarde, solo tendríamos como 2 horas más de diversión pero habiendo pasado toda la mañana gritando y riendo decidimos ir por el rio artificial, básicamente es una enorme piscina larga, muy larga que le da la vuelta al parque, pasando debajo de los puentes que antes hemos cruzado en la mañana para ir a los diferentes toboganes, hay pedazos que pasan por un túnel que esta ambientado como una caverna y tiene hasta lucecitas neón en toda la bóveda que da la impresión de estar viendo el cielo, toda la experiencia es ayudada por chorros de agua en los costados y en el fondo del camino , esto hace que el agua tenga velocidad en algunos lugares y sea mas lenta en otros; una vez cada quien tomó su flotador, nos acostamos en ellos, unos enormes circulos como llantas, con el cual tus posaderas siguen en el agua pero la mayoría de tu cuerpo esta fuera de ella, para mi, el tamaño del flotador era normal, dejándome poner incluso mis pies y manos en el agua, pero para Mateo aquello era enorme, así que lo único que tocaba el agua era eso que me había llamado la atención antes, su suculenta parte posterior.

 

Consciente como estaba que mis anteriores avances en su terreno posterior no habían sido mal vistos, una vez habíamos entrado en las curvas del río artificial metí la mano bajo su flotador y le di un pellizco en una nalga, a lo que él salto casi desbalanceándose del flotador

 

 

– Ten cuidado hay cangrejos en este rio! – le dije sin aguantar la risa a su reacción, él parecía divertido pero al mismo tiempo pensando que responder – y muerden duro, pero yo soy valiente y me aguanto – si eso no era un reto/invitación a continuar, entonces no sé qué era, por lo cual de vez en cuando seguía pellizcándole las nalgas, nada duro, solo agarrones de piel sobre la pantaloneta, él reía y gritaba como si en realidad le arrancara pedazos de carne, ya animado de que no había respuesta negativa me baje del flotador, el agua me llegaba entre el ombligo y el pecho, sujeté su flotador por la correa de la orilla y el mío del mismo lugar con una mano, estábamos en una de las curvas del rio abajo de un puente, la risa nerviosa que le daba era contagiosa, se reía de nervios esperando ver qué tenía yo en mente, así que me agache un poco para meter mi mano bajo su flotador y su cuerpo y le cogí la pantaloneta de la cintura bajándola despacio mientras le miraba los ojos, él tenía una sonrisa dibujada en los labios pero su mirada era la mirada pícara que tanto me había comenzado a gustar, una vez descubrí sus nalgas completamente le pregunte:

 

 

– ¿Podrán ahora los cangrejos comer mas a su gusto?- él se rio de nuevo y hasta su hablar era mas meloso, como seductor

 

 

– Que coman como quieran de todas formas aquí no nos ve nadie – No había ni terminado de decir eso cuando escuchamos risas y conversación de gente que venía por el mismo río y que de seguro nos habían alcanzado ya que yo había parado los dos flotadores, él me vio algo nervioso y trató de meter una mano dentro del agujero del flotador para arreglarse la pantaloneta pero yo ya estaba en modo automático, y no lo deje, girando su flotador para desbalancearlo, sus ojos reflejaban nerviosismo y las risas se escuchaban ya a la vuelta de la curva, decidido a subirse la pantaloneta como fuera, metió ambas piernas en el agujero del centro del flotador quedando sujeto por los brazos, mientras hacía eso, aproveche y jugándome la suerte le baje la pantaloneta completamente, como el flotaba a buenos 30 centímetros del fondo del rio, se la quité por completo metiéndola en la bolsa de mi pantaloneta, su mirada de miedo fue inmensa, ojos verdes de plato y boquita de puchero a punto de decir algo, pero me le adelanté: -sino te mueves mucho no se darán cuenta, los dejaremos pasar y luego te la doy de regreso- iba a responder seguramente algo cuando un grupo de adolescente se asomó por la curva del rio, eran los mismos que habíamos visto con el maletín que seguramente contenía licor por la mañana y por el color de las mejillas y narices de algunos de ellos mas el alto volumen de sus conversaciones y sus risas, seguramente ya estaban bastante bebidos, cuando nos vieron se portaron mas amigables de lo normal para ser adolescente, saludando, gesticulando exagerados holas, era una algarabía de palabras la mayoría de ellas sin sentido alguno, uno de ellos incluso paso removiéndole el cabello a Mateo quien los miraba con la cabeza baja y de varios tonos de rojo en la cara, en medio de la parranda que llevaban uno de ellos, el que nos había guiñado el ojo cayó al agua todos los demás reían y se mofaban de su ebrio amigo, cuando luego de unos segundos salió del agua, tenía una expresión de sorpresa en el rostro, seguramente había notado que Mateo estaba completamente desnudo, cambio a risa cuando noto que todos nos reíamos de su torpeza, incluso Mateo sonreía, el chico se acerco a nosotros, agarró uno de los cachetes de Mateo y lo apretó amablemente, con voz suave pude escuchar -Picarón! – Ahora era el turno de Mateo de tornarse rojo y mirarme con cara de puchero, yo seguía riendo y nadie mas notó la situación, una vez hubieron pasado la siguiente curva, saqué la pantaloneta de mi bolsa y se la entregué a Mateo quien la cogió y con mucho esfuerzo se la puso solo con una mano bajo el agua.

 

 

Pensé que se había molestado ya que no había hablado mucho mientras se ponía la pantaloneta blanca, su cara de concentración mientras lo hacía había sido difícil de descifrar, pero una vez se la hubo puesto me pregunto:

 

-¿Crees que ese chico me haya visto? – con una sonrisa medio de lado y mirándome a los ojos

 

 

– No creo, todos van medio borrachos

 

– Pero el se metió en el agua y cuando salió me dijo «picarón», yo creo que me vio- ahora sonreía mas ampliamente

 

– Pues si te vio, seguro le habrá gustado lo que vio, porque no lo vi protestar!- Ambos nos reímos de eso

 

– ¿Crees que me veo bien?- era una pregunta directa y sus ojos estaban fijos en los míos, esperando, cuando me le quede viendo, bajó la mirada – Te ves super bien – era la completa verdad

 

– No, digo, cuando estoy sin la pantaloneta, crees que me veo bien? – sus ojos ahora no me miraban sino al agua

 

– Te ves fantástico, de hecho con o sin pantaloneta casi te ves lo mismo, ya que como es blanca, cuando se moja se te ve casi todo – ahora era yo el que me reía, el me miraba con ojos grandes de nuevo

 

– ¿En serio, se ve todo?

 

– Casi todo, o por lo menos lo mas importante – Intentó meter la cabeza bajo el agua y verse pero no creo que con el movimiento del río haya podido ver mucho

 

– ¿Y hasta ahora me lo dices? he andado todo el día casi desnudo y ¿hasta ahora me lo dices? – había cierta preocupación en su voz, pero también algo mas

 

– Bueno, que te diré, me gustaba lo que veía y no había forma de arreglarlo de todas maneras – Lo pensó un momento y comenzó a reírse

 

-Ósea da igual si ando o no la pantaloneta ando en bolas casi igual – Entonces nos reímos juntos pues era muy cierto, pero en un lugar donde casi todos andan poco cubiertos no se notaba mucho.

 

Avanzando en el río el se quedó con los brazos alrededor del flotador y me miraba de reojo mientras yo planeaba que mas poder hacer, cuando llegamos al tunel tipo caverna, era un tunel largo de unos 20 metros, adornado como
caverna y con muchas lucecitas verdes y amarillas en el techo como leds, daba la impresión de estar viendo el cielo de noche o muchas luciérnagas pegadas en el domo del túnel. La caverna cubría dos curvas y en las orillas a diferencia del resto del rio que solo eran paredes, aquí habían espacios cerca de las curvas con gradas grandes como para descansar, supongo pensado para que parejas tuvieran un par de besos en la tenue luz, las gradas en cuestión te permitían sentarte sin salir completamente del agua, nuevamente agarre ambos flotadores con una mano mientras entrabamos y los ojos de Mateo ya emitían esa chispita que luego vine a conocer bien, una vez cerca de las gradas, con una mano le baje de nuevo la pantaloneta de una dejándolo completamente desnudo en el agua, el solo reía

 

– si me llegan a ver así será tu culpa – me decía entre risa y risa

 

– ¿Qué crees que te digan si te ven?- le preguntaba

 

– No sé, nos sacan a los dos del parque

 

– ¿A los dos? disculpe señor pero el exhibicionista es usted – se me queda viendo con un poco de seriedad

 

– Exibi..exibi.. ¿Cómo se dice?

 

– Exhibicionista!

 

– y ¿Qué es eso?

 

– Se le dice exhibicionista a la persona que le gusta correr el riesgo que le encuentren en situaciones comprometedoras, que les gusta que les vean desnudos.

 

Esta vez se quedo pensativo un momento, completamente cómodo con el hecho de que estaba desnudo en un lugar público con riesgo de ser hayado. Obviamente la erección que yo tenía estaba pensando por mí, pues mientras él pensaba metí mi mano bajo el agua y comencé a pelliscarle las pompas nuevamente a lo que él solo se retorcía riendose y tratando de apartarse de mi mano, en cierto momento mi mano se fué entre sus piernas y le toqué cerca del perineo a lo cual el instintivamente cerro sus piernas atrapandome la mano entre ellas, la punta de mis dedos aún seguía libre, y mi pulgar estaba justo sobre sus apretadas nalgas, si aflojaba la presión el pulgar descansaría exactamente sobre su puerta trasera, esto le causó una risa como con cosquillas mas efusiva que todas las anteriores,
metiendo su mano bajo el agua me agarró el pulgar tratando de bajar mi mano a fin de liberarse pero yo no permitiría nada de eso, así que comencé a mover mi dedo índice y mayor, haciéndole cosquillas en sus testículos, la risa se tornaba mucho mas fuerte

 

-Noooooooo jajajajajajajjaja me da mucha cosquilla, saca la mano.

 

Yo también reía, pero de lujuria, de verlo reirse, de ver cuan bien aceptaba este tipo de juegos y cuan cómodo estaba con la situación en general

 

 

– Nada! aquí nadie se mueve hasta que pasen al menos 3 personas – se me quedo viendo entre divertido y asombrado – nooo, estas loco, nos van a ver

 

– Pues que nos vean ya te ha visto el chico borracho – se echo una carcajada

 

– pero no me ha visto así como estoy ahorita – me dijo con voz picarona y sin dejar de reírse

 

– Y ¿Cómo estás ahora que no estabas hace un rato?

 

Se quedo callado un segundo y con los ojos picaros de nuevo viéndome en Angulo me dijo

 

– Con el pilin parado – fue mi turno de reír, al parecer todo el juego lo tenía tan empalmado como lo estaba yo

 

Sostuve mi flotador con el cuerpo contra la pared de la caverna y con la otra mano alcance su lado del frente, si estaba bien empalmado, pude sentir unos 7 u 8 centímetros de carne dura, al sentir mi mano allí, la risa se le escapó y con los ojos entrecerrados emitió uno de los mas guturales y sensuales sonidos que haya escuchado hasta ese día, incluso se relajo lo suficiente que mi pulgar entro mas entre sus perfectos melones, lo que lo devolvió a la realidad, presionando de nuevo mi mano antes que tuviera tiempo de acomodarla a mi antojo.

Seguí manipulando su erección por largo rato hasta que en un momento la presión con la que su pequeña mano sostenía mi mano atrapada entre sus piernas se torno mas en una presión de soporte para mantenerse en el mismo lugar, sus piernas rígidas, sus tobillos entrelazados, completamente echado hacia atrás con los ojos cerrados y la boca entre abierta, una mano sosteniéndose del flotador y la otra sujetándose de mi muñeca, tuve a bien acercarme un poco hasta que mi mi hombro toco su espalda y el apoyó su peso sobre mí, con su cabeza hacia atrás, dejando todo ese cuello delgado a mi completa disposición, ver su piel tan tersa cerca de mí me volvía loco, comencé a rozar su cuello con mis labios, rozando únicamente todo eso que tenía por intención morder, pero quería hacerle disfrutar, quería hacerle sentir tan bien que hubiera la esperanza de una segunda vez, de una tercera y de muchas más; cada roce de mis labios en su cuello era un escalofrió que recorría su infantil cuerpo, podía ver su carne de gallina en sus hombros, contar el par de lunares en su cuello, notar la cambiante presión en sus piernas mientras le masturbaba y le comía el cuello, la presión que ponía en la mano que se apoyaba en mí, y sobre todo su respiración, esa respiración profunda tan propia de la intimidad, tan ruidosa, tan deliberadamente sexual, comencé entonces a besarle el cuello, a usar mi lengua y mis dientes, y su respiración se torno casi un jadeo desesperado, en ningún momento deje de manipularle ese pedazo de carne que por la mañana no parecía gran cosa y ahora eran 8 centímetros que casi lo llevaban al cielo, lo moví hacia adelante mientras recorría su cuello del otro lado con mi boca, llegando hasta la altura del la linea del pelo de su nuca y bajando hasta media espalda, comencé a mover el pulgar de la mano que tenía entre sus piernas y fue cuando sucedió, pude sentir como el pulgar tocaba su puerta trasera y sus nalgotas me lo presionaban alternando presión y liberándola, y se vino, su cuerpo experimentó una serie de espasmos, sus ojos se apretaron y su respiración se detuvo, de sus labios surgió un gemido casi de dolor, pero sabía perfectamente que era de placer, el puro placer de un orgasmo seco y profundo, el primero sospechaba, pasaron casi 10 segundos mientras se calmaba y su cuerpo se relajo, retire mis manos de entre sus piernas y de su pene, seguro que luego de un orgasmo tan potente lo último que querría es seguir manipulando su pene, se dio la vuelta en el mismo flotador hasta que quedo de frente a mi, luego se echo hacia adelante hasta que su cabeza quedó apoyada en mi pecho, feliz de haberlo hecho sentir tan bien, le abracé a como pude, jugando con su cabello, su respiración era como quien acaba de correr 100 metros y llego en primer lugar, sus pies entonces encontraron los míos bajo el agua y se paro en ellos a fin de no estar flotando mas.

 

– ¿Estás bien? – mi pregunta era mas para hacerlo reaccionar que por la respuesta misma

 

No me respondió, simplemente movió su cabeza en claro signo de afirmación sin siquiera abrir los ojos, pero dibujando una sonrisa en sus labios.

 

Este es el capitulo tres de la historia, puede que no este completa pero se me hacia un desperdicio no compartirla, estaré publicando el resto hasta donde queda de la historia, por si quieren hablar y contar experiencias telegram: @Arcana1298