Educando a un pervertido singular. capitulo 7: PLANES Y RETOS (M/b exhibicionismo, Anal)
Esta es una historia vieja sobre como un niño de 10 años puede saber mas que alguien mayor. Esta historia no es mía, no he podido encontrarla en otro sitio así que vine a compartirla aunque este incompleta……..
En mi cama, recapitulé todo lo que había sucedido hasta ahora, aun tenía una semana más de vacaciones y las oportunidades parecían muy prometedoras, las oportunidades, los recursos, las opciones y las situaciones parecían infinitas mientras mi mente divagaba entre su relato y lo que había sucedido desde que lo conocí, supe que lo amaba, lo deseaba pero también me daba un morbo ese grado de perversidad en nuestra situación. Me masturbé una vez más, pensando sólo en las oportunidades, luego caí en el sueño cansado de los exprimidos sexuales, mañana sería otro día.
Al día siguiente, María salió con Mateo a una cita médica, Mateo pidió a ver si se podía quedar conmigo, pero María le dijo que me dejara descansar, que eran mis vacaciones y que me dejara dormir tarde por lo menos un día, creo que eso lo convenció. Desperté como a las 8 de la mañana un poco asustado, rara vez duermo tarde, me levante, me hice unas tostadas con café y al no tener que hacer me senté frente a la computadora en mi oficina, dispuesto a hacer un poco de investigación, mover algunos fondos de los ahorros a la cuenta de gastos y verificar precios en unos ítems que tenía pensados, casi todo me llevó unos treinta minutos, excepto lo de los ítems, entre mas navegas mas cosas encuentras, y encontré cosas muy interesantes en mas de un sentido, teniendo en cuenta mis fetiches y las cosas que le gustan a Mateo, quién aún no sabe lo que son fetiches, decidí gastar o mejor dicho invertir buenos mil dólares en mercancía de varios lugares, un par de tiendas sexuales, un par de tiendas de electrónicos y una tienda de cosplay; unos ítems llegarían en cuestión de 2 a 3 días (de allí el precio que tuve que pagar), mientras tendría que ir por otros que estarían listos por la tarde; tendría que ir haciendo planes, hurgué entre mis cajas en la oficina hasta que encontré mi teléfono «viejo», un aparato no tan obsoleto, buena resolución de cámara pero que no estaba más en uso porque la compañía para la que trabajo me proporciona con lo ultimo en medios de comunicación con el fin de mantenerme todo el tiempo comunicado.
Por cierto, sino lo mencioné antes, soy lo que llamarían visitador medico, no trabajo para uno sino para dos laboratorios cuyos campos de producción no convergen sino mas bien se complementan por lo cual básicamente tengo dos trabajos los cuales realizo al mismo tiempo, tengo como 5 años en uno de ellos y un poco mas de 4 en el otro, mis supervisores saben del otro laboratorio y de hecho he logrado ajustar mi horario de forma tal que es la misma jornada, al ser no un vendedor estrella pero uno bastante productivo (no me gusta trabajar mas de lo necesario, luego me hago viejito mas rápido) no hay problema alguno cuando pido vacaciones o feriados pues ambos supervisores saben que mis ventas no bajaran o que las recupero rápidamente.
Una vez el celular reseteado, procedí a llamar a la compañía telefónica que me proporciona el servicio, vamos que no quería salir, por teléfono me guiaron paso a paso para activarlo con pre-pagos, ahora Mateo tendría su propio celular, con cámara, datos limitados, llamadas y mensajes ilimitados, las posibilidades me daban risas nerviosas jajajajajaja, seguro tenía esa cara de los pervertidos de caricatura, en fin, la primera parte del plan era ver cómo Mateo era versado en los artes del sexo anal, dado que sabía que había estado introduciendo cosas en su puerta trasera desde hace unos meses, supuse que no sería mucho problema y la verdad solo el pensamiento de verlo rindiendo su culo a mi me volvía loco, por lo menos por allí sería su primero, hey vamos, que las zanahorias, los lapiceros y los marcadores no cuentan.
Para medio día a pesar de la calentura que tenía pospuse siquiera tocarme y me dediqué a hacer el almuerzo, una lasaña de queso y espinacas fue la elección, 5 minutos después de lista escuche mi celular vibrar (casi siempre lo mantengo en vibrador), era Mateo preguntando si podía venir a la casa, le pregunte si ya habían almorzado y me dijo que su Abuela iba a cocinar en ese instante, le dije comunícame con María
– ¿Si? – se la oía cansada
– Hola señora, ¿Cómo le fue?
– Aquí vengo, toda morada y puyada de las venas, me duelen mucho las piernas, pero allí vamos, haciendo el esfuerzo
– Pues le cuento que tendrá que dejar el almuerzo para otro día
– No mijo, sino cocino este monstruo me devora a mi, parece piraña!
– jajajajajaja, a eso me refiero, yo hice Lasaña y casualmente me salió mucha, como para medio ejercito, así que ustedes siéntese a la mesa, siente al monstruo y llego en dos minutos con la comida.
– Ay hijo, muchas gracias, y ya que estás de generoso, ¿no tendrás también los refrescos por allí? – Su bromista sarcasmo me saco otra risa
– Pues claro María, si es pelo y barba conmigo, hasta postre llevo
– jajajajajajaja esta bien hijo, ya mando lavar este muchacho y te esperamos
Luego de colgar, aliste una bandeja grande con la lasaña, un bote de queso parmesano, un deposito con salsa extra, y mientras llevaba eso en una mano con la otra abrazaba una botella grande de té helado; Comimos como reyes, y no es por jactarme, pero esta vez me quedó particularmente deliciosa, al final mi madre quizá tenía razón, cuando decía que el secreto para cocinar sabroso era pensar con amor en las personas que lo disfrutarán.
Al día siguiente tendría que ir a recoger unos comprados le dije a María, Mateo podría ir conmigo así no se aburría le sugerí, luego iríamos a ver alguna película para aprovechar mis vacaciones ya que solo me quedaba una semana mas, ella gustosa acepto, seguía el clima nublado, solo me insistió en tener cuidado con la carretera, me regrese a mi casa a esperar el nuevo día y formular mis maquiavélicos planes.
Antes de las ocho de la mañana mi puerta estaba siendo pomponeada como si hubiese un incendio en casa de los vecinos, salí en toalla porque aun ni me metía a bañar, allí con sonrisita de oreja a oreja estaba Mateo, con su melena medio húmeda, una camisa sin mangas, una calzoneta con diseño hawaiano y sus sandalias, estaba como para comer.
– Buenos días, alguien amaneció mas guapo ahora! – me gustaba su sonrisa, especialmente cuando le hago cumplidos
– Buenos días, ¿aun no te has bañado?
– Estaba esperando que llegaras, necesito quien me talle la espalda – le dije dándo un giño
– jajajajajaja yo ya me bañe… pero me puedo bañar otra vez!
– Listo! fuera ropa que nos metemos juntos a la ducha
Aun riendo un poco se desnudó en la sala y me siguió a la ducha, una vez alli, fuimos todo manos, nada mas sabroso que hacerlo poner las manos en la pared mientras con las manos enjabonadas le recorres todo el cuerpo a quien amas… ¿dije amas? ¿lo amo? digo, seguro lo quiero, seguro lo deseo, me despierta morbo y al mismo tiempo ternura, me dan ganas de comerlo a besos, de sorberlo como si de agua se tratase, quisiera por momentos, cuando lo observo después de hacer cochinadas, viendo su piel tersa y suave, que fuese de plastilina y serlo yo también y amasar su cuerpo hasta que forme uno con el mío… jajajajaja creo que si, creo que lo amo!
A pesar de su erección, decidí no hacer nada más en la ducha, fue mas o menos rápida y aunque lo noté un poco decepcionado al respecto nos alistamos y salimos camino a la ciudad vecina a traer una caja con varios ítems que seguro alegrarían el día. Cuando llegamos, a una parte vieja de esa ciudad, busque un parqueo, en uno de varios niveles para que el carro no se pusiera caliente e insoportable, ya que Mateo se tendría que quedar, la naturaleza del negocio al que me dirigía no me permitía llevarlo, pero dado que solo era recoger un paquete no tardaría mas que unos minutos, una vez estacionado me baje y procedí a bajar el asiento trasero al piso por si la caja era grande
– Antes de que vaya por el paquete, toma te voy a dar esto, es tuyo y tiene servicio – le di el celular que había activado la tarde anterior, sus ojos enorme mostraban la sorpresa y el gusto que le daba
– ¿Para mí? – me dijo agarrándolo e inmediatamente encendiéndolo y comenzando a probar aplicaciones, luego de pronto reaccionó y me miró a los ojos de nuevo
– En serio, muchas gracias, no tenías porqué! – su cara era mas seria ahora como evaluando el precio del regalo
– jajajajajajaja, bueno si tengo porqué, si vas a andar desnudo mucho tiempo, unas fotos con la cámara no estarán de mas y si me las mandas aun mejor – le dije dándole un giño
– ¿En serio? – Me dijo él ahora con una sonrisa picara
– Bueno, anoche estaba pensando mucho y pues decidí que deberíamos jugar un juego
– ¿Qué juego? – tenia ahora su completa atencion
– Bueno, mira, a ti te gusta sentir el miedito con consquillitas que me dices que sientes cuando estas desnudo y casi te descubren ¿no? – Sonrió
– si
– entonces, he ideado una especie de juego por medio del cual tu podrás hacer eso y yo podre ver, estar allí por si algo sale mal o te descubren y al mismo tiempo poner yo las reglas, los premios y los castigos, ¿Qué dices?
– ¿Habrán premios y castigos?, ¿Cuáles premios y castigos?
– Pues no decido aun los premios, pero los castigos, tendrás que hacer lo que yo diga cuando diga y adonde yo diga- Se echo a reír
– Tu lo que quieres es que sea tu esclavo – me dijo entre risas, mientras miraba como bajaba su mano para acomodarse el paquete
– Solamente si te toca castigo, pero los retos a su vez serán mas y mas grandes y luego quizá puedas poner algunos tu mismo – Ahora se quedo callado pero con una sonrisa dibujada en el rostro, como pensando y al mismo tiempo comprobando la veracidad de mis palabras
– Esta bien, voy a jugar, pero ¿Qué pasa si ya no quiero jugar?- esperaba esa pregunta
– Será un juego hasta que tu decidas que ya no quieres seguir jugando y pondremos palabras de seguridad, si la dices es que ya no quieres que se siga jugando en ese momento, ¿te parece? y de inmediato todo se detiene, no pasa nada
– Me suena bien, ¿Cuando comenzamos? – Su sonrisa era ahora picardia visual
– Comenzamos ya mismo
– ¿Ya?
– Cada vez que estemos juntos estamos jugando, voy por la caja, tu mientras mira como funciona el celular, te mando mensaje cuando ya venga de regreso
– Perfecto
Yo me salí del auto, y comencé a caminar en dirección a la tienda de jueguetes sexuales de la siguiente cuadra, mientras Mateo se quedaba, celular en mano jugando con el.
El negocio fue rápido, cosa de confirmar mi nombre con el que atendía, confirmar el número de la orden y que me entregara las dos cajas, no esperaba dos cajas, supongo que dentro todo aun estaba en sus cajas originales lo que hacia mucho espacio, Comencé a caminar hacia el estacionamiento al llegar a la esquina, baje las cajas y saque mi celular del bolsillo, abrí la aplicación de textos que había instalado en ambos celulares la tarde anterior y mande el mensaje: «1a orden del día: colócate a gatas entre los dos asientos de la segunda fila de la van, con tu cabeza hacia el frente, con los ojos cerrados, sin ropa.»
Espere unos segundos a ver si escribía algo, no sabía si sabia usar aun la aplicación o si cumpliría la orden, luego comencé a caminar nuevamente hacia la van, estábamos en el segundo nivel de un estacionamiento de cuatro, la sombra hace que se vea todo mas oscuro, la van estaba parqueada de frente, por lo que al abrir la puerta trasera, el culo de Mateo quedaría completamente expuesto a quien fuera que fuera pasando en ese momento atrás de la van, era día de semana por lo que no estaba muy concurrido pero la experiencia sabía le daría un piquete de adrenalina justo como lo tenía yo en ese momento.
Bajé las cajas y abrí la compuerta trasera de la van, la vista fue hermosa, un par de nalgas dulces y carnosas me esperaban en medio de dos asientos a casi la mitad del vehículo, podía ver desde mi posición las plantas de sus hermosos pies, y la curva de su espalda, así mismo podía notar que casi temblaba de la emoción, mirando a ambos lados para asegurarme que nadie viniera comencé a meter una a una las cajas, tomándome todo mi tiempo en el proceso, cuando ambas estuvieron adentro, las empuje a un lado mientras mirando por ultima vez a los lados me senté adentro de la van, luego comencé a sobar esos melones de carne tan exquisitos, les di un par de palmadas y una sola lamida en ese valle hermoso entre los dos cúmulos de carne, luego me baje de la parte posterior y cerré la puerta.
Cuando me subí al asiento del piloto le dije
– Perfecto, creí que no lo harías, puedes vestirte ya, pero no te pongas la ropa interior – Escuche una risita y movimiento en la siguiente fila de asientos, luego, un sonriente Mateo se sentaba al lado mío, agarrando su celular antes de sentarse y mirándome como esperando algo mas.
– ¿Te ha gustado?
– Si, mucho, me daba miedo que alguien me viera, pasaron un par de carros mientras te fuiste, creí que podía pasar otro
– Esa es la emoción ¿no? el riesgo de que te vean – Esta ves se rio, esa risa picara
– Si, cuando abriste la puerta me sentí mas emocionado que estando desnudo adentro del carro, y cuando me tocabas … – otra risita
– Bueno, esta hecho, voy a planear la ultima semana de mis vacaciones mañana, hablare con María para que podamos salir a varios lugares y habrá mucha mas emoción de estas cada día, ¿te parece? – No me respondió, pero su sonrisa era de oreja a oreja y sus ojos brillaban de ansiedad, mientras su cabello se movía hacia todos lados mientras asentía con la cabeza
– ¿Qué traes en las cajas?
– Todo lo que será usado para diversión – Me miró como sin entender
– Son juguetes, juguetes sexuales ¿Recuerdas que me dijiste que solías usar Zanahorias y marcadores en ese culito precioso? – Esta vez se sonrojó un poco pero volvió a asentir
– Bueno, con todo lo que va en esas cajas, las zanahorias y los marcadores serán cosas del pasado, vamos a pegar un salto de actualización, en varios sentidos – Esta vez, volvió a ver las cajas en la parte trasera de la van como esperando ver lo que había dentro, puedo decir que ahora si lo mordía la curiosidad.
Me puse en movimiento y me comencé a hacer memoria de un buen lugar para comer, con las 3 b’s, bueno, bonito y barato, Mateo se apoderaba de la radio, pasando de estaciones a velocidad vertiginosa, solo escuchaba 1 segundo por estación y cambiaba de estación, al final se detuvo en una de bachatas, la música no es de mi elección, pero definitivamente no es reguetón, lo cual ya era una bendición, música sugestiva, sensual si llegar a ser vulgar, en fin, quizá me este haciendo viejo pero prefiero el pop suave. Elegí un restaurante que conocía bien, es uno de esos pocos operados por familias en los que la comida es deliciosa y el servicio casi personalizado, el espacio es grande las mesas tienen manteles y hay cubículos semi redondos donde poder alojar familias grandes, cuando llegamos elegí uno de esos cubículos, dejando a Mateo al fondo, mientras yo me sentaba justo a un costado, una vez sentados Mateo sacaba su celular, ordenamos, yo un filete que son muy buenos allí y mateo una hamburguesa que seguramente no se terminaría pues yo sabía cómo eran en ese lugar.
– Ok señor, antes que María ponga el grito en el cielo de porque te di un celular sería bueno poner reglas, así te evitas y me evito problemas ¿Esta bien?
– ¿Reglas?
– Si, para el celular, no celular en la mesa a la hora de comer sería la primera, si tu teléfono suena o vibra a la hora de comer tu no atiendes, esa hora se respeta ¿estamos?
– Esta bien – mientras ponía el celular de nuevo en la bolsa de su calzoneta
– Otra regla será: cuando lleguemos a cualquier lugar y andes conmigo, irás al baño, una vez adentro pondrás tu celular en modo video y grabarás un baile mientras te quitas toda la ropa, cada video tiene que ser de no menos de 1 minutos y no mas de 5 minutos, ¿Estamos? – A esto su rostro se ilumino de nuevo
– ¿Y si hay gente adentro?
– Será el riesgo que tendrás que correr, cada video deberá ser un tanto diferente y podrás básicamente ingeniártelas a tu manera
– ¿Voy ya? – me preguntó viendo la puerta del baño desde donde estábamos sentados, con esa sonrisa picara y esos ojos verdes casi brillando
– Ya estuvieras de regreso – le dije sarcasticamente
Se cholló todo el semicírculo del asiento hasta ponerse de pie y salió caminando al baño, mirándome con una sonrisa justo antes de empujar la puerta.
Mientras me levanté a tomar uno de los periódicos de una mesa adyacente y me senté de nuevo a esperar por Mateo, uno o dos minutos después que me hube sentado, un joven de unos 20 años mas o menos entró al baño, yo conocía esos baños de antemano, al entrar no se podía ver nada, luego de la pared uno miraba cuatro urinales a la izquierda y tres cubículos a la derecha, los cubículos tenía las puertas mucho mas bajas que los lugares normales, unos 10 centímetros del suelo nada mas; tuve la intención de entrar solo por seguridad pero en un lugar como este, con poca clientela, la mayoría que vienen son conocidos, este chico había dejado su familia a la mesa, una sola mesa con por lo menos 10 personas mas, casi todos adultos y adultos mayores, por lo que creí que estaría bien.
unos 5 minutos mas tarde el mismo joven salía del baño, escaneaba todo el restaurante hasta que nuestras vistas se cruzaron, apartó la suya medio nervioso y se apresuró a sentarse a su mesa, un hilo de temor me corrió el cuerpo, iba a levantarme cuando Mateo salía también del baño, caminaba a la mesa con una sonrisa de oreja a oreja, se sentaba a la mesa y se deslizaba nuevamente a su posición, cuando noté que iba a comenzar a hablarme le interrumpí
– No me cuentes nada, que sea una sorpresa de cuando vea el video, mándamelo por medio de la aplicación que te enseñé – solo le dió risa y presidió a mandarlo, no lo vería en aquel momento pero sería buen material para mas tarde.
– ¿Todo bien?
– Sipo
– Ok, no quiero saber mas, sino luego me arruinas la sorpresa – el rio de nuevo y justo en ese momento llevaban nuestra comida, cuando el mesero se hubo retirado me acerque un poco y le dije:
– Quítate la calzoneta – Ahora se me quedo viendo con ojos como platos, había dejado su ropa interior en le carro y al pedirle esto literalmente lo dejaría medio desnudo en un lugar donde otras personas estaban comiendo a escasos metros de nosotros, los manteles eran negros y largos por lo cual yo sabía que no le verían.
– Vamos Sr. afuera esa calzoneta, hazlo despacio para que no se note que lo haces y me la das por favor – Una sonrisa nerviosa se dibujaba en su rostro, despacio comenzó a bajarse la calzoneta hasta que paso sus caderas, luego cayo a sus pies, de donde la levantó con el pie derecho y la puso en el asiento, deslizándola hasta donde yo estaba sentado, haciéndome de lado pude ver que ahora tenía una erección, la emoción de estar desnudo casi expuesto era como una droga para el, sabía que había hallado a alguien muy igual a mi.
– Un segundo voy a lavarme las manos – y con esto me levante de la mesa y me dirigí al baño con su calzoneta en la bolsa de mis pantalones, antes de empujar la puerta volví a ver a Mateo, sus ojos seguían grandes como platos pero su boca simulaba lo que parecía ser una sonrisa nerviosa, miraba hacia todos lados y acomodaba el mantel, no pude evitar reírme entre dientes, entre, me lave las manos y las seque, luego salí y fui a sentarme a la mesa, el chiquillo no había ni tocado su hamburguesa y yo comencé como si nada a degustar mi filete, noté su mirada en mi un par de veces, pero luego de unos segundos comenzó a comer, casi se atraganta cuando el mesero se acercó a la mesa para preguntar como estaba la comida, yo riendo entre dientes le dije que muy buena que gracias por su atención, luego se retiró, cuando vi de nuevo a Mateo tenía como 3 tonos de rojo en el rostro, terminamos de comer y una vez terminé, alejé mi plato y procedí a hacer un espectáculo de secarme los labios con el ruedo de du calzoneta como servilleta, sus ojos se ponían como plato nuevamente al ver lo que estaba usando y miraba nervioso a todos lados, el único que pareció notar algo fue el joven que había salido del baño antes que Mateo; una vez terminada la comida, y mira que si come un enano de esos, se acabó la hamburguesa completa, le pase su calzoneta y luego de ponérsela, salimos del restaurante a buscar el auto que estaba en el estacionamiento del restaurante, antes de salir volví a ver al joven que había visto entrar al baño al mismo tiempo que Mateo y él nos seguía con la mirada, sería un interesante video a ver por la noche.
Una vez en el auto le pregunté a Mateo si quería ir al cine o ir a casa y abrir las cajas, me dijo que mejor las cajas, podríamos ir al cine mañana u otro día, y así fue, manejé la hora y media de regreso a casa, esta vez yo conduciendo y el jugando con su celular, una vez en la casa el cogió la caja mas chica y la cargo hasta la casa, tarde más en cerrar la puerta que el en comenzar a abrir las cajas y sacar paquetes y cajas mas chicas, algunos paquetes dejan ver exactamente lo que contenían, otros eran cajas genéricas, pasé las siguientes dos horas explicándole el contenido de las cajas, sus usos y las diferencias, dildos de diferentes tamaños y estilos, vibradores, butt plugs, huevos vibradores, tenazas de tetillas, grilletes, un par de cadenas, lazos especiales, unas mordazas de bola (gags), anillos para erecciones, etc. El estaba emocionadísimo viendo todo, oliendo los aceites y probando los lubricantes de sabores, le gustaron mucho los tatuajes temporales, con palabras que no había escuchado nunca y otros con dibujos y figuras mucho mas sugestivas.
Una vez habíamos guardado todo en la habitación que uso como oficina, Mateo me cogió de la mano, su mirada en el suelo y me llevo a mi habitación una vez allí me llevo a mi cama empujándome de espaldas, yo me dejaba hacer esperando ver hasta adónde todo esto llegaría, una vez me tuvo acostado en la cama, apoyado en los codos, él procedió a quitarse la camisa, luego la calzoneta, pateando sus sandalias en el proceso y quedando completamente desnudo frente a mi, sus manos entrelazadas atrás de su cintura, dejándose ver, con su cabeza hacia abajo y sus ojos en los míos, luego puso ambas manos en sus piernas, mirando me ahora mas decidido, mordiendo su labio inferior comenzó a subir sus manos por su cuerpo hasta llegar a su pecho donde las cruzo pasando por ambos pezones, luego sobándose los hombros hasta poner ambas manos entrelazadas atrás de su cabeza, se quedó así unos segundos y no pude resistir mas, me senté y acerque su cuerpo a mi, olía a niño, a sudor a carne prepuber, puse mis labios en su
cuello y sus manos vinieron a descansar en mis hombros, con mi nariz apartaba mechones de su pelo para encontrar mas de ese cuello que ahora me sabía a gloria, me aparte de el y me puse de pié quitándome la camisa, mientras él se había puesto a luchar con la pretina de mis pantalones, una vez logrado, la cremallera fue cosa sencilla, deje caer mis pantalones y los pateaba a un lado cuando el ya me bajaba la ropa interior a medio muslo, una vez desnudo me empujo de nuevo a la cama, pero esta vez el se lanzaba sobre mi, me besaba el rostro, y la boca con una pasión que no le conocía, me besaba y casi me mordía, su respiración era como jadeos, estaba super excitado y francamente me estaba excitando a mi también, bajando mis manos agarre una nalga con cada una, magreando a mi antojo a lo que el respondía besándome con mas ahínco, con mas pasión, su pene estaba sobre el mío y mientras hacia todo esto, se restregaba contra mi cuerpo haciendo que nuestros penes se frotaran, lo sentía temblar, era una emoción increíble, pensar que a sus diez añitos pudiera tener tanta lujuria contenida, en un momento hizo una pausa
– Dijiste que no querías saber lo que paso en el baño, para no arruinarte la sorpresa del video… pero quiero hacer contigo primero lo que el tipo del baño me pidió – ahora si estaba comido de la curiosidad
– ¿Qué te pidió?
– Me hayo afuera del cubículo masturbándome en el espejo, había dejado el teléfono grabando en el cubículo, me preguntó si me la podía meter…
– ¿Qué le dijiste?
– Una parte de mí quería, si las zanahorias se sienten bien, una verga de verdad se ha de sentir bien… pero no quise que mi primera vez fuera con un extraño, me dió miedo que no fuera a parar si me dolía, además si lo voy a hacer con alguien, mi primera vez, quiero que sea contigo! – Dijo esto y puso su frente sobre mi mentón, hasta ese momento había sentido lujuria, un momento de deseo que se extendía por mis sentidos, pero luego de estas palabras, probablemente las mas sinceras de sus tiernos diez años, lo que sentía en todos mis sentidos se centralizaba en mi pecho, todo junto en una especie de dolor y presión, en un sentimiento calientito que me recorría en todos los sentidos.
– ¿Estas seguro? – No me respondió, pero su cabeza se movía de arriba hacia abajo, le tome la barbilla y le levante el rostro, mi pecho dió otra punzada de dolor de ese rico y bueno, sus ojos estaban vidriosos, como listos para soltar lagrimas, se los besé a piquitos, unas veinte veces cada uno, alternándolos hasta que mis últimos besos probaron lagrimas saladitas
– Te voy a mostrar la diferencia entre tener sexo y hacer el amor, te voy a mostrar cuando puede tu cuerpo disfrutar mientras tus sentidos explotan de emoción y tu corazón late de amor… te voy a amar! – yo se, cursi, pero estaba dicho de corazón, cada una de esas palabras tenía sentido para mi, era lo que mi corazón quería decir, algo que no había dicho nunca antes.
Y lo amé, lamiendo cada parte de su cuerpo, besándolo tiernamente mientras me abría paso en su cuerpo, acariciando sus pezones mientras él se arqueaba tratando de acomodarme dentro, mordiendo los lóbulos de su oreja mientras le daba tiempo de que se acostumbrara a mi erección dentro de él, probamos varias posiciones solo para ver cual era la mas cómoda para Mateo, teniéndolo de misionero con sus manos sujetas por las muñecas con una de las mías fue una de mis favoritas, su largo cabello esparcido alrededor de su cabeza, su boca entreabierta, sus ojos cerrados, viviendo cada embestida lenta y mimosa, una pierna alrededor de mi cintura y la otra descansando en mi hombro con las caderas de medio lado, se volvía un poco vocal a la hora del sexo, gemía y emitía sonidos tan excitantes que no pude hacer mas que terminar en ese hermoso canal en menos de quince minutos, ambos estábamos sudados, su cabello estaba húmedo de la base, podía verle la piel brillar a causa del sudor, y una vez salí de él, el me abrazó, mientras me acostaba él buscaba mi brazo de almohada y dormitaba yo lo acercaba mas hasta que su rostro descansaba en mi pecho, pasamos unos segundos así, apapachados en silencio, sin abrir los ojos le escuche decir casi como susurro
-gracias!- lo que me dió una gran alegría, le bese la frente, apartando con mi mano su cabello.
– Cuando gustes precioso, cuando quieras!
Este es el capitulo siete de la historia y poco a poco nos estamos acercando a su final, no queda mucho mas que decirles gracias por seguir leyendo, estaré publicando el resto hasta donde queda de la historia, por si quieren hablar y contar experiencias telegram: @Arcana1298
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