ejercicio militar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ariez96.
Estuve puntual y me acerqué al puesto de periódicos, punto de encuentro, allí ví un tipo de unos 40, con gorra, lentes oscuros, chompa y pantalón beige, era él, me acerqué y él de inmediato se sacó los lentes y me saludó con una sonrisa, q no olvidaré, en su muy masculino rostro, me miró de arriba a abajo y me volvió a sonreir. Me invitó un café en un lugar cercano y confirmamos en la conversa en persona la mutua seriedad y me dijo para ir a un telo q el conocía. Entramos sin problema, ya en la hab lo abrazé respondiéndome él con un beso muy dulce q a los 10segs se hizo apasionado, las lenguas se enredaron, saboreé su saliva, me mordió los labios, y nos abrazamos con fuerza. Al rato le dije q iva al baño a orinar y q se ponga cómodo.
Al salir él estaba echado de barriga sobre la cama solo vestido con un calzón blanco muy pequeño, me sorprendí pero no dije nada y me empezé a desvestir deleitándome con la visión de su cuerpo fuerte, proporcionado, de nalgas paradas y piernas algo velludas. Al terminar de desvestirme mi verga estaba fierro y babeando. Despacio me encimé sobre su cuerpo, mi pecho en contacto con su espalda, mi boca besando su nuca y orejas, levanté el calzón para q mi verga contactara entre sus nalgas y un calor delicioso la abrigó, me quedé así quieto sintiendo nuestros cuerpos en contacto desde los pies.
Luego besé su espalda bajando hasta el coxis, sus piernas y sus pies calientes, él gemía despacio pero rítmicamente y de frente dirigí mis manos a sus nalgas y las acaricié, y lentamente quité el calzón dejando a mi vista su culo poderoso q besé y mordisqueé suave, abrí sus nalgas y estampé un gran beso en su ano caliente haciéndolo gemir fuerte, eso me excitó mucho y como loco le sopeé el culo, él gemía también de placer y su ano latía en mis labios gozando yo de su sabor y calor, estuvimos así muchos minutos hasta q sentí q mi verga ya no daba mas y palpitaba fuerte, entónces la embadurné con harto lubricante y dirigí mi fresón a besar su esfinter una y otra vez hasta q no aguanté mas y empujé suave sintiendo su ano muy suave, caliente y ajustado, era el paraiso! y me quedé quieto queriendo hacer eterno el momento pero él pronto impelió sus nalgas a mi pubis varias veces hasta q mi gorda verga entró toda y exclamó -q rico! siento tus pendejos en mi ano!- sin salir de su ano me acomodé bien sobre su cuerpo, cada cm de su piel en contacto con mi cuerpo, hasta nuestros pies en roce, mis brazos abrazando sus hombros, y empezé a bombear su ano con mi verga, lo estaba poseyendo y era un placer total, por momentos él estiraba la cabeza hacia atrás y gemía mientras su mano presionaba rítmicamente mi antebrazo delatando su placer.
Pero mi gran placer era la sensación intensa q daba su ano a mi grueso pene, tanto q por ratos yo me tenía q detener en seco para controlar la eyaculació q sentía venir. Me detuve así algunas veces hasta q un placer delicioso sentí nacer en mis pies, luego pasó a mi cerebro y de inmediato a mi verga y empezé a vacearme abrazandome fortísimo a él, yo sentía q chorro tras chorro mojaban su ano y ambos gemimos, temblamos, nos desesperamos en el éxtasis. Luego quedamos quietos, relajadazos, pero mi verga aún latía y su ano también, hasta q pasados unos minutos me incorporé y él también notando una tremenda mancha de su semen sobre el polo q precavidamente había colocado el amigo bajo su cuerpo para no manchar las sábanas. Fué una sesión inolvidable, de hecho fué un…ejercicio militar.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!