EL ALBAÑIL QUE ME COGIO COMO PERRO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por yvuelaslibre.
EL ALBAÑIL QUE ME COGIO COMO PERRO
Hola, como están?! Es la primera vez que escribo un relato erotico y decidi hacerlo para contar la historia de mi 2ª relación sexual.
Primero me presento, Me llamo Daniel, en ese entonces tenia 18 años recién cumplidos, siempre he sido un tipo guapo, atlético y delgado porque toda mi vida he practicado futbol y basquetbol.
Mido 1.70 mts, peso 68kgs, rubio de ojos color miel y pelo liso, cuerpo marcado y formado, especialmente mis nalgas… que son firmes, levantadas y redondas por tanto futbol.
Soy muy varonil y cero amanerado.
En fin, Suficiente presentación.
En una ciudad del norte de mexico, mis papas estaban construyendo la que seria mi actual casa, por lo pronto rentábamos otra propiedad en lo que concluía la construcción de la misma.
Cabe decir que yo nunca había visitado la construcción hasta que ya contaba con los dos pisos levantados, aunque aun faltaba ponerle puertas, pisos y ventanas.
Una buena tarde, como a las 6pm, decidi por fin conocer la que seria mi casa en pocos meses, llegue y atravesé todo el patio delantero saltando entre bultos de cemento, varillas, ladrillos, etc… entre por la puerta principal y me asome a la sala y comedor, lo siguiente fue meterme a un cuarto q estaba al lado del comedor….
Cual va siendo mi sorpresa (literalmente, me sorprendió) entrar y encontrarme con uno de los albañiles totalmente desnudo, bañándose con el agua de una manguera, viendo de frente hacia la puerta donde estaba yo:
– ¿Quien eres? Me dijo con voz a la defensiva
– Soy el hijo del dueño de la construcción – le respondi algo intimidado.
Pero también defendiendo mi territorio – ¿Quien eres tu?
– Ah!! Perdón joven.
– supongo que inmediatamente identifico mi parecido físico con mi papa – Soy el velador que se queda cuidando la construcción cuando acabamos de trabajar; si quiere en cuanto termine de bañarme le muestro la construcción.
Para ese momento yo ya había visto todo lo que el, descaradamente, me mostraba: un cuerpo de 1.
65 mts y unos 62kg, de 28 a 30 años, delgado, moreno y esculpido por el trabajo arduo, fibroso y con musculos marcados naturalmente y nada exagerados, un abdomen plano, unas piernas delgadas pero fuertes y que al subir culminaban en una ligera y delgada mata de pelos de la cual colgada una verga morena, delgada, morcillona, cubierta con su prepucio y acompañada de sus dos huevos redondos y tambaleantes.
Supongo que el albañil noto que dedique varios segundos a verle el pito, puesto que empezó a sonreir un poco, pero jamás se cubrió para que dejara de verlo.
Asi que le dije q subiría a ver los cuartos del 2 piso.
Lógicamente mientras subia mi verga se fue erectando y mi culito comenzo a exigir que ese macho me cogiera ahí mismo en todas las posiciones posibles.
Sin embargo, me daba miedo, apenas me habían cogido una vez en toda mi vida… hacia mas de 2 años.
y encima de todo estaba en un lugar donde podría entrar cualquiera de mis familiares y que no tenia ventanas ni puertas para escondernos de miradas indiscretas de vecinos o peatones en la calle….
Pensando todo lo anterior, el miedo se convirtió en excitación y aun mas deseo de que ese hombre me hiciera suyo….
pero segui viendo los cuartos de la obra sin prestar mas atención.
Aproximadamente 3 minutos después el albañil subió las escaleras solo vistiendo un bóxer verde y aguado, una toalla colgando en el hombro derecho y unas chanclas.
Se presento conmigo:
– Me llamo Mario.
– ¿Como esta?, discúlpeme que entrara sin avisar, pero nunca había conocido mi casa y hoy se me antojo venir.
– No se preocupe joven, es su casa – y me guio hacia el primer cuarto que seguía después del rellano de las escaleras – mire, este de aquí es el cuarto del hijo mayor.
– Yo soy el hijo mayor – le respondi.
Y entre por delante al cuarto que es bastante amplio y en el cual solamente había un colchon algo sucio tirado en el piso.
Desde una ventana se alcanzaba a notar todo el patio de la vecina.
– Ah pues que bien, este será su cuarto entonces.
– y entro detrás de mi, mientras tanto yo observaba las dimensiones de la habitación y sentía fuertemente que el me veía a mi.
Asi q voltee y el fingió estar observando lo que seria el closet.
Yo quería llamar su atención, dejarle claro que necesitaba que me cogiera como a una perra cualquiera, que me violara, pero me seguía dando miedo.
– Le puedo llevar al resto del 2º piso – me dijo.
Y salimos a ver lo que quedaba en ese piso
Me mostro lo que restaba del 2º piso y bajamos de nuevo al primero, conoci la cocina y el cuarto donde él estaba inicialmente bañándose.
Al entrar nuevamente revivi en mi cabeza la imagen que tuve llegando: el albañil Mario bañándose, su cuerpo desnudo y mojado.
Salimos de ese cuarto y la verdad es que ya no había más por conocer así que le dije que me retiraba pues empezaba a oscurecer ligeramente.
Cuando le dije esto el simplemente me pidió que me quedara mas rato a charlar, a platicar… y acepte hacerlo, asi que nos sentamos en el espacio del comedor, sobre unas cubetas de pintura y comenzamos a charlar.
Me dijo que no era de mi ciudad, sino de un pueblo de Veracruz, que tenia meses sin ir a visitar a su familia y que tampoco tenia hogar, por lo que siempre se quedaba viviendo en la construcción que trabajaba y cuando acababan esa construcción de iba a vivir al albergue municipal.
Su historia me conmovió la verdad, sin embargo en mi cabeza solo se encontraba la imagen de su verga morena y mis deseos de comérmela y sacarle toda la leche.
Le comente que yo er estudiante de bachillerato y que estaba en mi ultimo año, a punto de graduarme.
Mientras permanecíamos sentados de frente el uno al otro, por un lado de su short se asomaba uno de sus huevos cubierto en su escroto arrugado y colgante.
Mientras yo estaba hipnotizado con esta escena, Mario me decía:
– Un dia que no tenga nada que hacer vengase a tomar unas caguamas conmigo joven, aquí nos quedamos platicando usted y yo.
O lo invito a un motel.
Podemos pasar la noche tomando unas cervezas y viendo el canal porno.
Nos la podemos pasar muy bien.
– Si claro – Le dije con evasivas.
Realmente no creía que ese albañil varonil y macho estuviera seduciéndome.
Asi que decidi cambiar el tema.
– no extraña mucho a su esposa.
– No tengo esposa joven….
Lo que mas extraño de alla de Veracruz es que todo el mundo coge.
Siempre hay quien te quiera mamar la riata – insistió Mario el albañil, volviendo al tema del sexo, lo cual para mi, ya fue una señal obvia de que este tipo quería comerse mi culito.
– Si claro me imagino – Le dije.
– A usted ya le han chupado la verga?.
– Claro que si – le dije con mucha naturalidad fingida, la verdad solo me la habían chupado dos veces anteriormente.
– A huevo que si, usted es muy guapo y muy joven.
Debe traer viejas a montones y no ha de batallar para que se la chupen.
Yo en cambio pues me dejo de quien quiera chuparla, a veces hasta putitos – asi de directo lo dijo el albañil.
Para ese momento mi hormona estaba a reventar, mi verga se encontraba de lo mas erecta y ya no era posible ocultar mi erección pues mi bóxer también era un bóxer aguado y se notaba todo mi pito sobre el pantalon, y que decir de mi culito que ya palpitaba emocionado por lo que se avecinaba.
– y usted ha chupado alguna vez una verga de hombre?
– Nunca – le mentí.
– Pues, como ve? Quiere intentar, le v a gustar mucho – dijo sobándose claramente la verga erecta por encima de su bóxer verde.
Ya hasta se veía una mancha de líquido preseminal en su bóxer.
– No me está queriendo chantajear? – continuaba incrédulo.
Asi que se levanto y me puso la verga a la altura de mi cara.
Subi mi mano y se la sobe por encima del bóxer.
Depsues el tomo uno de los costado y lo subió dejándome ver por 2ª vez su verga, solo que esta vez completamente erecta: no era grande, mediría unos 14 cm, grosor normal, llena de venas, el prepucio totalmente retraido, era mas gruesa en su base que en la punta y la cabeza era marcadamente mas chica, delgaday rosada que el resto del tronco, mientras los huevos eran muy grandes y colgantes, seguro llenos de leche por tanto tiempo de no cogerse a sus putitas veracruzanas.
Quise prenderme de esa macana como becerro ahí mismo y chuparle cada centímetro de la verga, pero recordé que estábamos en el comedor, sin puertas y que cualquier persona podría vernos desde afuera… asi que le dije q subiéramos al 2º piso y asi lo hicimos.
Mientras subíamos la escalera, yo caminando frente a el, me agarro una nalga y me la apretó
– Que pinche culote tiene joven.
Ya se la quiero meter, ha de estar bien apretadito, me va a ordeñar hasta la ultima gota de leche del pito.
Mario el albañil no resistió mas, en media escalera me detuvo, con su mano derecha jalo mi cadera hacia el mientras con la izquierda empujaba mi espalda hacia adelante, dejándome totalmente empinado, se subió al mismo escalon que yo y bajo mi pantalón hasta la rodilla.
Dejándome solo con mis bóxers blancos puestos.
Volvió a admirarse con mis nalgas y apretó fuerte una de ellas
– Me lo voy a coger bien rico de a perro joven, le va a gustar un cingo como se la meto.
– A usted se la han metido? Le gusto? – vaya pregunta tan pendeja que hice… una completa estupidez que hizo que Mario el albañil se encabronara.
– Claro que no!! Yo no soy puto, yo nomas me cojo a los putitos como usted y los dejo bien llenos de leche.
Se las meto hasta el fondo y los dejo bien preñados como perros.
– Me va a coger? – pregunte sumisamente para tranquilizar su enojo.
– Claro que si joven.
Los jotitos como usted me encantan, que se ven muy machitos pero que les encnta la venuda.
Ese culote tiene que ser mio y me lo voy a chingar.
– todo esto mientras me tenia completamnte empinado y tallaba su mástil por sobre la tela de mi bóxer, atinándole justo a la entrada de mi hoyito que ya pedia ser penetrado.
– Que no la siente en la entrada de su culito? Apoco no le gusta como lo tengo empinadito? Este es el pito que se va a comer por atrás joven, lo voy a marcar como mi perrita, ya una vez bien cogido este hoyito va a ser solo mio – yo no respondi.
Mario el albañil comenzó a empujar su pelvis hacia mi colita simulando que ya me estaba penetrando y asi me tuvo quizá 2 minutos.
Sintiendo que con cada empujon de su verga yo me caería por las escaleras.
Me volteo y me hizo arrodillar a la altura de su cipote y se lo saco del bóxer….
Yo tome esa verga y comencé a lamerlo desde la base hasta la cabeza, recorri cada una de esas venas, después me bajaba a las bolas y las lamia – UFFFFFFFFFFFFFFFF que rico!!!! era lo único que Mario el albañil decía – tomaba mi cabeza de la nuca y me la empezaba a meter, primero despacio y después acelerando el ritmo, haciendo que sus enormes bolas rebotaran en mi barbilla, después me liberaba y me dejaba chupar a mi ritmo… yo seguía succionando hasta la base y después volviendo hasta la cabeza de su verga, me entretenía jugando su pellejo y hasta se lo mordía arrancándole a mi albañil varios suspiros… levantaba mis ojos y ahí lo veía a el: observándome, sus ojos clavados sobre los mios, con esa cara de lujuria y perversión de quien se va achingar el culito que ha deseado y que lo va a dejar inflamado de tanta cogida.
– Ya no aguanto para cogérmelo joven, le voy chantar el culo con mi venuda, la va a sentir hasta el fondo, voy a taladrarle bien rico esa colita que tiene, hasta q mis huevotes le choquen en el sarten* (en Mexico, vulgarmente es el area conocida como perine, entre el ano y los huevos).
Me levanto y volvió a ponerme de espaldas a el, empinándome hacia adelante y dejándole todo el camino de mi culito descubierto, con mis manos abri mis nalgas… quería que mi albañil disfrutara de la colita rosada que se iba a chingar, que disfrutara viendo el hoyito que iba a llenar de leche.
Viendo hacia atrás por en medio de mis piernas vi como se colocaba un condon y sentí en mi hoyito como aventaba un único y simple salivazo….
Despues de eso puso la cabeza de su macana y empezó a empujar.
Sentí su glande abriéndose paso en los pliegues de mi culito.
que si bien su verga no era gorda era la 2ª que me iba a comer y me dolia.
El aminoro su penetración pero nunc dejo de meter poco a poco cada centímetro de su chile.
Yo me sentía extasiado.
Dolor y placer mezclados en mi colita.
No podía creer la fantasia que estaba viviendo: me estaba cogiendo el albañil de la construcción de mi casa, un veracruzano macho y cachondo que necesitaba un culo que le ordeñara la verga y le sacara los mecos.
– Pero que culo tan mas apretadito joven, me esta exprimiendo la verga.
Se me hace que con tanta leche que tengo si no le hago un hijo al menos le hago un buen queso.
Empezo a serrucharme con su fierro, un vaivén pausado, lento y delicioso que me abria los pliegues del culo, pero aproximándose al fondo metia una embestida hasta que pegaban en mis nalgas los pelos de sus huevos.
Sentía mi ano pulsar invitando cada vez mas adentro a que me penetrara con su sexo.
En ese momento en el mundo no había nada mas y nadie mas, solo mi albañil que me estaba cogiendo como aimal en celo.
– Vamos al colchon.
Estaremos mas comodos – le dije sintiendo cada metida que me daba y me nalgueaba.
– Usted se queda aquí empinado como perro, tengo ganas de cogérmelo aquí viendo como rebotan esas nalgotas.
Ya no se la quiero sacar hasta que me exprima los huevos, me escucho? De aqui no se mueve hasta que me los deje secos.
Mario el albañil aprovecho mi intento de ir al cuarto del colchon para dejar uno de mis pies en un escalón mas arriba que el otro, de forma que eso separaba mis nalgas sin necesidad que yo las estuviera abriendo y le daba paso más libre a su verga hasta adentro de mi cuerpo.
– ¿Apoco creyo que iba a escaparse sin una buena cogida joven? ¿Qué dijo: “ahorita me voy y dejo todo caliente a este pendejo”? pues no joven, es su culpa que yo ande tan arrecho, muy machito que se cree pero le tengo el pito bien metido has adentro.
Sus embestidas iban siendo cada vez mas aceleradas y profundas, Mario le albañil tomaba mis caderas y las jalaba hacia su huevo en cada sablazo que me daba.
Su sudor cayendo por toda mi espalda.
A veces aprovechaba y tomaba mis hombros y me dejaba su pene enfundado hasta adentro, palpitando en mis intestinos… latiendo… no se movia… no la sacaba… ahí la dejaba… solo me tenia bien empalado con el orto bien abierto.
Y depsues de eso empezaba de nuevo con sus bombazos rapidos y profundos, taladrándome delicioso el chimuelo.
Sentía que me estimulba la próstata de forma deliciosa… sentía que no tardaba en venirme y con cada metida apretaba mi esfínter.
Mario le albañil empezó a acelerar un chingo su ritmo, cada metida era un choque de sus huevos, parecía ya estar fuera de control.
– ¡Uy me esta quemando cada vez que hace eso joven!!, se ve que le gusta que le metan la picha por el agujero, ¿le esta gustando verdad?, usted es bien puto, le gusta que le metan la macana hasta los huevos, ya le voy a soltar los mecos.
Y la saco de golpe al tiempo que yo empece a jalarme la verga.
No me dejo que me levantara.
Con una mano me mantuvo empinado mientras con al otra se quito el condon y se masturbo y comenzó a lanzarme trallazos de leche en la entrada de mi culo… serian como 5 o 6 lechazos calientes y espesos que mi albañil avento en la entrada del hoyito que se acababa de coger.
Al sentir que escurrían por mis nalgas y mis piernas yo también comencé a venirme contrayendo todo mi cuerpo.
Después de eso nos vestimos, yo aun sintiendo como resbalaban en mis piernas sus mecos.
Sin decir otra palabra bajamos al 1er piso de la construccion, completamente satisfechos.
Me había cogido deliciosamente ese semental, me había serruchado con su miembro hasta que estuvo satisfecho.
Me había marcado como su posesión.
Me había dejado lleno.
– ¿Entonces vendrá después para que le haga otro trabajo de albañilería en el agujero?
La verdad no supe que decirle.
Me sentía como una puta, lleno y satisfecho pero algo contrariado.
Voltee y sonreí y me dirigi a la salida.
El se quedo en la entrada.
Mientras caminaba hacia mi carro fui sintiendo ese dolorcito rico de quien acaba de ser penetrado, ese dolorcito del sexo.
Efectivamente vendría después por otra sesión de albañilería para tapar mi agujero – me dije a mi mismo –.
Y mientras manejaba alejándome de ahí recordé que, de hecho, todo el tiempo me estuvo cogiendo empinado, casi en 4 patas, como a un perro.
Espero les haya gustado leerme tanto como a mi me gusto relatarles.
Háganme saber sus comentarios y podre ir escribiendo muchas otras de mis experiencias.
Saludos!.
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