El amable colega de Tepic
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No hace mucho que pasó lo que les cuento. Tenía 25 años de edad y apenas tenía unos meses en la empresa donde aún trabajo y desde aquel tiempo desempeño labores gerenciales por lo cual soy frecuentemente requerido en la sede central que está en Guadalajara. Yo trabajo en Morelia, a 3 y media horas por carretera aproximadamente. Me llamo Eduardo, blanco, 178 de estatura y 16 de verga, inter, guapo (honestamente: nariz aguileña pero no desproporcionada, de rasgos finos y caucásicos), ojos castaños como la barba y el cabello, delgado y de pocas nalgas pero respingadas. Era la cuarta vez que tenía que ir a Guadalajara y permanecer allá cuatro días y tres noches. Por ser la sede de operaciones internacionales incluso, esta empresa contaba con una finca llena de habitaciones y comodidades para las estancias de sus corporativos que les permitiera ahorras viáticos. De primer pinche nivel el ligar. Concepto minimalista pero suficiente y satisfactorio. Habitaciones individuales con escritorio de trabajo, guardarropa y sanitario muy cómodos. Comida deliciosa todo el día. Alberca de natación, canchas, grandes áreas verdes para esparcirse y, obviamente, muchos salones de diferentes tamaños y diseños para diferentes tipos de reuniones y actividades grupales. Son horrarios llenos de actividades de 8 a 14 y de 16 a 21 horas, de modo que aunque haya ánimos de fiesta y convivencia entre las personas que se conocen o que se hacen asiduos visitantes, la gente suele acabar muy cansada. Yo, a las nueve de la noche, siempre que voy a este lugar, salgo a nadar unos 50 metros aprox y a tomar algunas cerveza o copa de vino con quien ande por los jardines o comedores antes de ir a dormir. Esta ocasión, desde el primer día, entre un grupo de 70 convocados de todos el país, pude distinguir a uno: Gonzo, le decían. De cerca de 32 años, rubio, delgado y desnalgado, chino de cabello, pero muy apuesto además de trmenedamente amable. Se notaba que no le importaba mucho su imagen fuera de sus oficinas locales que estaban en Tepic. Vestía jeans y camisetas blancas con converse en los pies. Esto lo hacía singular entre la mayoría que, si bien no vestíamos traje completo, al menos vestíamos menos informales. No pude dejar de verlo todo el primer día y por la tarde, no sabiendo si alucinaba o no, comencé a sentir correspondidas algunas de esas miradas de sus ojos verdes. Me sentí observado un par de veces durante la cena y, al voltear, me encontraba a la distancia con su mirada. La segunda noche, durante el receso de mediodía lo encontré en el baño. Por desgracia saliendo, ya que de lo contrario hubiera espiado la proporciones de su reata. Y ahí lo saludé. "Con que de Tepic", le dije, "es la primera vez que te veo, aunque no tengo mucho viniendo. Trabajo aquí hace 6 meses y está en la cuarta vez que soy requerido". Contestó "sí, eres de Morelia y te llamas Eduardo, ¿cierto? Te he estado viendo desde ayer. Yo vengo por primera vez, apenas hace dos semanas me pusieron en este rol. Hay muchos movimiento por cambio de directivos" Yo sorprendido de que me confesase estar viéndome sólo asentía mientras abandonaba toda discreción para mirarle fijamente ojos, labios y bulto. Para disfrutar su aroma. Concluyó Gonzo "vi que te fuiste a nadar anoche y que tienes condición, aunque no creo que me ganes. Te reto". Obviamente dije que sí y quedamos para las 9:15 de la noche en la piscina. Estando ahí, otros de colegas de otras partes nos ayudaron a medir tiempos. Él me ganó con 18 segundos al hacer 20 metros libres. Terminando de retosar en el agua nos duchamos. Las regaderas eran individuales pero aún así tenía la verga dura sentir la tensión sexual entre Gonzo y yo, y tuve que jalármela. Salimos, nos cambiamos y nos reencontramos en una estancia para tomar cervezas con otros colegas. Cerca de las 10 y media nos quedamos solos y salimos ya borrachines al jardín a fumar. Cada uno había bebido 6 cervezas. No alejamos de las habitaciones a la zona arbolada. De repente estábamos meando uno al lado del otro y vi su pitote grueso y morcillón, igual de güero que él. Me sorprendió verlo medio erecto. Al final no se lo metía al pantalón y yo tampoco el mío. Le dije "no mames, qué vergota tienes" y simplemente se la toqué. Curiosamente me dijo "Eduardo, yo tengo un tío gay que quiero mucho pero nunca he estado con un hombre y me da miedo porque sí me dan ganas de hacerlo". Yo muy diplomático, super caliente y con su verga ya dura, de 20 centímetros aproximadamente entre mis manos, dije "no haremos nada que no quieras". En eso, me abraza unos segundos muy estrecho, me aparata de él, mete su verga aun dura al pantalón y me dice, "vamos a dormir porque no quiero estar desvelado además de crudo mañana trabajando". Me guardé mi pito y ofrecí mi cuerpo para hacerle tierra apoyándose de mí pues se le subió más que a mí el alcohol. Caminamos y llegamos primero a mi habitación. La suya estaba unos metros adelante. Me dijo en la puerta "voy a descansar tantito en tu cama antes de irme, necesito acostarme" y yo pensé que no podía desperdiciar la oportunidad. Entramos y él se fue directo al baño y mientras pensaba cómo hacer para seducirlo, sale del baño con su camiseta blanca pero sin pantalones, ni calzado, tanto sólo con una trusa verde. Me quedé mudo y se me paró de inmediato. En fracción de segundos se acercó hasta mí y me besó torpemente, como si fuera puberto. Nos besamos y tocamos por varios minutos. Nos lamíamos todos. Pronto estuvimos bien desnudos ambos. Eran lindísimos sus vellos púbicos casi blancos. Su esbelta figura. Su pitote derechito y apuntando hacia arriba. Unos huevotes colgantes y gigantescos. Muy hermoso Gonzo. Apenas rosamos nuestras vergas esos minutos lo que ocasionó que las tuvieramos super mojadas y babosas cuando por fin nos tocamos. Nos apretábamos las cabezas babosas de las vergas y no dejábamos de gemir de tanta sensación. No dejábamos de lubricar. Era tan suculento que me bajé a mamarle mucho y a comer esos deliciosos jugos. Hacía arcadas por sus dimensiones pero no dejé de mamar por mucho tiempo. Él no quiso chupármela pero antes de desilucionarme tuvo por acertado levantar sus nalgas y pedir que le chupara el culo. Así lo hice. Mucho y profundo. Intercalaba metiéndole la lengua al punto y mamando su vergota babosa. Él no dejaba de suspirar. En algún momento, mis dedos usaban el propio lubricante de la vergota de Gonzo para deslizar uno o dos dedos dentro de su culo, mientras seguía dando placer a su sexo con mi boca. Mi verga es delgada, así que no tengo que dilatar por mucho a quien quiero penetrar. Con dos dedos se abre el preámbulo suficiente. No decía nada, pero le contemplé frente a mí, acostado bocarriba con las piernas en mis hombres, y tenía el rostro lleno de lujuría. Les juro que supe que quería mi verga dentro. Que quería ser mía. Ensalivé bien el tronco de mi reata y en la cabeza esparcí mi precum que chorreaba y penetré de dos golpes, suaves pero contundentes. Sentí su presión y rechazo y le dije "relájate, no te voy a ha hacer daño, sólo disfruta". Se relajó. Salí lentamente por completo. Ensalivé de nuevo mi vergay puse su precum en su propia cola. Se la dejé ir toda y al fin suspiró de puro placer. Se tocó la verga para chaqueteársela de inmediato y pude sentir otra presión de su cola distinta en mi verga, la presión de querer succionarla toda con el culo, de querer comérsela toda. Así estuvimos, de misionero, con algunas modificaciones que me permitieran besarle la boca o mamarle la verga sin sacarle la mía del culo, durante un ratito, hasta que en un profundo beso le dejé el culo lleno de leche y medio minuto después Gonzo se safó de mi verga a la vez que metía por completo su reata en mi boca para venirse mucho. Tragué riquísima leche. El resto de la estancia hicimos de todos. Les juro que de todo. Las noches fueron deliciosos y cada receso a partir de entonces, valía su tiempo en oro con Gonzo. Por desgracia nunca más conincidimos. Ahora él realiza labores de investigación. Sinceramente suyo: el coyote cojo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!