El amigo de mi hermana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy blanco, delgado, lampiño, mido 1.78 metros y tengo grandes ojos marrones. Anteriormente me gustaban mucho los hombres de apariencia ruda, más grandes que yo, con barba y muscolosos, pero hace unas semanas de visita en casa de mis padres, me encontré con una sorpresa: mi hermana de 16 años tenía un amigo de 15 que estaba bien desarrollado y que no parecía gay.
Cuando llegué a la casa solo estaban ellos dos viendo la tele y entonces ella me lo presentó aunque no recuerdo el nombre, el pibe estaba viviendo con mis padres porque sus papás se habían ido de viaje con los mios; entonces se habían quedado solos en la casa con Martina, la mina que nos ayuda de toda la vida.
El pibe se quedaba en el cuarto de visitas que estaba contiguo al mio. Aquella tarde platicamos un poco y después mi hermana y su amigo salieron quedándome yo solo encantado por la belleza del pibe, tenía los ojos claros, la carita afilada, era alto, aunque no más que yo, muy delgado y de piel dorada. Recuerdo que me gustaba mucho su voz. La historia comenzó aquel día cuando regresaron de la fiesta.
Yo me encontraba durmiendo en calzoncillos, cuando de momento alguien abrió la puerta del cuarto, era el pibe que entraba totalmente ebrio y riéndose, estaba solo y a la parecer se había equivocado de recámara. Yo en ese momento me exalté un poco pero después el pibe ni siquiera prendió la luz, sino que se dejó caer como un bulto a la cama grande donde dormía. Poco a poco se fue quitando su ropa, su remerita, sus pantalocillos, todo hasta que quedó en unos briefs azules bien ajustados a su delgadísimo cuerpo. Al parecer no se habia percatado que yo estaba ahi, ni que se había equivocado de cuarto. Debió haber sido porque estaba ebrio. De momento me moví y el se asustó, después se empezó a reir y me reí con él. Estaba totalmente ebrio y de momento así como estaba me abrazó. ..
Yo no sabía que hacer, pero mientras estábamos ahi abrazados, la sábana se deslizó por la fuerza de gravedad, y pude sentir su cuerpecito caliente junto al mio, sus tetitas rosadas rozaban con mi pecho y él al percatarse de eso se estremeció de una manera inigualable. Me preguntó si yo era gay y le dije que sí. Entonces el pibe preso de emoción se me lanzó a la boca y me dio un beso inolvidable. Recuerdo la sensción de su boquita lampiña contra la mia y su cuerpecito cada vez más y más tibio acercándose al mio, le metí toda la lengua en su boquita y me lo acomodé poco a poco para poder sentir su culito bien redondito y chiquito. le acaricié toda la espalda y el torso y el tambien me acariciaba con lujuria, cuando lo dejé de besar me fui rapidamente a lamer sus pezones y ante este acto el pibe comenzó a dar unos pujitos que me volvieron loco: mientras lamia sus pezones me chupé el dedo anular y lo llevé a su culito. Hize de lado la tanguita azul que tenía y se la salió su verga, ante mi sorpresa el pibe tenía todo su pubis y sus huevitos rasurados y se sentían suaves y tersos, además al rededor de su anito hermoso no había vello, cuando sintió mi dedo dentro de sus entrañas me dio un beso que fue como un manjar, sentí como se entregó totalmente y cómo disfrutaba mi dedo adentro, posteriormente procedí a meterle dos dedos y el pibe enloqueció de calentura, dio un grito seco y contenido, se acercó a mi oido y me dijo con su voz dulce que lo follara.
lo cargué facilmente y lo coloqué en mi escritorio, aún con su tanguita azul de lado le coloqué mi verga de 20 cm, alrededor de su ano lubricado y semiabierto, yo estaba tan caliente, tenía ganas de penetrarlo fuertemente porque lo veía ahi desnudo bajo una luz ténue, respirando agitadamente, que lo único que me decía se cuerpo era que lo penetrara lo más antes posible. Cuando sintió mi pene erecto alrededor de su ano mi miró fijamente y asintió con una cara de éxtasis que nunca olvidaré. Entonces le abri sus piernitas lampiñas delgadas y firmes y le dejé ir toda mi verga hasta dentro, el pibe se quedó sin aliento y hasta se levantó del escritorio para gritar de placer; pero yo inmediatamente le tapé la boca y sentía como me mordía suavemente los dedos mientras sus ojos se cerraban de tanto placer.
Cuando tenía mi verga dentro de él, sentía los movimimientos peristálticos de su ano, me apretaban la polla de una forma tan exitante que ya sentía que me corria, pero me aguante lo más que pude aunque el no pudiera. En cuento lo voltie para vele la cara y lo volví a penetrar se vino solito sin que se masturbara. Recuerdo que pujía hermosamente y decía en voz baja que lo follara rapidamente. Lo cargué y puse mi pecho con su pecho y lo penetré tan salvajamente que el pibe lloraba de placer. Se volvió a venir y todo su semen hermoso escurrió por todo mi cuerpo. Cuando se vino por segunda vez sentí como masajeó mi polla con su ano y no pude contenerme más y me vine dentro de él, sentí una explosión inigualable que viajaba por todo mi pubis y mi estómago. Cuando le saqué la polla su ano se contraía y expulsaba toda mi leche, chorro tras chorro. Me miré cansado y se quedó dormido.
A las cinco de la mañana lo cargué y me lo llevé al cuarto de huespedes, ahí lo dejé dormidito a mi pibe precioso. Me levanté a las doce y ya no había nadie. Me esperé a las 3, 4, 5, finalmente a eso de las ocho llegó mi hermana con mis papás y sin él. Me daba pena preguntarle, pero inferí que ya había llegado de sus viaje los padres del pibe también. Me regresé a Mar de Plata y hasta la fecha no he vuelto a saber nada más de él, aunque quisiera. Es que lo he soñado tanto. En fín, seguramente no lo volveré a ver, pero estoy seguro que no lo voy a olvidar.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!