El ángel del placer (parte 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por angelmatsson.
En ese momento tocaron la puerta y sin esperar respuesta… se abrió.
Mi corazón se detuvo y mi cara se desfiguró. La puerta se detuvo a la mitad y escuché la voz de Argel que le decía algo a su madre.
Con Vicente, aprovechamos esos preciados segundos y dejando en vergüenza a Flash, nos metimos bajo las tapas de la cama. Nuestros pechos se inflaban de manera totalmente anormal y la adrenalina viajaba a través de nuestra sangre como si nos hubiésemos tirado desde un edificio.
Puse la mejor cara, pero aunque hiciera un trabajo de parto, no podría arreglar mi respiración. La puerta se terminó de abrir y entro Argel con una sonrisa en la cara. Se detuvo unos segundos, analizando la habitación.
-“¿Qué tal va la pijamada?”- preguntó.
-“Emm… bien”- contesté con todos mi órganos a la altura de mi boca.
-“Y ¿Dónde fue la maratón?
-“¿Maratón?”.- repetí confundido.
-“SIp, porque pareciera que hubieran corrido a la par con Usain Bolt”.
-“Ahhh jajaja”- Fue la risa más incómoda que ha salido de mi boca.-” Es que, estábamos haciendo una competencia de abdominales… desnudos. Si, desnudos. Y cuando escuchamos la puerta, nos metimos a la cama porque podrían ser algunas de las mujeres de esta casa”
¡Santas mentiras! Me sentía el chico más mitómano del universo.
-“Oh, genial. Es bueno que hagan ejercicios porque esto no se logra fácil.”- Se levantó la camisa y mostró una tableta sabrosa. Estaban justo en el punto perfecto. Se le marcaban sin la necesidad de tensar el estómago. Su vientre era perfecto, la piel color canela completamente lampiña. Tenía todos los músculos sexys que se le podían marcar a un hombre. Sobre todo el que más me excita a mí que son los oblicuos (el triángulo invertido que se forma bajo el ombligo). En ese lugar tenía unas venas que le daban el toque sensual y más abajo se le divisaban unos pequeños pelitos que serían los de su pubis. En ese instante odié sus pantalones por no dejarme ver más abajo.
-“Pues por lo mismo”.- dijo Vicente, que había estado más callado que un mimo.
Argel (para mi mala suerte) se acomodó la camisa y guiñándome un ojo (dejándome un poco incómodo) salió de la habitación.
-“Buenas noches y pórtense bien”.- alcanzó a decir antes de irse.
Recién en ese momento mis pulmones volvieron a funcionar. El oxígeno, el carbono, el nitrógeno y todo lo que compone el aire, entro a mis conductos respiratorios de manera brusca. Exhalé. Mi corazón aún tenía ese palpitar extraño. El sístole y diástole los notaba todavía un poco torpe.
Vi a Vicente y me di cuenta que también estaba en proceso de relajación pero me sorprendió (nuevamente) cuando se echó a reír.
-“Eso estuvo cerca”.- Cerca estaba yo del colapso nervioso. Eso había estado encima, no cerca.
-“No puedo creer que lo encuentres gracioso”.- simplemente estaba como culo en el agua (es decir: anonadado. Mal chiste, lo sé. Kill me plz)
-“Estoy más que eso”- Tomó mi mano y la depositó en su verguita que estaba dura nuevamente.
Santas gónadas masculinas. Este chico es una máquina de sexo. Y me gustaba.
Iba a bajar para succionar su órgano copulador (que elegante suena eso). Mejor digo: bajé para chuparle la verga. Pero antes de mover algún musculo, él se había adelantado y sin previo aviso se lanzó a mi pene. Parecía un cordero mamando, tenía un expresión de disfrute y alegría en su rostro que me hacía pensar que mi pene tendría algún sabor rico para él.
Entre más lo hacía, más aprendía. Esta vez solo tiré mi cuello hacia atrás y disfrute de su cálida boca y del masaje de succión en mi glande. En momentos miraba su trabajo y el me devolvía una radiante mirada sonriente. Cuándo sentí mi orgasmo nuevamente le avisé, pero él se quedó firme en su posición esperando los disparos para recibirlos con su boquita. De su boca y de la mía salían gemidos, mientras él tragaba las últimas gotas de semen que quedaban guardadas en mis testículos. (Sumado al líquido liberado por las vesículas seminales, las prostaglandinas, la fructosa y todo lo que compone el líquido de la eyaculación).
Agotado otra vez, esperé unos segundos para lanzarme a él, pero me detuvo.
-“Pero tú no te has corrido”-le dije.
-“Si lo hice, mientras tú te corrías en mi boca”- Dijo aun saboreándose los restos de semen de su boca.-“Ven, tengo sueño. Abrásame para dormir”
Me acomodé para quedar tipo “cucharita” con él. El calor de su espalda en mi pecho, el calor de sus nalgas en mi pelvis y el calor de sus costillas en mis brazos, hicieron que fácilmente me relajara. Tuve un sueño muy lindo, hermosamente interesante y que prácticamente tenía las respuestas de la vida. Por lo tanto al momento de despertar y como es muy común con ese tipo de sueños, se me olvidó. Solo quedé con la sensación en el pecho de que había sido un sueño muy lindo.
En la noche, tiernamente nos quedamos dormidos. Pero en la mañana yo estaba prácticamente colgando a la orilla de la cama, el brazo izquierdo de Vicente estaba sobre mi estómago, mi brazo derecho estaba sobre su cara y tenía una terrible erección. Súper poco tierno. No es como en las películas en las que parejas felices se duermen cucharita y despiertan así mismo como si estuviesen pegadas como legos. Desperté justo cuando sentí pasos cerca, por lo que rápidamente acomodé las sabanas y frazadas, empujé a Vicente más al rincón y le di la espalda. Era Argel otra vez.
-“¡Despierten, feos durmientes!”.- Por suerte yo estaba despierto. Pero Vicente no. Y con el espeluznante grito que dio Argel, Vicente por poco no llego al techo del salto de terror.
-“Pero que…”
-“Cuidado con esa boca, Vicente”.- interrumpió Argel antes de dejar terminar la académica frase que iba a decir Vicho.-“Bajen a tomar desayuno”
-“¿Y tú por qué estás aquí?-dije
-“¿Me estas echando?”.- me preguntó fingiendo dolor.
-“N-no, es solo que estoy confundido”
-“Así como tú no tienes clases, pues yo tampoco tengo hoy”.- se me olvidaba que hoy era un día festivo.
-“Ya. ¡Apúrense que nos esperan para el desayuno!”.- pero él se quedó ahí.
Vicente se levantó como si nada pues era su hermano y tenían confianza, pero yo me quedé ahí de piedra. Argel hablaba con Vicente sobre Andrea, algo de que anoche no había llegado a dormir pero que había llamado diciendo que estaba donde una excompañera. Cuándo me di cuenta que estaba esperando algo que no llegaría, pues saqué valor de mis secos testículos y me puse de pie.
No supe si tenía un imán en mi culo, pero en el instante que me puse de pie, los ojos de Argel viajaron a la velocidad de la luz hasta mi culo. Todo esto sin dejar de hablar. Pero aun así lo sentí como laser atravesando mis nalgas. Sin siquiera cambiar su gesto, volvió su vista hacia Vicente y siguió hablando como si nada, y yo puede vestirme más tranquilo.
Tomábamos desayuno todos juntos. Éramos como una gran familia y eso a mi madre le gustaba pues nunca se había sentido tan cómoda en un trabajo.
Ese día fue genial. Con Argel jugamos Monopolio, hicimos competencias en la Play Station, jugamos futbol en el patio (Un patio gigantorme), en general todo estuvo súper bien, aunque me dejaron solo unos momentos. De todas formas conocí a un Argel que no había tenido oportunidad de conocer. Pues siempre salía, ya sea a la universidad o a la consulta donde hacia su práctica, así que nunca estaba en casa. Pero ahora que ya estaba terminando, comenzó a ser un poco más comunicativo y entretenido.
En la tarde salieron al mall pero nos quedamos en la casa, mi mamá, Vicente y yo. Mi mamá comenzó a limpiar y con Vicente fuimos a jugar “Age of Empire” que nos gustaba mucho. Nos pasamos la tarde en eso y de vez en cuanto nos dábamos uno que otro beso fugaz. Me sentía como un delincuente, haciendo cosas escondidas pero en este caso muy placenteras.
La familia llegó tipo 9 de la noche y sentimos caminar a alguien por el pasillo. Por suerte solo jugábamos, así que no tuvimos que disimular. Como adivinarán era Argel. Traía chocolates para nosotros. (Amo el chocolate).
Estuvimos conversando y me pregunto sobre lo que quería hacer cuando grande. Le dije que quería estudiar Enfermería o algo relacionado con la salud. Me dijo que sería un buen profesional pues tengo la inteligencia suficiente como para poder rendir bien. Luego, con Vicente vimos algunas fotos de sus vacaciones en Colombia y salieron una imagines hermosas de ellos en traje de baño.
Eran cuerpos perfectos, tostados por el sol y marcados perfectamente. Vicente era un Argel en versión miniatura y estaba seguro que se parecerían mucho más a medida que creciera. Argel tenía un culo perfecto, bien parado y firme. Portaba con una espalda ancha y bien formada, que marcaba todo los músculos. Su pelo de surfista ondulado y de color rubio que ahora llevaba más cortó, era brillante y perfecto.
Andrea era una mujer despampanante. Sus ojos claros resaltaban por la delineada que se hacía de color negro. Eso hacía que sus ojos parecieran penetrantes y profundos. Tenía un busto firme y del tamaño perfecto, abdomen plano con un arete en el ombligo y un culo contorneado del tamaño ideal para una mujer de sus medidas.
Estábamos ocupados en eso, hablando con Argel que me señalaba partes de su cuerpo bien trabajadas, cuando de pronto se pone de pie y se acuesta en la cama, diciendo que tiene sueño. Con Vicho pasamos a las fotos navideñas, hasta que se nos hiso tarde y decidimos irnos a dormir. En ese instante nos dimos cuenta de que Argel dormía plácidamente sobre la capa pero con algo notoriamente diferente. Había dos opciones: 1- tenía un periscopio a la altura de su pubis. 2- tenía una erección de caballo.
Quería creer en la 1 pero por lógica, era imposible. Los ojos de Vicente chocaron con los míos, expresando el mismo grado de sorpresa. Era muy incómodo para mí y supongo que para Vicente más porque era su hermano el que estaba ahí. A pesar de estar con jeans, el bulto que tenía Argel era muy grande. Sentí un palpitar en mi culo y una salivación exagerada.
-“Argel”.- dije tocándole el pecho para despertarlo.
-“¿Argel?”- hablo Vicente.
-“Hmmm”- salió de la boca de Argel, mezclado con algunos balbuceos inentendibles.
-“Argel, despierta”- Le dije.
Abrió sus ojos somnolientos, intentando descifrar el panorama.
-“Sorry, me dio mucho sueño”.- se excusó.
No sabía cómo decirle lo de su erección de campeonato, así que mis ojos iban de su cara a su bulto, hasta que entendió la indirecta. Pero lejos de hacer algo para taparla o no sé, por ultimo avergonzarse, se rio. (Esta gente no tiene vergüenza).
-“Creo que estoy un poco acumulado”.- dijo son una sonrisa traviesa, parecida a la que ahora aparece entre los emoticones de whatsapp.
-“Acumulada esta la lotería… Tu estas a punto de reventar”.- le dije. Vicente sonrió.
-“Disculpa, es que hace siglos que no salgo con nadie, porque los estudios están primero y bueno, un hombre necesita descargar de vez en cuando y yo no he podido.”-Confesó con tristeza.
-“Aps, que mal”.- lamenté su situación.
-“Creó que el cierre del pantalón va a reventar”.- dijo con gracia.
Luego hizo algo que me dejó impactado. Si antes tenía sospecha de su comportamiento, ahora ya las confirmaba. Se abrió el pantalón y quedó en bóxer. La erección se veía aún más grande pues la tela cedió. En la punta se veía un glande grueso y me lo imaginaba delicioso. Aparté los ojos para no quedarme viendo ese espectáculo que me delataría, pues miraba como un hombre obeso mira una hamburguesa (Sin ofender).
-“Lo siento, me dolía mucho. Además somos hombres, da lo mismo”.- dijo mientras se sobaba el cuello despreocupadamente. (La desfachatez era de herencia)-“O es que le da vergüenza porque la tengo más grande que ustedes”
-“Naaa… Estoy conforme con lo que tengo, además aún me queda por crecer”.- le dije encarándolo.
-“Yo también”.- dijo Vicente.
-“Bueno, pues miren entonces como la van a tener cuando grande, si es que tienen suerte”.- Egocentrismo vomitaban sus palabras. Pero era gracioso la forma que lo decía y también muy sexy. Decidí seguirle la corriente.
-“Yo solo veo un bóxer muy estirado”
-“Eso se puede arreglar”-¡Santas provocaciones! La forma que lo dijo fue candente. Colocó la misma expresión que alguien pondría en una proposición como [Ponte en cuatro, que te voy a taladrar como si no hubiera un mañana].
-“No gracias. No es necesario”.- le dije desinteresadamente. Vicente solo observaba.
Pero sin siquiera rogarle, se bajó el bóxer. ¡Santos órganos copuladores! Su pene era hermoso. No tenía ningún defecto (a mi parecer). Era de color canela, con un glande gordo y bien formado, color rojo claro. Tenía un grosor perfecto pues estaba justo a la medida con el grosor de su glande (5cm aprox de circunferencia en el tronco). Totalmente parejo, pues tenía el mismo grosor en toda su longitud. Se le marcaban unas cuantas venas pero suavemente, lo que le hacía ver muy macho pero sin repugnar. Sus testículos colgaban a la altura perfecta, eran gordos y de un color canela rojizo, con unos pocos pelitos que lo adornaban pero muy poco visibles desde lejos. En su base, una pequeña mata de pelos castaños lo adornaba sensualmente que subían por su pelvis, sus oblicuos, llegando a su ombligo, lugar donde desaparecían.
Su pene era casi recto, pero tenía una pequeña curva hacia arriba, ideal para masajear la próstata en cualquier pose que exigiera estar cara a cara. El prepucio cubría parte de su glande, pero aun así se veía gordo. La piel era tan delicada y suave a la vista, que producía unas ganas tremendas de ahogarse con su pene en la boca.
Sentí mis mejillas quemar cuando me fije que Argel me miraba con provocación. Luego comencé a sentir la vergüenza, al darme cuenta de lo que hacía. [Era hermano de Vicente. Anoche tuve sexo con Vicho. Ahora yo veía y deseaba el pene a su hermano]. Era una cosa de locos.
-“Hermano… La tienes muy grande”.- dijo Vicente con admiración.
-“19cm de orgullo y placer”.- dijo orgullosamente Argel. 19cm. Tamaño ideal. No sé qué opinan ustedes pero de 17 a 20 cm para mí son los ideales. Por lo menos físicamente hablando ya que tienen un tamaño ideal para mostrar sus cualidades y tener un equilibro en lo que es el tamaño del glande y el tronco. Además los que son muy grandes, a veces son feos. (De todas formas es gusto personal y lo importante en todo caso no es como sea el pene, sino el tipo de persona. Él tamaño y la forma yo lo tomaría solo como un bonus extra).
-“Creo que el mío mide 15cm”.- le dije
-“Ahh… eso está muy bien para tener 13 años”.- me felicitó Argel.
-“El mío mide 13cm”.- dijo Vicente.
-“Súper bien enano, creo que a tu edad me media lo mismo”.- Un brillo de esperanza se dibujó en la cara de Vicente. Supongo que pensaba que la tendría igual que su hermano cuando grande.
Seguíamos hablando pero Argel no tenía ni el más mínimo deseo de guardar su titánica erección.
-“Bueno, creo que hay que ir a dormir”.- dije un poco incómodo por la situación.
-“Si, tengo sueño”.- dijo Vicente, mientras bostezaba.
-“Pero si aún es temprano y mañana es sábado”.- Argel hablaba con su verga en la mano.-“¿Me puedo quedar con ustedes? Podríamos ver alguna película de terror.
Vicente palideció. Las películas de terror no eran muy de su agrado. En mi caso me daba lo mismo, pues no me daban miedo ya que sabía que no eran reales y me divertía viendo los maquillajes y algunos detalles. Aun así, Vicente aceptó y yo no tenía voto ya que la habitación no era mía.
Cuidadosamente Argel ocultó el mazo de carne que apuntaba al techo y salió del lugar. Con Vicho nos sentamos a esperar su regreso, mientras comenzábamos a desnudarnos para ponernos el pijama. Estábamos en eso cuando Argel apareció.
-“Tengo el Aro”.- había escuchado de ella y decían que era buena.
-“Ahh genial, ponla tu que nosotros nos pondremos pijama”
-“Ok”.-dijo. Mientras que con un ojo ponía el DVD y con el otro me observaba atentamente.
Me dio un poco de vergüenza que me viera desnudo (aunque fuera por unos segundos). Pero fingí que no lo veía. Nos acostamos con Vicente, Argel puso play al DVD y se desnudó quedando solo con su bóxer y entro a la cama. Vicho quedó en la orilla izquierda, que daba a la pared, yo quedé en el medio y Argel en la otra orilla.
Cuando la película iba por los 20 minutos, Vicente estaba muerto de miedo. Era muy gracioso porque tenía la sabana a la altura de sus ojos, los cuales le brillaban de temor. Se veía sumamente tierno. Yo estaba muy entretenido mirándola, si bien no era tan terrorífica, me llamó igual la atención. Al final, Vicho quedó con casi un ataque de pánico cuando la mujer salió del televisor.
-“Ohh…”.- dijo Vicente mientras se escondía bajo las sabanas.
La película terminó y Vicente se durmió abrazadito a mí. Argel se levantó a apagar el televisor, dándome una espectacular visión de su hermoso culo, y al volver me entrego una imagen en 3D de su pene que todavía estaba duro. Me giré para no tener que ver ese apetecible bulto y abracé a Vicente que respiraba agitadamente. Estábamos cara a cara, mientras le daba la espalda a Argel. Pasaron unos cinco minutos y Vicente ya estaba en el país de los sueños, yo aún estaba en proceso pero Argel estaba todavía con los pies aferrados a la realidad.
Lo digo porque comencé a sentir que se acercaba a mí, y no solo eso porque sentía algo que poco a poco se iba presionando entre la delgada tela que cubría mis nalgas. A menos que fuera una linterna, estaba 100% seguro de que era su verga. El calor que desprendía era como estar sentado sobre una estufa. La dureza y la longitud hacia que mi ano se estremeciera. Mi pene comenzó a inflarse a medida que la presión en mis turgentes nalgas aumentaba. Se empezó a formar una carpa en mi parte delantera que presionaba las rodillas de Vicente, mientras él dormía tan pasivamente como el Angelito que era. El pene de Argel comenzaba a incomodarme, pero no precisamente por desagrado, sino por vergüenza. Seguramente él pensaba que dormía (o quizás no) pero de pronto sentí su mano en mis caderas. Un escalofrío taladró mi columna.
La mano traviesa descendió hasta el elástico de mi pantalón. El dedo índice se hundió acariciando mi nalga. En ese momento me giré, pues no estaba listo para que alguien hurgara ese lugar. Sus ojos se abrieron pero no de sorpresa. Su mirada penetró en mí e hizo que me estremeciera, además su color de ojos era tan hermoso que era imposible no quedarse mirándolos.
-“Pensé que no te girarías nunca”.- dijo con su tono de voz tan sexy.
-“No soy de los que se entregan a cualquiera”.- que rudo soy.
-“Esperaba que no fueras así”.- ¡Santos Elfos domésticos! Eso sonó eróticamente tierno.
-“Entonces ¿Qué pretendías hacer?- estaba un poco intrigado.
-“Quería saber qué tipo de chico eres. No permitiría que alguien que se mete con cualquiera estuviera con mi hermanito”.- esas palabras entraron en mí y jugaron futbol con mis órganos.
De todo lo que pensé, eso jamás se me ocurrió. Pero la sorpresa evité demostrársela, no quería que pareciera que me intimidaba.
-“No entiendo tu punto y menos tu comportamiento”- era cierto. Estaba todo muy confuso.
-“No sé si pensaron que soy un retrasado mental o que cuando nací me caí de cabeza. Porque ayer me di cuenta perfectamente de lo que hacían y no era precisamente abdominales”.- dijo perspicazmente, haciendo énfasis en [Abdominales].
-“Y no te molesta que hiciéramos… eso”
-“Para nada, me considero bisexual y seria hipócrita de mi parte rechazar a mi hermano. Pero no quiero que lo usen. Seamos sinceros, hay chicos que solo buscan sexo y no les interesa para nada la otra persona, solo desean pasarla bien. Y conozco a mi hermano, él es sensible y algo como eso lo afectaría. Por eso hoy pasé la tarde con ustedes. Quería conocerte y ver qué tipo de chico eres.
Me sentía muy intimidado y luchaba por que no se me notara. Estaba confundido y mi mente giraba en un torbellino de pensamientos. ¿Qué tipo de chico era? Solo había una forma de saber y era preguntándole.
-“¿Pasé la prueba?”- no estaba seguro de querer escuchar la respuesta. No estoy seguro de haberme comportado como una persona decente. Aunque ¿Quién podría con ese macho mostrando sus atributos?
-“Al principio no estaba seguro. Es difícil leerte, porque eres muy versátil. Eres gracioso, pero a veces muy serio. También eres tierno pero cuando pasan el límite eres de cuidado. (No sé si eso era bueno o malo. Pensé) Llegué a la conclusión de que eres muy empático. Porque hablé con Vicente sobre lo que hicieron anoche y con mucha Vergüenza, me contó que todo fue genial y que tuviste cuidado.
-“Eso es algo incómodo”.- dije
-“Si, lo es. Pero tenía que saber. Y en fin, creo que eres una buena persona y que te mereces a mi hermano, de la misma forma que él te merece.”
-“Ok. Gracias. Pero ¿Qué fue todo eso de pasearte mostrando tu… pene”.- Mi cara cambió de color rápidamente.
-“Era necesario. A pesar de que se notaba que te gustaba lo que veías…”- Mi cara ardía como el infierno.- “… Pero evitabas o luchabas por desviar la mirada. Creo que había un esfuerzo de tu parte. Y eso es sumamente valorable porque mírame. Soy un bombón”
Tan humilde como siempre.
-“¿y qué dices entonces?”
-“Digo que tienes mi bendición para seguir con eso. Espero que lo cuides y deseo que él te cuide porque yo podría robarte en cualquier momento.”
-“¿Qué?”- eso fue una sorpresa.
-“Digamos que la erección que tengo, no es para nada forzada”.- El rojo de mis mejillas y el ardor, delataba lo que estaba sintiendo. Y él lo sabía porque sus ojos y sus labios me lo decían.
-“No sé, que decir”.- y era verdad. Había quedado sin palabras.
Se acercó y sin pedir permiso me robó un beso. Intenté rechazarlo pero tenía un sabor delicioso. Era fresco y libre. Pero puse todo el [Fua] y me aparté de él.
-“Esto no está bien”.- dije arrepentido por haber participado en ese beso.
-“No tiene nada de malo, siempre y cuando estemos todo de acuerdo”.- de pronto, sorprendiéndome aún más, Argel le habló a Vicente.
-“¿Vicente? Estás de acuerdo ¿verdad?
-“S-si”.- dijo Vicho con pereza.
-“Emm… ¿Qué fue eso?- No sabía que hacer o que pensar.
-“Ya lo habíamos hablado con Vicente y está de acuerdo en compartirte”. Me sentí un objeto.-“pero calma, no lo pienses como algo malo. El sexo es rico y lindo. No te obligo a nada y estoy seguro que la pasaremos muy bien porque me ocuparé de tener cuidado siempre contigo”.
-“¿Será como un sexo casual, pero contigo?”- es típico en discotecas y no es nada de otro mundo.
-“Si, va a ser como una amistad pero con ventajas. Seré sincero. Me gustas, eres lindo, simpático y pues siento que te quiero como otro hermano. Así que confía en mí, así como yo confío en ti”.
Me gustó verlo de esa manera. Solo sexo, sin compromiso, entre personas que se quieren y tienen confianza. ¿Qué puede ser mejor? El sexo se disfruta con quien tienes plena confianza. Así no hay tabúes ni vergüenza. Además, ellos eran como una segunda familia y estaba seguro que ninguno sería capaz de dañarme.
-“Claro”.- dijo Vicente.- “¿Te gustaría? Piensa, tendrás dos chicos guapos para ti solito”
Igual de humilde que su hermano.
-“Vicente, ¿Ya habías hablado de esto con tu hermano?”.- porque no se veía muy sorprendido.
-“Emm, si. Él me lo propuso y sonó genial”
-“¿Y qué piensas Killy?”- Argel estaba ansioso por mi respuesta.
Opté por lo obvio y acepté. Proposiciones como esas no tienes en la vida muy seguida. Ambos me abrazaron muy felices y yo sentía como un panal de abejas asesinas con dardos en vez de aguijones, en mi estómago. No sabía si era miedo, alegría, calentura o ganas de ir al baño. Lo que sí sé, es que ese abrazo doble, me hiso sentir muy querido. Fue muy cálido y acogedor. No había nada malo detrás de esa muestra de cariño, sino que solo cariño y amistad.
-“No te vas a arrepentir”.- dijo Argel dándome un beso en cada mejilla.
-“Espero que no, porque de lo contrario me aseguraré de que no puedan volver a tener hijos. Me encargaré de eso de manera lenta y extremadamente dolorosa.”
Los ojos de ambos salieron y cayeron al piso. Ok no, no fue así. Pero se abrieron de manera tétrica.
-“Es un chiste”- dije. Y se rieron nerviosamente.
-“Bueno, ya es hora de dormir”- Dijo Argel acomodando las sabanas.
-“Buenas noches”- dijo Vicente.
Me quedé dormido. Era muy tarde, quizás las 3 de la mañana. Sentí otra vez las manos de Argel intentado bajar mi pijama. Me giré.
-“Empecemos la diversión ahora”.- dijo con esa voz de locutor de radio porno (sí es que las hay).
-“Emm no estoy listo para eso”.-
-“¿Es tu primera vez?”-Argel sonaba extrañado. Imagino que pensaba que yo tenía más vida sexual de la que demostraba.
-“No precisamente, pero es la primera después de que un profesor abusó de mí cuando tenía 10 años”. Por la oscuridad no vi su cara. Pero el sonido que hizo con la garganta me dio a conocer que eso le tomó por sorpresa.
-“¿Cómo?”- rayos. Iba a tener que contar toda la historia otra vez.
-“Mañana te explico. Pero si quieres puedo compensarte con otra cosa”
Antes de que dijera algo, bajé hasta su bulto erecto. Posé mi mano sobre la erección y me percaté de que estaba húmedo el bóxer en la parte del glande. Quemaba como mil infiernos esa fabulosa verga.
-“Killian no”.- jadeó Argel cuando apreté su pene, que aún estaba bajo su bóxer. ”no quiero que hagas eso”
-“Yo si”
-“Pero…”
-“Pero nada. No sientas pena por mí. Yo ahora sé lo que hago. Solo déjame continuar y después hablaremos”.
Sentí su mano en mi nuca. Su mano era enorme y cálida. Supe que me dejaría continuar, pero solo por no contradecirme, pues no lo sentía muy cómodo. No sé porque, pero una lagrima escapó de mis parpados, cayendo sobre la tela del bóxer. Aunque internamente me sentía bien y tranquilo.
El gesto de Argel me había conmovido y me decidí darle la mejor mamada. Iba a ser la primera verga de un hombre (en toda regla, porque Vicente aun es un niño) que tendría en mi poder después de Abraham y me sentía nervioso, pero concentrándome en hacerle disfrutar, seguí adelante.
Tomé los elásticos del bóxer y los baje hasta los muslos. El aroma excitante que desprendían sus partes íntimas me encantaba. Un olor a macho, pero no a suciedad, sino a esencia masculina. Me hundí en su pubis absorbiendo ese aroma y un gemido de sorpresa escapó de la boca de Argel. La pequeña mata de pelo sexy, acariciaba mi boca y nariz. Su baboso pene estaba acostado sobre mi mejilla. Sentía su calor y cuando me movía, su glande me tocaba dejándome un rastro de su líquido pre-seminal.
No aguantaba más la tentación, pero quería volver loco a Argel. Quería que me lo pidiera. Subí hasta su duro vientre y comencé a jugar con su obligo, bajando lentamente por ese fino camino de vellos. Argel gemía expulsando ruidos tan masculinos que me hacían transpirar salvajemente. Su estómago subía y bajaba rápidamente. Me recosté sobre ese lugar para sentir su respiración y el masaje de sus músculos sobre mi cara. Su calor me embriagaba.
Regresé a su verga y succioné su base. Justo en el lugar en que el pene se une con el pubis. En el mismo lugar donde comienzan a crecer esos sexys vellos púbicos. Un suspiro me dijo que esa zona le estaba dando mucho placer.
-“Por favor… Hazlo”- bingo. Logré mi cometido y con un bonus porque me lo pidió por favor.
-“Tus deseos son mis órdenes”.
Tomé su verga firmemente de la base. Un ronco gemido emitió. Abrí mi boca y deje entrar al invitado, saboreando cada centímetro de su jugoso glande. El líquido le daba un sabor extra, muy rico. En ese momento subió su mano y se la llevó a la boca, reprimiendo quizás gemidos fuertes para no despertar a Vicente. Sonreí internamente con eso.
Me introduje gran parte de su pene y paré cuando faltaba solo unos cuantos cm. Aun no me acostumbraba a su tamaño y grosor, pero eran los perfectos y con práctica lo dominaría. Mi lengua jugaba con su tronco, su glande estaba casi en mi garganta y mi nariz era acariciada por algunos vellos de su pelvis. En esa posición sentía algo muy gracioso. Cada vez que tocaba un punto especial, su pene se sacudía con mucha fuerza dentro de mi boca.
El jugo de su polla emanaba y caía directo en mi lengua. Lo succionaba como si fuera a sacar oro desde ahí. Su glande era perfecto para mi boca y era un placer para mí poder chuparlo y jugar con él. Puse mis dientes en su frenillo y suavemente lo acaricié, arrancándole a argel un estremecimiento.
-“Ohh… eso se sintió genial”.
Repetí lo mismo, causando el mismo efecto. Luego lo hice con su glande, arrancándole un estremecimiento mayor. Mi mano izquierda bajo a sus testículos para masajearlos. Unos pocos vellos acariciaron mi palma mientras tomaba sus bolas. Cabían justo en mi palma. Tenía partes muy suaves a pesar de la fina capa de pelos, era muy sexy al tacto. Mi mano derecha comenzó a masturbar su gordo musculo palpitante y emanante de calor [y suave]. Cada vez que mi mano subía, unas gotas saladas caían a mi lengua, y yo me las tragaba sin dudar.
Casi me rompo la mandíbula y por poco se me acalambran las mejillas, porque comencé a succionar tan fuerte y rápido para lograr que tuvieran un buen orgasmo. Hizo el baile de prostituta epiléptica y supe que la corrida venia en camino. Me preparé mentalmente para recibir el tsunami de esperma, pues aún tenía un dilema con qué hacer con él. Un [Argh] salió de su boca y al instante su pene comenzó a disparar semen en mi boca. Tragué. Su sabor era suave y fácil de manejar, por lo que succione más y más, exprimiendo todo su contenido. Sentí algo así como una cucharada llena de semen en mi boca [Una cuchara pero de esas para la sopa]. Tragué una cantidad más que aceptable.
Cuando su pene dejo de disparar, su mano viajó a mi cuello y me levanto hasta la altura de su cara. Un beso desesperado que buscaba reclamarme como suyo y que me hizo compartir parte del contenido de mi boca con la suya. A medida que me besaba sus manos me abrazaban alteradamente como no dejándome ir.
-“Gracias… (beso) por… (beso)… hacer esto… (beso jugoso).- Argel estaba agradecido.
Bajé por última vez y sentí su verga ya semi erecta. Extraje las últimas gotas y la guardé. Luego subí y Argel me tomo entre sus brazos, atrayéndome a él y pegando su duro y acogedor pecho, a mi espalda. Dormí plácidamente sintiendo su pelvis en mi trasero y su húmedo aliento en mi oreja.
Espero que les haya gustado. Esta vez agregué un poco más de historia. Por favor comenten!! Quiero saber que opinan.
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