El aniversario más lujuriosos que hemos celebrado.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ELLECTOR.
Era 19 de septiembre y Eduardo y Yo estábamos cumpliendo un año de estar juntos, por eso le prepare una rica sorpresa una que él no se esperaba.
Eran las 7 de la mañana cuando me levante era un viernes así que Eduardo debía ir a trabajar, cuando desperté el aún estaba dormido a mi lado, me senté en la cama y observe todo su cuerpo desnudo (ya que solemos dormir desnudos) si cabello rizado y un poco largo, su barba de unos días y esas piernas velludas que me matan.
Observe que tenía una erección matutina lo cual me encanto, muy despacio para no despertarlo baje a su pene y lo olí, olía a limpio pero no dejaba de oler igual a pene y me encanto, me lo metí en la boca y él se despertó de una vez.
E: ¿Qué haces? Me asustaste (con cara de asombro)
R: Feliz Aniversario. Dije y seguí chupando su rico pene
El solo sonrió y se recostó, luego de eso nos besamos nos acariciamos, el acabo en mi pecho y yo en el de él, pero no pudimos hacer mas ya que él iba al trabajo. Pero quedamos en que en la noche teníamos que terminar lo que empezamos.
Yo estaba de vacaciones de mi trabajo, por lo que salí en la tarde a comprar algunas cosas para la cena, a él le encanta el sushi por lo que decidí salir a comprar cosas con que acompañar el sushi que compraría más tarde.
Compre vino, y unos postres llamados mil hojas que a los dos nos encantan, para el postre.
Regrese a la casa a eso de las 4 y arregle el cuarto, puse un poco de música limpie todo y me puse el elemento sorpresa.
Eduardo siempre había tenido la fantasía de tener sexo mientras yo usara un disfraz, por lo que me compre un disfraz de recluso o preso, era un short cortito y una franelilla un poco rota, como soy acuerpado, me quedaba pegada la franelilla y el short, también traía unos suspensorios con rayas blancas y negras para que todo combinara.
A eso de las 8 me escribe que ya salió del trabajo y que ya va a la casa, salí a cerca de la casa a un local donde venden sushi y compre un poco, llegue a la casa y prepare todo.
Cuando llegó me dio su regalo, un reloj muy bonito que me encanto y unos suspensorios que a él le encantan como se me ven.
Comimos el sushi y el postre y yo lo besaba en ocasiones los dos sentados en el suelo comiendo, bebiendo y charlando.
A eso de las 9:30 le dije
R: Espérame aquí que te daré tu regalo.
E: Vale yo espero- con cara de ansias.
Al llegar al cuarto me cambié (tenia puesto un mono y un suéter para que no se notara el disfraz) me quite eso y quede con el traje, saque unas esposas que tenía guardadas para una ocasión especial y ate mis manos como pude a la cabecera de la cama que era de metal.
R: Eduardo ven al cuarto- grité
Llego inmediatamente y pudo observarme en la cama atado y vestido de prisionero, mi cara miraba hacia la pared está en posición de perrito y con las manos esposadas a la cama.
Cuando el llego pude ver por el espejo su cara de asombro y excitación.
R: Quiero que tengamos sexo fuerte esta noche. Le dije
E: Como tú digas mi recluso. Dijo con su sonrisita de oreja a oreja.
Llego hasta donde estaba y me empezó a acariciar mis nalgas por encima del shrot y a besar mi espalda, rompió la franelilla bruscamente y me beso la espalda completamente, bajo hacia mis nalgas y rompió también el short y quede en puro suspensorio, cuando me vio las nalgas al descubierto se volvió loco.
Agarro mis nalgas con sus manos y las apretaba, yo solo gozaba todo lo que él me hacía, beso mis nalgas y le daba mordiscos ricos, un poco fuertes pero ricos, me encantaba ver su excitación, se centró en mi ano y empezó a besarlo y a pasar su lengua por todo mi culo lo besaba, lo chupaba y me penetraba con su lengua, yo solo gemía de placer, el aún no se desnudaba así que lo hizo rápidamente se quitó toda la ropa que traía y quedo completamente desnudo.
Se puso detrás de mí y comenzó a rozar su pene por toda la raja de mi culito, yo gemía.
R: Quiero que me cojas como siempre has querido, que me andes duro, sin compasión.
Él se sorprendía con cada palabra que decía pues siempre eh sido muy romántico, pero también eso le prendía mucho.
Puso su pene en la entrada de mi ano y de un solo empujón lo metió todo, ya llevábamos 3 años juntos mi culo estaba más que acostumbrado a su falo de 19 centímetros bien ricos, además de estar lubricado con su saliva. No sentí nada de dolor solo como se llenaba mi agujero con su falo, empezó a penetrarme fuerte me agarraba de la cadera y jalaba mi cabello, sus embestidas eran bestiales la sacaba toda y luego de un empujón la volvía a meter sin piedad.
Así estuvimos por un rato luego me quito las esposas y me bajo hasta su pene e hizo que se la mamara, traladaba mi boca con su pene, me hacía tragar entero todos y cada uno de sus centímetros y eso me encanto, en algunas ocasiones tuve arqueadas pero el no paro.
Me levanto (pues me tenía de rodillas) y puso mis piernas en sus hombro y de nuevo me penetro con rudeza, yo estaba en la gloria nunca había experimentado algo como eso.
Me alzo y me pego contra la pared, así alzado puso mis piernas en sus hombros y me penetro de pie mientras me besaba y me mordía los labios.
Fue una noche muy lujuriosa, en esa posición acabo dentro de mí y yo acabe en mi pecho, el lamió tomo mi semen y yo lamí su pene y lo deje limpio.
Nos recostamos y me abrazo, me pidió perdón por si me había maltratado, pues dijo no se podía controlar, solo lo bese y le dije que era el mejor sexo de mi vida.
Lo acaricie y lo bese, eran las 11 de la noche y vi como su pene estaba recobrando vida de nuevo lo mire y me miro con cara de malvado, agarro las esposas y me dijo
E: Mañana no trabajo…
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