El Ascensor: Anécdotas De Adolescentes Claustrofóbicos – Matt
Matt queda encerrado en un ascensor y el bombero que llega a rescatarlo, lo rescata de la manera más violenta posible..
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Jordan: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/el-ascensor-anecdota-de-un-adolescente-claustrofobico/
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MATT
Mi nombre es Matt y quiero contarles mi historia.
Hace 5 años, cuando yo recién había cumplido 10 años, viví la experiencia más traumática de mi vida, pero después de eso, se convirtió en la más hermosa.
Vivía en un edificio un poco viejo, en mi país los policías no eran bien pagados, mi papá es policía, le encanta ser policía, nunca le importó que en ese tiempo sea una de las profesiones peor pagadas.
Como les conté antes, el edificio en el que vivía en aquel año era viejo y tenía un ascensor igual de viejo, yo prefería las escaleras, porque me quedé atrapado varias veces en el ascensor, lo cual me provocó claustrofobia.
Un día viernes, en la escuela, me quedé conversando con mis profesores de educación física y matemáticas, en ese momento no sabía la razón del por qué siempre eran tan atentos conmigo y buscaban ser cercanos a mí, a mí me daba gusto que ambos hombres altos, el uno negro y musculoso, el otro delgado blanco y sumamente atractivo quisieran pasar tiempo conmigo, yo siempre les sonreía, en especial cuando me decían que era un niño muy bonito, conversando con ellos o mejor dicho mientras ellos me decían lo bonito que era y acariciaban la cara y me sentaban en sus piernas, se me hizo tarde para ver mi programa favorito, power ranger, me encanta verlos, en especial al power ranger rojo, además siempre me gustó el disfraz de superhéroe.
Por no perderme mi programa favorito, no me importó y subí al ascensor, estaba solo, pero no me importaba, tenía que ver los power ranger, lo que nunca esperé es que el maldito ascensor se quedara atascado a mitad de camino mientras iba a mi piso, cuando el ascensor se quedó parado empecé a gritar y a desesperarme, después recordé que tenía que apretar el botón rojo.
No sé cuánto tiempo pasó, solo sé que yo estaba en una esquina llorando y al mismo tiempo medio dormido cuando escuché un ruido en la parte de arriba y grité más fuerte, pensé que iba a morirme porque el ascensor se haría pedazos.
Al poco tiempo de un salto frente a mí apareció un hombre tan negro como la oscuridad, quizás él mismo era la oscuridad, grité mucho cuando se puso frente a mí, pero después vi que tenía un traje rojo, como mi power ranger, eso me calmó un poco y logré entender lo que me decía, cuando lo veía mover la boca mientras yo gritaba.
- Soy bombero, vengo a rescatarte, mi nombre es Juan
- Estás de rojo, como mi power ranger favorito.
- Sí, yo también soy un héroe, soy un bombero.
- Tengo miedo.
- No tengas miedo, ¿tus padres dónde están?
- Trabajando, llegan muy de noche
- Perfecto chino -agarró su comunicador y habló con los otros que estaban afuera-. Tengo un caso de PP[1], BF[2], PV[3], entre 7 y 9 años, que los chicos se alisten creo que podrán hacerlo de a tres.
- Tengo 10 años, los cumplí el lunes.
- Mira chino, la cosa es esta, cuando nuestro grupo encuentra niños como tú, los ayudamos a que se calmen y pierdan el miedo a estar encerrados.
- Solo quiero salir
- No me importa lo que putas quieras, hoy pierdes el miedo a estar encerrado y le agarras el gusto a que te truenen el ojete.
Después de eso ese negro enorme me agarró del cabello me dio un par de bofetadas y me dijo que colabore o me iba a ir peor, que prefería no tener que molerme a golpes.
Yo tuve terror, terror que me matara, así que con los ojos llorosos solo asentí. Se bajó el pantalón y el bóxer hasta media rodilla, salió una verga incluso más negra que su piel, grande, gruesa, con una cabezota morada que sobresalía de su ya muy grande pene.
- Abre esa boca puto pálido y mámame la verga, hoy te haré conocer tu verdadero propósito en el mundo.
Yo no abrí la boca, no porque no quisiera obedecerlo, estaba aterrado, era la primera vez que veía otro pene como el mío, bueno, no como el mío, el mío es de cabecita rosada, pequeño, delgadito y bien blanquito, esa cosa era enorme, gruesa y muy negra.
Al no abrir la boca me dio otra bofetada, pero mucho más fuerte que las anteriores.
- Te dije que si no obedecías tendría que molerte a golpes.
Se acercó más a mí, me agarró de los cabellos y me gritó desde arriba, donde ahora estoy consciente que él pertenece, porque machos así no tienen que ponerse a la altura de putitos como yo.
Abrí mi boca y me mandó su enorme y gruesa verga hasta la garganta, empecé a sentir náuseas, sentí que me faltaba el aire, pero él no dejaba de forzar más y más, metiendo y sacando su verga, sentía que mi pequeña garganta iba a estallar, me empezó a arder y doler, solo podía llorar, llorar sin parar.
- Así me gusta zorra, llora, llora con la verga de tu macho en el fondo de tu garganta, hoy te vamos a abrir esa garganta y ese culito, te juro que nunca más tendrás problemas en tragarte una verga.
Él siguió y siguió forzando, hasta que logró su cometido y me abrió la garganta, sentí que toda mi garganta se llenaba de su gruesa y larga verga negra y al mismo tiempo me vine en vómito, no pude detenerlo, por más que no quería vomitar, mucho tiempo estuve haciendo arcadas, pero él no dejaba de forzar y ahora con todo ese trabuco negro hasta el fondo, fue inevitable, vomité en su verga. Me aparté lo más rápido que pude y seguía vomitando, no me podía controlar, nada podía evitar que vomite todo lo que había comido en el receso.
- No te preocupes, es normal cuando le abren la garganta a las perritas como tú. Cada uno de los putitos que nos hemos comido han pasado por eso.
Sin decir nada empezó limpiar su verga con algún trapo sucio y un poco de agua que sacó de algún lugar de su chaleco o de su pantalón.
- Enjuágate la boca y no te preocupes por ese desmadre, ya una vez bien abierta la garganta, podrás comerte mi verga sin problemas.
Agarré la poma que me ofreció me enjuagué la boca y también bebí agua, porque mi garganta la sentí lastimada.
Cuando terminé de beber de la botella, sus ojos estaban iluminados, irradiaban pura felicidad, no entendí el por qué estaba tan feliz.
- Ya te bebiste el agua santa, ahora sí vas a buscar mi verga tu solito catire, con todo lo que bebiste, tienes para estar caliente un buen par de horas, no vamos a dar un buen festín.
No entendí lo que dijo, pero al poco tiempo mi cuerpo se puso caliente, me dio mucha calor y toda la ropa em estorbaba, me saqué toda la ropa y aun así me sentía caliente.
El hombre negro solo me vio y se lamió los labios, me dijo que me quedara quieto que me iba a ayudar con el calor, me dio la vuelta y comenzó a meter su lengua en mi culito, solo pude gemir, se sentía tan bien que él meta su lengua que empecé a gemir como una verdadera puta, en ese momento no sabía que él estaba sacando a mi verdadero yo antes de tiempo.
Me gustó tanto lo que hizo que empecé a mover mi culito más y más, deseando que esa lengua llegue más al fondo y al mismo tiempo deseando que sea más grande o que sean más, no podía controlar lo que sentía y al mismo tiempo no podía decir lo que quería, solo podía gemir y gemir, esperando que entendiera mis gemidos y lo resuelva.
- Eres toda una sucia perra blanca, desde que te vi me di cuenta que eras una posible puta, pero resultaste ser la reina de las putas.
Yo no entendí, solo quería su lengua más al fondo, de un momento a otro dejó de comer mi culito y sentí algo frío que metía con su dedo.
- Esto te va doler como la muerte, pero no me gusta abrir los culitos con los dedos, me gusta sentir que los abro con mi vergota, grita todo lo que quieras catire, porque eso es lo que más me excita.
Después que revolvió todo su dedo dentro de mi culito y el ardor que esto me causó, segundos después sentí el dolor más horrible que he sentido en mi vida, él estaba forzando la gorda cabeza de su polla en mi pequeño y virgen agujerito.
Por reflejo apreté mi culito evitando que esa cosa grande entre, eso hizo que él me diera varios azotes consecutivos en mi culito gritándome que deje de apretar o me lo metería más fuerte.
Yo no pude, de verdad no pude aflojar mi culito, estaba muy aterrado, pero él, lo único que hizo fue poner más fuerza en su empuje, agarrarme de cada lado de mi cadera y empujar con toda su fuerza.
Mi grito tuvo que escucharse en todo el edificio, no solo en el piso en el que estábamos estancados, fue un dolor horrible, casi pierdo el conocimiento, además que gritaba que lo quite, que lo saque, que me ardía, que me dolía, mis lágrimas mojaron todo mi rostro y después de gritar con todas mis fuerzas por unos segundos, me quedé sin voz, me lastimé la garganta por gritar con todas mis fuerzas.
Así medio desvanecido como estaba, lo escuché reír y dar gracias por encontrar a un chino tan lindo, virgen y con el culito más estrecho que ha encontrado en su vida.
Después de agradecer a quien sabe quién, empezó a embestirme, yo estaba medio desmayado, con todo mi peso en el piso, incapaz de mover un solo músculo de mi cuerpo, además que todo lo sentí como una niebla, pero lo sentí, cada puto centímetro atravesando todo mi esfínter, invadiendo todo mi ser y rompiendo todo a su paso.
El dolor fue demasiado grande y por demasiado tiempo, no quería saber de nada más, simplemente mi mente voló y no sentí nada más.
Creí que había muerto y estaba en el cielo, porque, aunque sentía dolor en mi culo, además de mucho ardor, había algo que me estaba haciendo jadear incluso antes de abrir los ojos.
- Mi putita va despertando y ya le agarró el gusto, estuviste como muerto unos 20 minutos, pero no te preocupes tu macho no dejó de follarte, la sangre, la saliva y el lubricante han sido de gran ayuda para abrirte bien ese culito.
No entendí que pasaba, pero sentir su vergota dentro, me hizo feliz, me hizo muy feliz y quería más, más de eso, era como si por fin había encontrado eso que hace minutos atrás no sabía lo que era, pero era eso, su verga dentro de mi culito, eso era lo que quería.
- Más, quiero más, dame más.
- No te desesperes mi puta, que todavía estás recién desvirgadita, cuando quieras puede ir a buscarme, te prometo que todos estarán felices de darte toda la verga que quieras, por ahora debes conformarte conmigo y los que vinieron a tu recate, tus héroes.
Sus embestidas empezaron a ser más fuertes y eso es justamente lo que quería, que me rompa más el culo, que me folle más duro, todo mi cuerpo parecía que estuviera en la puta navidad con todos los fuegos artificiales y las luces navideñas.
Después de seguir embistiéndome, follándome, haciéndome suyo por otros quince minutos, gritó que se corría y me dejaría preñado el culo, segundos después sentí que su polla empezaba a latir y segundos después inundó todo mi interior calmando así con su inmensa corrida un poco del ardor que sentía en mi culo.
Cuando hubo terminado de correrse, giró mi cuerpo, acercó su cuerpo al mío y me dio un beso, mi primer beso, fue un beso salvaje, lleno de lengua y babas, un beso de macho, ese fue mi primer beso y fue tan memorable que solo acepto besos de machos, nada de besitos princesa, un buen morreo o los mando a la verga.
- He terminado con la putita, pero todavía tiene la droga en su sistema, me aguantó bien la verga, pero tiene el culo lleno de sangre, vengan con la emla para que se lo puedan follar, ya les dejo a una puta con el culo y la garganta bien abierta, además anda deseoso de más verga, en esta ocasión encontramos a un nene de los buenos, tendremos puta para rato.
Cuando dejó de hablar por su comunicador, empezó a vestirse, yo estaba adolorido, pero satisfecho y con ganas de más, me estaba sofocando de nuevo, como ahora sabía lo que debía buscar, me fui arrastrando en cuatro patas hasta donde estaba el bombero, alzando la mano, le agarré la verga.
- Suelte hijueputa, que ya no tengo ganas, pero no se preocupe chino, ya bajan otros 3 héroes para darle lo que quiere, antes descanse porque esos vienen como toros, no han follado como en 3 días, porque nuestras hembras no nos aguantan y las dejamos todas rotas como te dejé el culito y esos te vienen a dar por todos tus huecos sin descanso.
Pocos minutos después él subió y bajaron tres hombres, en tres distinto tonos de negro, ni siquiera saludaron, tocaron el piso y se desnudaron de la cintura para abajo, el que quedó desnudo solo dijo, gané pido culo y me la enterró hasta el fondo, de nuevo grité, lo cual no duró mucho tiempo porque otro me mandó a guardar su verga hasta la garganta, el tercero solo les dijo que no sean salvajes y que primero me pongan la crema en el culo, lo mandaron a callar y le dijeron que lo mejor de follarse a un recién usado era poder seguir perforando el culito y dejar su propia marca.
Las embestidas por ambos lados fueron llenas de fuerza, como si me odiaran, sin embargo, mi cuerpo vibraba de felicidad, no sabía la razón, pero estaba feliz de ser follado de esa manera, todo el calor que sentía mi cuerpo se sentía apagado, me sentía realmente bien.
Unos 15 o 20 minutos después, ambos hombres cambiaron, el que me daba por el culo se fue a mi boca y el de mi boca a mi culo.
La verga que el bombero puso delante de mí estaba roja, tenía sangre, él solo me dijo que no me preocupe y que chupe, que se la deje bien limpia, cuando abrí mi boca para decir que se la limpie me la mandó a guardar y empezó a follarme la boca, al mismo tiempo que el otro me mandó a guardar la de él en el culo, resulta que su verga es más gruesa que la de su amigo y me causó dolor, nuevamente mis lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas sin poder detenerlas, que me den lo que me gusta causa mucho dolor, así fue como entendí que mientras más te hacen disfrutar, hay más dolor, así que solo respiré y esperé que pasara hasta que empiece de nuevo el placer de tener una verga en el culo.
El placer no demoró demasiado tiempo en llegar y empecé a gemir mientras colaboraba más con el hombre que estaba follando mi boca.
- A la perra ya le empezó a gustar cómo te la follas, el putito solito se guarda mi verga en su garganta.
- A mí también me la chupa con el culo, como si nunca quisiera dejarla salir, creo que quiere vivir con mi verga en su culo.
Ambos rieron y siguieron follándome, el que estaba follándome la boca dijo que me iba a dar la lechita de sus huevos que con tanto esmero había sacado, segundos después dio unos gruñidos y me enfundó su verga hasta que mi cabeza tocó su pubis y se vino dentro de mí, yo me estaba ahogando, tragaba tanto como podía, pero igual su leche me salió por la nariz.
- Esa fue una corrida de puta madre, me dejaste los huevos secos catire, tres días sin follar era mucho tiempo, pero la aguantaste como campeón.
- La aguanta como una verdadera puta.
- Voy subiendo para que baje el otro y tú, ya ocupa su boca que el nene quiere seguir mamando, necesita más polla.
Y no mentía, realmente me sentí vacío sin tener una polla en mi boca. Cuando el otro hombre me puso a mamar, di un gemido de satisfacción, la verga de este hombre sabía mucho más rica.
Como un desesperado empecé a chupar y chupar, a diferencia de los otros él no me folló la boca, esperó pacientemente a que me diera gusto con su verga, sacándole todo el rico jugo que de ella salía.
- Me quiero correr en su boca, abre paso que voy a dejar que se coma a mis hijos.
Él realmente sacó su polla de mi boca y yo traté de seguir su verga, pero unas manos gruesas agarraron mi cabeza y me enfundaron otra polla hasta la garganta, al igual que la polla pasada, se fue hasta el fondo hasta que mi nariz tocó su pubis, el hombre que me había mandado su verga solo lanzó una maldición y se empezó a correr, al ser más gruesa pero un poco más pequeña, no me ahogué, pude comer toda su lechita ahuecando mi garganta, lastimosamente, esta leche tampoco pude saborearla bien, solo los restos que quedaron al limpiar su verga.
- Date vuelo con el chino mientras bajan los otros
- Que solo bajen dos y cuando uno ya esté libre que baje el otro.
- Lo que quieras. Yo ya me voy bien deslechado, al menos podré aguantar unos dos días antes de partirle la concha a mi mujer.
Cuando el compañero se fue, el que se quedó conmigo me dijo que me iba a poner una crema que me iba a ayudar a poder aguantar mejor y que como soy un buen putito, me iba a dar dos premios, el uno, la crema, para que me la ponga todas los días que me duela el culito, la otra sería otra primera vez, que me dolería mucho, pero que me iba a gustar tanto que siempre iba a estar buscando varias vergas.
Mientras sus otros compañeros bajaban, él me tenía en su regazo aplicándome abundante cremita por dentro y alrededor de mi anito, al mismo tiempo que mordía un poco mi cuello y lamía mi cuerpo hasta donde le daba su lengua y me apretaba mis tetillas como pellizcando suave, pero al mismo tiempo duro, me gustó mucho y gemía con todo lo que me hacía, también intercalaba con ricos besos, metiéndome su lengua hasta el fondo de mi garganta.
- Ya estamos listo para reventar al putito.
Cuando me giré vi a dos hombres, uno medio blanco y otro igual de negro que el primer bombero, pero esta vez no me asusté.
- Le vamos a hacer una doble, ya lo tengo bien anestesiado, así que negro a callarle la boca con tu tranca mientras nosotros le metemos las nuestras.
- A terminar de reventar ese culito, eso es lo que me gusta.
El hombre negro se bajó los pantalones y me dio su polla, él también me dejó disfrutar de ella, no sabía tan rica como la del otro, pero igual estaba rica, solo que diferente y no botaba tanto juguito como la del hombre que tenía su dedo metido en mi culito, aun así, la disfruté.
- Te voy a meter mi pija, así como estás, debes saber que cada macho te va a follar diferente, tú solo debes hacer lo que te pidan y aguantar o ese macho buscará otro putito y tú te quedarás sin verga. Cuando te meta la verga, debe empezar a saltar, quiero que me cabalgues puto.
Este hombre abrió mi culito con ambas manos y me clavó por completo en su polla, no me dolió mucho, sentí un leve ardor y dolor, pero me sentí muy bien, él empezó a mover mis caderas arriba y abajo, yo entendí lo que tenía que hacer y empecé a subir y bajar lo más rápido que podía mientras trataba de no descuidar la polla que tenía en la boca.
- Así es como debe ser una verdadera putita, siempre complaciendo a sus machos.
Mientras me follaba o mejor dicho yo lo follaba a él con mi culito, hizo una seña y me apretó a su pecho y me dijo que me quedara quieto, que ahora empezaba lo bueno, con lo que hizo no pude seguir chupándole la polla al otro señor y alcé mi mirada para que no se enfade, él me miró y me dijo que no me preocupe, que ya me daba su polla, solo que ahora me follaría boca.
Se bajó un poco, agarró mi cara y yo ya sabía lo que venía, así que abrí la boca y lo dejé entrar, al igual que los otros, empezó a ahogarme con su verga negra, pero no estaba asustado, ya lo había hecho dos veces y sabía que podía resistir.
El bombero que estaba follándome el culito le dijo al otro que me la meta fuerte y que me agarre bien para que no me suelte y que la deje enfundada hasta que él le diga que se puede mover.
Fue cuestión de que terminó de hablar para sentir el mismo dolor que sentí cuando el primer negro me metió su verga, solo que en esta ocasión no pude gritar porque el negro que me estaba follando la boca me metió todo su cipote hasta el fondo y me dejó pegado a su pelvis mientras el dolor recorría todo mi cuerpo y una vez más mi rostro se llenaba de lágrimas y el aire me empezaba a faltar.
Me sentí mareado y perdí el conocimiento o creo que lo perdí, porque cuando abrí los ojos todos tres seguían inmóviles, segundos después el negro que estaba follándome la boca lentamente regresó a su trabajo de follarme la boca y el bombero que estaba debajo de mí le dijo al que estaba encima que la saque suave y la vuelva a meter.
Sentí un poco de molestia, pero me volví a sentir lleno, todo mi interior estaba lleno, me sentí completo, como me sentí al inicio de todo esto. El bombero que estaba follándome lentamente se dio cuenta que no me quejaba y le dijo al que estaba inmóvil debajo de mí con su polla en mi culo, que ya aguantaba y que se iba a mover.
Sus embestidas fueron ganando ritmo y yo gemí descontroladamente, no se parecía en nada a lo que había sentido hasta ahora, el placer era mayor y el dolor al mismo tiempo era insoportable, pero por laguna extraña razón yo no quería que pararan y empecé a moverme arriba y abajo como me había dicho anteriormente el bombero que estaba debajo de mí.
- Eso es mi putito, siéntelas, goza estas pollas que son solo para ti cariño. ¿Te gusta, verdad putita? ¿Te gusta tener dos pollas en el culo? Te gusta tener nuestras pollas al mismo tiempo, se nota en toda tu cara de perra emputecida.
- Sí me gusta, me gusta, me duele mucho y quiero llorar, pero me gusta mucho, no quiero que se detengan.
- A callar zorra y seguí chupándome la pija.
El negro al que se le estaba chupando, o mejor dicho el negro que me estaba follando la boca, me mandó su verga, me siguió follando l aboca y con ello me mandó a callar.
El que me estaba follando por atrás anunció que ya se estaba por correr y segundos después se corrió dentro de mí, lo agradecí porque una vez más sentí que era bálsamo para mi interior, apenas se salió él, el que me estaba follando la boca se ubicó detrás de mí y también me mandó a guardar su polla, ocupando el lugar que dejó su amigo.
- El colorado es el único que falta, ya le digo que baje, para que el nene se la mame mientras ustedes le siguen follando el culito.
Justo así fue, él subió y bajó el último de los bomberos, un colorado casi rosado de casi 2 metros de altura y cara de asesino, llegó se bajó los pantalones, no usaba nada debajo de los pantalones de bombero y me mandó su verga a la garganta, puedo decir que fue el más bestia de todos, me follaba la boca como poseído mientras me ahorcaba, me escupía y me decía que él era el que tenía que entrar primero, pero le dio hueva, ahora estaba arrepentido porque en lugar de tener un culito virgen le tocaba uno todo guango.
El que me estaba follando por detrás le dijo al colorado que vaya a petarme el culo que me iba a bautizar. El colorado ocupó el puesto del negro y así una nueva polla invadía mi culo junto al bombero que me había estado follando mucho más tiempo que los otros.
El negro me indicó que me iba a dar la leche en la cara que cierre mi ojos y abra mi boca, segundo después algo caliente cubría mi cara y parte de algo cremoso y espeso entraba en mi boca, después sentí como con algo pesado limpiaban mi ojos y me lo metían a la boca, cuando lo tuve en la boca, lo supe, era la polla del negro untado con su espesa y rica leche, aunque su juguito inicial no tenía tan buen gusto, su leche por otro lado estaba riquísima, caliente y espesa.
- Esa sí fue una buena corrida, te vendré a buscar después putito, nadie me ha deslechado así de rico como tú.
Diciendo eso se acomodó su ropa y se fue, dejándome con mis dos últimos folladores.
- ¿Cómo puedes seguir follándotelo?
- Me puse la crema y disfruto de su culo, no les doy como repetidora.
- Pero maldición, yo ya estoy por correrme por todo lo que aprieta este rico culo.
- Acabemos juntos, llenemos al putito.
Los dos empezaron a acelerar su embestidas, el uno entraba el otro salía, fue una sensación increíble, sentía las dos pollas entrar y salir, la una entraba la otra salía, pero las cabezas jamás abandonaban mi agujero, toqué el cielo con ese final y di un grito al cielo, todo mi cuerpo tembló y me salió un poquito de orín, mientras caía como desmayado en el cuerpo del bombero que estaba debajo de mí.
- La zorrita ya se corrió y está todo ido del gusto.
- Pero no hemos terminado, maldito chino de mierda.
- Tú solo fóllalo, desmayado o no, su agujero sirve.
Ambos me follaron con bestialidad y abandono siguiendo cada uno su propio orgasmo, cuando me dejaron todo el interior lleno de leche, me hicieron a un lado.
El bombero que me puso la crema, me vistió, me puso la crema en mis pantalones y me felicitó por ser una buena puta, después de eso, me sacó del ascensor, mientras el colorado iba adelante.
El primero hombre negro que me folló me vio todo desmayado y dio un fuerte aplauso y un grito elogiando lo valiente que había sido, el bombero que me tenía en sus brazos me entregó al primer bombero, el cual después de preguntarme mi apartamento me llevó hacia él, sacó las llaves de mi mochila y me acomodó en mi cuarto, se llevó mis llaves porque dijo que vendrían a visitarme seguido, además que tenía que conocer a los otros bomberos de la estación.
Me dormí profundamente, al despertar me sentí diferente, vi el mundo de manera diferente y entendí muchas cosas que no entendía antes, lo primero que entendí son esas cosquillas en mi barriga cuando veo a hombres altos y que se ven poderosos, lo segundo tiene mucho que ver con lo primero, yo quería que esos hombres hicieran conmigo lo que hicieron mis increíbles bomberos.
Pasó una semana y yo me ponía la crema en el culito todos los días, hasta que dejé de sentir dolor, toda esa semana pasé conversando con mis profesores y usando los pantalones más cortos de educación física, los del año anterior, también empecé a sentarme directamente en sus bultos en lugar de sus piernas, ellos cada día empezaban a tocarme más y más, un día le dije a mi profesor de matemáticas que me acompañe al baño, que me daba miedo, él no me dijo simplemente me acompañó, entré al cubículo dejando la puerta abierta, me saqué mi pantalón y mis calzoncillos blancos junto a mis zapatos y mi camisa, procedí a ponerme el short de educación física,, sin calzoncillos, mi zapatos de lona y mi camiseta, que me quedaba pegaba al cuerpo, muy ajustada.
- Eres toda una puta Matt, estás bien sabroso pendejo.
- Gracias querido profesor, ahora vamos que tenemos que conversar como todos los días.
Vi a mi profesor agarrarse la verga y se veía bien grande, me dio una nalgada y me dijo sigue calienta pollas. Al llegar me senté directamente en el bulto de mi profesor de EF y empecé a menear mi culo, él sintió que no cargaba nada debajo y como incrédulo metió la mano en mi short palpando directamente mi culo.
- Más profe, un poco más abajo.
- No estés de calienta pollas o puede que no logres aguantar lo que te tengo guardado pinche puto.
- Él se fue a cambiar para poder hablar con nosotros.
- ¿Es así pendejo? ¿Andas en busca de una buena culeada?
- Yo solo quiero ser un niño feliz, mi papá no llegará hasta las diez y mi mamá llega a las ocho, podemos ir a mi casa.
- A ver si nos aguantas pendejo, porque te vamos a follar quieras o no.
Y no mintieron, ambos me follaron, debo decir que el profe de matemáticas la tiene muy gruesa, es la más gruesa de todas las pollas que me he comido.
Si desean saberlo, todos los bomberos me follan, ellos tienen un juego de llaves de mi casa, con el tiempo mi papá tuvo solo turnos de mañana a noche, domingos libres, por eso todos mis bomberos pueden visitarme todos los días, también suelen traer amigos policías, vigilantes y muchos otros más, incluso el jefe de mi papá me folla y los superiores del mismo, por eso mi papá tiene ese horario.
En cuanto a mis profesores, se unen ocasionalmente desde que cumplí los trece, antes de eso, me follaban de tres a cuatro días a la semana y también solían traer amigos, pero no me gustaba mucho, no tenían uniforme, solo me gustan los hombres uniformados y antes de que preguntes, déjame aclarar que mis profesores son la excepción.
Y así es mi vida, salgo de clases, llego a mi casa y follo con todos los que lleguen ese día, hasta las siete o siete y treinta de la noche.
Mi papá me dice que me ve medio raro, que está pensando seriamente en enviarme a un instituto militar, lo que él no sabe es que, si me manda a un lugar lleno de uniformados, no tendré tiempo ni de estudiar, porque tendré muchos machos en uniforme que conquistar.
Los relatos que haces del ascensor son increibles, cada vez que los leo me pongo a 100.
Cerré las mini historias con este relato, espero que sea un buen cierre de la Antologia
No sabes lo cachondo que me ha puesto el relato… me he corrido como nunca.
Ufff, ese es el objetivo amigo, yo también siempre ando en busca de relatos que me hagan correr.
historia 10 de 10. Espero con ganas la proxima historia de claustrofobia en el ascensor.
Cerré las historias con esta de aquí, ya hay los 3 tipos de historia que buscaba, con situaciones y finales diferentes
Me encanta como escribes
Gracias, diré que soy fan de los cumplidos jajajajaja