EL BARRENDERO
Un trabajador común le enseña cómo usar el culo y disfrutar de una verga descomunal.
Soy Esteban y tengo 25 años, tengo un trabajo estable y bien pagado, vivo solo en una casa que me dejaron mis padres, porque ellos se fueron a vivir al campo y me quede solo en la capital. Soy muy blanco, espigado de cabello ondulado, mi cuerpo es pura fibra porque hago gimnasio y, lo que destaca de mi son mis nalgas, soy caderoncito y con el culo paradito; no he tenido novias y me he mantenido virgen, no me llamaba la atención ni los chicos o las chicas, me dediqué a estudiar y estudiar; mi sexo es normal, no es muy grande ni pequeño.
Para ir a mi trabajo tengo que caminar tres cuadras y por mi zona hay muchos parques por lo que constantemente cambian a los barrenderos, en esta vez note desde la ventana de mi casa a uno que cuando terminaba su trabajo se sentaba en la esquina con sus carretilla y sus implementos, de repente a descansar o mirar al barrio; o las personas. Me imaginaba muchas cosas. Un día al pasar por su lado me fui percatando de sus características personales y note que era de un color de piel bien oscuro, alto y fornido, ese día estaba agachado no pude ver su rostro, pero sui sus manos que eran inmensas. Me fui al paradero de mi bus pensando en ese señor todo lo que habría pasado para llegar a esa situación y con ese trabajo, pudiendo hacer otras labores. Al finalizar mi trabajo al llegar a casa, prepare mi cena y, nuevamente apareció la imagen del barrendero y, ocupo mi mente y hasta mis sueños-
Al día siguiente desde mi ventana a la misma hora que el día anterior estaba allí , como siempre sentado y con sus bártulos; me dije le voy a ofrecer un desayuno llevándole unos sándwich y una botella con café. Lo prepare y lo puse en una bolsa con servilletas y todo lo necesario, Cuando llegue donde él estaba, me puse en su delante Yo: Buenos días amigo. Le puedo invitar un café y un aperitivo? Barrendero: Gracias señor si puede. Estiro sus manos para tomar la bolsa. Barrendero: Gracias. Lo deje y note que cuando me iba me miraba detenidamente mi caminar hacia el bus. Ahora si pude ver su rostro, realmente tenía unos matices muy fuertes, labios muy grandes, muy oscurito, lo único blanco eran sus dientes y los ojos cara redondeada; sus manos muy gruesas y cada dedo parecía un brazo, eran largos y, muy toscos y gruesos. En la noche lo volví a soñar, pero esta vez lo vi de pie y semidesnudo, sus músculos bien marcado, de aproximadamente 1.80 de alto, en donde yo le llegaba a sus hombros, y…oh yo también estaba semidesnudo. Me desperté asustado porque lo habría soñado a ese barrendero así, y además tenía mi pene erecto, si está caliente; me metí a la ducha y tuve que bañarme con agua muy fría; al enjabonarme me detenía a pasar el jabón por mis nalgas y detenerme en mi agujerito, se sentí rico poner el jabón ene se huequito.
A la mañana siguiente volví a llevarle su bolsa con su desayuno, a lo que el recibía muy efusivamente, me agradecía con mucha atención y, en algunas ocasiones mi piel se topo con la suya y la primera vez mi cuerpo sintió una electricidad y ligero temblor en mis músculos y sobretodo en mis nalgas; lo cual me asusto…. Pero también me gusto. Toda la semana se repitió, cuando llego el sábado, yo no trabajo y, siempre me pongo arreglar el jardín, estaba con short muy breve y un polo muy suelto que al pegarse a mi cuerpo se notaban mis pezones que son muy marcados, y en punta, llaman la atención. Estaba preparando mis herramientas cuando siento una voz. Barrendero: Le puedo ayudar señor? Yo: Hola como estas, pero no es necesario no es mucho. Barrendero: Usted es muy bueno conmigo y déjeme hacerlo. Yo: Bueno está bien. Allí estuvimos ocupados buen rato, cuando se termino, le ofrecí un refresco, para lo cual ingresamos a mi casa. Yo: Si gustas te puedes duchar, te voy a dar un toallon para que te seques; no te enojas si te ofrezco un pantalón, camisa y bóxer, tú tienes más o menos el cuerpo de mi padre y aquí tengo ropa que ya no usa. Barrendero: Muchas gracias, se lo agradezco. Yo: Ven te voy a llevar a la ducha y donde va estar la ropa, luego yo me ducho, mientras tú te cambias Barrendero: Esta bien-
Se baño mientras yo preparaba los refrescan, dejándole sobre mi cama la ropa y lo que le había ofrecido, termine de hacer las bebidas y lo veo salir del baño enropado de la toalla y si era bien oscurito y fuerte, mucho musculo, macizo como la gente de su raza. Yo: Sírvete, ahora voy a ducharme y al esta tu ropa. Entre en la ducha y se sentía un aroma especial, a un olor característico de su gente, eso me encendió, no sé porque, pero sentí que mis nalgas se habrían y mi agujerito sentía cosquillas. Demore en la ducha pasándome el jabón por mi culito se sentí rico, también imaginándome como será totalmente . Salí de la ducha también envuelto en mi toalla y cuando fui al cuarto, pensé que el ya había cambiado, pero no, estaba echado a lo largo en mi cama, desnudo y cubriendo solo su sexo con la toalla, y pude ver muy oscuro parecía escapado de una película Yo: Que pasa no te gusta la ropa? Barrendero. Si, solo que no uso bóxer. Yo: Porque? Barrendero: Mira, no va entrar, nunca entraron. Oh dios me dije, era una verga inmensa, y eso que estaba flácida media como 20 cm, y muy ancha cabezona. Me quede paralizado sin saber que decir. Barrendero: Que paso¨? Te asuste, mi padre la tiene el doble Tomo mi mano y, la llevo hasta su verga yo la apreté y era muy dura. Yo: Ya está bien Barrendero: Cuando estoy caliente se pone más grande y mucho más dura, ven siéntate a mí lado tócala para que conozcas vergas. Yo seguía paralizado pero en una duda de tomarla o no, nunca había visto una verga, pero esta primera vez me asusto. Yo: Alguna vez se las metido a una mujer. Barrendero: A muchas, algunas me pagaban solo para ver y chuparla. Me senté a su lado y sentí su aroma de que salía de su cuerpo, entonces me di cuenta que se estaba arrechando.
Barrendero: Sabes, tu culito se ve bien rico cuando caminas, cuando te veo pasar me digo cuando será si se puede besar tu huequito. Yo: Ja, ja que hablas. Barrendero: Yo te agradezco lo que me ayudas, puedes hacer de mi lo que quieras. En eso pone sus labios gruesos y toscos sobre mi boca, estampando un beso fuerte, succionando mi lengua repetidas veces , yo no sabía qué hacer, nunca había tenido esas experiencias ni con hombres o mujeres; por lo que me deje llevar. Luego empezó a meter su lengua inmensa en mi boca más seguido la tenia larga y dura, la metía y sacaba rápido como si me estuviera cachando la boca con la suya; me empecé abandonar; el saco su boca y la puso en mi cuello, en cada beso que me daba en el cuerpo lo succionaba, dejando su huella; luego a mis pezones los pesco y los mordía Barrendero: Que ricas tetas tienes, me gustas toma mi pinga es tuya. La tome y empecé apretarla, estaba inmensa no se cuanto media, 29, 30 o 35 cm. No se pero si me gusto sobarla y apretarla llego a mis caderas, las mordía, y siempre igual me dejaba marcas muy rojas de su paso, me puso en cuatro y yo solo abrí mis nalgas ofreciéndole mi ojete, cosa que él no dejo de lado, ensalivo su cabezota, la puso a la entrada de mi culo, YO. Despacio. Barrendero: Déjame, te la voy a meter en un solo paso, para que te acuerdes con todo tu culo y todos los días con sus noches… Yo: Pero mi culo ya es tuyo… Tomo mis caderas y yo abrí mas culo y de pronto sentí su empujón Ayyy duele negro duele…. Si blanquito rico espera a que tu culo despierte, va a ´pedir más… metía y sacaba sentías sus huevotes chocar en mis nalgas, su aroma de que emanaba de su piel me excitaba mas y me hacia desear mas pinga, me fije en el espejo que estaba frente a mi cama, y lo que vi me hizo desear mas verga, más adentro y más ancha, era un hombre el doble de mi cuerpo encima mío, con sus piernas apretando mis piernas, como un águila, sus manos ajustándose a mis tetas, oh que delicioso verme invadido, sus caderas se movían con la rapidez de un perro en su primer polvo, eso me hizo abrir más mi culo fue lo máximo… Yo: muévelo en circulo…ay que rico es que me lo metas más…mételo más….rómpeme. El seguía al ritmo de sus tambores internos chancando mis glúteos con sus músculos fuertes y con sus aroma mas fuerte cada vez dame…más…. Yo sentía el calor de su cuerpo en mi espalda, como fluía su sangre y me levantaba mas mi libido, quería que no llegara el fin, para eso sin tomar mi verga ya me había corrido tres veces….. Hum que rico tienes el hueco blanquito te animarías una verga mas grande.. Solo la tuya negrito, no quiero más sigue cachándome….después de un buen rato de tanto ajustar a mi culo y yo de ajustar su verga sentía que me corría por quinta vez y el su primera llenándome mi esfínter de su leche blanca…..ayyy que rico.
Cuando lo saco, en la cama había huellas de sangre, si me había roto el culo, sonó como un plop cuando salió su cabezota rosada y redonda, toda llena de leche y sangre de mi culito,, Barrendero: Ya eres mi mujer blanquito. Yo: Mi culo siempre será tuyo, cuando quiera tu pinga te buscare. Nos bañamos juntos y en la ducha le mamé su verga, a la justas entraba su cabezota en mi boca. Se cambio y se marcho. Al día siguiente, el culo me dolía, y seguía sangrando, tuve que tomar medicinas, no podía sentarme y dormí boca abajo varias noches pero siempre recordando que esa verga de ese barrendero nada bonito llenó con su pinga grande y gruesa, muy venosa, pero recordaba como esa verga inmensa que se metió en mi cuerpo. Durante tres semanas no lo volví a ver, ya mi culo encontró su normalidad, todas las noches me pasaba vaselina para que estuviera tranquilo, ya que me daban ganas de seguir sintiendo esa vergota negra como manguera de incendio, un día sábado como no trabajaba después de arreglar mi jardín, tocaron la puerta de casa, y antes de entrar a ducharme, con mi toalla cubriéndome el cuerpo, Salí a ver quién era; para mi sorpresa era el barrendero. Yo: Hola, que fue de tu vida, te enfermo mi culito? Barrendero: No, al contrario me dio más vida, conseguí otro trabajo de guardián y me dieron hasta uniforme, de allí vengo. Y él estaba vestido con su uniforme, y con un maletín donde traía su ropa del diario. Yo: Que bueno. Barrendero: Si no es mucho pedirte, puedo usar tu ducha para bañarme? Yo: Claro; yo justo iba a abañarme, si quieres lo hacemos juntos. Me abrió el apetito anal, sabía que el calor de su cuerpo me ponis mas sensitivo y sensible, el solo hecho de sentir su aroma de su raza, hacían hervir mi sangre y, sus labios grandes mucho mi grandes que mi hueco me abrían el culito. Barrendero: Okey, vamos entonces. Se desnudo en mi delante y se quedo en verga y pelototas, me dije hoy le como sus huevote. Entramos, y atreves del espejo notaba como se le iba parando su arma de combate anal, mi culo se habría solito, sabía que iba a ser llenado por una verdadera pinga, gruesa dentro de mi culo, iban a ser ya no dos semanas sino más de un mes que mi culo no podrá sentarse.
Me puso bastante jabón en el culo y me incline en la ducha, dándole la espalada dejando caer agua sobre nosotros, sus labios enormes buscaban mi nuca, lo sentía respirar seguido y rápido Yo: Desde cuando no cachas negro? Barrendero: Tu culo no merecía serle infiel. Eso me arrecho mas y sus dedos rasposos se depositaron en mis pezones para rasparlos y erguirse como hembra y estaba sintiendo sus getas en mis orejas, cuando de pronto siento que su cabezota se posesiona de mi hueco y, como un reflejo empujo para atrás y quedando así mi culo ensartado a su vergota…dame negro…quiero mucha verga….córrete muchas veces….yoya me corrí dos…….. durante todo el baño tuvimos un concierto de su verga con mi culo, esta vez ya no me salió sangre, mi culo sabía que su verga entraba feliz a mi interior… Terminamos y nos fuimos a la cama a seguir cachando, esta vez me puso a filo de cama, el espejo me reflejaba mi cuerpo desaparecía entre el cuerpo del barrendero y su cadera, martillaba con fuerza mis nalgas, esa fue la sexta vez que me corri, el negro solo dos, yo no quería botar su leche hasta que el se canse, pero esta vez vino incansable.. yo feliz esa tarde me cacho como si fuera nuestra noche de bosas, cada vez que respiraba se le paraba la pinga, en ese rato yo le volvía a poner mi culito para que lo vuelva a gozar. Muy noche se fue, cenamos muy bien por todo el esfuerzo de todo el día, volví a bañarme, y recién bote litros de su leche, no había sangre…repito mi culo sabia que esa monstruosa pinga entraba y salía, mi culo le dio permiso.
El barrendero desapareció, no lo volví a ver, pasaron varios meses, ya no sabía dónde encontrar otra verga igual, me compre un consolador de su color y tamaño.
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