EL BELLO Y LA BESTIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace ya varios años existía en Recife una sauna masculina muy lujosa cuyo dueño era un francés que sabía administrar ese tipo de negocios.
Para el carnaval el lugar se quedaba lleno de gente que no era de la ciudad. Venía gente de fuera de Brasil y del sur y sudeste. Un sábado de carnaval yo fui y cuando me acerco al balcón del bar noto un tipo muy bello, blanco, de pelo negro y peludo, sentado bebiendose un trago. Él me vio y yo correspondí con una sonrisa y un hola. Tomé mi cerveza y me aparté. A solas me quedé pensando. Podía jurar que aquel hombre en extremo bello era Mat. R. Un actor de novela del canal más influyente de Brasil. Mis sospechas se confirmaron cuando oí a dos clientes comentando. Sí, era él. Nunca me lo imaginé. Pensé.
Me fui entonces a una mesita a tomar mi cerveza. Cuando voy a una sauna me gusta andar solo pues así nadie me hace clavo, ya que si lo ven a uno con alguien, la posible joda se queda comprometida pues el tipo que simpatizó con uno imagina cosas, que el acompañante es novio y no sale nada. Por eso es que siempre me gusta ir solo. después de tomarme la cerveza fui a darme una ducha y un baño turco. Me quedé un buen rato sentado en la grada de madera mientras sudaba la cerveza. Después me metí a la ducha para bajar la temperatura del cuerpo y repetir el proceso. Había una sola ducha dentro del baño turco y era apretadita justo para promover un toque de cuerpos si alguien quería ofrecerse. Fue lo que sucedió.
Cuando estoy en la ducha, alguien me toca y pregunta:
-¿puedo?-
-sí, por qué no?- le contesté. En lo oscuro no daba para distinguir bien quien era. Pero ya cerquita pude ver. Era el bello. Él entonces tomó un poco de jabón líquido y me lo pasó por los hombros. Yo entendí. Le toqué una tetilla. Hice un gesto de besarlo y él concordó. Mientras el chorro de agua fría caía en medio de los dos, nosotros nos bésabamos. Que beso rico era aquel. Nos quedamos un buen rato en aquel beso mojado con saliva, gusto de cerveza, whisky y deseo y solo nos salimos de la ducha porque había mas gente queriendo refrescarse.
Entonces el bello me invitó para ir a una suite, yo concordé. Se fue a buscar la llave y allá nos fuimos. Me delicié con aquel tipo y creo que él también me disfrutó. Hicimos un 69 bien demorado. Que verga linda el bello tenía. Era una pija blanca, gordita, de cabeza pequeña. Yo se la mamaba con gana y él a mí también. Yo le acariciaba sus nalgas peludas y le pasaba mi dedo travieso por el ano. Él se desparramaba un poquito como para decirme que aprobaba mi iniciativa.
Entonces ensalivé mi dedo y se lo metí en el culo. Él suspiró y correspondió apretándome el pene con sus dientes. Me mordía la verga pero apenitas, claro, solo sentía la presión pero no me llegaba a doler. Y yo le hurgaba el culo, después me dispuse a meterle la lengua. Se la metí, lo chupé y él gimió. Él me chupaba bien rico y alternaba la chupada con apretones con los dientes. Que lengua rica que el tipo tenía. Aquella chupada era magistral y usando la palabra de un amigo podría decir de que era una chupada antológica.
De aquellas que solo ocurren una vez en la vida. No aguanté tanto placer y me corrí. Él sintió, apretó mi verga con su boca y se tragó mi semen. Yo continué con mi dedo ahora de rodillas y él acostado boca arriba. Se la comencé a mamar y le metía el dedo. Él levantaba las piernas para facilitar la introducción. Sentí que se venía. Aceleré mi chupada y le enterré el dedo. Él eyaculó y yo sentí porque al hacerlo apretaba mi dedo con su ano. le comí el esperma, tibio, salado.
Después nos quedamos un rato besándonos. No me aguanté y le pregunté:
-¿sos Mat?-
-aha-
-¿sabías que sos muy bello?-
Aha-
-muchos allá afuera querrían estar en mi lugar-
-es problema de ellos-
-privilegio el mío-
-¿por qué? Yo vine porque me gustaste-
-hay tipos mucho más guapos que yo-
-no es verdad. Para mí no-
-para mí vos sos el más lindo en esta sauna-
-¿vas a contar que estuviste conmigo?-
-¿puedo?-
-no contés. Ya sabés como son los periodistas-
-claro que no voy a contar. Yo también ando furtivo aquí. Que crees? Soy casado-
-¿nos vamos?-
-quedémonos otro ratito. Quiero aprovechar, no es todos los días que estoy con una criatura tan bella como vos-. Mat se ríe y concuerda quedarse un poco más. Yo le beso en la boca y después tomo uno de sus piés y me lo paso por la cara. Lo huelo, le muerdo el pié, mientras le digo:
-como sos lindo, Mat, me parecés un sueño. Al lado tuyo me siento la bestia-. Mat se pone a reír, me jala, me besa y me dice:
-payaso. Te quiero preguntar una cosa: ¿me querés coger?-
-preguntale a mi verga-, le contesto mostrándole mi mandarria bien dura y llena de precum
-¿tenés forro?-
-claro-, y lo saco de un lugarcito donde lo había escondido
-sos un cabrón bien hecho-
-un buen soldado del sexo debe estar preparado siempre con su munición. No se sabe nunca cuando va a comenzar el combate-. Mateus se ríe y dice:
-sos un payaso. Cogeme entonces-; yo decido la posición, una gallinita asada pues así puedo besarlo mientras se la meto. Él abre las piernas y yo se la empujo. El culo recibe mi verga y se la voy metiendo despacito. Una vez dentro me quedo así y lo beso buen rato mientras siento mi verga pulsar y tocar las paredes del recto de Mat. Comienzo el metisaca pero no dejo de besar al bello. Es su beso lo que más me gusta. Él me abraza me muerde la oreja, que rico. No aguanto y me corro. Se la empujo, bufo, le muerdo, grito
-te quiero cabrón te quieroooooooo-; desfallezco. Se la saco. Él no ha gozado todavía, le pregunto:
-¿como querés gozar?-
-chupámela-
-es una orden-. y se la mamo bien rico. Le toco el escroto, le hurgo el culo. Y continúo mamándosela hasta que siento que va acabar. Eyacula en mi boca. Él gime alto y me aprieta con los piés. Yo me trago su semen su semen, me limpio y lo beso. Descansamos y después salimos. Los otros me ven con envidia, yo siento. No tengo culpa que el bello me haya escogido.
Y así terminó aquel encuentro. Yo cumplí mi promesa de no contar. Hasta ahora que estoy contando. No interesa más guardar secreto. Todo Brasil ya sabe que Mat es gay. Un bello gay y yo le metí el dedo y se la mamé bien rico.
Fin
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