El bloque I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por demadridchico.
No tarde mucho en independizarme y empezar una vida nueva cerca de la Universidad donde iba a empezar mis estudios. Mis padres de un pueblo, perdido de la mano de dios, encontraron un piso en la capital y muy cerca de mi centro de estudios negociando un precio acorde con Don Antonio que ellos me mandarían a mi cuenta a finales de mes.
A mis diecinueve años tenía poca o nada experiencia en el sexo salvo el típico toqueteo y magreo de tetas a las niñas que conocía en las fiestas de los pueblos cercanos y a mis múltiples pajas viendo porno de todo tipo.
A pesar de no ser muy un top model tengo unos ojos azules bastante intensos, un rostro pecoso que infantiliza más mi rostro. Ciento setenta centímetros y unos sesenta kilos de peso, escondidos en un cuerpo fibrado que he conseguido trabajando en los campos de mi padre. Un pelo negro fino y corto que cuidaba con esmero. Depilo mi cuerpo ya que soy muy velludo.
Llegar a mi casa, llegar a mi nuevo hogar me alegro bastante. Don Antonio, un hombre cincuentón gordo calvo pero bastante agradable me recibió con simpatía mientras me daba las llaves de la casa tras tomarnos unas cervezas en un bar cercano mientras hablabamos de tonterías varias y futbol .
Tras subir por el ascensor llegue al piso. A pesar de ser pequeña resultó acogedora y tras aguantar un poco al casero se marchó, no sin antes reclamar el dinero del alquiler.
-Tal y como le dije a tus padres, quinientos eurazos al mes. Y te lo dejo barato- me sonrió mientras le daba el dinero sin dejar de mirarme de una forma perturbadora.
-Sí, Don Antonio. Todos los finales de mes le entregaré el dinero tal y como hemos acordado- le devolví la sonrisa esquivando su rara mirada.
Con un saludo, el casero abandonó el piso. Tengo que reconocer que ese mirada me excitó un poco a pesar de sentirme incómodo. Una mirada de deseo y de posesión que ponía yo delante de la niña que me gustaba. Eso me puso dura la polla.
Masturbarme mientras me duchaba me relajo bastante. Tras esto decidí salir a dar una vuelta y ver un poco el barrio buscando la ruta más directa para ir a la Universidad. Por el camino me encontré al casero que me mostro una sonrisa cordial mientras me miraba divertido.
-¿A dar una vuelta?- me dijo mientras le daba al botón del ascensor
-Quiero buscar un gimnasio para mantener mi forma física, Don…-
-Llámame de tú, hay confianza…- me dijo divertido -Como me caes bien, quiero que veas algo antes de irte.- Sonrió morboso -Espero que te gusten las emociones-
-Claro, Antonio. Sin problema-
Subimos a la última planta del edificio.
-Aquí no vive nadie. Los pisos son bastante defectuosos y tienen problemas de tuberías que están arreglando unos amigos pero algunos vecinos los usamos para asuntos más turbios. Veras, por ejemplo, Enrique viene a follarse todos los jueves a su hija adolescente a uno de estos pisos. ¿Quieres verlo?-
-Nunca he visto follar a nadie…-
-No les molestaremos. Podrás verlo sin problemas. Te lo digo porque te veo necesitado de echar un buen polvo…-
-Nunca lo he hecho…-
-¿No te has follado a ninguna niña de esas? Con lo zorras y de fácil acceso que son…-
-Qué va, ojalá pero no- dije algo molesto.
-No te enfades, hombre, ¿Ves porno? Es más o menos como una película pero en un piso más al lado. Si pegas el oído podrás escuchar los gemidos de la muchacha. ¿Te masturbas?- me preguntó mi casero. Esta vez no había risa ni simpatía en su rostro.
-Si claro…-
-Nada unas pajas conjuntas viendo a Enrique follandose a su hija y nos volvemos. Pasa…- abrió la puerta de uno de los apartamentos- Tengo un pequeños mirador aquí…-
El "Mirador" era un completo sistema televisivo en el que se podía ver una habitación. En ella un hombre de la edad de Antonio, disfrutaba de una mamada de una frágil y albina pelirroja.
Poco había en aquel piso salvo muebles viejos, una gran cantidad de polvo y varios condones usados junto a latas de cerveza y colillas de cigarros. En la mesa, una gran televisión permitía ver lo que ocurría en el otro piso. La tele unida a un panel que recibía la emisión
Antonio se sentó en un sillón desgastado tras quitarse los pantalones y sacar una cerveza de un pequeño frigorífico. Me llamó la atención su polla gorda y morcillona que crecía poco a poco conforme se masturbaba.
-Siéntate y mira a Lucía como se la chupa a su jodido padre. ¡Qué Hijo de puta!- dijo sin dejar de masturbarse mirando la escena y bebiendo un trago largo de su cerveza -Que puta más guapa tiene…-
Me senté a su lado hipnotizado por la belleza de la niña.
Enrique follaba con brutalidad la boca a su hija de la que caían babas por la boca.
Oir aparte, los gemidos de Antonio y los insultos hizo que mi polla creciera.
Estuvimos un rato masturbandonos mientras veiamos a Enrique vaciarse en la boca de su hija dejándola de rodillas mientras se limpiaba la polla con su pelo rojo.
-Enrique se folla a su hija cuando descubrió que esta fumaba porros con unos rateros mayores que ella.
¿Sabés cómo conseguía la mercancía? Si, amigo.
Se los follaba para poder fumar.
Con tal de que su madre no lo sepa se ofreció a su padre y él lo está aprovechando- Antonio dejó de masturbarse.
-¿Tú te la has follado?- le pregunté.
-Siempre que quiero.
Anda que no la he preñado el culo.
¿Acaso quieres probarla?.
Es dócil y sumisa.
Yo le enseñe a Enrique a limpiarse la polla con su pelo.
Es muy divertido.
Mi polla erecta dio la respuesta.
Antonio sonrió y volvió a mirarme de esa forma que me incomodaba y excitaba a la vez.
-Puedo hablar con Enrique pero a cambio de un favor.
Verás, busco un tío al que preñar siempre que me apetezca, follarle la boca y compartirlo con mis amigos, Enrique entre ellos.
Serás mi Lucía particular.
A cambio podrás follarte a la niña y posiblemente te reduzca el alquiler.
-¿Y tú mujer?- pregunte
-Déjalo y empieza a chupar- se mostró autoritario.
Ver la polla erecta de Antonio, toda rezumosa de liquido preseminal me hizo lanzarme hacia ella como una perra en celo.
Me sentía así tras la charla.
Antonio guió mi cabeza a su polla y me la metí entera tal y como había visto en pelis porno.
Una pronunciada arcada me hizo sacármela de la boca dejándole el miembro lleno de mi saliva.
-Tranquilo, chaval.
No quiero que te ahogues.
Tu despacio.
Juega con ella.
Tranquilo.
Ya me la chuparás otro día con alguien que te enseñe- volvió a coger mi cabeza -sigue chupando que empieza el segundo acto.
A pesar de mi inexperiencia Antonio se adaptó a mi ritmo de la mamada.
Su polla entraba y salía de mi boca poco a poco.
Mis manos, por inercia, empezaron a masajear sus huevos.
-¡¡Uff!! ¡Cabrón!- dijo soltando un gemido -Cómeme las pelotas sin dejar de masturbarme-
Mi boca se dirigió a sus huevos.
Dos huevos gordos y peludos.
Me los metí en la boca alternándolos y causando gozo en Antonio
-Vaya ostia le ha soltado Enrique a su hija.
Me encanta como este hombre folla.
Tendrás que probarlo tío.
Ahora la putita le está comiendo el culo.
Creo que tu deberías hacer lo mismo que la zorrita.
– Antonio se colocó y guió mi cabeza a la altura de su ano.
-Come zorra.
Me encanta que me coman el culo-
Empecé a jugar con su ojete.
Poco a poco mi lengua entraba y salía de su culo.
La verdad que con lo excitado que estaba no me importo en absoluto perderme en esa zona, un culo peludo y algo sucio.
-Métela más.
Follame con la lengua de mierda que tienes- Antonio gemía de gusto mientras apretaba mi cabeza contra su culo sin dejar de masturbarse.
Lami con todas mis ganas y mis fuerzas.
Antonio seguía ignorándome viendo el video y bebiendo cerveza mientras gemidos de placer salían de su boca.
-Joder, tío, me voy a correr.
Abre tu puta boca.
– Antonio me metió hasta el fondo de mi boca su gorda polla -Vas a empezar a tragar leche como una perrita obediente.
Tras tres o cuatro violentas folladas en mi boca que me produjeron arcadas Antonio se corrió en mi boca.
Evidentemente no dejo de apretar mi cabeza contra el.
Varias descargas de leche atravesaron directamente mi garganta mientras me dejaban un sabor amargo.
Descargas copiosas, abundantes y espesas.
-Siempre debes limpiar la polla que te da la leche, pequeña puta.
– dijo sonriente Antonio.
Se la limpie lo mejor que pude.
Volvió a ponerse dura y tiesa.
En la pantalla Enrique se follaba a su pelirroja hija a cuatro patas.
-Te has ganado el descuento del alquiler del mes que viene- el casero me apartó de una patada.
-Vístete y vete.
Tan solo te necesitaba para tener un segundo round con la zorra de Lucía.
Voy a follarla ese culo más tiempo.
Si te necesito te lo haré saber.
–
Me vestí lo más rápido que pude tan solo por llegar a mi casa y masturbarme con el sabor de la leche de Antonio en mi boca mientras él junto con Enrique daban cuenta de una bellísima pelirroja.
Sentí envidia de ella y me imaginé a mi entre ellos mientras mi semen me manchó el estómago.
Lo recogí y me lo metí en la boca.
Debía acostumbrarme rápido al sabor de la leche que al parecer iba a recibir.
Espero os guste.
Espero poder hacer algo más largo y detallado pero es una introducción.
También presentaré y describiré al resto de personajes.
Gracias por leer mi primer pequeño relato
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