El Caliente De Mi Hermanastro – Día 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, me llamo Erik, y vivo en Argentina, y esta es mi historia:
Yo tenía 6 años, cuando mi madre se comprometió con un hombre, el cual, tenía un hijo de un matrimonio anterior, el cual su apodo era: Nano.
Yo a esa edad, (ahora tengo 18), era un pequeño niño rubio, de ojos verdes y un poquito gordito, yo ya sabía todo sobre el sexo, pues mi madre nunca me oculto nada sobre la típica pregunta: ¿Como nacen los bebes?
Era un niño inteligente, muy tranquilo en todos los sentidos, pero nadie sabía que en mi interior había un animalito en busca de situaciones.
No normales para un chico de esa edad.
Debido a eso, yo siempre busqué experimentar algo, quería saber que se sentía; pero no sabía con quien hablar/hacer esto.
Mi medio hermano, (ahora con 25 años y en ese momento de 13), era un chico normalmente flaco, pelo negro, ojos marrones, bastante alto, y a esa edad ya le estaban creciendo los vellos públicos.
Como cualquier chico a esa edad, estaba con las hormonas al tope, y siempre caliente, buscando algo con que sacarse esa calentura tan potente que tenía.
Y esto es lo que pasó:
Volvíamos con mi madre, mi padrastro, y Nano, de un paseo divertido que habíamos tenido, estábamos exhaustos, estaba anocheciendo y ni bien llegáramos, comeríamos, nos bañaríamos, y a la cama.
Al llegar a casa, y luego de una deliciosa cena, el primero en entrar al baño era mi padrastro, luego entro mi madre con él, y pasaron en él un rato, hasta que salieron y se dirigieron a la cama ya para dormir, después el siguiente en bañarme fui yo.
Entré, me saqué mi ropita, corrí la cortina para tapar el sector de la ducha, y me dispuse a bañarme, pasados unos minutos, alguien golpea la puerta, es Nano, y dice:
-Erik, ¿puedo pasar al baño? No me aguanto las ganas de mear- (Típico vocabulario de chico de esa edad en Argentina)
-Yo en ese momento, pensando un poco la situación, y lo que podría pasar, le dije: Dale, entra.
Concluido esto, entra al baño; el inodoro esta justo frente a la ducha, por lo cual si un hombre se dispone a orinar, va a darle la espalda a la bañera, y yo pensé que podría usar eso a mi favor.
Nano entra, y se baja el pantalón, yo corro una pequeña parte de la cortina para espiar un poco, y resulta que tiene un trasero hermoso, le estaban empezando a salir pelos en él, sus nalgas eran redonditas y bastante paradas, sus piernas si ya tenían muchos pelos, y se lograba ver también que sobresalían sus huevos.
Todo esto produjo una erección inmediata en mi pene, todo lo que estaba viendo me encantaba, me excitaba, era exactamente lo que estaba buscando, no quería parar de ver, pero a la vez necesitaba ver más, otras cosas, sentir todo eso cerca de mí.
Nano, siendo un adolescente en su total calentura, luego de terminar de orinar, se dio cuenta que lo estaba observando, y se dio vuelta de costado, mostrando su imponente y riquísima verga, grande para su edad, con bastante vellos públicos, con un caminito poco visible que recorría si obligo hasta sus huevos, y sacudió su pene, se lo miraba, y lo sacudía, y dejó escapar un fuerte suspiro que me dejó más caliente de lo que nunca antes había estado.
Después de eso, metio su pene en su pantalón, se lo abrochó, y de una manera obvia remarcó su bulto sabiendo que lo estaba mirando, pero yo sin idea de que él sabía que yo ya lo deseaba, y, finalmente, se retiró del baño.
Yo no sabía como reaccionar, puse en su lugar el pedazo de la cortina que moví para ver, y mientras caía el agua desde lo alto de la ducha, y yo en el piso de ella, me recosté, y cerré los ojos, imaginando y reimaginando lo que había pasado, siempre con una erección en mi pene.
Terminé de ducharme, y fui a acostarme, ahora Nano entraría al baño, y para mi fortuna, como en ese momento no teníamos otra cama aún, tenía que dormir con Nano en una cama de una plaza; todo estaba saliendo a mi favor, y procedí a acostarme, y prendí la tele, viendo un programa mientras Nano se bañaba.
Lo que pasó después fue como un plato servido para que yo comiera, pues resulta, que Nano salio de la ducha, ya bañado, con el pelo húmedo y, en vez de ropa, con la toalla en la cintura, yo quedé mirándolo perdido y fijamente mientras me decía:
-¿Vamos a ver un rato la tele dale? Y después nos dormimos.
En eso apaga la luz, cierra la puerta de la habitación, y se acuesta al lado mío.
Pasa el tiempo, y cambiando de canales, encuentra una película en la cual había una escena, “candente”, Nano dice: Fuaaaa… ¿sabés las ganas que tengo de hacer eso ahora?
Yo respondí: Jaja, ya me imagino.
Entonces, aún con la toalla, saca su mano de debajo de su cabeza, y comienza a amasarse la verga, yo quedo impresionado, automáticamente tengo una erección, solo que yo al tener unos pantalones grandes, no se nota tan fácil.
Veo que de a poco comienza a pararse por debajo de la toalla, hasta formar una buena carpa.
Yo ya no resisto más, y, como un pequeño niño consumido por la curiosidad, pongo mi mano sobre si verga, él suelta un pequeño gemido de placer, y se rie, me mira con una sonrisa picara en su cara, vuelve a suspirar y dice: Sigue.
Entonces yo muevo mi mano sobre su pene, siendo tremendamente inexperto, solo acaricio la toalla y muevo mis manos en círculos.
Nano mira mi mano moviéndose, de una manera seria y lujuriosa, entonces la agarra, y la mete por debajo de la toalla.
Ahora estoy tocando su pene!
Me quedo quieto por un momento, para procesar todo lo que esta pasando, y sentirlo como quería desde un principio, siento sus pelos en mi muñeca, siento su suave piel, muevo mi mano y toco sus testículos, nunca había sentido nada tan hermoso, Nano esta sonrojado y sus suspiros son continuos y excitantes.
Luego, agarra nuevamente mi mano, y hace que le agarre el pene, la mueve hacia arriba y hacia abajo, haciendo que lo masturbe, luego la suelta y deja lo que haga solo, pone sus manos bajo su cabeza, y deja que continue.
Cada vez muevo mi mano más rápido; arriba, abajo, arriba, abajo.
Me tomo un momento para sentir toda su verga, su prepucio, sus venas, tenía una cantidad impresionante de pre saliendo de él, y yo, en ese momento, no sabía que era eso, por lo que acerco mi mano a mi cara y la huelo, el olor que emana de mi mano es tan perfecto que dejo escapar un gemido, a lo que Nano se rie y dice: Que gordito más calentón…
Llevo mi mano hasta su pene y lo sigo masturbando, hasta que en un momento comienza a mover su cadera hacia arriba y hacia abajo, ya no muevo mi mano, ahora él se mueve.
Cada vez va más rápido, suspira y exhala gimiendo entre medio, y termina por venirse con la misma toalla puesta, y con mi mano en su pene, yo sorprendido saco mi mano y veo el líquido blanco que hay en él.
Nano dice: Comételo…
Yo obedeciéndolo lamo mi mano y un sabor salado, pero delicioso recorre mi paladar.
Nano se levanta de la cama y dice: Me voy a limpiar, vos anda a labarte las manos en la cocina, ahora vamos a dormir, dale, y sin ningún “pero”…
Se tornó “agresivo” de repente, pero le hice caso, y al final los dos terminamos durmiendo, tranquilos, y de cucharita.
como sigue