El callejón
Al salir de la escuela de camino a mi casa quise atajar por un callejón, no fue buena idea….
El callejón
Por fin tocó el timbre que anunciaba el fin de las clases, acompañé a mis amigos a la salida de la escuela, durante el trayecto nos detuvimos a hablar de fútbol y comenzamos a cambiar cromos y a jugar un poco.
Nos la pasamos en el parque durante un par de horas y sin darme cuenta empezó a oscurecer, al ver la hora en mi reloj decidí despedirme de mis amigos y volver a casa, ya que mi madre se enfadaría por llegar tan tarde.
Caminé rápido y decidí tomar un atajo, era un callejón estrecho, casi el ancho de un coche pequeño, aunque ningún coche podría pasar por ahí, seguí caminando rápido y ya cuando iba por la mitad del callejón escuche unas voces gritándome desde atrás.
-¡Ey!, ¡¡Niño!! -una voz aguda y amenazadora sonaba a mi espalda.
Intenté ignorar las voces y seguí caminando con rapidez.
-¿Por qué vas tan rápido? -de nuevo la voz aguda.
Aceleré el paso y justo cuando iba a alcanzar la salida del callejón sentí una mano en mi hombro.
-¿Por qué corres? -el chico me hizo girar, al hacerlo pude ver su aspecto ajado, estaba claro que era un chico de esos marginales, que se la pasan en la calle con malas compañías.
El chico, que parecía el líder, era moreno de piel un poco morena, tenía un pendiente en el lóbulo de su oreja izquierda, sus ojos, marrones oscuros y su cara pecosa le daban cierto encanto y a la vez cierto aspecto salvaje.
-No…, yo no corría…, es que… -mi voz sonaba quebradiza.
-¿Me estás llamando mentiroso? -dijo el chico, que parecía el líder.
-Vaya muñequita, ¿No, Iván? -el chico de su derecha, más bajito, blanco y de cabello más claro, me observaba mientras masticaba un chicle dirigiéndose al que parecía el líder, ahora de nombre, Iván.
-No, yo…, no digo que mientas, es que… -intenté zafarme pero me sujetaba con fuerza de la camiseta aún.
-¿Es que qué? -preguntó Iván sin soltarme.
-Es que mi mamá se enfadará si llego tarde a casa y tenía prisa… -dije atemorizado.
-Tranquilízate, no te vamos a hacer nada… -dijo Iván, el líder, mientras pasaba sus dedos por mi cuello y se mordía el labio.
-Todavía… -un susurro se escuchó detrás de él, y todos se rieron.
Me fijé en los otros dos chicos, el chico de su izquierda portaba una especie de palo, casi de su altura, de cabello oscuro y piel blanca, su ropa estaba aún más sucia y desgastada que la del líder.
Detrás del líder, estaba el chico más pequeño y el que soltó la broma del »todavía», de piel blanca y cabello rojizo, su cara tenía muchísimas pecas, me miraba sonriente y con aire de superioridad.
-Mira, como veo que estas muy nervioso mejor te dejo ir. -dijo Iván.
Entonces me di la vuelta y respirando de alivio empecé a caminar, pero de nuevo sentí otra vez la mano en mi hombro que me detuvo y me atrajo a Iván.
-Ah, si, te decía que te podías ir, pero todavía no termino. -dijo Iván con tono burlón.
-Si, mira, lo único que tienes que hacer es pagar la cuota. -dijo el chico de su izquierda, mientras que con el palo golpeaba su mano.
-¡Eso es!, ¡La cuota! -dijo el chico pelirrojo.
-¿Cuota? -pregunté tembloroso.
-Sí, la cuota por pasar por este callejón, ya que nos pertenece, ¿Entiendes? -dijo Iván mordiéndose de nuevo el labio.
-Pe…, pero yo no…, yo no tengo dinero. -mi voz, quebradiza y nerviosa, enojó a Iván.
-Bueno…, está bien, cualquier cosa que tengas nos valdrá, así que vacía tus bolsillos.
-Pero es que enserio no tengo nada… -retrocedí varios pasos al ver que su mirada era cada vez de mayor enojo.
-Mira renacuajo, o nos das dinero, o ¡Hasta aquí llegas! -Iván me sujetó con fuerza para que dejase de alejarme.
-¡¡No tengo!!, ¡Es la verdad!, Por favor, mirad, mañana os daré dinero, ¿Vale?
Los demás chicos me miraban riendo.
-¿Cómo lo ven chicos, lo dejamos ir? -preguntó Iván, el líder.
-¡Yo digo que no! -dijo el pelirrojo.
-¡Merece un castigo, Iván! -dijo el chico de su derecha.
-¡¡Eso, cobrémonos en su piel!! -dijo el chico del palo.
-Mira niño, ya que no traes dinero, puedes pagar de otra forma… -su mirada escudriñó mi cuerpo y se relamió los labios.
-¿Cómo? -pregunte inocentemente.
Hubo un silencio incómodo, entonces Iván hizo un gesto con su mano y los tres compañeros suyos se abalanzaron contra mí.
-Agárrenlo muchachos. -ordenó.
-¡¡No!!, ¡¡Déjenme!!, ¡¿Qué hacen?! -desesperado intenté zafarme pero ellos eran más y muy fuertes.
-¡¡Cállate niño!! -Iván ayudó a sus amigos y me sujetaron arrastrándome contra mi voluntad.
-¡¡Suéltenme!!, ¡¡Ayuda!! -intenté gritar pero me taparon la boca.
A rastras me llevaron dentro de un edificio abandonado que había en el callejón abandonado, a menos de dos metros, entramos y caminamos hasta uno de los cuartos, me metieron mientras escuchaba las risas y el eco de las mismas.
-Tú te lo buscaste niñito. -dijo Iván.
Me lanzaron al suelo y empezaron a patearme, yo me cubría la cara como pude de impotencia hasta que una de las patadas me dio en la cara, haciéndome perder un poco el conocimiento.
-¡¡Cállate mocoso!!, ¡¡Cállate o te va peor!! -gritó Iván.
-Por favor… -mascullé con lagrimas bajando por mis mejillas.
Al ver que ya no me revolvía ni gritaba, me levantaron y me llevaron a una cama vieja, tenía un colchón tapado por una manta, la manta parecía nueva, Iván me agarró de los pelos y me hizo la cabeza para atrás con fuerza para mirarme a los ojos.
-Ahora si mocoso, vamos a hacerte gozar. -dijo Iván excitado.
-¡¡Te vamos hacer hombre!! -el chico del palo se acercó a la cama junto a sus compañeros.
-¡O mas bien mujer! -dijo el pequeño pelirrojo, y acto seguido todos rieron.
-Bajadle los pantalones. -ordenó Iván.
-¡¡No!!, ¡¡Por favor no me hagan nada!! -de nuevo comencé a gritar.
-¡¡Cállate cerda!!, ¡¡Cállate!! -Iván me pegó una hostia con la mano abierta en la cara, tirándome en la misma.
Entonces aprovecharon y me bajaron los pantalones y los bóxer hasta las rodillas.
-¿Quién va primero? -preguntó Iván.
Los demás chicos comenzaron a discutir para ver quien iba primero.
-Dejad de discutir, la pregunta fue a broma, yo soy el jefe y yo voy primero. -dijo Iván.
Iván me sujetó de la cintura y me atrajo hacia él, con sus manos me dio unas nalgadas, se bajó la bragueta y saco una polla de unos 15 centímetros sin circuncidar y con una mata de vello en su pubis, se la sacudió en mi culo con orgullo
Con su mano, de nuevo me agarro del cabello, y con la otra mano apunto a mi ano, entonces me la empezó a meter, yo lloraba y gritaba, me dolía demasiado.
-Ahhh, joder, ufff, niño, ¡Qué culito más apretadito tienes! -Iván seguía introduciendo su polla dentro de mi culo.
-¡¡Llora niñita!!, ¡¡Llora!!, ¡¡Grita!!, ¡¡Gime!!, ¡¡Goza!! -las voces de los demás chicos sonaban entre excitadas y burlonas, miraban como su líder, Iván, me sujetaba con firmeza y me penetraba mi culito hasta entonces, virginal.
-¡¡Toma perra!, ¡¡Ahhh, ay ay ay ay!! -Iván gemía de placer.
Su polla me follaba con rapidez y profundidad, sus estocadas movían mi cuerpo y la cama chirriaba con cada embestida que me daba.
-¡¡Pero que culo!! -Iván miraba al techo extasiado y sin detener su follada.
Entonces comencé a sentir un líquido caliente dentro de mí, su líder, Iván, estaba corriéndose dentro de mi culo.
-¡¡Toma mi leche bebé!! -Iván me clavó su polla hasta el fondo y terminó de correrse.
Se apartó de mi sacando su polla y noté una especie de liberación, me sentí vacío, me di cuenta que mi pito estaba duro.
-¡¡Me toca a mi!! -el chico del palo se acercó y lanzó el palo a un lado para sujetarme de la cintura.
Comencé a sentir como entraba su polla en mi culo, la tenía más o menos del mismo tamaño que la de su líder y también sin circuncidar, aunque mucho más delgada.
-¡Me lo dejaste lubricadito jefe! -el chico del palo comenzó a follarme de forma constante, mientras observaba como su líder se subió a la cama y me miraba sonriendo.
-¡¡Qué rico joder!!, ¡Sí!, ¡Toma!, ¡Toma!, ¡¡¡Toma!!! -tras su último grito, sentí mi interior de nuevo siendo regado por su leche ardiente, me sacudió con varias embestidas más y se apartó dejando su lugar al siguiente.
-¡¡Quítate!! Que quiero que este consciente cuando lo deje preñado. -el chico de cabello más claro metió su polla en mi culo, él la tenía más larga que el resto, de unos 16 centímetros más o menos, aunque no era muy ancha, y también estaba sin circuncidar.
-A ver, abre el culo, ¡Perra! -no aguanté más y comencé realmente a sentir dolor, mi culo ya alcanzó su límite.
No pude evitar soltar algunas lágrimas mientras él no dejaba de follar mi culito, parecía desesperado y no dejaba de arremeter contra mí.
Con sus manos comenzó a tocar mi cuerpo mientras me penetraba y con su mano alcanzó mi pito y me la empezó a jalar, ese placer me ayudó a aguantar sus fuertes acometidas hasta que tras un grito de placer, se vino dentro de mí.
¡¡Falto yo!! -exclamó el chico pelirrojo, que era más pequeño que yo.
El otro sacó su polla de mi culo y dejó paso al chico pelirrojo
-Yo quiero ver su cara. -dijo mientras me ponía boca arriba, yo, sin fuerzas, me dejaba hacer sin oponer resistencia.
Al ver mi cara sonrió y me levanto las piernas colocándolas en sus hombros, apuntó su polla, de unos 12 centímetro y circuncidada, además, era el único que no tenía ningún tipo de vello.
Su pollita atravesó mi ano poco a poco hasta sentir sus huevos pegados a mi, se inclinó y con su mano sujetó mi barbilla para que le mirase.
Comenzó a moverse de manera constante, lo cierto es que sentía bastante placer y comencé a gemir ante la sorpresa de los demás chicos, el pelirrojo me follaba bien rico, su pollita entraba y salía de mi culito.
Sus ojos se turnaban blancos, y sus gemidos de placer aumentaban cada vez más, sentía como me penetraba una y otra vez, bien adentro, era su putita y el disfrutaba de mi cuerpecito.
-Me corro, me corro, ¡¡Me corro!! -sus gemidos de placer se mezclaban con el temblor de su cuerpo, aunque no sentí que se corriera, quizás aún no podía.
Me sacó su pene del culo y se subió la ropa, Iván, el líder, se acercó a mí y me levantó de la cama, como pude me subí la ropa con cierta dificultad.
-Ya te puedes ir, has pagado la cuota. -dijo mientras con su mano me indicaba que podía irme.
Caminé con dificultad mientras los escuchaba cuchichear y reírse, seguramente de lo que me habían hecho.
-Y de esto no digas nada eh, o te irá peor. -me amenazó Iván con un tono muy serio.
Abrí la puerta del departamento donde estábamos y salí del edificio abandonado.
En ese momento solo quería llegar a mi casa, afortunadamente cuando llegué mi mama estaba en la cocina y no me escuchó llegar, me metí al baño y encendí el grifo del agua.
Estuve por lo menos diez minutos limpiándome, de mi culo pude ver restos de semen y algo de sangre, poca, pero podía verla…
Al salir del baño mi madre me preguntó dónde me había metido, le dije que me había peleado con unos chicos y como era un barrio pobre no dijo nada, solo se enojo por que había llegado muy tarde, y que estaba castigado.
Era viernes, me metí a mi cuarto cojeando, apenas podía caminar, intente sentarme pero no pude, tuve que tirarme a la cama, mi culito ardía mucho, esa noche apenas podía dormir, me costaba coger el sueño, no dejaba de pensar en lo que me pasó.
Pasaron los días y llegó el Lunes, mi culito ya estaba mejor, no me dolía y podía sentarme sin problemas, fui a la escuela como siempre y a la salida volví a quedarme hasta tarde en el parque jugando con mis amigos.
Cuando empezó a oscurecer me despedí de ellos y caminé a mi casa, volví a tomar el atajo y entré en el callejón, los vi al fondo, estaban sentados en el borde de la entrada del edificio, hablaban y reían mientras comían pipas.
No se percataron de mi presencia, así que caminé hasta ellos y los insulté.
-¡¡Ustedes!!, ¡¡Idiotas!! -al gritarles, me miraron y se levantaron acercándose a mí.
-Pero mira quién volvió… -dijo el chico pelirrojo.
-¿Qué coño te crees que haces? -Iván me miró con enojo.
-Necesito cruzar el callejón…, pero no tengo dinero…
(Final)
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Creado por @Benedicto (2006), revisado, editado y mejorado (2022) por @Teenboy
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Al parecer le gustó! 💦💦💦
Muy buen relato…
no manches volvio por mas si … 🙂 😉 🙂 ;):) 😉