EL CARIÑO DE UN ABUELO 4 FINAL
Adán cumple su sueño y encuentra el amor, después de tomar la mejor de las decisiones en su vida..
EL CARIÑO DE UN ABUELO 4 FINAL
Esto ya no es un sueño, es real
Mi padre buscó la forma de poder hablar conmigo sobre irme a vivir con mi abuelo y esto se dio días después de irnos de campamento, ya era jueves y mi padre me pidió que fuéramos a ver unos terrenos que estaban en venta y quería adquirir, así que acepté acompañarlo y sin saber la verdadera razón nos pusimos en marcha, recorrimos varias calles hasta llegar a unos terrenos a las orillas de la ciudad y mi padre parqueó la camioneta y se bajó, me pidió que fuera a ver el terreno y le diera mi opinión sobre ellos, bajé de la camioneta, caminé hasta donde se encontraba mi padre y comenzamos a hablar.
-Alfredo: Quiero que hablemos claro, sin mentiras de mi parte ni de la tuya, sin ocultarnos nada, abrirnos el uno al otro sin temores y pues ver si te quieres ir a vivir con tu abuelo, por mi está bien, pero decide después de este día.
-Adán: Está bien acepto tus condiciones sin poner peros o condiciones, y después de hoy tomare mi decisión.
-Alfredo: ¿Por qué justamente es vivir con tu abuelo? ¿Por qué no con tu abuela o alguien más? ¿existe algo entre tú y tu abuelo, él sabe que te gustan los hombres, porque vivirías con él?
-Adán: A él le tengo más confianza y si sabe que me gustan los hombres, no necesité de decírselo, él lo descubrió solo.
-Alfredo: Entonces si existe algo entre mi padre y tú. – mi hijo no respondió se quedó callado y agachó su cabeza cuando le hice esa pregunta, sus ojos estaban llenos de lágrimas y no respondía nada, supe que lo que sospechaba era verdad, mi padre y mi hijo tenían sexo.
-Adán: Padre yo… no sé cómo explicarte, perdóname por favor.
-Alfredo: No tienes que explicarme nada, tu silencio y mis sospechas lo confirman todo, y es por eso por lo que te quieres ir a vivir con mi padre, yo no puedo juzgarlos, pues no me corresponde, pero tampoco quiero que te vallas de la casa, eso no me gustaría que pasara.
-Adán: Por eso y porque ya no aguanto más, no te saco de mi mente y sé que no me vas a corresponder, pues tú eres mi padre y no te gustan los hombres, así que es mejor alejarme de ti.
-Alfredo: ¿Y piensas alejarte para siempre de mí? Solo porque crees que no me gustan los hombres o porque nunca pasará nada sexual entre nosotros, te alejarás de tu padre solo por ello, te amo hijo y me dolería ya no verte, piensa las cosas con tranquilidad y vamos a reparar esto antes de que te separes de todos.
-Adán: Está bien padre lo pensaré, pero no creo poder cambiar de opinión.
Los días han pasado y antes de que mi hijo tomara una decisión, a mí me cambiaron de trabajo a una ciudad algo retirada, lamentablemente mi esposa e hijos no me pudieron acompañar por sus clases, durante un año estuve visitando a mi familia los fines de semana, y en dichas visitas no veía mucho a Adán pues cuando yo llegaba a casa él se encontraba en la casa de su abuelo, lo veía muy poco.
En esos días mi hijo tenía que realizar su examen de admisión en la universidad, en esos días llegaron Celia y mi hijo Adán, para realizar el examen, después de haber realizado el examen estuve al pendiente de los resultados, los días pasaron y mi hijo me informó que había sido aceptado en la universidad y mi esposa quería ver la forma de adaptarnos, para que mi hijo fuera a la universidad, un fin de semana antes de que mi hijo entrara a las clases de inducción, mi esposa, mi hijo y yo hablamos, sobre la universidad de mi hijo.
-Celia: Pues las opciones de Adán son que valla y venga todos los días, pero sería desgastante para él, ya que son casi dos horas de camino. La otra es rentarle un departamento cerca de la universidad y también le comenté que se vaya a donde estás tú, también le queda cerca la universidad.
-Alfredo: Pues cualquiera de las opciones que Adán elija está bien por mí, como le había comentado, la decisión que tome yo le estaré apoyando, la decisión es tuya Adán.
-Adán: Pues si tú me aceptas en tu casa me voy el primer mes y de ahí ver si rento en algún departamento, en ese mes buscar alguien con quien compartir una renta, sería solo un mes vivir en donde vive mi padre.
-Alfredo: Por mi está bien, ya después de ese mes, tú dices como se harán las cosas, yo igual estoy apoyándote en lo que decidas.
A pesar de los días que han pasado, aún seguía teniendo deseos por mi padre, pero no quería adelantarme y hacer gastar más a mis padres, además mi padre vive a 10 minutos de la universidad, es bastante cerca, ese fin de semana mi padre se regresó a su trabajo y yo me quedé preparando mis cosas, ya que el siguiente fin también yo me iría a la universidad a iniciar el curso de inducción, todo lo que me daba muchos nervios, miedo por todo por la universidad y por vivir con mi padre.
A la semana siguiente ya tenía todo preparado, el viernes me fui a despedir de mi abuelo Armando y el sábado por la noche regresé a casa, ahí estaba mi padre, me saludó como de costumbre y después de eso la cena, solo esperar al domingo por la tarde e iniciar mi vida de universitario a lado de mi padre, ya el domingo por la tarde nos despedimos de mi madre y de mis hermanos y mi padre y yo emprendimos el camino a la gran ciudad, permanecí callado al igual que mi padre durante el camino y al llegar a la casa de mi padre, me instaló en uno de las habitaciones.
La semana trascurrió con normalidad, ya estaba aprendiendo a llevármela más relajado y calmar mis deseos por mi padre, seguíamos hablando de trivialidades y de temas de la universidad, y entre otras cosas los quehaceres de la casa, cómo nos los repartíamos para ser un equipo en la limpieza de la casa, me mantuve al margen durante esa semana y la confianza entre platicas y la convivencia se hacía más frecuente ver a mi padre sin camisa y verme yo sin camisa.
La segunda semana ya después de regresar de la casa de mi madre y haber pasado un rato con el abuelo, el miércoles salí temprano de clases, ya me habían asignado grupo y aula de clases en la universidad, después de la comida como hacía demasiado calor me quité la camisa y salí a la sala a ver tv, ahí estaba mi padre sobre el sofá, solo con pantalones y sin camisa, me puse a ver tv y de repente mi padre inicio una plática.
-Alfredo: ¿Y cómo te fue este fin de semana con tu abuelo?
-Adán: Muy bien.
-Alfredo: Así nada más ¿qué apoco no tuvieron sexo?
-Adán: Pues sí, pero yo no te ando preguntando eso a ti de cómo te fue con mi madre.
-Alfredo: ¿Y qué tiene? si hemos hablado de todo entre nosotros, eso no tiene nada de malo que te pregunte ¿o te molesta que te haga preguntas de ese tema? Si tú me preguntaras como me fue con tu madre te respondería.
-Adán: No me molesta y pues es verdad que hemos hablado de todo, ya hasta te me declaré, te dije qué me gustas, ¿qué más da responderte ese tipo de preguntas?, pues si tuvimos sexo la pasé muy bien, llegué con muchas ganas a ver a mi abuelo, a ti como te fue con mi madre ¿tuviste sexo toda la noche? No has de haber dejado dormir a mis hermanos de tanto.
-Alfredo: Que suerte la tuya que no existe forma que tu abuelo o tú digan: hoy no, ando en mis días, el fin de semana tu madre me dejó con ganas, no pudimos hacer nada, de hecho, así me tiene desde la semana pasada, así que ando repleto de leche casi para explotar.
-Adán: Jajaja, que pues padre, pues con la mano para que no se te valla a echar a perder eso por falta de uso.
-Alfredo: No es lo mismo masturbarte, a que alguien más te ayude a desahogar las ganas que la leche salga sin necesidad de usar mi mano.
-Adán: Vaya papá, si no te conociera pensaría que me lo estás ofreciendo.
-Alfredo: Pues con esta calentura, no sé si salga la semana, sin que te pida un favor.
-Adán: Yo estaría encantado de hacerte el favor jajajaja.
-Alfredo: Pues ojalá no sean solo palabras porque, así como ando no te aseguro dejarte ir vivo esta semana ¿se siente bien hacerlo con un hombre?
-Adán: ¿Si te refieres al placer? Sí es placentero, si a los dos les gusta, pero siempre y cuando no te obliguen a hacerlo, por ejemplo, a ti no te gustan los hombres, te sería desagradable hacerlo.
-Alfredo: Yo nunca dije que no me gustaran los hombres, solo que nunca he estado con uno, así que no puedo decir que algo no me gusta si no lo he probado.
-Adán: Padre las cosas se están poniendo calientes y no quiero faltarte al respeto como ya lo he hecho antes y terminar avergonzado como en esos intentos fallidos que hice.
-Alfredo: Pues ya te dije, si esta semana lo intestas creo que no me podré frenar y entonces si te haré de todo.
En ese momento le cambié de tema a mi padre, me estaba poniendo muy burro y no sentía que fuera el momento oportuno, el jueves en una de las clases, uno de los profesores encarga un trabajo para el lunes, así que tendría que trabajar el sábado y no podría ir a ver a mi madre, hermanos y abuelo, así que le anuncié a mi padre que no iría a casa que se fuera él y lo veía el domingo por la tarde en casa, mi padre se fue el fin de semana y regresó el domingo por la tarde, cuando estaba a punto de cenar se puso a cenar junto conmigo.
-Adán: ¿Cómo te fue?
-Alfredo: ¿de qué o qué?
-Adán: Con mis hermanos y mi madre ¿la pasaste bien el fin de semana?
-Alfredo: Pues lo único bueno fue ver a tus hermanos, tu madre me dejó igual, yo que iba con tantas ganas de sexo y nada, así que vengo molesto y bien caliente.
Esa tarde continuamos hablando, mi padre se quejó que mi madre estaba portándose fría con él, que ya en tres ocasiones que la va a ver y no lo atiende en la cama, que nada de sexo y cada vez tiene una excusa para no hacer nada con él, se veía molesto e inquieto, yo lo escuché y le pedí que tuviera paciencia y se relajara, el lunes y martes estuvo de un humor insoportable, solo se quejaba y me hablaba de la falta de sexo, lo que me dio una idea e intentar una tercera vez seducir a mi padre, pero esta vez no me iría por las ramas si no que iría directo, el miércoles llegó mi padre de su trabajo, como cada día se quitó la camisa y se puso a ver tv.
-Adán: Te vez tenso padre ¿estás bien?
-Alfredo: Estoy tenso muy tenso, la falta de sexo es la que me tiene así y ya no sé qué hacer con toda esta tensión.
-Adán: Sabes padre yo tengo un truco para liberar esa tensión.
-Alfredo: ¿Qué esperas para hacerlo?, acepto que sea así como estoy.
-Adán: Bien pues a darle, quiero que te relajes. – mi padre se acomodó en el sofá, cerró sus ojos y se recostó sobre el respaldo del sofá y relajó sus hombros, pero mi masaje se enfocaba en otro lugar, mi padre llevaba solo short deportivo y su ropa interior, así que comencé a acariciar su verga sobre su ropa, volteaba a ver a mi padre y él seguía con sus ojos cerrados.
-Alfredo: Oh ah…
Al ver que mi padre no se oponía a mis caricias comencé a dar pequeñas mordidas sobre su verga ya erecta aún bajo su ropa, por fin mi fantasía se estaba volviendo realidad, mordía suavemente su verga por encima de su ropa y mi padre no dejaba de suspirar y gemir suavemente, bajé un poco su ropa y emergió su glande gordo, rojizo, brillante y con algo de líquido pre-seminal, pasé mi lengua por su glande y recogí el líquido pre-seminal para tragarlo, mi padre seguía suspirando y con sus ojos cerrados.
Fui bajando su ropa hasta descubrir su gorda y gran verga de 20 centímetros, hermosa, recta bien parada, con algunas venas que resaltaban de ella, recorrí poco a poco todo aquel hermoso trozo de carne con mi lengua desde el glande hasta sus testículos, bajé más su ropa y mi padre abrió sus piernas.
-Alfredo. Oh si ah oh um.
Recorría todo el bello tronco de mi padre, disfrutando de ese momento con el que tanto había soñado, me la metí a la boca despacio, le mamaba su verga metiéndola poco a poco a mi boca, mi padre se aferraba al sofá con sus manos, no parecía que se aferraba con ira al sofá, pero a mí no me importaba, al final tenía lo que tanto tiempo había deseado, me la metí hasta donde podía y regresaba para lamer sus testículos y recorrer su enorme verga con mi lengua, después la volvía a meter a mi boca, se la mamaba por un rato y así estuve por un buen rato.
-Alfredo. Ah um oh…
Se la estaba mamando y después de varios minutos de estársela mamando, aún no lograba metérmela por completo en la boca, se la mamé por un buen rato, le recorría con mi lengua toda su verga y me ponía a mamársela, mi padre suspiraba y gemía, continué mamándole la verga por un buen rato, de repente la metía a mi boca hasta el fondo de mi garganta, jugaba con mi lengua, le succionaba su verga y mi padre se aferraba al sofá, después de varios minutos, mi padre empezó a temblar y su pene a palpitar y en pocos segundos soltó su leche dentro de mi garganta, yo le dejé bien limpia su verga hasta sacar la última gota de semen, cuando lo volteé a ver mi padre solo me sonrió y se puso de pie.
Mi padre se fue al baño sin decir una sola palabra, me sentí algo mal al ver que solo me dirigió una sonrisa, pero en ese momento me sentía muy feliz de haber cumplido parte de mis sueños y ya no me importaba lo que pensara mi padre, disfruté haberle mamado la verga, si ya no pasaba nada con eso estaba feliz, así que me fui al baño y ahí me masturbé pensando en mi padre y con su ropa interior en mi cara, fue una de las mejores pajas.
Al día siguiente me despertó mi alarma, fue una noche espectacular y me sentía tan feliz que no me importaba nada, así estuviera molesto mi padre o me corriera de su departamento yo estaba feliz, como cada mañana empecé mi rutina para irme a la universidad, cuando vi salir a mi padre de su habitación al igual que todos los días ya vestido y preparado para irse a trabajar, todo era silencio, pero yo estaba sonriendo, cuando estábamos por salir de casa, mi padre a trabajar y yo a la universidad, la voz de mi padre me despertó de mi trance y mi sonrisa se hizo más grande.
-Alfredo: Esta noche después de la cena ¿podrías hacer de nuevo ese truco para liberar la tensión?
-Adán: Con gusto padre. – sentía que estaba flotando de tanta felicidad, no podía creer lo que mi padre me había pedido, ese día no logré concentrarme en las clases, tan solo de pensar en lo que pasaría por la noche con mi padre.
Cuando regresé de la universidad, hice la comida y después de comer, me di un baño y fui a mi habitación, me metí el dilatador anal, quería prepararme para ayudar a mi padre con su tensión y poder disfrutar de la verga de mi padre, ya por la tarde llegó mi padre y se metió a darse un baño, salió y se puso a cenar, yo lo acompañé mientras cenaba, ni él ni yo dijimos una sola palabra, terminó la cena y se fue al sofá, se desnudó y me dijo; ¿Adán me puedes ayudar?, y se quedó recargado sobre el respaldo del sofá y cerró sus ojos, de inmediato me desnudé y me arrodillé frente a él para empezar con mi truco especial.
Se la estaba mamando como el día ayer, pero esta vez me empecé a masturbar también yo, aún tenía el dilatador anal dentro de mí, mi ano estaba dilatado esperando ser penetrado por la verga de mi padre, después de varios minutos de mamársela, me saqué el dilatador, llené la verga de mi padre con lubricante y puse un poco en mi culo, me puse de espaldas a mi padre, apunté su verga en mi ano y empecé a metérmela, cuando entró su glande, di un suspiro.
-Alfredo: Oh que rico ah…
Empujé un poco más y la verga de mi padre se abría camino en mi interior, entrando cada vez más y más, después de varios empujones por fin logré meterme sus 20 cm de tremendo pedazo de carne en mi culo, me sentía soñado, maravillado al tener todo ese pedazo de carne dentro de mí, me volvía loco empecé a suspirar y gemir fuerte, estaba disfrutando como nunca al tener toda esa verga en mi interior, me movía lentamente arriba y abajo, lento disfrutando como entraba y salía la verga de mi padre de mi interior.
Después de un rato de estar moviendo mi cuerpo para que la verga de mi padre entrara y saliera de mí, mi padre me tomó de las caderas y empezó a darme envestidas, al mismo ritmo que llevaba yo, poco a poco fue incrementando sus movimientos, metiéndomela y sacándola más rápido, mi padre y yo, no dejábamos de suspirar y gemir a todo volumen, cerré mis ojos estaba disfrutando como nunca el placer de ser follado por mi padre, me estaba masturbando lento mientras mi padre seguía dándome envestidas, el placer inmenso de sentir la verga de mi padre me volvía loco estaba ebrio de placer.
-Adán: um ah oh… que rico, sigue papi, dame más fuerte, que rico lo haces. – de repente de la excitación se me salieron esas palabras, mi padre al escucharme me empezó a dar más rápido que antes.
Luego de estar así en esa posición, mientras mi padre me sostenía de las caderas y me envestía, sentí como mi padre me pegó a su cuerpo y me dio la vuelta, que quedé apoyado sobre el sofá y mi padre detrás de mí, me seguía dando fuertes envestidas, metiéndomela y sacándola, solo se escuchaban resoplidos, gemidos y el choque de nuestros cuerpos, me aferraba al sofá, el placer que sentía era indescriptible, por fin tenía lo que tanto había deseado, mi padre me estaba follando como loco y yo lo estaba disfrutando al máximo, después de darme la vuelta, mi padre me empezó a dar más rápido y de repente se detenía, yo tenía cerrados mis ojos, solo quería disfrutar de la follada que me estaba dando mi padre.
Poco a poco fue acelerando, mi padre se aferró a mis caderas y empezó a darme más rápido y fuerte, cuando sentí que mi padre tensaba su cuerpo yo empecé a masturbarme, poco antes de que mi padre terminara, yo eyaculé sobre el sofá, mi padre sintió cuando tensé los músculos de mi culo y se vino dentro de mí, se quedó dentro de mí hasta que salió la última gota de semen de su verga ya un poco flácida, que me la sacó y después de eso se vistió y se fue a dar un baño, también me di un baño y esa noche me fui a dormir más feliz que ningún día.
Al día siguiente como cada día, me desperté y me preparé para ir a la universidad, mi padre salió, me saludó como si nada y después cada uno nos fuimos a nuestros destinos, mi padre no hablaba del tema, de lo que habíamos hecho, solo me sonreía cuando me vio en la mañana y al llegar de su trabajo, las únicas palabras que le escuché decir; ¿listo para que vayamos a ver a tu madre y hermanos? Le respondí que ya estaba listo para irnos.
Al llegar a casa, saludé a mi madre y hermanos, el sábado temprano me recogió mi abuelo y ya por la noche me regresó a la casa, cuando llegué eran ya casi las 10 de la noche, entré a la casa y estaba sola, pensé que todos estaban ya dormidos, así que entré tratando de hacer el menor ruido y así no despertarlos, entré a mi habitación y vibró mi celular, era mi hermano Vicente que me decía que llegarían tarde, por si mis padres me preguntaban por ellos, le respondí y cuando fui a cerrar la puerta de mi habitación, escuché gemidos de mi madre que venían del cuarto de mis padres, supe que mi padre había arreglado las cosas con mi madre, tuve un sentimiento extraño, pero lo ignoré y me fui a dormir.
Esa noche mi mente dio vueltas, por una parte, me alegraba que entre mi madre y mi padre las cosas se estuvieran mejorando, pero por otro lado me dolía saber que, al estar bien atendido, mi padre, él ya no me buscaría para apagar sus ganas, los gemidos se terminaron y yo aún no podía dormir dando vueltas en mi mente, minutos después escuché que habían llegado mis hermanos, no supe a qué hora me quedé dormido solo que me desperté por la mañana cuando el sol me daba en la cara.
Fui al comedor y me encontré con mi madre y mi padre desayunando, sentí algo de ira y creo que tanto mi madre como mi padre se dieron cuenta pues solo se limitaron a saludarme, cuando estaba desayunando me tranquilicé y en mi mete me pregunté ¿cuál es el motivo de mi enojo?, me dije a mí mismo que tenía que tranquilizarme, y no cometer una estupidez, el resto del día lo pasé con mis hermanos, llegó la hora que mi padre y yo teníamos que regresar, me despedí de mis hermanos y de mi madre, subí a la camioneta y de nuevo apareció esa ira aunque intentaba controlarme, no podía pensar en nada más que en mi enojo, ya íbamos por la carretera cuando habló mi padre.
-Alfredo: ¿Por qué estás enojado, te ha pasado algo? Desde en la mañana te veías molesto.
-Adán: No me hagas caso, solo de repente me siento enojado y no sé por qué. – la verdad que, sí lo sabía, pero me daba miedo cagarla al decirle a mi padre la razón de mi enojo.
-Alfredo: A todos nos pasa Adán, tenemos días buenos, días malos.
-Adán: Padre. Quiero que hablemos de lo que ha pasado el miércoles y jueves pasado, no podemos estar, así como si nada, quiero que hablemos de eso.
-Alfredo: ¿Qué es lo que quieres que hablemos? sabes que solo tienes que preguntar y te responderé con la verdad.
-Adán: ¿Por qué sucedió, que pasó, fue efecto de tu falta de sexo o por qué?
-Alfredo: Sucedió lo que tenía que suceder, porque ambos lo deseábamos, ambos queríamos que pasara, así que no fue por efecto de algo o alguien, no pensemos en si es bueno o malo, solo tenemos que pensar que la pasamos bien.
-Adán. ¿Me viste como objeto sexual o como alguien en quien desahogarte?
-Alfredo: No te vi como nada, solo me dejé llevar por lo que sentía en ese momento y nada más. No te vi de otra forma.
-Adán: ¿Entonces solo fue el momento? Tú sabes lo que yo siento por ti y eso me tiene de este humor, pues ayer me di cuenta de que tú y mi madre ya hicieron las pases, y me alegra, pero también me sentí mal, sé que tú y yo no tenemos nada y eso es lo que más me molesta, también sé que no me debo de sentir molesto por la relación entre tú y mi madre, pero no lo puedo evitar y me siento mal por tener este sentimiento de ira.
-Alfredo: Sí, el momento. Momentos que me han gustado y que amé que pasaran. Pero por ahora no sé qué es lo que sentí en ese momento y lo que estoy sintiendo, dame tiempo de procesarlo y es normal que al habernos escuchado a tu madre y a mí en la cama sientas celos, pero también tienes que tranquilizarte, no te alejaré de mí, tú serás quién decida cuándo alejarte de mí, pero no te sientas mal por lo que ha pasado, como te dije yo, no sé si me gusta estar con hombres, porque no lo he probado.
-Adán: Está bien te daré tu espacio y pues trataré de calmarme, ahora la pregunta ¿te ha gustado estar con un hombre?
-Alfredo. Aún no lo sé, creo que necesito probar un poco más.
Mi padre me dirigió una sonrisa pícara y me abrazó con su mano libre, me recosté en su hombro y mi felicidad volvió a mí, ya estábamos cerca de la casa, así que llegamos rápido, después de haber platicado un rato en el camino, después de a ver recorrido gran distancia en silencio, bajamos de la camioneta y mientras revisaba mis mensajes y los respondía, la mayoría de mi abuelo Armando, mi padre fue a abrir la puerta de la casa y después me pidió que pasara primero, en lo que yo seguía viendo los mensajes, dejé la mochila a un lado, mi padre cerró la puerta.
Cuando sentí que mi padre me rodeó con sus brazos por mi espalda y veía los mensajes del abuelo, los que se veía un mensaje donde mi abuelo me decía (mi niño me quedé con ganas de pasar más tiempo a tu lado, ya has de haber llegado, te quiero besos) mi padre rió levemente y me dijo al oído, vaya que mi padre es amoroso he, así te voy a mandar mensajes yo cuando no estés a mi lado. Y de repente me empezó a besar el cuello y las orejas, me dejé llevar por los besos y las caricias de mi padre y lo empecé a acariciar a él, me llevó hasta la sala y me decía al oído, he guardado un poco de acción para ti esta noche, me empezó a pegar su pene a mis nalgas y las acariciaba.
Me di la vuelta y le di un pequeño beso en los labios, mi padre me besó también, nos empezamos a desnudar el uno al otro sin dejarnos de acariciar y besar, mi padre besaba mi cuello y orejas, que también le correspondía a sus besos y caricias, me arrodillé frente a mi padre, tomé su verga y la fui metiendo a mi boca, mi padre me tomaba de la cabeza y movía sus caderas follándome la boca, me levantó de los hombros después de un rato de estársela mamando y me dijo; para que harás que me venga en tu boquita y quiero meterte la verga así comprobar si de verdad me gustan los hombres o no. Me dio un apasionado beso y me dio la vuelta, me dijo al oído es mi turno, se agachó dejando mi culo a la altura de su cara, me abrió las nalgas y me empezó a comer el culo, lamía mi ano y jugaba su dedo en mi ano, luego se ponía a mamarme una vez más el ano y después me trataba de meter su dedo, después de varios intentos y mamadas de culo mi padre metía dos de sus dedos con facilidad, así que le pedí que me metiera la verga.
-Alfredo: ¿Quieres tener mi verga dentro de ti, quieres que te haga mío una vez más?
-Adán: Si hazlo lo deseo más que nada, quiero que me hagas tuyo cuando quieras.
-Alfredo: Bueno si quieres que lo haga, ponte boca arriba quiero ver tu cara cuando te la esté metiendo.
Me coloqué boca arriba, mi padre me mamó el culo una vez más y metió sus dedos, me preguntó ¿estás listo para que te penetre? Moví mi cabeza afirmando y mi padre apuntó su verga en mi culo y empezó a empujarla un poco y me quejé de dolor.
-Alfredo: Que linda cara pones cuando intento metértela, pero veo que te duele ¿Dónde está el lubricante? No quiero que te duela, quiero ver tu cara de placer, no de dolor.
-Adán: Está atrás del televisor. Mi padre tomó el lubricante, lo puso en su verga, lo espació y después puso un poco en sus dedos y me los metió en mi ano, el resto lo untó sobre mi culo.
Separo mis nalgas y apuntó su verga sobre mi culo y dio un gemido um y exclamó, que rico culo, creo que me podría volver adicto a él, fue empujando suave y no dejaba de acariciar mi cara y de vez en cuando darme un beso, cuando le quedaba poco para meterme todos esos 20 centímetros, se agachó a besarme y mientras me besaba me la metió por completo, ahogué mi gemido en sus labios, permanecimos así por un momento sin dejar de besarnos y con toda la verga de mi padre adentro, luego se empezó a mover un poco de forma circular, sentía como su verga rellenaba mi culo y rosaba las paredes de mi recto tocando mi próstata, haciendo que brotara bastante liquido pre-seminal de mi pene.
La sacaba y volvía a meter despacio sin dejar de besarnos, después de un rato, se enderezó, me tomó de mis caderas, jaló un poco mi cuerpo, mis piernas reposaban sobre sus brazos y él me tenía por las caderas, me envestía con lentitud, al principio me veía de frente y yo a él nuestras caras eran un espectáculo de placer, poco a poco fue aumentando la velocidad, ni mi padre ni yo dejábamos de gemir y suspirar, mi padre desaceleraba sus envestidas para darme un beso y luego retomaba su ritmo de movimiento metiéndola y sacando de mí su verga, me sacó su verga y me puso de lado sobre el sofá, me metió su verga y me empezó a bombear el culo yo gritaba de placer y mi padre respiraba fuerte y gemía de placer, no dejaba de decirme como le estaba gustando meterme la verga.
Luego me puso a gatas (en 4) y ahí me dio un rato más, me bombeaba el culo con rapidez y antes de venirse dentro de mí, me volvió a colocar boca arriba y me dijo; quiero ver que te vengas y ver tu cara cuando termines y te preñe, me coloqué boca arriba y los movimientos eran acelerados, me empecé a masturbar y en poco tiempo expulsé mi leche sobre mi pecho y abdomen casi al mismo tiempo mi padre me llenó de leche el culo, se recostó sobre mi pecho y me dirigió una sonrisa, así estuvimos hasta que su verga fue perdiendo dureza y salió de mi cuerpo, mi padre se puso de pie me tomo de la mano y me dijo.
-Alfredo: Vamos hijo, tenemos que limpiarnos juntos, que quiero darte un baño para que quedes bien limpio y así poder irnos a dormir.
Nos bañamos juntos, le di unas mamadas a la verga, de mi padre, pero me dijo tranquilo que tienes que guardar un poco de leche para el desayuno, se empezó a reír y seguimos con el baño, antes de terminar de bañarnos le pregunté, ¿entonces que padre te gusta tener sexo con hombres? Se empezó a reír y no me respondió, terminamos de bañarnos y salimos, nos vestimos y me quedé en mi habitación y cuando estaba listo para dormir mi padre llamó a la puerta.
-Alfredo: Ven a dormir en mi cama que me siento solito en ella.
Me levanté y me fui a la habitación de mi padre, me acosté a su lado y le di un beso, me acomodé de lado y él me abrazó a mí de lado, pegándome su cuerpo al mío. Y de repente me dijo al oído.
-Alfredo: No me gusta tener sexo con hombres. Me gusta hacer el amor contigo, y mientras tú quieras, yo voy a querer, me ha encantado es algo diferente y me gusta, te amo hijo.
-Adán: Yo te amo a ti padre.
Los primeros dos años de universidad en las vacaciones de verano buscaba trabajos de medio tiempo o cursos de algunas materias para estar con mi padre durante las vacaciones, en que él no podía ir a casa, esos dos años estuve visitando a mi abuelo paterno Armando los fines de semana, pero casi a los dos años, mi abuelo me dio la noticia que se juntaría con una mujer y nuestros encuentros sexuales desaparecerían, pero aún, así me quedó la costumbre de visitar a mi abuelo los fines de semana, aunque no tuviéramos sexo, sin embargo me sentía feliz de estar con la persona a quien amo y disfrutar del cariño de mi abuelo.
Espero que les haya gustado esta última entrega. El cariño de abuelo que aún conservo, pero el amor me llegó por parte de mi padre.
Lastima que sea el final, me encanta y me pone muy caliente esta historia.
Necesito mas de esta historia… no puede ser el final…
No acabes aquí la historia continuala
Aunque sea el final de esta historia, espero que sigas escribiendo y contándonos mas historias
Para cuándo un extra celebrando con los dos tíos y papá?