El catequista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo empezó a los 13 años debía hacer la confirmación y me inscribí en un grupo de la iglesia en el cuál tendríamos las clases y luego pasaríamos a confirmarnos.
Llegué conocí mucha gente, chicos simpáticos charlamos un poco esperando al catequista y entre charla y charla vi en un momento al hombre mas sexy del mundo, me quedé sin aliento y no podía ocultar mi cara de deseo, pelo rubio oscuro un poco rizados, ojos verdes, era verano asi que estaba un poco bronceado, nada mas sexy que la piel caucásica rojiza por el sol, unas facciones muy lindas y una sonrisa perfecta, alto, seguro media 1,90 o cerca, físico de nadador, delgado con unos hombros marcados, muy lindo.
Me llamo Ignacio para los amigos Nacho, soy blanco, pelo castaño claro, ojos marrones, a pesar de que hoy tengo 17 dicen que parezco más chico, soy delgado, mido 1,70 y hago deportes.
En esa época recién empezaba mi gusto por los hombres y no lo tenía muy claro todavía, creo que verlo a Fernando (el catequista) me hizo darme cuenta de cuál iba ser mi camino.
Desde ese día una vez a la semana nos veíamos en esa clase, y al volver a casa llegaba ultra caliente con ganas de masturbarme pensando en él.
Mis hormonas, el que era virgen, la calentura todo se sumó para que fuera sin temores a tentarlo, no me importaba ya nada el deseo era mas fuerte y empecé a seducir o hacer juegos con él disimulados, él un chico de 25 años se daba cuenta y trataba de poner distancia pero notaba en su mirada un poco de deseo.
Sin querer lo tocaba, me acercaba y le consultaba algunas tareas que nos daba y acercaba mucho mi boca a la suya, mirándolo a los ojos, rozaba su mano, le sonreía lascivamente, pero nada funcionaba, siempre ponía distancia se paraba serio o evitando mirarme, tal vez era hetero o capaz tenia miedo por mi edad y por el contexto que podría traerle muchos problemas.
Iba perdiendo las esperanzas hasta que un día se largó a llover, a los demás chicos los padres los pasaban a buscar yo era el único que se iba solo porque mis padres trabajaban, como Fernando se manejaba en auto se ofreció a llevarme a casa.
Subí al auto y sentí unos nervios acompañados de adrenalina, por fin estábamos solos, mientras manejaba hablábamos un poco, yo me sentía intimidado en esa situación de privacidad por lo que no fui tan atrevido como antes, hasta que tome confianza y comencé a soltarme y a jugar.
Yo- Y estas de novio?
Fernando- No, vos?
Yo- Tampoco, que raro que no tengas novia sos un chico muy lindo
Fernando- (Sonríe) gracias vos también, no te gusta ninguna chica?
Yo- No,a vos?
Fernando- (sonríe) tampoco (se notaba un poco nervioso)
Yo- Me gusta tu cuerpo, haces deporte? me gustaría tener un cuerpo así (en tono simpático ocultando un poco el propósito de la pregunta)
Fernando- Hago natación desde chico vos haces deporte?
Yo- si hago volley
Fernando- que lindo te gusta el volley?
En ese momento poseído por un alterego mas confiado y pervertido le dije : prefiero las duchas- y sonreí.
Me miró sonrió pero no preguntó porqué.
Finalmente el momento había llegado, la tormenta era tan fuerte y llovía tanto que tuvo que estacionarse frente a una plaza porque no se veia nada.
Ahi detenidos el deseo fue en aumento, tenía que hacer algo, automáticamente puse mi mano en su entre pierna y comencé a frotar, se sorprendió y me dijo- No, Nacho por favor me dijo después de detenerme con su mano.
Yo- Dale se te puso dura te gusta.
Fernando- No entendes que no, sos muy chico.
Yo- y qué? nadie se va a enterar, no le voy a contar a nadie.
Fernando- no por favor
Ese "por favor " sonó tan débil que lo tomé como una invitación.
Volví a poner mi mano en su entre pierna y a frotar y como dándose por vencido suspiró y se dejó.
Su pene estaba duro y parecía muy grande, deseaba mamárselo como había visto en las pornos con las que me mataba a pajas, el solo miraba hacia el techo del auto y gemía, después me miraba acariciaba la cara y me pedía que pare, aunque sus palabras no eran nada convincentes, quise sacarle su verga del pantalón pero me dijo que no, que nos podían ver, que en su casa iba a ser mejor.
Paró un poco la lluvia y me llevó a su departamento, en el camino no paré de tocarle la verga por arriba del pantalón y se lo notaba por demás excitado.
Al llegar a su departamento, él vivía solo, empezó a besarme como un animal, yo igual era mi primer beso, mi primer todo, yo estaba super excitado, y ambos nos desvestimos al momento, ahí pude ver ese cuerpo lampiño como unos pocos pelos rubios bien marcado, y bajando el pene mas hermoso que había visto, grande, recto, simétrico, era perfecto veía unas gotitas de pre semen y no pude contenerme, me arrodillé y pase mi lengua por su uretra, saboreando ese líquido que tanto me gustaba (solía disfruta el mio en las pajas que me hacía) succiones como vi en las pornos, saboreaba sus bolas, me tragaba toda su verga y él gemía y solo atinaba a decir- Si asi!! mmm siii pendejo chupamela así- escucharlo me excitaba más subí de nuevo y nos besamos, me llevó a su cama y me lazó con fuerza, se tiró encima mio y empezó a besarme la boca, el cuello, el pecho, el abdomen y por primera vez sentí el placer de recibir sexo oral, yo solo gozaba y acariciaba sus cabellos , el degustaba mis testículos y mi verga muy pequeño en comparación al suyo, de repente bajó al perineo y me masturbaba mientras jugaba con su lengua ahí, dándome un placer inenarrable, comenzó a meterme un dedo con saliva por mi cola, era tan placentero, después volvió a mis labios mordió mis oreja y me dijo al oído quiero cogerte, mi respuesta fue inmediata- siii cogeme.
Se sentó apoyándose en el espaldar de la cama y me dijo- chupala bien dejala llena de saliva y después sentate encima metiendotela- hice lo que me dijo y a medida que me la iba metiendo sentía una presión muy fuerte pero ver su cara de placer y escuchar sus gemidos a medida que se metía un poquito más me estimulaban, mi pene estaba que explotaba, y poco a poco logré metermela toda adentro, me detuve cuando la tuve completa ya que me dolía, y él poco a poco empezó a moverse.
Así el dolor fue desapareciendo y el placer comenzó a aparecer, estaba en éxtasis, sentir su pene dentro mientras me masturbaba, ver esa cara hermosa gozando escuchar como gozaba, era la mejor experiencia de mi vida no queria que terminara.
En un momento me pidió que me diera vuelta como perrito y así lo hice, me dijo- que lindo culo lampiño- lo tocó y la metió suavemente, comenzó otra vez un meta y saca cada vez mas intenso, en un momento parecía un animal, se tiró encima mío como poseído y apoyando su pecho contra mi espalda aplastándome me besaba el cuello y me decía cosas que me enloquecían- que lindo que sos pendejo, como me gusta cogerte, ojalá pudiera cogerte todo el día. intercalando con sus gemidos, me encantaba sentirme dominado y sentir ese contacto con su cuerpo, nuestra transpiración haciéndose una, compartiendo nuestro calor, hasta que me dijo- voy a acabar donde queres que te acabe?- y sin pensarlo por el morbo que me daba la idea le dije que en la boca, sacó su pene me di vuelta y puso su verga frente a mi cara poniendo sus rodillas una al lado de cada hombro, desde abajo podía ver ese cuerpo hermoso, su cara y su verga como un gigante encima mio a punto de darme su leche, ambos nos masturbabamos hasta que sentí que sus quejidos iban en aumento abrí mi boca y sentí sus deliciosos chorros de leche calientes en mi lengua, mejilla y labios, acabó una enormidad y sin pensarlo me trague toda su leche, introduje su pene en mi boca para seguir succionando mientras emitía quejidos mas suaves y acabé.
Hasta hoy creo que fue la mejor experiencia de todas, no sólo por ser la primera sino porque fue con alguien que realmente me despertó un deseo que nadie llegó a comparar.
Después de eso me habló dulcemente que había sentido si la pase bien, y le dije que si, y que quería repetirlo, fue una situación divertida porque fue como muy pedagógico y comprensivo y siempre le demostraba que yo era mas guarro y que no fuera así conmigo, pero era un dulce era innato en él.
Me pidió que nunca más lo hiciéramos y que no habláramos de ello, le dije que no iba a contárselo a nadie que se quedara tranquilo pero que no podía prometer lo otro.
Hasta la confirmación no hicimos nada, después me di libertad para ir a su casa y tentarlo ahí, tuvimos excelente sexo durante ese tiempo hasta que 2 años después por una oferta de trabajo se mudó a otra ciudad y no lo vi más.
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