El Cazador de Putitos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sinpelitos.
Hola Gente: hace unos cuantos años para tener sexo homo había que hacer mil y un malabares, Hoy se llama cruising, a la práctica de buscar machos para que te cojan, antes era más complicado.
Y más sin redes sociales ni chat, jeje bueno la cuestión es que por comentarios que escuchaba por ahí me entere de un lugar en zona Oeste donde la gente iba a tener sexo homosexual, que se hace en lugares públicos, y puede ser muy excitante.
Llegue al lugar recuerdo que tendría unos dieciséis años y tenía mucha curiosidad y muchas ganas de que me dieran por mi hermoso culito blanco, pulposo y lampiño, así que me adentre en este predio algo oscuro y alejado de las luces, comencé a escuchar los ruidos característicos de las mamadas y los gemidos pero al ser joven e inexperto no me di cuenta que podía molestar si no era discreto, y eso hice sin querer ahuyente a un hombre que le estaba realizando una mamada a un hombre algo mayor pero con un buen cuerpo y al parecer una verga bien buena, el al verme mientras guardaba su herramienta sin mucho apuro, me tomo de la mano y me pregunto qué hacia allí, porque no tenía cuidado, me pregunto la edad y al decirle el cambio su enojo me palpo la cola con su mano y me pregunto si ya me habían cogido cosa que dije que no, mientras aminábamos le conté porque estaba ahí, entonces él se ofreció a ayudarme con mi búsqueda, me arrincono contra un árbol y me dio el primer beso de lengua mientras sus manos me tomaban de los cachetes del culo, sentía en mi vientre la dureza de su pija, me comenzó a besar el cuello y las orejitas yo a pesar del miedo me sentí en las nubes, pero con algo de cuidado por el lugar, asi que el al notarlo me llevo a otro sitio, la entrada de una cochera que estaba desierta y allí encontramos algo de privacidad, creo que era un estacionamiento que cerraba sus puertas en la noche.
Tenía tanta calentura que no lo pensé cuando este hombre grande adulto experimentado me fue arrinconando dentro de un pórtico a un estacionamiento, me bajo los pantalones me dio la vuelta mientras me besaba la oreja y el cuello, yo apenas podía sostener mis prendas para que no cayeran al piso, me dijo al oído: _ que buen culito pendejo mmm como lo voy a disfrutar…
Me rosaba mis tetillas con las yemas de sus enormes dedos, y me palanqueaba su verga atraves de las telas de los interiores de ambos, podía sentir el calor que salía de su verga dura caliente húmeda, este hombre , rondaría los 60 años, y sabía muy bien como tocar dónde y cómo hacerlo, yo flotaba en un mar de excitación, me dejaba, me entregaba a este macho adulto que apenas conocía, note cuando se agacho detrás mío y sentí que me separaba los cantos para lamer mi anito con su lengua bien mojada en saliva, nunca pensé que eso me iba a trasportar tanto, creo que me saco mi primer gemido y no pude parar, mientras el parecía querer meter su lengua en mi interior, me dio la vuelta haciéndome girar sobre ms talones, y me comió literalmente mi pene, con una voracidad tal que casi me acabo ahí mismo, pero sabiendo él lo que hacía me presiono los huevos con una mano y me freno la acabada, me miro en la penumbra y me dijo: ¬_todavía no bebe tengo que entrar en tu rico culito y si acabas no me lo vas a entregar preciosura….
Se volvió a para y empujándome de los hombros me hizo poner delante de su verga, fue la primera vez que una pija se metía en mi boca, me cogió la boca como quiso, haciéndome en muchas ocasiones casi vomitar de tantas arcadas que daba, luego para que descansara me ponía sus huevos para que los comiera de a uno por vez
Pasado un rato me puso de pie y otra vez me giro mirando a la pared, sentí su flecha de carne encajarse en mi culito pero sin entrar aun, parecía masajearme con la chota mientras esta se engordaba y endurecía más si esto era posible, sentí las babas que mi boca le había dejado en toda su carne, se pegó a mí y me dijo: – Estas listo bebe?, no apreste tu culito seré muy suave, pero dolerá un poco tenes que aguantar, y pronto serás bien cogida como este culito se o merece.
Sentí como mi anito se abría mientras la cabeza de su pija se metía en mí, me sentía toda una hembrita, sentía como si quemara mi interior, cuando la cabeza entro él se quedó sin mover un ratito, yo sentí aflojarme y allí el me penetro totalmente, pegue un suspiro seguido de un gemido casi callado, paro el no se movió por un rato, mientras me besaba el cuello, y lamia mi oreja derecha.
_así bebe que lindo culito, que caliente esta como me aprieta la verga bebe…
_ siento tu culito muy agradable bebe, mmm
Yo permanecía sin moverme, sintiendo como si estuviese lleno, lleno por dentro, inolvidable sensación me gustó mucho, aunque dolió bastante.
Cuando él estuvo de acuerdo en que ya era tiempo comenzó a meterme y sacarme su verga de mi culito casi toda para luego volver a entrar, así estuvimos un largo rato, tenia de a ratos la sensación de que me iba por el culito, mientras el me gozaba a más no poder.
Sentí cuando me lleno el culito de leche ya que esta salió con mucha fuerza, sentí el calor de su semen estrellarse en mis intestinos, que hermoso, su agitación, yo sin darme cuenta también había largado mi lechita contra la pared, se quedó dentro de mí un rato, podía sentir como si la pija le latiera dentro de mi culito, al rato me la fue sacando, sentía como chorreaba leche por mis piernas que aun temblaban, no sé si de temor o de la tremenda cogida que me acababan de dar.
Saco un pañuelo de tela de su bolsillo, me lo pasó por la cola y las piernas y luego se limpió su chota que ahora colgaba como una goma hinchada y gorda entre sus piernas.
Esa fue la primera de muchas pero muchas veces que este macho me hizo su putito, luego me hizo saber que él se consideraba un cazador de putitos como yo, y que en su larga vida había desvirgado a muchos así como lo hizo conmigo.
A mí la verdad, era que al principio me ponía muy nervioso, y prefería no escucharlo, pero no me podía resistir una y otra vez me dirigía a donde el me citaba para cogerme.
Poco a poco, la excitación que sentía al ser follado en tales circunstancias, me hizo seguir y dejarme ser enculado en estos lugares.
La primera vez que conocí a mi maduro encalador, fue una noche de un día de primavera que jamás voy a olvidar.
Hoy ya hace mucho de eso, me casé tuve hijos, pero no puedo olvidar esos momentos de mis inicios, el delicioso sabor de las primeras mamadas de vergas que realicé mientras aprendía, las hermosas sensaciones en mi culito cuando una pija entraba en mi interior abriéndolo bien y provocando unos deliciosos orgasmos, la sensación de tener el culito bien lleno de carne caliente, de vez en cuando miraba hacia atrás, y veía que él venía siguiéndome con la bragueta de su pantalón bien abultada.
Comprobé que una persona madura, te coge muy bien sin apuros, haciendo que goces de los más exquisitos placeres me enseño a entregar el culito como un buen putito lo sabe hacer, me dio todas las enseñanzas para hacer gozar a un macho caliente, como tratarlo, como masajearle la verga, como chuparla hasta hacerlo llegar al cielo.
A la vez que te brindaba mucho gozo.
A treinta años de esos acontecimientos solo quedan muy buenos momentos de ese cazador de putitos como a él le gustaba llamarse.
Que rico, mi primera vez también fue algo parecido, me entregue por pura necesidad o ganas, con un maduro, pero quizás mi edad fuese algo más tardía