El chico amanerado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta historia tiene llegar unos meses después de mis primeros relatos, cuando mi culo ya no podía vivir sin una polla en él.
Recuerdo que engordé en esa época porque a los amigos de mis hermanos les gustaba que tuviera tetas de mujer y un culo bien gordo que pudieran reventar, pero ello provocó que en mi colegio empezarán a reírse de mí los chicos de cursos más altos llamándome "foca".
Creo que aún no había cumplido los 13 años cuando me di cuenta de que mi pene era mucho más pequeño que el de mis compañeros de clase cuando íbamos al baño, además, empecé a darme cuenta de que no se me ponía dura nunca salvo cuando tenía un pene dándome duro por el culo que mis 7cm se me ponían a reventar.
Recuerdo que una mañana, después de las clases de gimnasia mis propios compañeros de clase empezaron a hacer chistes sobre mi pene diciendo que me había equivocado de baño, que tenía que ir a ducharme con las chicas mientras ellos se agarraban sus penes más grandes y ya con pelos y decían que eso era un pene de macho.
Me puse a llorar y corriendo fui a los retretes para que nadie me viera así y desde ese momento empecé a ducharme el último para evitar esas risas.
Los días fueron pasando y muchos de mis compañeros ya no se cortaban y me hablaban como si fuera una mujer o me restregaban su polla por el culo disimuladamente en la propia clase y hacían comentarios tales como "Perdona mi vida por reírme de tu coñito, si solo nos importa es ese culazo que tienes".
Yo aún no lo sabía pero muchos de ellos, empezaron a decir que yo les había hecho pajas en los recreos y que incluso se la había mamado por lo que esos rumores provocaron que más chicos y de cursos más altos empezarán a tocarme el culo o agarrarse el paquete.
Una mañana en los baños, mientras hacía pis en los retretes para que nadie me viera mi pene pequeño, note que alguien llamaba a la puerta:
– Ocupado
* ¿Haciendo pajas a algún mierda de tu clase ya?
– ¿Qué? Yo no hago eso.
* Pues no es lo que he oído por los pasillos.
– Déjame en paz o llamo a algún profesor
* Como quieras, pero no quedará así foquita
Abrí rápido la puerta pero no supe quién me había dicho eso.
Pase el resto del día intentando reconocer la voz pero no había manera de saber quién era, sin embargo, los días fueron pasando y la amenaza fue desapareciendo de mi cabeza hasta casi olvidarme de ella.
Todo cambio un recreo en que el todo parecía más raro de lo normal, nunca los chicos mayores se juntaban con nosotros pero ese día recuerdo que vinieron a dónde estábamos y empezaron a hablarme, cuando reconocí la voz que me hablo en los baños:
* Mira si aquí está la foquita, ¿cuál de estos te da polla?
A lo que todos respondieron que ellos no eran maricones pero que yo me dejaba como una niña a lo que empecé a llorar y decirles que eran unos mentirosos porque no quería que toda la gente supiera que me gustaban las pollas.
Salí corriendo al baño pero el chico mayor, de unos 17 años salió detrás de mi y me alcanzó llevándome a los retretes, cerrando la puerta y poniendome contra la puerta me dijo al oído:
* Putita, vas a aprender a obedecer a tus mayores.
Te voy a dar por culo pero no para que disfrutes.
– Por favor no, no soy marica
* No es eso lo que he oído, bájate el pantalón!
– Para o empiezo a gritar!
* Esas tenemos? Vas a aprender.
y como grites la gente sabrá lo maricon que eres
Oía como se bajaba la cremallera y como me intento bajar el pantalón pero yo no le dejaba agarrándolo aunque sin conseguir nada y por miedo a romperlo, le deje que me lo bajara.
Se escupió en los dedos y me los metió entre las nalgas cuando me dijo:
* Joder, este culo esta usado! Con lo que me gusta abriros el culito a mariconas como tú.
– Por favor, no se lo digas a nadie
* Normalmente iría despacio, pero como ya tienes costumbre, abrete el culo para mi que te lo voy a follar
– No por favor, le tengo cerrado al principio, metemelo despacio
* He dicho que te abras el culo, no me enfades.
– Por fa.
Cansado de que no me abriera el culo, me apretó contra la puerta y cogiéndose la cabeza de la polla me la apretó contra el ojete.
Empecé a llorar al instante y el tapándome la boca me dijo "Te voy a destapar la boca, si gritas todos sabrán que eres mi putita".
Empezó a darme muy, muy duro y mi culo hacía ruidos y note un líquido por mi pierna, me estaba sangrando el culo porque no me había puesto ni lubricante el muy cabron.
Le dije que fuera más despacio, que la gente nos iba a oir y como repuesta me empezó a follar durísimo, levantándome del suelo con las embestidas y yo mordiendo mi camisa para no llorar.
Después de 5 minutos aproximadamente, se corrió en mi culo y pude ver su polla que no era demasiado grande (16cm y un poco gruesa) pero llena de sangre y mierda.
"Ya verás cuando se lo diga a los chicos y el Potro te quiera reventar".
Abrió a puerta sin preocuparse que hubiera alguien y me dejo con los pantalones en los tobillos y el culo abierto, con sangre y soltando peditos.
Me puse en el retrete y empecé a echar todo, pero el culo me dolía demasiado así que me limpie lo mejor que pude y salí a los últimos minutos del recreo.
Al salir, podía ver el chico que me había follado hablando a su grupo de amigos y señalándome, uno de ellos, especialmente alto se agarro el bulto y me guiñó un ojo pero eso, ya será otra historia si queréis que continúe.
Hay muchas historias que contar, tanto con los compañeros de clase como con los chicos más mayores, así como los amigos de mi hermano.
He de confesar, que muchas de mis experiencias son forzadas y por eso, me he vuelto un sumiso y me gustan más experiencias así.
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