el chico de la secundaria
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por EvanImperium.
Todo sucedió una tarde cuando regresaba a casa de la escuela, yo tenía 19 años, era delgado, piel clara, cabello oscuro y sobre todo lucía mucho menor, por lo que al pasar por la secundaria no faltaba el grupo de chicos o chicas que me gritaran cosas…
-adios guapo
-papasito
-aquí tengo un paquete para ti
Eran algunas de la infinidad de cosas que me decían todos los días al pasar, yo generalmente los y las ignoraba, continuaba mi camino y fingía que nada pasaba. Ese día fue diferente, yp iba algo fastidiado por una discusión con un profesor de la universidad, así que cuando pase por la secundaria iba más que molesto.
-oye guapo quieres esto- Dijo un chico desde dentro de la escuela, obviamente sujetando su pene sobre el pantalón del uniforme, yo voltee molesto para enfrentarme al acosador, y ahí estaba el chico, moreno, cabello negro alborotado, uniforme escolar algo ceñido al cuerpo, ojos marrones y debo admitir bastante guapo con ese toque de gañán.
-Para esas miserias- dije con dureza, una sonrisa se dibujó en los labios del chico que estaba con dos amigos de la misma pinta, uno más pequeño y el otro casi igual que su compañero. Caminó hacia la reja y me recorrió con la mirada.
-llévame a tu casa y verás como te satisfago putito
Le miré fijamente en una competencia improvisada de miradas, su actitud me encendía en más de una manera, por un lado quería matarlo por la otra me estaba gustando su reto.
-vamos- contesté con la falsa seguridad que me daba la reja, él bajó la mirada, regresó con sus amigos, en ese momento creí que todo había terminado, pero a los segundos regresó con sus cosas las cuales aventó sobre la reja
-atrapalas- grito, cosa que hice más que nada para que no me golpearan al caer y en tres movimientos él saltó la reja como un experto, quede impresionado por su agilidad y por el miedo que me dio, estaba frente a frente, era ligeramente más alto que yo y bastante más fornido, su cuerpo se veía trabajado en el gym, yo a su lado era delgado, y aunque sé defensa personal aquel chico me intimidaba.
-vamos- agregó con gran seguridad mientras tomaba sus cosas de mis manos, yo empecé a caminar a su lado, iba atemorizado, impresionado y algo excitado, se llamaba Antonio tenía 14 años en un mes cumpliría 15, pero lucía de 16 o 17, hacía natación, pesas y atletismo, era bisexual y en sus palabras
-amo un buen culito y el tuyo esta muy rico- mientras lo decía pellizco mi nalga izquierda, me sentí violado, intenté alejarme pero me tomó la muñeca y me giró hacia él, para robarme un beso de lo más delicioso, su lengua exploró mi boca con gran maestría derritiéndome en sus labios.
-sabía que eras bien putito- comentó al separarnos, me dieron ganas de cachetearle pero no había soltado mi mano, y así nos fuimos tomados de la mano hasta mi casa.
-no hay nadie?- preguntó, pero no le contesté, sólo le invite a pasar y una vez dentro le bese, gesto que respondió con fuerza lanzándome contra la pared, besaba con lujuria y como desesperado, brusco pero excitante, su mano derecha acariciaba mi glúteo levantando mi pierna para tomarme, su pene se notaba erecto bajo el pantalón gris del uniforme, mi mano lo tomaba de la espalda mientras pasaba de mis labios a besar mi cuello.
-estás rico putito- dijo en un respiro, su mano empezó a subir por debajo de mi playera hasta llegar a mi pecho y estrujarlo como si se tratara de una teta, no me incomodó al contrario mi excitación iba en aumento, un chico menor me estaba tomando como a una puta, me dio vuelta contra la pared y presionaba mi trasero con sus manos.
-que rico culo me voy a comer- dijo a mi oído mientras restregaba su ingle contra mi, con una mano me tomó del cuello y con la otra empezó a abrir mi pantalón para librarme de él, mientras mordía mi oreja con cierta suavidad, una vez liberado de la prenda la bajó lo suficiente para apreciar mis redondas nalgas, bajo suavemente a morderlas y saborearlas, arrancando gemidos de mis labios.
-ahora viene lo bueno- agregó al ponerse de pie, abrió rápidamente su pantalón y así sin más preámbulo me penetró de una estocada, su verga entró en mis entrañas con brusquedad, grite en seco, sus manos me aferraron a su cadera, impidiendo liberar de aquel miembro que me apuñalada, yo cerraba y pujaba víctima del dolor, presión que el lo deleitaba.
-así aprieta rico perrito, verga querías y verga tienes- después de un rato empezó a moverse rítmicamente entrando y saliendo de mi, llenándome con su miembro, poco a poco el dolor cedió al placer y ahora yo le pedía que fuera más rápido. Lo hacía con cierto impulso animal, medio brusco, medio salvaje y me estaba volviendo loco.
-te encanta mi verga verdad putito- comentó al ver mi cara de placer, yo asentía en silencio, mientras él continuaba dándome cada vez más rápido y cada vez más fuerte y profundo.
-goza putito, goza- empezó a darme fuerte la sacaba por completo ya la volvía a meter, me destrozaba el culo y eso me encantaba, me encantaba como me cojia sin piedad y como me trataba como puta, al mismo tiempo que el saberlo menor me excitaba, me corrí sin tocarme en una de las estocadas, y el hizo lo propio en mi culo, se vino abundantemente, al sacarla un poco escurrió de mi culo.
-dame agua- dijo sentándose en el sillón de la sala, me paré como pude y con las piernas temblorosas fui a la cocina y le serví un vaso de agua fresca, al regresar lo encontré con el pecho descubierto, tenía un cuerpo delgado, trabajado pero se notaba que era un puberto en desarrollo, salvo su verga un enorme mástil de 20 cm a medio dormir adornada por algunos bellos negros como la noche.
-limpia- ordenó, me agache y sin pensarlo dos veces empecé a lamerla saboreando su sabor a macho y algunos restos de semen que le quedaban, estuve mamando aquel enorme trozo de carne, cada pliego de él lo recorrí con mi lengua, mientras él bebía lentamente de su agua, poco a poco volvió a agarrar fuerza y una vez que terminó su agua colocó sus manos para empezar a dirigir mi mamada, me hizo meterla en mi boca y la fue metiendo cada vez más profundo en mi boca hasta llenarla por completo y llegar a mi garganta, me causo molestias pero el sentirme sometido por este joven me excitaba más allá de lo imaginable.
-traga perro, trágala por completo- dijo y me empujó hasta el fondo aquel carnoso misil, estuvo cogiéndome sin piedad hasta casi ahogarme, luego me dejaba respirar mientras lamia la cabeza, para después volver a meterla hasta el fondo, hasta que la excitación se apoderó de él se levantó y tomando mi cabeza empezó a cogerme la boca sin piedad alguna, me provocaba arcadas pero al mismo tiempo era lo más excitante que habia sentido nunca, se corrió en mi garganta, su leche salió por la comisura de mis labios y tuve que retirarme o me ahogaría con su corrida, el sabor dulce de su semen me invadió, lo saboree y tras reponerme lo limpie de su revien eyaculada verga.
-buen putito tienes tan rica cola como boquita- dijo con una sonrisa perversa mientras limpiaba su verga por segunda ocasión, luego me dijo que me desnudara mientras iba al baño, le hice caso y quite todas las ropas de mi cuerpo, al regresar me vio desnudo y sonrió, me inspeccionó.
-tienes buena verga- dijo mientras tocaba mis 18cm en completa erección
-pero me gusta más tu culo- dijo mientras lo acariciaba -ponte en 4- ordeno y obedecí se quitó su pantalón y bóxer y se colocó detrás de mi, pegó su cuerpo al mío, y sentía su pene morcillon en mi culo, tomo mi verga y en esa posición empezó a masturbarme suavemente, mientras me decía cosas obscenas al oído -eres un putito mama vergas, eres un perrito al que le gusta que le partan el culo, eres toda una zorra caliente, una puta- a partir de ahí empezó a hablarme en femenino y el que yo dijera que si a todo mientras su mano tocaba mi pene le excitó a él, en un segundo ya tenia su verga perforando mi culo en esa posición, dejó de masturbarme y sus manos se posaron en mis caderas para poder cogerme a gusto, no tarde ni 5min en correrme de gusto manchando el piso.
-te gusta puta, que bueno porque te voy a coger todo el día hasta que ya no te puedas sentar- tras esas palabras continuó dándome por casi 20 cm, tenía una potencia incomparable, antes de venirse me la saco y fue a correrse en mi rostro llenándome de leche toda la cara, no fue tan abundante como las otras dos veces pero aun fue memorable, me cojio otra vez antes de irse porque llegarían mis padres, pero nos seguimos viendo muchas otras veces que ya les contaré
Si te gusto comenta, saludos
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