El chico de los videojuegos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Así que esta es la historia de cómo conocí a un gran chico gracias a este vicio. Yo estudio en esta ciudad, trabajo y paso tiempo en las ya conocidas “maquinitas” aunque solo juego el videojuego que ya les mencioné, específicamente hablando si es que la conocen, la versión normal de 2002. Cuando llego a una nueva ciudad (ya que contantemente en mi vida me he mudado) suelo buscar un lugar de videojuegos decente donde las maquinas funcionen bien ya que algunos dueños no se preocupan por arreglarlas hasta que ya no funcionan, fue así como un día llegue a un centro de videojuegos relativamente cerca del centro de la ciudad, yo era el chico nuevo en la cuidad y en los videojuegos ya que ahí todos de conocían como clientes frecuentes, pero yo luego de unos meses me volví también un cliente frecuente, como les decía al principio cono ci a un chico genial ahí pero antes de él había un chico de unos 24 de ese tipo que no tuvieron mucha suerte o no la quisieron y terminaron de encargados de un simple local de videojuegos. Luego de varios meses el encargado se fue y como yo iba frecuentemente me di cuenta de que algunas chicas probaron durante algunas semanas pero ninguna se quedó, luego de eso un día llego un chico joven, como de unos 15 o 16 máximo, bajo como de 1.55 o 1.60 piel clara, se veía que rea suave y tersa, cabello chino, castaño oscuro como él de todos comúnmente, con una perfecta cara de alguien que pasa por la pubertad, ,e refiero a esa en la que comienzan a haber cambios y tu rostro pasa del de un niño a un adolecente, o por lo menos así me pareció, en ese momento no me fije en el para nada más que un “es lindo”. Conforme pasaron las semanas lo más que llegábamos a relacionarnos era cuando yo pagaba una botella de agua o un refresco, o necesitaba cambio, así que cada día, cada semana, cada mes iba fijándome un poco más en él. Debo decir que fue bastante el tiempo que solo me sentaba a jugar mientras él estaba a unos metros de mí. Comencé desde un “es lindo” por un “es muy lindo”, “me gusta”, hasta un “me lo quiero coger”. Lo primero que me venía a la mente era la diferencia de edades, el probablemente tenía unos 15 y yo ya había cumplido 20, sin embargo también había tenido parejas mayores que yo, una de 22 cuando yo tenía 18 por ejemplo, a pesar de eso no dejaba de fijarme en el cada vez que volteaba disimuladamente a verlo, me encantaba todo de él, su cabello, su piel, su precioso rostro, esa forma de actuar y de mirar tan inocentemente. Algo que me pareció peculiar de él era que a pesar de que era joven y estaba atendiendo un local de videojuegos no se había interesado más que por uno, el pump it up, ese donde se baila frenéticamente siguiendo las indicaciones. Podía ver cuando bailaba su delicado dorso, su piel lisa y clara, el elástico de su bóxer y sus abultadas nalgas, de ese tipo que parecen un durazno perfecto, podía apreciar el sudor de su frente y sus gemidos de cansancio, en ocasiones podía ver cuando se dentaba el tubo del soporte del juego una ligera marca de la raya de su culo, incluso cuando estaba parado marcando sus dos preciosas y gloriosas nalgas con ese tubo que incitaban en mí una ligera erección, no tenía el tipo de nalgas grandes y marcadas pero su unas buenas y ricas para su complexión delgada. Luego de dos meses y de repente el chico dejo de ir y eso me entristeció mucho, ya no iba a verlo ni a sentir su presencia cada vez que yo jugaba, fue entonces cuando ,as me hice a la idea de tener su cuerpo a mi disposición y de imaginarme como seria leer su perfecto culo y su ano. De verdad que era un suplicio para mi llegar y no verlo, hasta que un día lo volví a ver bailando, de verdad que me sentí excitado solo de verlo, volvió a repetirse y él iba a bailar muy de vez en cuando, hasta que un día pensé, “Soy un chico relativamente nuevo en esta ciudad con pocos conocidos y ningún amigo real, que puedo perder si es que me atrevo a algo con él y resulta que no es gay”. Después de pensarlo unos días me propuse a mí mismo que la próxima vez que lo viera lo invitaría a Salor, fue así como después de dos semanas Salí temprano de la escuela y tome un autobús al centro y llegue al local de videojuegos, estaba nervioso desde que baje y camine por la calle, esperando que él estuviera ahí, podía sentir mis palpitaciones y era algo torpe al caminar, pero cuando entre ahí estaba sentado junto al nuevo chico encargado, aunque había un encargado entre él y los amigos del dueño solían cobrar y atender a los clientes así que solo me senté en mi maquina preferida y jugué durante hora y media, solo esperaba a que él se quedara solo y el otro chico saliera por algún encargo. Luego de 5 minutos el salió por mas botellas de agua para el refrigerador, en el local solo habíamos quedado él y yo, me baje del asiento me dirijo al refrigerador, tome una botella de agua y me dispuse a pedirle lo que había planeado, cada paso era eterno, estaba tan nervioso y me sentía con tanto calor, podía sentir el peso de mi mochila aplastándome in mi hombro, mis palpitaciones se aceleraban y mi pulso también, llegue a él, le mostré la botella y le di una moneda, esperando el cambio pensaba en si tenía los suficientes huevos de pedirle tal cosa sin saber si era o no gay, ya que hasta la fecha no había tenido ni una prueba de eso, solía comportarse de manera tímida y recatada, solo actuaba más confianzudo cuando sus compañeros estaban hablando con él. Y por fin, acercaba el cambio a mi mano y cuando lo tome pude sentir su piel suave y tersa, justo como me la había imaginado, los segundos eran horas y trataba de tomar el valor suficiente para decírselo. Hasta que sin pensarlo ni un poco y de manera espontanea solo le dije – ¿Y el nuevo encargado quién es?- el me respondió, – El chico que acaba de salir hace un rato- -¿Y tú?- – Ha no yo ya yo- Inmediatamente le pregunte su nombre y él me dijo, – Omar-, almenas ya sabía su nombre pero todavía faltaba armarme de valor para pedirle que saliera con migo y enseguida dije. -mmmmm, Omar, bueno- Podía sentirme realmente acalorado y nervioso, podía sentir como las gotas de sudor estaban a punto de corear de mi frente, sentía mi corazón muy acelerado y estaba a punto de tener una erección, hasta que lo dije. -Te gustaría alguna vez no sé, salir conmigo- En todo ese tiempo había actuado con una actitud relajada y desinteresada sí que podía almenas el notar algo de confianza en mis palabras. Sin embargo luego de unos 3 segundos él dijo. -¿Para qué?- Podía sentir como todo se iba a la mierda pero al menos lo había intentado pero durante eso y sin pensarlo volví a hablar. -Pues no sé, solo salir conmigo, digo si quieres- Los 2 segundos más largos de mi vida, había vuelto a lanzar el anzuelo espetando que la callera y Lugo. -Mmmmm si, si bueno- No tenía tiempo ni de reaccionar tenía que volver a hablar. -Sí, si quieres pásame tu chats y nos ponemos de acuerdo cuando tengamos tiempo- Puta madre, estaba completamente extasiado, feliz, una continuidad de emociones que no podían describir lo bien que me sentía, incluso podía sentir que mi pene se había mojado sin haberse puesto erecto. Lo había logrado, saque mi teléfono y anote su número, en ese entonces podía ver que su actitud había cambiado notablemente, su espalda se había encorvado, sus brazos estaban en sus rodillas y estaba más tímido y nervioso de los normal, una vez termine le dije –Te mando mensaje cuando llegue a casa-, Salí sin más imaginándomelo a él viéndome irme. Al llegar a casa luego de una media hora aun me sentía nervioso y extasiado, había logrado proponer una cita con el chico que me había vuelto loco por meses, los tres días siguientes hablamos de una manera relajada, de nosotros sin nada del otro mundo hasta que el jueves me dispuse a definir la cita. Quedamos el sábado enfrente de una tienda departamental frente al centro, le había preguntado si prefería algo más público o más íntimo, obviamente ni refiriéndome al sexo pero algo más tranquilo y casual. Habíamos quedado sábado a las 11 y porfían había llegado el día, cuando baje del autobús mis piernas temblaban, mi corazón palpitaba fuertemente y mis manos sudaban, eran las 10:50 y decidí parar en la esquina del parque para ver si él llegaba o no, 10:55,11:0,11:01,11;02, comenzaba a pensar si es que realmente no iba a llegar, 11:05,11:10, puta madre, esto se había ido a la mierda, 11:11 pude ver su silueta entre la gente, reconocí esa cabecita enmarañada de chinos con su forma de caminar, dios ahí estaba, llego a una banca y se sentó mientras sostenía su celular en la mano. Era un día nublado, septiembre típicamente temporada de lluvias, un día nublado y gris, justo como me encantan, camine hacia el de forma que no me viera, sin darse cuenta rose su hombro derecho y dila vuelta hacia él, estaba muy tímido y solos dijo hola, le dije si quería ir a la parada para ir a mi casa, mientras caminábamos podía oler su loción, fresca ligeramente dulce, traía un pantalón de mezclilla, tenis blancos y una chaqueta de cuero, dios de veía tan lindo. Tardo mano o menos 45 min para llegar a mi casa durante el trayecto yo tuve que sostener la plática ya que él no decía mucho, cuando llegamos enfrente de mi cas podía notarse que era una zona en construcción yo había ayudado a mi padre a terminar el siguiente piso a la casa así que vivía ahí mientras mis papas estaban en otro estado así que si esa era la casa de mis padres, al entrar nos dirigimos a mi cuarto y le ofrecí un taza de té, nos sentamos en mi cama y le ofrecí mi computadora para que eligiera una película en NetFlix. Al final eligió Avengers yo me puse muy cómodo y me quite los tenis ya que era mi casa pero él estaba muy reacio y tímido, así que le dije –Anda, quítate los tenis-, firmemente yo tome sus piernas y se los quiete yo mismo mientras el sostenía su té con una pequeña sonrisa, tome su costado tan tibio y suave y lo acerque más a mí en la cama, tome una pequeña manta y nos cubrí a ambos ya que donde yo vivía hacia más frio que en la ciudad. Aun se veía nervioso y totalmente inmóvil y luego comencé la siguiente conversación. -¿No tienes frio?- -No- Reí, -Bueno, no tienen hambre, no quieres comer algo- -No, ya había comido- -Bueno, ven aquí- Extendí mi brazo y lo pase detrás de él tomando su hombro, dios, no podía creerlo estaba en mi cama con el chico del que estaba perdidamente enamorado viendo una película en el día perfecto para mí. Comenzaba a llover afuera así que le ofrecí más te pero él dijo que no gracias, entonces ya sin tas tazas pude estrecharlo cada vez más, el no dirigía su mirada hacia mí y solo se dejaba abrazar por mí. Entonces di el primer paso, al levantarme e ir por algunas botanas me senté enfrente de él y le dije –Me gustas tanto-, enseguida baje mi cabeza, me acerque a él, cerré los ojos y lentamente mientas la humedad de nuestros cuerpos inundaba el ambiente frio sentí sus suaves labios con los míos, un beso corto pero indescriptible, sumamente excitante, me puse frente a él y lo mire a los ojos y volví a besarlo, esta vez ,as frenética y apasionadamente, sentía el rose de la suave piel de su rostro, su aroma inundaba mi mente y cada vez lo deseaba más y más, metí mi mano debajo de su camiseta y senté su estómago, recorrí mi otra mano a su cadera mientras me encimaba en él, ya tenía una prominente erección, sin embargo no iba a hacer nada mar pervertido así que ese día solo fueron de arrumacos y besuqueos. Conforme pasaron los días él se voleo más confiado hacia mi así que nos dispusimos 3 días después a otra cita, esa solo fue una cena por el centro de la ciudad, unos besos casuales y lo deje en su parada mientras veía como se alejaba en la noche. Había llegado otro fin de semana y estaba dispuesto a llegar las lejos con él, en ocasiones sentía que de verdad él quería más pero yo no quería solo eso , pero ese fin decidí proponérselo, nos vimos un poco más temprano y al llegar a mi casa ya tenía todo listo, condones y lubricante, podía sentir que él también pensaba y deseaba los mismo y no dude más, lo empuje a la cama, metí mis manos debajo de su camisa mientras lo besaba y recorría su pecho hasta su pelvis, su piel era tan suave, sus labios tan tiernos, le saque la camisa. Bese su cuello mientras luchaba porque mis manos llegaran hasta su culo, mientras bajaba por su pecho hacia sus pezones podían sentir su erección sobre su pantalón en mi percho, lo tenía tal y como lo quería, su mirada me pedía más y sabía que yo queros dárselo, al levantarme le quiete la camisa y solo desabroche mi cinturón y mi pantalón, mi erección estaba que no cabía en mi pantalón, incluso podía verse el precum en mu bóxer, lo tome de la cintura le desabroche el pantalón y se lo baje, podía deslumbrar sus blancas piernas con apenas unos bellos delgados, de marcaba bien su erección en su bóxer también mojado no me dispuse más y le baje los boxes. Sabía que no había tenido muchos encuentros sexuales así que estaba dispuesto a darle todo el paquete, bese su estómago delicadamente a su pelvis lamí muy cerca de su pene mientras sentía los bellos que me anunciaban la llegada, podía sentir los saltos de su pene en mi cuello, el solo sentir de mi aliento en su piel lo erizaba, estaba que ardía de excitación y yo solo deseaba penetrarlo, así que dirijo mi lengua hacia su pene, comencé con el glande y luego la cabeza, era un pene algo delgado ni grande ni chico, igual que su culo perfecto para su complexión, escuchaba como gemía y se retorcía del placer cuanto embestía se pene con mi boca hasta la garganta, una y otra vez se la mame hasta que baje a sus huevos, un olor delicioso, a sudor y limpieza, los lamí solo anunciándome hacia su ano bajando lentamente a la zona entre la ingle y el ano, estaba que ardía en deseo por lamerle todo el culo, pero primero bese ligeramente sus piernas, una por una hasta llegar a sus pies. Pequeños, blancos y delicados, los lamí entre los dedos uno por uno y del talón hasta su tobillo, solo escuchaba como tomaba las cobijas y se tornaba al ritmo di mis lamidas. Me levante por fin y lo puse boca abajo, esa silueta era hermosa desde su cuello, su espalda bala hasta su hermoso y claro culo en forma de durazno, era aún mejor de lo que me imaginaba así que recorrí toda mi lengua por su espalda hasta bajar a el premio anhelado, le di in delicado beso en cada una de sus nalgas seguido por unas encarnizadas mordidas, no pidió soportarlo más, mi pene palpitaba cada vez que me detenía a admirar su cuerpo, le abrí las nalgas y deje caer un poco de saliva y sentí cono su cuerpo tembló cando la saliva hizo contacto con su ano. Era rosado tan carnoso y tan deseoso de mi lengua podía verlo, así que no dude más y comencé a lamerlo, empojaba hacia dentro con mi lengua mientras el gemía y se retorcía, así continúe por unos 3 min hasta que mi pene chorreaba precum de las ansias de penetrarlo, entonces subí por su espalda a su rostro y le dije –Voy a hacerlo- su irada sola me dio una respuesta y su cuerpo clamaba por una buena cogida, tome el lubricante y puse un poco en mi pene y en su ano, estaba incontrolable de entrar, primero rose mi verga un poco por su ano y empujaba ligeramente la cabeza de mi verga en su ano, la metí un poco y suavemente, cuando la punta entro pude escuchar un delicioso gemido de dolor y placer y lentamente comité con movimientos circulares hasta que la tubo toda adentro, no podía explicar el nivel de excitación y de placer que sentía, su ano estaba tan apretado y tibio que no espere por envestirlo cada vez más rápido y duro, escuchaba como gemía y como se retorcía entre mis brazos y al compás de mis movimientos, luego de unos 4 min así le saque mi verga casi de golpe y lo voltee, por un momento chocamos miradas y no sonreímos unos instantes, luego puse una almohada en su espalda baja de modo que su rico culo atuviera a mi altura, sostuve sus piernas en mis hombros y una vez más se la volví a meter lentamente y lo comencé a embestir mientras el miraba, luego de un momento el cerro sus ojos y yo comencé a masturbarlo mientras me lo cogía, yo también gemía mientras sentía su precio entre mis dedos, no dejaba de gemir y yo ya estaba a punto de terminar Entonces redije que se pusiera “de perrito” (la cual es mi posición preferida), recosté con mi mano su pecho hasta las cobijas hasta que quedo su rico culo parado frente a mí solo esperando a que yo me lo cogiera mas, se la metí esta vez de golpe y le di unas buenas cogidas, pidió escuchar el golpe de mi pelvis contra sus nalgas y era delicioso, los golpeteos se combinaban con sus gemidos y los míos mientras estaba a punto de terminar, así que acelere el paso y las envestidas, apretaba su cadera con el ensordecedor placer que sentía hasta que no pude más y termine echándole toda mi leche en su culo, mi espalda se arqueo y grite de placer, me faltaba el aire y estaba exhausto, me desplome en su espalda mientras mi verga seguía dentro de él, un minuto después me limpie me dispuse a darle más placer ya que él no había terminado así que tome su verga, la metí en mi boca y se la mame hasta que se vino en mi boca, sintió como su leche se salía y desbordaba en mi boca, esa sensación caliente y viscosa seguida de un sabor salado. Después del acto dormimos unas horas y lo fui a dejar hasta su casa, no hay manera de explicar la satisfacción de ambos, el chico que había celado por meses y que me traía como loco por fin era mi ansiado novio.
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